Miniyo,
Palabras suyas en sus letras a Cirilo por la cual sus ideas fueron condenadas.
He aquí sintetizados los puntos de la doctrina contenida en la segunda carta de Nestorio a San Cirilo que, según el criterio expuesto, han de ser tenidos como heréticos:
1° No admite la comunicación de idiomas. Así son palabras suyas: «Examina cómo los Padres ponen desde el principio como fundamento las palabras de Jesús, Cristo, único engendrado, Hijo, nombres comunes a la divinidad y a la humanidad, y cómo construyen el edificio de la tradición respecto a la Encarnación, a la Pasión y a la Resurrección, para que, puestos los nombres que significan las propiedades de ambas naturalezas, no se separen las que pertenecen a la naturaleza de Hijo y de Señor, y no se corra el riesgo de hacer desaparecer las propiedades de cada naturaleza absorbiéndolas en la única filiación».
2° Nestorio piensa que existe contradicción en la doctrina de San Cirilo. Dice: «pues quien primeramente ha sido proclamado como impasible e incapaz de un segundo nacimiento, tú dices... que él es pasible y creado de nuevo, como si las propiedades que convienen por naturaleza al Dios Verbo hubieran sido destruidas por la unión con el Templo, o tuviera poca importancia... que el Templo sin pecado e inseparable de la naturaleza divina haya sufrido por los pecadores el nacimiento y la muerte».
3° «En todas partes donde las divinas Escrituras hacen mención de la economía del Señor, éstas atribuyen el nacimiento y sufrimiento no a la divinidad sino a la humanidad de Cristo, de modo que para hablar con más exactitud debemos llamar a la Santa Virgen madre de Cristo (Christotokos) y no madre de Dios (Theotokos) ».
4° «Es recto y conforme a la tradición evangélica confesar que el cuerpo es el templo de la divinidad del Hijo, templo unido por una divina y suprema unión, de modo que la naturaleza de la divinidad se apropia lo que pertenece a este templo. Pero con el pretexto de esta apropiación atribuirle (al Verbo) las propiedades de la carne que le está unida... es tener un espíritu contaminado con los errores de los griegos».