Re: El Papa Benedicto condenó la idolatría
Confunden, como lo han hecho vuestros padres los reformadores durante quinientos años, idolatría con imágenes sagradas.
La Biblia enseña que imágenes sagradas e ídolos son conceptos bíblicos totalmente distintos. Sin embargo, ustedes los mezclan permanente y contumazmente.
A continuación podrás leer, si te das el tiempo, un estudio bíblico serio y responsable sobre este tema (le he agregado algunas consideraciones personales mínimas).
Introducción
Cuántas veces no hemos escuchado acusar falsamente a los católicos de adorar imágenes ¡. lo que está prohibido en la Biblia, cuando leemos: "Tenga, pues, mucho cuidado de no caer en la perversión de hacer figuras que tengan forma de hombre o de mujer, ni figura de animales, aves, reptiles o peces. Y cuando miren al cielo y vean el sol, la luna, los estrellas y todos los astros, no caigan en la tentación de adorarlos" (Deuteronomio 4, 15-19 ).
Para entender este decreto divino tenemos que situarnos en el contexto histórico, geográfico, cultural y religioso en el momento en que se escribió este libro del Pentateuco: cuando solamente el "pueblo judío" como el "escogido, rendía tributo al único y verdadero Dios revelado a Moisés en el monte Horeb (Exodo 20,3). Por el contrario, las otros civilizaciones y pueblos antiguos que vivían en la región de la Mesopotamia, adoraban falsos dioses (Josué 24,14).
Los idolos de los paganos.
Las Sagradas Escrituras hacen varias referencias de estas deidades identificándolas con nombres propios. El principal de todos que rivalizaba con Yahvé, era Baal que significa "Amo o Señor", dios de los cananeos representado en forma de buey, y que fue sometido a la prueba del fuego por el profeta Elías en el monte Carmelo (1 Reyes 18,20-40).
También en Babilonio se encontraban los dioses Bel y Marduc (Jeremías 6,23-27), y una enorme serpiente que fue destruida por el profeta Daniel (14, 23-27): al igual, que Moloc, dios de los amonitas con cabeza de toro y cuerpo de hombre ( 1 Reyes 11,7), Dagon, ídolo de los filisteos con figura humana hasta la cintura, y terminando en forma de cuerpo de pez (1Samuel 5,4), El becerro de oro, construido por Aarón y los hebreos durante el éxodo (32,1-8).
Mélec, que significa ‘'rey", y se aplica en el Antiguo Testamento como título a varios dioses legendarios (Isaías 57,9), la "diosa reina del cielo" en Egipto (Jeremías 44, 16-19), al lado de Astarté, diosa cananea de lo fertilidad, Milcom, otro ídolo de los amonitas , Quemos dios de Moab ( 1 Reyes 11, 57), la estrella del dios Refán (Hechos 7,43), Zeus y Hermes para los griegos (Hechos 14,11-12), además de muchos dioses del Canaán (Salmo 106, 38), y de otros pueblo paganos (Jueces 10,6).
Estos ídolos de los paganos eran hechos de "oro, plata, Bronce, hierro, madero y piedra"(Daniel 5,4), "tienen boca, pero no pueden hablar tienen ojos, pero no pueden ver" ( Salmo 115, 4- 8), ya que son verdaderos "altares de los demonios" ( 2 Reyes 23,8), "que no sirven para nada" (Jeremías 2,11), ni pueden salvar ( Isaías 45,20).
Por eso, el apóstol San Juan recalca que hay que cuidarse de los "dioses falsos" (1Juan 5,21), mientras que San Pablo agrega "los dioses hechos por los hombres no son dioses" (Hechos 9,26), "un ídolo no tiene valor alguno en el mundo" (1Corintios 8,4). Los católicos no tenemos "idolos" como los pueblos paganos antiguos, SINO SOLAMENTE TENEMOS IMAGENES. Esta es la diferencia enorme que los protestantes no han captado en la Biblia.
Condenacion de Yaveh contra la idolatria
Hay tres razones por las que La Biblia condena este tipo de culto:
1. Porque era algo detestable ante los ojos de Dios: ‘Yo soy el Señor, ése es mi nombre, y no permitiré que den gloria a ningún otro, ni que honren a los ídolos en vez de a mí" (Isaías 42,8).
