Re: Elena G. de White, mensajera del Señor
Información católica
(Del griego ana, de nuevo, y baptizo, bautizar; rebautizadores). Grupo violenta y extremadamente radical de reformadores cívico-eclesiásticos que surgieron en 1521 en Zwickau, actual Sajonia, y que todavía existe en formas más moderadas.
I. NOMBRE Y PRINCIPIOS DOCTRINALES
El término Anabautistas, etimológicamente aplicable y aplicado a denominaciones cristianas que practican el re-bautismo, se restringe en el uso histórico general a aquellos que, por negar el bautismo infantil, cobraron notoriedad durante el gran movimiento de reforma del siglo XVI. El calificativo fue unánimemente rechazado por aquellos a quienes se les aplicó, puesto que la discusión no se centraba en el hecho de si el bautismo se puede repetir o no, sino en la validez del primer bautismo. Los nítidos principios en los que concordaban los anabautistas son los siguientes:
Aspiraban a restaurar lo que ellos afirmaban que había sido el cristianismo primitivo. Esta restauración incluía el rechazo de los juramentos y del castigo eterno, y la abstención de ejercer la magistratura. En forma más consecuente que la de la mayoría de los protestantes, mantuvieron como norma de fé la supremacía absoluta y suficiencia única de la Escritura canónica. La inspiración privada y el sentimiento religioso jugaron, sin embargo, un rol importante entre ellos.
Rechazaron, como sin sustento escritural, el bautismo de niños y la doctrina luterana de la justificación por la sola fé.
El nuevo Reino de Dios, que se proponían alcanzar, iba a ser la reconstrucción, con bases enteramente diferentes, de la sociedad tanto civil como religiosa; el comunismo (incluso, para algunos de ellos, la comunidad de mujeres), devendría el principio fundacional del nuevo Estado.
II. ORIGEN E HISTORIA
El problema de la validez del bautismo aparece en dos grandes fases de la historia eclesiástica. La primera controversia se encendió muy luego (siglos III y IV) y se refirió al ministro del sacramento (bautismo administrado por herejes). En una época mucho más tardía surgió la segunda controversia, en la que el punto en discusión fue el bautismo de niños. En los siglos XI y XII los Petrobrusianos rechazaron el bautismo infantil y ellos y muchos herejes medievales posteriores (Henriqueses, valdenses, albigenses y Hermanos Bohemios) mantuvieron posturas asimilables en ciertos aspectos a las doctrinas anabautistas. Hay, empero, poca o ninguna conexión histórica entre estos últimos y aquellas sectas tempranas. Los principios y ejemplos de Lutero ejercieron más influencia sobre el nuevo movimiento; con todo, cualquier persona podía arrogarse la interpretación privada de las Escrituras y la enseñanza interior por el Espíritu Santo, lo que lógicamente llevó a la postura anabautista extrema.
(a) Anabautismo en Sajonia y Turingia (1521-25)
Nicholas Storch, tejedor (fallecido en 1525) y Thomas Münzer, predicador luterano (c. 1490-1525), junto con otros sedicentes “Profetas de Zwickau” lanzaron durante la Reforma el primer ataque al bautismo de niños. La doctrina de la igualdad absoluta de todos los hombres y la completa comunidad de bienes, y los conflictos consiguientes, pronto los enfrentaron a las autoridades civiles de Zwickau. Antes de que se tomaran medidas represivas en su contra, Stoch y dos asociados partieron a Wittenberg (1521), donde continuaron sus prédicas. Muy pronto ganaron a Carlstadt para su causa. La agitación combinada de Carlstadt y Stoch en Wittenberg, y los procedimientos iconoclastas de Carlstadt obligaron a Lutero a dejar el Wartburg y aparecer en escena; predicó en contra de los nuevos apóstoles con tal vehemencia que éstos tuvieron que irse de la ciudad. Hasta su muerte en Munich, Storch viajó por Alemania difundiendo su doctrina, especialmente en Turingia (1522-24) donde fue el primer instigador de las Guerras Campesinas. Münzer rechazó el bautismo infantil en teoría, pero lo mantuvo en la práctica; expulsado de Zwickau (1521), se fue a Bohemia, donde tuvo poco éxito como propagandista. En 1525 llegó como predicador a Alstedt (Sajonia Electoral), donde se casó con una ex monja. Rodeado muy pronto de una gran concurrencia, introdujo un servicio religioso en alemán y atacó tanto a Lutero como al estado de cosas vigente; su estadía en Mühlhausen (Turingia), interrumpida por un viaje a través del sur de Alemania, fue igualmente exitosa. Henry Ppfeifer, monje apóstata que se constituyó en su colaborador en Mühlhausen, había preparado el terreno para un nuevo evangelio. Münzer y Ppfeifer se convirtieron en amos absolutos de la ciudad, y muchedumbres de campesinos y burgueses que, descontentos con las condiciones prevalescientes se habían acercado a ellos, saquearon y devastaron las comarcas vecinas.
