Re: ¿Es la hostia consagrada el cuerpo de Cristo?
Hola, Martamaría.
Este pregunta no es difícil de responder. Dios no sólo da la oportunidad de conocerlo, sino que da también la fuerza. La razón natural no es capaz naturalmente de entender. Pero, la gracia la abre al misterio. Y ese don lo recibe todo hombre, porque Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
De ahi que todo aquel que oye la Palabra de Dios tenga la capacidad de entenderla, no por sus propias fuerzas, sino por el poder de Dios que se revela. Presupuesta esta gracia, todo hombre es responsable de creer o no creer.
La fe no es sólo cuestión de entender. Supone un asentimiento de la voluntad. La fe no es entender, sino aceptar... Y lo que hay que aceptar es que nosotros somos tan pequeños y Dios es tan grande, que no deberíamos resistirnos a sus dones. La Palabra de Dios es el don más grande que hemos recibido. Manifiesta la voluntad de Dios de tener una comunicación con nuestras pobres mentes. Porque nos ama, se comunica... quiere ser nuestro amigo... ¿No le parece emocionante?
La fe pide oídos de discípulo, es decir, de alguien que quiera aprender. Aunque de hecho aprenda poco. Pero eso poco basta para salvarse. ¿Qué es eso poco que podemos entender? Que Dios me ama y que dio su vida por mí. Que el amor tiene este dinamismo: "no hay amor más grande que dar la vida por quien se ama" y Jesús dio su vida por mi, por mis pecados, para rescatarme de la ruina definitiva ocasionada por ellos. Y que yo no puedo hacer otra cosa que corresponderle, entregándole mi vida. Amor con amor se paga.
Esta verdad llega tarde o temprano. Y cuando un hombre o una mujer llega ante esta verdad, o cree o no cree. Por eso, es responsable. Porque todo aquel que lo oye y cree o no cree, ya está teniendo su oportunidad y está recibiendo la fuerza de Dios para creer.
Atentamente.
P. José
Pues mira,si Jesús en ese momento les hubiese explicado que no era la carne de su cuerpo la que se tenían que comer, que se refería a cosas espirituales, a creer en lo que decía de Dios padre y del Reino, pues no se hubiese marchado nadie, pero como no le entendían, lógico que se fueran...Y encima les echarían la culpa por irse...
Es lo msmo que pasa hoy día con los ateos que quieren creer y no pueden porque su razón se lo impide. Y van los condenan. ¿Pero es que tiene la culpa si no pueden por más que lo intentan?
Martamaría
Hola, Martamaría.
Este pregunta no es difícil de responder. Dios no sólo da la oportunidad de conocerlo, sino que da también la fuerza. La razón natural no es capaz naturalmente de entender. Pero, la gracia la abre al misterio. Y ese don lo recibe todo hombre, porque Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
De ahi que todo aquel que oye la Palabra de Dios tenga la capacidad de entenderla, no por sus propias fuerzas, sino por el poder de Dios que se revela. Presupuesta esta gracia, todo hombre es responsable de creer o no creer.
La fe no es sólo cuestión de entender. Supone un asentimiento de la voluntad. La fe no es entender, sino aceptar... Y lo que hay que aceptar es que nosotros somos tan pequeños y Dios es tan grande, que no deberíamos resistirnos a sus dones. La Palabra de Dios es el don más grande que hemos recibido. Manifiesta la voluntad de Dios de tener una comunicación con nuestras pobres mentes. Porque nos ama, se comunica... quiere ser nuestro amigo... ¿No le parece emocionante?
La fe pide oídos de discípulo, es decir, de alguien que quiera aprender. Aunque de hecho aprenda poco. Pero eso poco basta para salvarse. ¿Qué es eso poco que podemos entender? Que Dios me ama y que dio su vida por mí. Que el amor tiene este dinamismo: "no hay amor más grande que dar la vida por quien se ama" y Jesús dio su vida por mi, por mis pecados, para rescatarme de la ruina definitiva ocasionada por ellos. Y que yo no puedo hacer otra cosa que corresponderle, entregándole mi vida. Amor con amor se paga.
Esta verdad llega tarde o temprano. Y cuando un hombre o una mujer llega ante esta verdad, o cree o no cree. Por eso, es responsable. Porque todo aquel que lo oye y cree o no cree, ya está teniendo su oportunidad y está recibiendo la fuerza de Dios para creer.
Atentamente.
P. José