2. Porque el pueblo judío llegó o introducirlos en el templo sagrado de Jerusalén, la ciudad escogida entre todas las tribus de Israel ( 1 Reyes 11,32), después de que el rey Salomón en su vejez Cayena en la idolatría ( 1 Reyes 11, 4; Jeremías 7,30); lo que duró hasta la reforma en el reinado de Josías (2 Reyes 23,4).
3. Porque los israelitas les ofrecieron en su honor vino y cereal (Isaías 57, 6), Incienso en altares de ladrillo y sobre los montes (Isaías 65, 3.7); sacrificaban toros, mataban hombres, degollaban ovejas, desnucaban perros y derramaban la sangre de los cerdos (Isaías 66,3). Incluso, "han sacrificado en el fuego a sus propios hijos" (Ezequiel 23, 37). Fueron estas las causas por las que el Señor castigó ejemplarmente a Israel ( Jeremías 44. 22-23).
LAS IMÁGENES SAGRADAS
El mismo Dios del cielo le ordenó a su pueblo construir figuras con fines curativas, sagradas y decorativas; como la "serpiente de bronce" que fue utilizada como antídoto contra la mordedura de estos reptiles en el desierto del Sinaí (Números 21, 8); o el "arca de La alianza", cofre hecho de madera de acacia y recubierta de oro, con dos querubines en la tapa, y en cuyo interior se encontraban las tres grandes reliquias de la "Antigua Alianza", que eran las tablas de la ley, el bastón milagroso de Aarón y una jarra de oro con parte del maná (Exodo 25.10-22; Hebreos 9,3-5). Era tal su importancia y dignidad que Yahvé descendía en medio de una nube sobre ella, en el lugar más sagrado de la tienda y del templo, que era llamado como el "Santísimo" (Levítico 16,2; Hebreos 9, 1-3), aquí daba las órdenes para los israelitas "desde lo alto de la tapa, de entre los dos seres alados" (Exodo 25,22), "que representaban la presencia de Dios"(Hebreos 9,5) .
Solamente los levitas (ayudantes de los sacerdotes) debían cargarla cuando era trasladada en procesión de un lugar a otro (1 Crónicas 15, 1-2); nadie a parte de ellos podían tocarla, pues morían en el acto ( 2 Samuel 6, 6 - 7). El propio Josué en compañía de los ancianos de Israel, se postraron delante suyo para hacer oración al Señor (7,6). Caso contrario fue lo que le sucedió a los tres jóvenes hebreos: Sadrac, Mesac y Abed-Nejo; quienes no quisieron arrodillarse para adorar la estatua de oro que mandó a construir el rey Nabucodonosor en Babilonia (Daniel 3,1-18). Cumpliendo así el mandato de la ley mosaica en Deuteronomio 5,8-9. Entonces, lo que la Biblia prohibe no es arrodillarse, sino el hacerlo para adorar a algo o a alguien como un dios.
El Temlpo de Jerusalen (¡¡IMAGEN SAGRADA POR EXCELENCIA DEL A.T.!!)
Este recinto sagrado era llamado como la "casa de Dios" (2 Crónicas 6,18), "Santo Templo" (Salmo 68,5) o "templo del Señor" (1Samuel 1,9.24); era considerado como "una figura del santuario verdadero" (Hebreos 9,24); y estaba adornado en un principio por "seres alados, palmeras, flores, granadas, frutas, leones, toros y guirnaldas" ( 1 Reyes 6, 18.29.32.34-35; 7,19-20,25. 29.36). El ya mencionado rey Salomón, hizo dos enormes ángeles de madera de olivo y cubiertos de oro, para que custodiaron el Lugar Santísimo (1 Reyes 6,23. 28-29).
Anteriormente, Moisés había dado ordenes a los artistas para que confeccionaran en el Santuario, diez cortinas de diferentes colores bordadas con dos seres alados (Exodo 26,1.31-33; 36,8.35); y todo esto con la aprobación celestial. Es más, en la visión que el profeta Ezequiel tuvo del "templo futuro", aparecen dos imágenes de un ángel con cara de hombre y otro con cara de león, al lado de más "seres alados y palmeras"(41, 18-20 )
Todos contra los que levantan falsos testimonios en contra del prójimo contumazmente.