A fin de ahogar la insurrección, el Elector Juan de Sajonia, Felipe, Landgrave de Hesse y el duque Enrique de Brunswick unieron sus fuerzas y atacaron al campesinado, conducido por Münzer, en Frankenhausen (1525), donde los insurgentes fueron completamente derrotados. Después de la batalla, Münzer fue descubierto en Frankenhausen en la cama en que se había escondido, y entregado al verdugo. Antes de su muerte recibió los sacramentos de la Iglesia Católica, en tanto que a su aliado Pfeifer, aún impenitente, se le impuso la pena de muerte (1525).
(b) El movimiento anabautista suizo (1523-25)
Al igual que Lutero, Zwingli, originador de la Reforma en Suiza, enfrentó muy pronto competidores más radicales. En 1525 algunos de sus asociados se separaron de él y predicaron el rebautismo y el comunismo, encontrando dos líderes idóneos en John Denk y Balthasar Hubmaier. Sus seguidores, salidos especialmente de la clase trabajadora, llegaron a ser considerables no sólo en Suiza sino también en el sur de Alemania y en Austria. Augsburg, Nuremberg, y en fecha posterior, Estrasburgo, se convirtieron en los principales centros del movimiento. La resistencia a su difusión provino de dos fuentes: la doctrina anabautista añadió bastante a las Guerras Campesinas, que estallaron (1524) en el territorio mismo en el que los anabautistas habían hecho su propaganda, por lo cual la derrota de los campesinos (1525) significó en buena medida la dispersión de los anabautistas. Por otra parte algunos municipios, como el de Zürich (1526), decretaron las más severas penas contra sus adherentes; pero a pesar de la derrota y la constante represión, la secta siguió sobreviviendo.
(c) Los anabautistas en Münster (1533-35)
El incremento de los anabautistas en la Baja Alemania y en los Países Bajos debe atribuirse en gran medida a la actividad de Melchior Hofmann, un peletero muy viajado. La llegada de algunos de sus discípulos (melquioritas) a Münster en Westfalia (1533-34) marca el comienzo del período más importante en la historia de los anabautistas y esa ciudad. El clérigo Bernard Rothmann y el comerciante en telas Knipperdollinck ya habían difundido allí ideas luteranas. Ambos se unieron al movimiento anabautista, del cual John Matthys o Matthiessen, ex panadero, y el sastre holandés John Bockelsohn o Bockold (mejor conocido como Juan de Leyden), llegaron a ser dos grandes representantes locales. Knipperdollinck fue elegido alcalde (febrero de 1534) y la ciudad pasó a completo e irrestricto control de los partidarios del rebautismo. Münster, en vez de Estrasburgo, sería el centro de la proyectada conquista del mundo, la “Nueva Jerusalén", cuya fundación se caracterizó por un reino del terror e por indescriptibles orgías. Se destruyeron tesoros de la literatura y el arte y se introdujeron el comunismo, la poligamia y la comunidad de mujeres; Rothman tomó para sí cuatro esposas, y Juan de Leyden, dieciséis. Este último fue proclamado rey de la “Nueva Sión”, a la cual Francisco de Waldeck, obispo y señor temporal de la ciudad, ya había empezado a asediar (1534). En junio de 1535 la defensa se fue volviendo cada vez más inefectiva y Juan, como medio final de escapatoria, decidió poner fuego a la ciudad. Su plan se vió frustrado por la inesperada captura de ésta por sus sitiadores (24 de junio de 1535). El rey, su lugarteniente Knipperdollinck y su canciller Krechting fueron capturados y, luego de seis meses de prisión y tortura, ejecutados. Como feroz advertencia, se colgaron sus cuerpos en jaulas de hierro desde la torres de la iglesia de San Lamberto.
III. RESULTADOS
Los anabautistas en Inglaterra
Junto con los elementos fanáticos, siempre hubo en el movimiento anabautista una corriente más pacífica representada especialmente por sus adherentes suizos. El efecto de la caída de Münster y de la decidida represión del anabaustismo tanto por parte de los católicos como de los luteranos y Zwinglianos, fue la muy notoria y finalmente completa eliminación de los rasgos violentos del movimiento. Menno Simonis, un ex sacerdote católico que se les unió en 1536, ejerció una influencia positiva en esto: la denominación misma de anabautistas fue reemplazada por otras, sobre todo por la de menonitas, nombre.con el que se les conoce hoy, principalmente en Holanda, Alemania y Estados Unidos. Otro resultado de la caída de Münster parece haber sido el surgimiento de anabautistas en Inglaterra, donde fueron noticia frecuente poco después de esa fecha y continuaron siéndolo durante los siglos XVI y XVII. Es muy probable que el movimiento allí haya estado integrado mayoritariamente por refugiados holandeses y alemanes. La pena de muerte y las prohibiciones impuestas contra la secta impidió que ésta adquiriera relevancia. Su doctrina respecto del bautismo de niños fue adoptada por los Bautistas británicos y norteamericanos.
Escrito por N.A. Weber y transcrito por Robert H. Sarkissian. Enciclopedia Católica, Volumen I, publicada en 1907. New York: Robert Appleton Co. Nihil Obstat, 1° de marzo de 1907. Remy Lafort, S.T.D., Censor. Imprimatur. +John Cardinal Farley, Arzobispo de Nueva York .
Bibliografía
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