Cristo nos libera de las cadenas de la esclavitud del pecado, él y NO OTRO es la Verdad y la Verdad nos hará libres, pero si sigues otra verdad pues estas en la mentira en esa avenida ancha que lleva a la perdición, aunque creas que no pecas, que eres moralmente mejor, que ya pecas menos o te veas a ti mismo mejor planchado, que “no soy como antes”A menos que estemos realmente dispuestos a dejar nuestros malos comportamientos, Dios no puede perdonarnos, por más que Jesús haya muerto en la cruz por nosotros.
Debemos estar dispuestos, como Pedro, a bajarnos de la barca, y a pesar de nuestros miedos, caminar sobre el agua para seguirlo. Y cuando nos sentimos hundir, tomar su mano extendida, incorporarnos, y volver a caminar.
Pedro necesitó caminar. El hijo pródigo necesitó caminar.
A la mujer adúltera que Jesús salvó de la lapidación le dijo "Ve y no peques más". Ser salvo significa estar en Cristo, y estar en Cristo es "andar como Él anduvo". (1 Jn 2:6)
A Dios le interesa salvarnos DE VERDAD, del infierno en que vivimos: de la esclavitud de nuestros pecados.
Si usted, mi hermana, conoce a alguien que a pesar de los pecados que pueda cometer de cuando en cuando, ya no vive como ESCLAVO de ellos, es que Cristo lo ha liberado. No necesitas preguntarle "¿Conoces a Jesús?" porque es obvio que conoce, vive y cena con Jesucristo.
Tomar a otro por Maestro o Señor es en si, una blasfemia