Hola, Carlos.
Creo que la respuesta a Raúl vale también para usted. Sólo añado lo siguiente.
Una institución, como la Iglesia Católica, no tiene como intención engañar a nadie, sino predicar la Verdad. Puedo garantizarle que existe un esfuerzo sincero por escudriñar las Escrituras y descubrir la Verdad. Ese es el testimonio de mi conciencia. Más no puedo decirle.
Para precisar los términos y para que podamos dialogar, hay que diferenciar entre "error" y "mentira". Una persona puede caer en el error y predicarlo, pero "caer en el error" es algo involuntario. Del error se puede salir cuando se descubre la verdad. Y, para quien busca con sincero corazón la verdad, cuando la encuentra, cambia el error por la verdad, aunque le cueste la vida, las amistades, el trabajo, etc. El buscador de la verdad es sincero y abierto a la corrección. Y es generoso, pues está dispuesto a darse en sacrificio, cueste lo que cueste la verdad.
La mentira es voluntaria. Quien vive en la mentira, externamente la defiende, aunque internamente sabe la verdad. En la mentira se descubre un propósito interior bien preciso: "engañar". Generalmente, está motivada por intereses escondidos, que sólo el mentiroso cree conocer. Pero no es así. Tarde o temprano se descubre y el mentiroso queda mal parado ante los demás. Genera desconfianza.
Además, al buscar intereses personales, el mentiroso es egoísta y cerrado. Defiende su "verdad" mientras le resulta conveniente. Renuncia a ella, cuando las cosas se le ponen difíciles. El mentiroso no tiene firmeza y si la tiene, es aparente y egoísta.
El diálogo es posible sólo con el buscador de la verdad. El sentimiento que invade a quien tiene esta actitud ante la vida es una alegría creciente. Se experimenta un crecimiento, un avance, porque hay un camino hacia la verdad y da resultados en la vida. Es como quien se está ahogando en medio del mar. Vale lo que le hace salir a flote y respirar. Lo demás no cuenta. Hay pensamientos que más que hacernos respirar, nos ahogan. La tristeza, la angustia, la ansiedad, son signo de que no se posee la verdad.
Quien vive en la mentira y, por eso, no busca la verdad, sólo provoca disputas inútiles que ahogan al mismo mentiroso. Y, como no se siente a gusto, lucha por sumergir a los demás en su mar de mentiras. Estalla en cólera cuando se le contradice y arremete con insultos cuando no puede más y se siente derrotado. El mentiroso es impotente y su cólera e insultos, más que fortaleza es debilidad patente. Con el mentiroso no se puede dialogar, porque tarde o temprano termina agrediendo a los que supuestamente quiere convencer. En el fondo, lo que realmente busca es vencer, no convencer.
La verdad es luminosa. El buscador de la verdad se ve inundado por su luz y no hay nada que le haga cambiar la verdad por la falsedad. Para quien busca la verdad, incluso el pecado no es obstáculo para encontrarla. Y es que la verdad acerca de sí mismo es el camino hacia la verdad de Dios y de los demás. El pecado, en estos casos, queda iluminado y es el inicio de la redención. Porque aparece Cristo Luz, amando... perdonando... enseñando y dando la fuerza para perdonar y vivir realmente en paz consigo mismo, con los demás y, sobre todo, con Dios.
1 Juan 1
4 Os escribimos esto para que nuestro gozo sea completo.
5 Y este es el mensaje que hemos oído de él y que os anunciamos: Dios es Luz, en él no hay tiniebla alguna.
6 Si decimos que estamos en comunión con él, y caminamos en tinieblas, mentimos y no obramos la verdad.
7 Pero si caminamos en la luz, como él mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado.
8 Si decimos: "No tenemos pecado", nos engañamos y la verdad no está en nosotros.
9 Si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia.
10 Si decimos: "No hemos pecado", le hacemos mentiroso y su Palabra no está en nosotros.
1 Juan 2
9 Quien dice que está en la luz y aborrece a su hermano, está aún en las tinieblas.
10 Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza.
11 Pero quien aborrece a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.
1 Juan 4
8 Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor.
9 En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene; en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él.
10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados.
11 Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
12 A Dios nadie le ha visto nunca.Si nos amamos unos a otros,Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud.
13 En esto conocemos que permanecemos en él y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu.
14 Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo, como Salvador del mundo.
15 Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios,Dios permanece en él y él en Dios.
16 Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído en él.Dios es Amor y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.
17 En esto ha llegado el amor a su plenitud con nosotros: en que tengamos confianza en el día del Juicio, pues como él es, así somos nosotros en este mundo.
