Nosotros tres decidimos tener hijos / hijas.
Lo hicimos a sabiendas (100% a sabiendas) que ellos alguna vez mentirían, herirían a alguien, serían indiferentes ante quien deberían ayudar, etc.
Como personas conocedoras de cómo se conciben los niños, pudimos haber evitado traer niños a este mundo. Pudimos habernos contentado con tener perritos como mascotas, incapaces de cometer maldad. Pero elegimos concebir otros seres humanos.
Pero no sólo los tuvimos. Los hemos educado en principios. Sí, claro, nuestros hijos van a mentir, herir a alguien y quizá sean indiferentes ante quienes los necesiten. Pero nosotros haremos todo lo posible por hacerlos personas de bien. Ninguno de nosotros va a dejar de intentarlo. Y si no lo logramos es porque, quizá, ello está más allá de nuestras manos. Por una razón sencilla: no somos omnipotentes. La única forma en la que nosotros podemos evitar que nuestros hijos sean "malos" es esforzarnos mucho por brindarles la mejor educación y afecto posibles. Es decir, no tenemos muchas herramientas para evitarlo. Pero si fuéramos omnipotentes, otra cosa sería.
Cierto, no diseñamos deliberadamente sus genes y todo el entorno sociocultural y económico, pero perfectamente pudimos haber evitado traerlos al mundo como conocedores de lo que genes y entorno conllevan.
Yo decidí traer a mis hijos al mundo porque me sabía capaz de crear para ellos un entorno sano que no les ocasione problemas psicológicos graves. No traer niños al mundo por la posibilidad de que sean malos es como no salir de casa por la posibilidad a que te pase un carro por encima.
Ahora bien, ¿somos los tres responsables (moralmente responsables) de la violencia, mentira o indiferencia que hayan cometido nuestros hijos /hijas una vez que han alcanzado la madurez? ¿Y seremos responsables de los errores morales de nuestros nietos y bisnietos?
Sí, somos responsables en parte de los actos malos de nuestros hijos. Somos co-responsables de los errores morales de los nietos, aunque no creo que de los bismietos. Pero no somos omnipotentes, no podemos verlo, no podemos saber cómo cada uno de nuestros actos va a afectar a nuestros hijos o nuestros nietos. Si fuéramos omniscientes otra cosa sería.
Para el creyente, Dios no solo apuesta por nosotros. Dios sabe que triunfará con nosotros. Por eso el creyente no se precipita en el auto-exterminio, sino con confianza sigue viviendo y afrontando las vicisitudes y aprendiendo de ellas.... y además, sigue engendrando hijos!
¿Y sí lo sabe? Porque ya una vez nos exterminó a todos porque vio que se había equivocado y que empezar de cero era una opción. Y ahorita estamos, como especie, MUCHO PEOR que los humanos en tiempos de Noe. Digo, se sabe que esa historia está robada (inspirada, copiada, influenciada) por la Épica de Gilgamesh. Pero por un momento digamos que es un "hecho histórico", como a León-El le gusta. ¿Realmente Dios apuesta por nosotros? Ya apostó. Se equivocó. Nos eliminó...
K.