Re: Elena G. de White y su Doctrina de la Amalgama
Estimado valdense. Saludos cordiales.
Tú dices:
Quienes son los hijos de Dios y Quienes los hijos de los hombres ? Algunos dicen que Angeles y Mujeres, otros que extraterrestres y mujeres, yo se tu diras la descendencia de set y la de cain, demostrarlo no puedes, pero si lo pudieramos, tenemos un problema egw hablo de razas producto de amalgama, DESPUES del diluvio, y entonces tu respuesta vale CERO
Respondo. Es fácil responder a tu pregunta. Lee por favor:
"hijo de Enós, hijo de
Set, hijo de Adán, hijo de Dios." Lucas 3:38
valdense si piensas que se refiere a los ángeles de Dios, deberías saber ningún verdadero cristiano, quiere blasfemar contra los ángeles de Dios, Jesús fue bien claro sobre ellos al respecto. ¿Lo sabes?
A los únicos que les interesa MANCHAR a los ángeles de Dios son a los hijos del Diablo y también al mismo Diablo.
“Los hijos de Dios y los hijos del Diablo se reconocen en esto: el que no obra la justicia no es de Dios, y tampoco el que no ama a su hermano”.
Todos los hijos de Dios son hermanos entre sí y deben amarse como tales, porque todos tienen en común a un solo Padre, que está en los cielos: Yahwéh. En cambio, los hijos del Diablo no son hermanos de los hijos de Dios, porque los hijos del Diablo tienen a otro padre que es Satanás.
“No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas,”.
De aquí se interpreta con claridad que Caín fue un hijo del Diablo y que por ello es que mató a su hermano Abel, porque Abel fue un hijo de Dios. Si Abel hubiera sido un hijo del Diablo, entonces Caín no lo habría matado. En consecuencia se sostiene, de manera contundente, que Caín descendió (espiritualmente) del Diablo, y no de Dios Padre.
“
Haré que haya enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya, ésta te pisará la cabeza mientras tú te abalanzarás sobre su talón.” Gén 3: 15
Este pasaje nos indica que existen dos descendencias distintas, ya que es por demás evidente cuando se lee: entre tu descendencia y la suya. Y ¿cómo puede explicarse este tema de las dos descendencias?, pues solo se lo puede hacer de una sola manera y es sosteniendo la participación de un tercero. Y ¿quién fue ese tercero?...
efectivamente fue la bestia, aquella bestia dotada de cuerpo, espíritu y alma, cuyo nombre es Diablo o Satanás.
Eva es madre de todos los vivientes: “Y llamó el hombre el nombre de su mujer, Eva; por ser la madre de todos lo vivientes” (Génesis 3:20).
Como resultado, tenemos que, todos los seres humanos sí provenimos de una misma madre terrenal, que fue Eva, pero no todos los humanos provienen de un mismo padre terrenal, porque existieron dos padres terrenales: uno fue Adán, y el otro fue Satanás.
Adán fue el padre terrenal de Abel y de Set, mientras que Satanás fue el padre terrenal de Caín.
Los que descienden de Adán, en su mayoría, son los obedientes, los píos (llamados hijos de Dios), mientras que los que descienden de la bestia o "serpiente" (llamados hijos del Diablo), son por lo general los desobedientes y rebeldes, los impíos.
Pero ¡cuidado!, esto no implica, en absoluto, que no exista el libre albedrío en el Diablo (ver Génesis 3:4), puesto que si sus hijos (los hijos del Diablo) sí pueden elegir entre el bien y el mal (ver Génesis 4:8), con más razón puede hacerlo también su padre terrenal: Satanás (ver Génesis 3:6). Igual sucede con los hijos de Dios (los píos), ellos también tienen la facultad de elegir entre el bien y el mal, como así también la decisión de aceptar o no a Cristo, como su Salvador. Porque no todos los que fueron llevados hasta él por medio de su Padre Celestial aceptan seguir a Cristo. Por ejemplo el “discípulo” Judas Iscariote no aceptó seguir al Mesías, ya que Judas lo traicionó (ver Mateo 22:48).
En consecuencia, todas las criaturas creadas por Dios tienen una total libertad de elección para obrar en lo bueno (ver Efesios 6:8) o en lo malo, (ver Mateo 26:47), independientemente de la voluntad de Dios Padre. Por lo consiguiente, los que llevan la naturaleza de ser hijos del Diablo sí podrán recibir la vida eterna siempre y cuando ellos se arrepientan de sus pecados y se conviertan en verdaderos hijos de Dios, ya que todo aquel que tenga esperanza en el Mesías, se purifica (ver 1 Juan 3:3) o bien todo aquel que practique la misericordia, en secreto, (ver Mateo 6:4) también entrará en el reino de los cielos (ver Mateo 7:21), porque la misericordia triunfa sobre todo juicio (ver Santiago 2:13). Pero ¡cuidado!, con los rebeldes que no ablandan su corazón, ni abren sus ojos, ni destaponan sus oídos, y no se arrepienten de sus pecados ni experimentan conversión, porque ellos no serán salvados (ver Mateo 13:15).