18 No hay temor en el amor; sino que el amor perfecto expulsa el temor, porque el temor mira el castigo;
19 quien teme no ha llegado a la plenitud en el amor.Nosotros amemos, porque él nos amó primero.
20 Si alguno dice: "Amo a Dios", y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve.
21 Y hemos recibido de él este mandamiento: quien ama a Dios, ame también a su hermano.
Efesios 2
13 Mas ahora, en Cristo Jesús, vosotros, los que en otro tiempo estabais lejos, habéis llegado a estar cerca por la sangre de Cristo.
14 Porque él es nuestra paz: el que de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro que los separaba, la enemistad,
15 anulando en su carne la Ley de los mandamientos con sus preceptos, para crear en sí mismo, de los dos, un solo Hombre Nuevo, haciendo la paz,
16 y reconciliar con Dios a ambos en un solo Cuerpo, por medio de la cruz, dando en sí mismo muerte a la Enemistad.
17 Vino a anunciar la paz: = paz a vosotros que estabais lejos, y paz a los que estaban cerca. =
18 Pues por él, unos y otros tenemos libre acceso al Padre en un mismo Espíritu.
19 Así pues, ya no sois extraños ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios,
20 edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra angular Cristo mismo,
21 en quien toda edificación bien trabada se eleva hasta formar un templo santo en el Señor,
22 en quien también vosotros estáis siendo juntamente edificados, hasta ser morada de Dios en el Espíritu.
Efesios 3
14 Por eso doblo mis rodillas ante el Padre,
15 de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra,
16 para que os conceda, según la riqueza de su gloria, que seáis fortalecidos por la acción de su Espíritu en el hombre interior,
17 que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, para que, arraigados y cimentados en el amor,
18 podáis comprender con todos los santos cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad,
19 y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que os vayáis llenando hasta la total Plenitud de Dios.
20 A Aquel que tiene poder para realizar todas las cosas incomparablemente mejor de lo que podemos pedir o pensar, conforme al poder que actúa en nosotros,
21 a él la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones y todos los tiempos. Amén.
Efesios 4
14 Para que no seamos ya niños, llevados a la deriva y zarandeados por cualquier viento de doctrina, a merced de la malicia humana y de la astucia que conduce engañosamente al error,
15 antes bien, siendo sinceros en el amor, crezcamos en todo hasta Aquel que es la Cabeza, Cristo,
16 de quien todo el Cuerpo recibe trabazón y cohesión por medio de toda clase de junturas que llevan la nutrición según la actividad propia de cada una de las partes, realizando así el crecimiento del cuerpo para su edificación en el amor.
17 Os digo, pues, esto y os conjuro en el Señor, que no viváis ya como viven los gentiles, según la vaciedad de su mente,
18 sumergido su pensamiento en las tinieblas y excluidos de la vida de Dios por la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su cabeza
19 los cuales, habiendo perdido el sentido moral, se entregaron al libertinaje, hasta practicar con desenfreno toda suerte de impurezas.
20 Pero no es éste el Cristo que vosotros habéis aprendido,
21 si es que habéis oído hablar de él y en él habéis sido enseñados conforme a la verdad de Jesús
22 a despojaros, en cuanto a vuestra vida anterior, del hombre viejo que se corrompe siguiendo la seducción de las concupiscencias,
23 a renovar el espíritu de vuestra mente,
24 y a revestiros del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia y santidad de la verdad.
25 Por tanto, desechando la mentira, = hablad con verdad cada cual con su prójimo, = pues somos miembros los unos de los otros.
26 = Si os airáis, no pequéis; = no se ponga el sol mientras estéis airados,
27 ni deis ocasión al Diablo.
28 El que robaba, que ya no robe, sino que trabaje con sus manos, haciendo algo útil para que pueda hacer partícipe al que se halle en necesidad.
29 No salga de vuestra boca palabra dañosa, sino la que sea conveniente para edificar según la necesidad y hacer el bien a los que os escuchen.
30 No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el que fuisteis sellados para el día de la redención.
31 Toda acritud, ira, cólera, gritos, maledicencia y cualquier clase de maldad, desaparezca de entre vosotros.
32 Sed más bien buenos entre vosotros, entrañables, perdonándoos mutuamente como os perdonó Dios en Cristo.
Este es el Evangelio... el anuncio gozoso. No hay deuda. Todo ha sido perdonado por la infinita misericordia de Dios que me amó y se entregó por mí.
Atentamente.
P. José