NO ES PARA RECORDARSELO A LOS DEMONIOS, ES PARA RECORDARSELO A USTED.
No es al diablo y sus demonios a quienes haya que recordarles que un redimido ha sido cubierto eternamente con la sangre de Jesús, ellos saben muy bien eso, y tiemblan, pero sucede que mediante los dardos de fuego que el enemigo arroja a todo redimido, la comprensión de estas verdades es ensombrecida, y es por eso que se nos manda fortalecernos en el Señor y en el poder de su fuerza, y se nos manda tomar también toda la armadura de Dios para poder estar firmes contra esos ataques ( Efes 6: 10-18), y precisamente una parte fundamental de esa armadura es la coraza de justicia, y cuando nos vestimos con esa coraza de justicia estamos asumiendo que hemos sido justificados por la sangre del Señor y que tenemos un abogado ante el Padre, un abogado que desarma toda acusación del enemigo. Repito no es a los demonios a quienes hay que recordarles estas cosas sino a nosotros mismos, y en eso consiste vestirse de la coraza de justicia.
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