Si no se nace de nuevo (ver Juan 3:3-7) nadie podrá heredar el reino de Dios (ver Mateo 13:15). Porque “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios” (1 Juan 3:9). Ahora bien, “es necesario nacer otra vez” (Juan 3:7), porque “lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del espíritu, espíritu es” (Juan 3:6). “el que no naciere de agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:5). Por ello es que, tanto los que provienen de la
descendencia de Set (
los llamados hijos de Dios), como los que descienden de Caín (los denominados hijos del Diablo), si no nacen de nuevo EN ESPÍRITU, no heredarán la vida eterna. Por solo traer la simiente de Adán no los hace herederos del reino, es necesario que todos vuelvan a nacer de nuevo, ¡EN ESPÍRITU!, para poder “comer” o PARTICIPAR del árbol de la vida (ver Revelaciones 2:7) que ahora está en el tercer cielo (ver 2 Corintios 12:2), en medio del paraíso de Dios (ver Revelaciones 2:7). Ya que son pocos los hijos de Dios y muchos los hijos del Diablo, es por ello que la Biblia nos advierte: “Entrad por la puerta estrecha: porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a perdición, y muchos son los que entran por ella.” (Mateo 7:13). “Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” (Mateo 7:14).
Lee Génesis 5...
1: Ésta es la lista de los descendientes de Adán. Cuando Dios creó al ser humano, lo hizo a semejanza de Dios mismo.
2: Los creó hombre y mujer, y los bendijo. El día que fueron creados los llamó «seres humanos».
3: Y vivió Adán ciento y treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.
4: Y fueron los días de Adán, después que engendró a Set, ochocientos años: y engendró hijos e hijas.
5: Y fueron todos los días que vivió Adán novecientos y treinta años, y murió.
6:
Y vivió Set ciento y cinco años, y engendró a Enóc.
En estos pasajes donde se habla de los descendientes de Adán, ¡no se registra el nombre de Caín!...
Leamos nuevamente Lucas 3...
38: “Que fue de Cainán, que fue de Enóc, que fue de Set, que fue de Adán, que fue de Dios.”
Aquí tampoco Dios reconoce a Caín como hijo de Adán... Ver desde el versículo 23 hasta el 38, de Lucas 3, y se podrá constatar que no hay ningún registro de Caín.
Leamos también a Judas 1...
14: “De los cuales también profetizó Enóc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, el Señor es venido con sus santos millares.”
Aquí se lee que Enóc, fue el séptimo desde Adán, ¡¡no dando así lugar a Caín!!
En definitiva, queda perfectamente demostrado que Dios no reconoció a Caín como hijo de Adán, ya que no hay ni un solo versículo, en todos los textos de la Biblia, que así lo exprese.
Nuestro Señor les habló a los judíos: Comencemos con Juan 8...
41: “
vosotros hacéis las obras de vuestro padre, entonces le dijeron: nosotros no somos nacidos de FORNICACIÓN; un padre tenemos, que es Dios.”
Esos judíos sabían muy bien que Cristo los estaba identificando con el linaje que había surgido de la FORNICACIÓN de Eva con el Diablo (l
a serpiente simbólica o bestia literal) y por eso es que aquellos judíos dijeron: “no somos nacidos de FORNICACIÓN,” somos del linaje proveniente de Dios, o sea de Adán.
Continuemos con Juan 8...
44: “Vosotros sois de vuestro padre el Diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso y padre de mentira.”
Si estos judíos habrían sido hijos de Dios, entonces Cristo habría estado blasfemando contra su propio Padre Celestial, al decir: “
Vosotros sois de vuestro padre el Diablo,”. Si Cristo les dijo a esos judíos que tienen como padre al Diablo es porque literalmente el padre de ellos fue, en verdad, el mismo
Satanás, padre de toda mentira. TOTALMENTE ABSURDO sería sostener que existe un solo padre terrenal, ya que todo aquel que así lo quisiera hacer estaría diciéndole a Cristo que en esa oportunidad él faltó a la verdad. Por lo tanto, se ratifica que quien aclara de cuál simiente eran esos judíos fue el mismo Cristo y no ningún estudio bíblico.
Porque, ¿quién fue el primer hombre mentiroso y asesino?: CAÍN; y de la genealogía de Caín es que provenían esos judíos. Ellos sí que conocían, sin duda alguna, la existencia de estas dos genealogías totalmente DISTINTAS, en lo que respecta a lo ESPIRITUAL.
Terminemos ahora con Juan 8...
47: “
El que es de Dios, las palabras de Dios oye;
por esto no las oís vosotros, por que no sois de Dios.”
Aquí, con estas palabras del Mesías, se reafirma una vez más que esos judíos eran los hijos de los que mataron a los antiguos profetas, es decir que ellos fueron los descendientes de esa genealogía, del árbol genealógico de Caín. Así lo manifestaron aquellos judíos, ya que ellos traían las mismas características de sus padres, el de ser asesinos, y es por eso que Cristo los llamó:
“¡
Serpientes, generación de víboras! ¿cómo evitaréis el juicio del infierno?” (Mateo 23:33).
“Viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron mujeres, escogiendo entre todas.”
Aquí, cuando se nombra a los hijos de Dios, éstos fueron, los hijos de Set, puesto que con Lucas 3:38 ya se mostró anteriormente quienes eran los hijos de Dios. Y cuando se nombra a las hijas de los hombres, éstas eran las hijas de Caín, es decir las hermosas mujeres de la descendencia de Satanás. Cabe recalcar que Satanás era agradable a los ojos de Eva, y al decir que era agradable, se entiende que el Diablo, fue una bestia de significante belleza física, por supuesto, ante los ojos de Eva. (Ver Génesis 3:6). Y de aquí es correcto deducir que así como Eva fue atraída por la bestia y la mujer pecó, así, la mayor parte de los hijos de Dios (descendientes de Set), pecaron también al ser atraídos por la significante belleza física que tenían las hijas de los hombres (descendencia de Caín). De esta unión sexual nacieron más gigantes.
Pero volviendo a Génesis 6...
4: “Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que entraron los hijos de Dios a las hijas de los hombres,”
... y ¿cómo se entiende que también habían gigantes antes de que los hijos de Dios entraran a las hijas de los hombres? Pues la respuesta es muy simple: porque los hijos de Caín también entraron a las hijas de Caín, y de ésta unión sexual también nacieron gigantes. Por lo tanto se puede entender, sin duda alguna, que Caín fue un gigante. ¡Por demás claro está!, que, de la otra mezcla, entre la descendencia masculina de Set (los hijos de Dios) y la descendencia femenina de Caín (las hijas de los hombres) también nacieron más gigantes (Génesis 6:4). Y no como muchos creen o suponen que fueron de las simientes de los ángeles de Dios, puesto que como bien se indica en Mateo 22:30, “los ángeles de Dios no se casan ni se dan en casamiento.” Por lo tanto los ángeles de Dios no se reproducen, ni procrean, ni generan ninguna descendencia. Ni entre ellos, ni con las hembras humanas, ni con nadie. Y de aquí es justamente de donde se entiende, a la perfección, sin duda alguna, que el Diablo, en su principio, jamás pudo haber sido un ángel, puesto que el mismo Diablo es quien dejó su propia descendencia, a través de su hijo espiritual, Caín.
Judas 1...
7: “Como Sodoma y Gomorra, y las ciudades comarcanas, las cuales de la misma manera que ellos habían fornicado, y habían seguido la carne extraña, fueron puestas por ejemplo: sufriendo el juicio del fuego eterno.”
Entre los versículos 6 y 7, de Judas 1, se opera una comparación muy importante: en el verso 6 se menciona a los hijos de Dios, hijos de Set, quienes nacieron para ser como ángeles de Dios en el cielo (ver Mateo 22:30), nacieron con esa dignidad,
pero la perdieron al fornicar con las hijas de los hombres, hijas de Caín. Y en el verso 7 hace alusión a los habitantes de Sodoma y Gomorra, y las ciudades comarcanas, que también fornicaron de la misma manera que lo hicieron los llamados hijos de Dios, hijos de Set, al seguir la carne extraña (Judas 1:7) de las hijas de los hombres, es decir, las hijas de Caín (Génesis 6:2).
2 Pedro 2...
5: “Y si no al mundo viejo perdonó, mas guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de malvados;”
6: “Y si condenó por destrucción las ciudades de Sodoma y de Gomorra, tornándolas en ceniza, y poniéndolas por ejemplo a los que habían de vivir sin temor y reverencia de Dios,”
10: “Y principalmente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian la potestad; atrevidos, arrogantes, que no temen decir mal de las potestades superiores:”
12: “Mas éstos, diciendo mal de las cosas que no entienden,
como bestias brutas, que naturalmente son hechas para presa y destrucción, perecerán en su perdición,”
14: “Teniendo los ojos llenos de adulterio, y no saben cesar de pecar; cebando las almas inconstantes; teniendo el corazón ejercitado en codicias, siendo hijos de maldición”
Sobre 2 Pedro 2, se obtiene que Dios Padre, trayendo el diluvio sobre el mundo de malvados no perdonó al mundo viejo (verso 5). Tampoco perdonó a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, ya que las condenó por destrucción (verso 6). Porque aquellos hombres anduvieron en concupiscencia e inmundicia, siguiendo la carne (verso 10), como bestias brutas (verso 12), teniendo los ojos llenos de adulterio, siendo hijos de maldición (verso 14).
Lucas 22...
3: “Y entró Satanás en Judas, por sobrenombre Iscariote, el cual era uno del número de los doce;”
Sí Satanás entró en Judas significa que la bestia, pudo hacer lo mismo con Caín y por ende en su descendencia.
En resumen:
Los hijos de Dios que se lee en Génesis 6:2,4 fueron los hijos de Set que fornicaron con las hijas de los hombres que eran las hijas de Caín.
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.