Re: Elena G. de White, mensajera del Señor
Estimados hermanos. Saludos cordiales.
Cuando analizamos las declaraciones de Ernesto Gil, con más acuisiosidad, nos damos cuenta que sus verdades son verdades a medias. Veamos:
Ernesto Gil dice: “Ayer insinuó (refiriéndose a mí), que un tal Sr. Curtis añadió el párrafo en cuestión.
Gabriel47 responde: Nuevamente estás confundido , la cita a la que te refieres la escribistes tú, leamos: “Lo del Sr. Curtis no tiene que ver con los escritos de EGW puesto que él nunca pudo haber alterado las publicaciones de EGW que posee el "White Estate"... esto lo puedes corroborar en los links que puse. Curtis escribió sus propios artículos que no tienen que ver con lo que el "White Estate tiene en su poder".(#1899 Yesterday, 03:39)
Entonces si lees con más detenimiento, verás que ¡ésta es tu respuesta! y la idea que te mencioné es esta otra, leamos:
“La respuesta a las dudas de Ernesto Gil, se encuentran escritas en un Capítulo de Primeros Escritos, del que me imagino que no tiene idea de su contenido”, y no lo que es de tu autoría, ¿o acaso no sabes lo que escribes? (ver mensaje #1898).
Ernesto Gil dice: Te ves muy mal Gabriel47…
Respondo: Si tu mirada es a través de las cartas del TAROT, por supuesto que verás mal a medio mundo o más, y no me extraña que me veas mal, ahora si me ves a través de los lentes de 5 dioptrías de tu acólito, tu visión no será muy nítida.
Por otra parte, te agradezco la información que provees sobre las cartas que aparecen en el whiteestate. Org, son interesantísimas para los investigadores.
En la dirección “Statements Mistakenly Attributed to Ellen G. White” hay dos interesantes archivos sobre la “puerta cerrada”.
Bueno, te recuerdo que te mencioné que en el Libro “Primeros Escritos” hay un capítulo que nos ilustra lo que realmente ocurría con las adiciones hechas por personas ajenas en la época de G. Miller y Ellen White, y no es de extrañar que eso haya sucedido en otros periodos y pueda estar pasando hoy en día ante nuestros propios ojos, acuérdate de “las falsas decretales” en el pasado, por ejemplo, o te has preguntado ¿por qué hoy en día, la iglesia Católica es socia mayorista de nada más y nada menos que de las acciones de “Las Sociedades Bíblicas?
Lo que tú dices sobre la puerta cerrada, ya lo respondió Ellen White, y para mi es completamente creíble. Es más si lo asocias a lo que va a suceder en relación al término del periodo de gracia, cuando el Señor diga: “El que es injusto, sea injusto todavía, el que es sucio, ensúciese todavía, y el que justo, sea todavía justificado, y el santo sea santificado todavía (santifíquese mas*1960) Apocalipsis 22:11, es similar.
Pues bien, a quién tú catalogas como falso (¿y a quién no?), Guillermo Miller, tuvo un sueño, y este aparece en el libro “Primeros Escritos”.
Como resumen ya que son tres hojas, en este sueño nos dice que Dios, por una mano invisible, le mandó un cofre de curiosa hechura, allí nos menciona las medidas y los materiales de los cuales estaba hecho. Al abrirlo con la llave adjunta, para su ¡asombro y sorpresa! se encontró que en su interior estaba lleno de joyas: diamantes, piedras preciosas y monedas de oro y plata, de todo tamaño, valor y clase, hermosamente ordenados en sus lugares dentro del cofre; fijémonos en este detalle ahora: “y ASI colocados reflejaban una gloria y una luz que sólo podían compararse con las del sol.
Miller quiso compartir de este espectáculo maravilloso, e invitó a pasar a quién quisiera verlo en el centro de su habitación.
Al acudir la gente, unos pocos al comienzo, luego su número fue aumentando hasta ser una muchedumbre. Cuando miraban por primera vez el interior del cofre, se admiraban y dejaban oír exclamaciones de gozo. Pero cuando el número de espectadores aumentó, cada uno se puso a desordenar las joyas, sacándolas del cofre y desparramándolas sobre la mesa. Les pidió y les rogó que no hicieran eso, por temor a que el dueño lo reprendiera por esto al devolverlas y que el no podría ordenar como estaban en un comienzo. Pero la gente no hacía caso a sus suplicas y más las esparcían y desordenaban desparramándolas por el piso y sobre cada mueble.
Ahora bien lo que nos atañe: “Vi entonces que entre las joyas y las monedas genuinas se había introducido una innumerable cantidad de joyas y monedas falsas”. Guillermo Miller nos dice entonces: “Me indignó la conducta vil e ingrata de la gente, a la cual dirigí reproches, pero cuanto más los reprendía, tanto más desparramaban joyas y monedas falsas entre las genuinas.”
La gente trajo arena virutas y basura hasta llegó a destruir el cofre, al tratar de empujarlos para que salieran, lloró y se lamentó por la responsabilidad e incapacidad de resolver ese problema, entonces pidió ayuda a Dios.
Inmediatamente se abrió la puerta, y cuando toda la gente se hubo ido entró un hombre a la habitación.
Tenía una escobilla en la mano; abrió las ventanas y comenzó a barrer el polvo y la basura de la habitación…” ( ver P. E. págs.82-84)
En la metáfora que nos presenta este libro vemos como se adultera fácilmente las preciosas joyas de la verdad, Guillermo Miller fue fiel a la verdad presente para su época, ahora nos corresponde a nosotros ser leales y fieles a la verdad para nuestra época. “La verdad presente”
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.
