Amigos en CristoDios-Hombre y Miniyo como ya he introducido el término “principio hipostático, estoy traduciendo sobre esto, para mi muy importante, es de unas 49 unidades cortas excepto 2-3 de 2 páginas e iré poniendo y cuando termina esto pondré también sobre el término: Zeoengatálipsi Ἡ Θεοεγκατάλειψη =“sístole o ypóstole contracción o reducción de la Jaris”, “cambio, giro o alteración espiritual”, “levantamiento, reducción o pérdida de la Jaris”,
y como ha sucedido antes cualquier otro término que salga con este diá-Logo sano en Dios Logos… espero vuestra colaboración edificante sobre cualquier aclaración, duda o error…pido por favor que respeten el diá-Logo no salgan del tema…hay muchos epígrafes para poner cualquier otra cosa
VER A DIOS COMO EL ES1.
Sofronio Sajarof, Athonita
C.13
SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO
En Dios y en el ser humano
El verdadero principio inquebrantable de la teognosía (conocimiento de Dios) nos ha sido dado por el Logos del Padre, el Jesús Cristo. Atraídos hacia Él por la agapi (amor incondicional y energía divina increada), sufrimos nuestra profunda metamorfosis, conversión o transformación de todo nuestro ser. Nos es transmitida Su vida ilimitada e increada. Nuestro espíritu se mueve entre dos polos opuestos, contradictorios: por un lado, las oscuras profundidades del hades, y por otro lado, el iluminadísimo sol sin crepúsculo de la Realeza (increada) de Dios. El contenido de nuestro ser se amplía y se dilata inefablemente. La psique-alma por su oración vertiginosa y ardiente se lanza impetuosamente hacia este Dios admirable. Nos odiamos y nos detestamos en lo que somos. Pasará mucho tiempo hasta que percibamos, asimilemos y comprendamos que Él Mismo ora en nosotros transmitiéndonos Su propia vida increada sin principio. Por esta oración divino-entregada o don de Dios nos unimos real y existencialmente con el Cristo. En principio en la inenarrable kénosis (despojo, vaciamiento) y bajada de Él hasta el mundo infernal, subterráneo, y después en Su Divina Pantodinamía-Omnipotencia. “3 Y esta es la vida eterna: que los hombres te conozcan a ti, el único Dios verdadero y al que tú has enviado, Jesús Cristo. 3 Esta es la vida eterna, que los hombres te conozcan a ti, único Dios verdadero con tres hipostasis-personas y al que tú has enviado Jesús Cristo con dos naturalezas y voluntades, física y divina. Y con esta gnosis progresan espiritualmente, disfrutando de tus infinitas perfecciones, en comunión y colaboración estrecha con la agapi-amor hacia ti, y también conozcan a Jesús Cristo al cual tú has enviado al mundo; (Jn 17,3)
La Hipóstasis-Persona en el Ser divino no puede ser ni consiste a una limitación*. Y en nuestro ser creado la hipóstasis conlleva el principio y la capacidad de acoger en sí misma el infinito. En los límites de la realidad terrestre nuestro espíritu hipostático tiene como fin la tarea de atravesar y superar la barrera del espacio y romper las cadenas del tiempo. Una analogía de este tipo de acontecimiento espiritual observamos también en nuestra vida diaria. La aeronave desarrollando velocidad supersónica provoca vibración, convulsión a la atmosfera igual que una explosión. Lo mismo así el espíritu del hombre introducido al mundo de la eternidad Divina, se conmociona por la grandeza de la zeoría-contemplación espiritual que se le es apocaliptada-revelada. La icumeni (mundo habitado) entonces vive un cambio en su destino: el que “un hombre haya nacido en el mundo” (Jn 16,21),- es un acontecimiento que anuncia y confiere a toda la nueva creación valor firme y permanente. El hombre como espíritu hipostático pertenece a la ontología eterna. Los salvados en Cristo, los santos, son los portadores de la Divina eternidad. Reciben la vida sin principio e increada como propiedad y posesión inalterable, pero según su naturaleza permanecen inalterablemente creaturas estables.