Estimados hermanos. Saludos cordiales.
Cuando analizamos las declaraciones de Ernesto Gil, con más acuisiosidad, nos damos cuenta que sus verdades son verdades a medias. Veamos:
Ernesto Gil dice: “Ayer insinuó (refiriéndose a mí), que un tal Sr. Curtis añadió el párrafo en cuestión.
Gabriel47 responde: Nuevamente estás confundido , la cita a la que te refieres la escribistes tú, leamos: “Lo del Sr. Curtis no tiene que ver con los escritos de EGW puesto que él nunca pudo haber alterado las publicaciones de EGW que posee el "White Estate"... esto lo puedes corroborar en los links que puse. Curtis escribió sus propios artículos que no tienen que ver con lo que el "White Estate tiene en su poder".(#1899 Yesterday, 03:39)
Entonces si lees con más detenimiento, verás que ¡ésta es tu respuesta! y la idea que te mencioné es esta otra, leamos:
“La respuesta a las dudas de Ernesto Gil, se encuentran escritas en un Capítulo de Primeros Escritos, del que me imagino que no tiene idea de su contenido”, y no lo que es de tu autoría, ¿o acaso no sabes lo que escribes? (ver mensaje #1898).
Ernesto Gil dice: Te ves muy mal Gabriel47…
Respondo: Si tu mirada es a través de las cartas del TAROT, por supuesto que verás mal a medio mundo o más, y no me extraña que me veas mal, ahora si me ves a través de los lentes de 5 dioptrías de tu acólito, tu visión no será muy nítida.
Por otra parte, te agradezco la información que provees sobre las cartas que aparecen en el whiteestate. Org, son interesantísimas para los investigadores.
En la dirección “Statements Mistakenly Attributed to Ellen G. White” hay dos interesantes archivos sobre la “puerta cerrada”.
Bueno, te recuerdo que te mencioné que en el Libro “Primeros Escritos” hay un capítulo que nos ilustra lo que realmente ocurría con las adiciones hechas por personas ajenas en la época de G. Miller y Ellen White, y no es de extrañar que eso haya sucedido en otros periodos y pueda estar pasando hoy en día ante nuestros propios ojos, acuérdate de “las falsas decretales” en el pasado, por ejemplo, o te has preguntado ¿por qué hoy en día, la iglesia Católica es socia mayorista de nada más y nada menos que de las acciones de “Las Sociedades Bíblicas?
Lo que tú dices sobre la puerta cerrada, ya lo respondió Ellen White, y para mi es completamente creíble. Es más si lo asocias a lo que va a suceder en relación al término del periodo de gracia, cuando el Señor diga: “El que es injusto, sea injusto todavía, el que es sucio, ensúciese todavía, y el que justo, sea todavía justificado, y el santo sea santificado todavía (santifíquese mas*1960) Apocalipsis 22:11, es similar.
Pues bien, a quién tú catalogas como falso (¿y a quién no?), Guillermo Miller, tuvo un sueño, y este aparece en el libro “Primeros Escritos”.
Como resumen ya que son tres hojas, en este sueño nos dice que Dios, por una mano invisible, le mandó un cofre de curiosa hechura, allí nos menciona las medidas y los materiales de los cuales estaba hecho. Al abrirlo con la llave adjunta, para su ¡asombro y sorpresa! se encontró que en su interior estaba lleno de joyas: diamantes, piedras preciosas y monedas de oro y plata, de todo tamaño, valor y clase, hermosamente ordenados en sus lugares dentro del cofre; fijémonos en este detalle ahora: “y ASI colocados reflejaban una gloria y una luz que sólo podían compararse con las del sol.
Miller quiso compartir de este espectáculo maravilloso, e invitó a pasar a quién quisiera verlo en el centro de su habitación.
Al acudir la gente, unos pocos al comienzo, luego su número fue aumentando hasta ser una muchedumbre. Cuando miraban por primera vez el interior del cofre, se admiraban y dejaban oír exclamaciones de gozo. Pero cuando el número de espectadores aumentó, cada uno se puso a desordenar las joyas, sacándolas del cofre y desparramándolas sobre la mesa. Les pidió y les rogó que no hicieran eso, por temor a que el dueño lo reprendiera por esto al devolverlas y que el no podría ordenar como estaban en un comienzo. Pero la gente no hacía caso a sus suplicas y más las esparcían y desordenaban desparramándolas por el piso y sobre cada mueble.
Ahora bien lo que nos atañe: “Vi entonces que entre las joyas y las monedas genuinas se había introducido una innumerable cantidad de joyas y monedas falsas”. Guillermo Miller nos dice entonces: “Me indignó la conducta vil e ingrata de la gente, a la cual dirigí reproches, pero cuanto más los reprendía, tanto más desparramaban joyas y monedas falsas entre las genuinas.”
La gente trajo arena virutas y basura hasta llegó a destruir el cofre, al tratar de empujarlos para que salieran, lloró y se lamentó por la responsabilidad e incapacidad de resolver ese problema, entonces pidió ayuda a Dios.
Inmediatamente se abrió la puerta, y cuando toda la gente se hubo ido entró un hombre a la habitación.
Tenía una escobilla en la mano; abrió las ventanas y comenzó a barrer el polvo y la basura de la habitación…” ( ver P. E. págs.82-84)
En la metáfora que nos presenta este libro vemos como se adultera fácilmente las preciosas joyas de la verdad, Guillermo Miller fue fiel a la verdad presente para su época, ahora nos corresponde a nosotros ser leales y fieles a la verdad para nuestra época. “La verdad presente”
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.