*[Prefiero el término hipostasis, como declarante del ser que es realmente, lo yaciente como cimiento de todo del ser”]- (por ejemplo, los cimientos que no se ven del edificio son la hipóstasis)
En el horizonte espiritual de la humanidad se observa un doble movimiento. Uno de estos es negativo. Su forma brutal se expresa por la dinámica de la continua caída acelerada, por el nihilismo banal y la disgregación moral; el punto culminante de esta forma es el estado eosfórico-luciférico (soberbia extrema) sobre la cual nos informa el libro del Génesis (3,5). La esencia de este fenómeno consiste en que la creatura, dotada del regalo de la libre autodeterminación, niega el mandamiento de Dios. El hombre en impulso hacia la absoluta autoconfirmación y hacia su autozéosis o autodeificación siente el mandamiento de Dios como una delimitación impuesta de afuera.
El otro movimiento es positivo y ascendente. Se manifiesta como anhelo, deseo hacia la infinita unión con el Padre “el de los cielos”.
Paralelamente con esto observamos dos tendencias opuestas en los corazones y espíritus de los hombres. Unos, por un lado, persiguen a despojarse de la forma terrestre de la existencia: En la fantasía de ellos está pintada una profunda quietud misteriosa, la super-trascendencia del no Ser. Por otro lado, los otros inspirados por el logos de Dios, “la realeza de los cielos se gana por esfuerzo y violencia y los hombres así lo arrebatan o ganan”…. se someten en lucha ascética-práctica dolorosa y violenta para vencer nuestra naturaleza creada y corruptible, “porque no es que queremos ser desvestidos, sino más bien revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida increada para que se haga incorruptible” (2 Cor 5,4).
La característica de los primeros es que toman el Primer Absoluto como suprapersonal. Para ellos el principio personal, en el mejor de los casos, es el primer grado en el descenso, en la autolimitación del Absoluto.
Para los segundos, en cambio, la Hipóstasis-Persona exactamente yace como cimiento, base de todo ser. Esta es nuestra consideración cristiana sobre Dios y el mundo. En nosotros se reveló el Dios Hipostático, el Creador “del cielo y de la tierra, de todo lo visible e invisible”. Éste es el οντως Ὤν ontos on Ser o Existencia real, el Primero y el Último. Nadie y nada existe antes que Él, ni después que Él. Es Dios de la incorruptible, imperecedera y eterna agapi (amor incondicional, increado). A los que aman a Él se les ha dado la promesa de la Divina adopción, filiación por el Hijo Unigénito del Padre, Jesús Cristo. Quien dijo: «Yo vivo y vosotros viviréis » (Jn 14,19)…CONTINUA…
JARIS!!!
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Salud y bendición en la paz de Cristo.
La Hipóstasis-Persona en el Ser divino no puede ser ni consiste a una limitación*. ...
*[Prefiero el término hipostasis, como declarante del ser que es realmente, lo yaciente como cimiento de todo del ser”]- (por ejemplo, los cimientos que no se ven del edificio son la hipóstasis)
Esto... me PARECE que no ESTÁ muy COMPRENSIBLE... si bien el SER DIVINO y su MANIFESTACIÓN... NO PUEDE TENER NINGUNA LIMITACIÓN... y la HIPÓSTASIS que SE VE o MANIFIESTA... NO PUEDE DECLARAR TODO lo ABSOLUTO del SER DIVINO que SE MANIFIESTA en un MOMENTO DADO (al SER INFINITO e INSONDABLE)... el EJEMPLO que PONE... me PARECE que NO SE CORRESPONDE... pues LO INVISIBLE e INSONDABLE del SER DIVINO ES INFINITAMENTE MAYOR y MÁS GRANDE... que SU HIPÓSTASIS DADA en un MOMENTO DADO en el TIEMPO CONCRETO de ALGUNA de sus MANIFESTACIONES... es decir... en el EJEMPLO... la HIPÓSTASIS... DEBERÍA SER el EDIFICIO que SE VE y MANIFIESTA ANTE nuestros OJOS y ENTENDIMIENTO... y el SER DIVINO TODOPODEROSO y ETERNO que LO SUSTENTA de MODO INVISIBLE... DEBERÍAN SER los CIMIENTOS... que SE ESCAPAN de la VISTA y el ENTENDIMIENTO... por NO ESTAR PLENAMENTE REVELADOS.
Que Dios les bendiga a todos
Paz a la gente de buena voluntad