Vd., o no entiende lo que lee, o aùn màs grave, promueve la idolatrìa a propòsito con fines materiales, oponièndose asì abiertamente a la Ley de Dios, que es contundente, y sobre todo en este caso, que tanto se repite en la Biblia; la cual es un libro religioso, no una guìa de museos ni de monumentos arquitectònicos; por lo que, las imàgenes o estatuas que Dios prohibe siempre son de caràcter religioso, ìdolos, los cuales se consideran sagrados, ante los cuales se postran, los llevan de procesiòn, les ponen velas encencidas, etc..., que es lo que Dios condena en su Palabra (Exodo 20:3-6); ya que, si son imàgenes o estatuas de adorno, la Biblia lo especifica, como por ej., los adornos que habìan en el Templo de Dios en Jerusalèn, ante los cuales ningùn israelita fiel se le ocurrìa postrarse (1ºReyes 7:29).
Ademàs, a Dios no le molesta que lo represente un ser humano vivo, siervo suyo, pues estamos hecho a imàgen y semejanza de Dios; pero le desagrada mucho y le sienta muy mal ser representado por algo material, de piedra, madera, metal, escayola, yeso, etc..., fabricado por manos humanas, ya que, Dios es un ser vivo, el Ser màs grande del Universo, a quien ningùn ser humano puede ver porque es un Espìritu (Juan 4:23,24); por tanto, le ofende mucho que lo representen con algo material, que no tiene vida; todo èso lo deja bien explicado a travès de su Palabra, la Biblia, como por ej. los textos bìblicos de Exodo 20:3-6, 23; Deuteronomio 4:15-19, 23,24; Salmos 115(113):4-9; Isaias 40:18-26; 42:8; 44:9-20; etc...; mandamiento que muchos israelitas del pasado olvidaron y cayeron en la idolatrìa, muriendo muchos de èllos por esa causa (Jeremìas 7:18-20; 10:1-6; 25:4-7; Habacuc 2:18,19; etc...).
Asì que si Dios prohibe que se hagan imàgenes o estatuas representàndolo a Èl, a quien nadie ha visto, siendo ademàs una ofensa para Dios, ¡con cuanta màs razòn prohibe que uno se haga imàgenes o estatuas de personas muertas por motivos religiosos (ìdolos)!, pues èso lleva a la idolatrìa, de la cual hay que huir, pues conduce a la muerte, como tambièn indican las Escrituras Griegas cristianas (el Nuevo Testamento), cuando por ej., Jesucristo, citando de Exodo 20:3-6 y respondiendo al Diablo, dijo que sòlo a Jehovà (Yahveh) hay que adorar (venerar) y sòlo a Dios hay que rendir culto (servicio sagrado). (Mateo 4:10); y tambièn cuando el apòstol Pablo dijo que Dios no habita en templos construidos por manos humanas, ni es semejante a oro, plata, piedra, etc... Hechos 17:16, 24-31; 19:23-40; 1ªCorintios 10:14-22; Apocalipsis 9:20,21; 21:8, etc..).
Los primeros mandamientos que se dan en Exodo 20:3-6, son los mandamientos que màs se repiten en la Biblia, hasta el ùltimo libro, Apocalipsis, y por algo estàn en primer lugar. Asì que, querer anularlos y no cumplirlos es un grave pecado contra Dios; pues ademàs de cometer idolatrìa, se pone uno por encima de la Ley de Dios, lo que equivale a la soberbia, que unido a la blasfemia y a la avaricia, lleva a que uno se rebele contra Dios y desobedezca sus Leyes (Mateo 15:8,9,14,18,19); pues no hay que olvidar que, al igual que los antiguos paganos en Èfeso tenìan ya montado sus negocios sobre la imàgen o estatua de la diosa Artemisa (Diana), donde tambièn apareciò, en el siglo V, la veneraciòn a Marìa, la que fuè madre del Hijo de Dios en la Tierra (Hechos 19:23-40), hoy dìa, tambièn en muchos sitios del planeta hay un negocio muy lucrativo sobre las imàgenes o estatuas religiosas (ìdolos) de supuestos santos/santas, por lo que la avaricia, una vez màs, y como dijo tambièn el apòstol Pablo, es la raiz de todo mal (1ªTimoteo 6:10).
Todos contra la idolatrìa (Exodo 20:3-6; Mateo 4:10).
Confunden, como lo han hecho vuestros padres los reformadores durante quinientos años, idolatría con imágenes sagradas.
La Biblia enseña que imágenes sagradas e ídolos son conceptos bíblicos totalmente distintos. Sin embargo, ustedes los mezclan permanente y contumazmente.
A continuación podrás leer, si te das el tiempo, un estudio bíblico serio y responsable sobre este tema (le he agregado algunas consideraciones personales mínimas).
Introducción
Cuántas veces no hemos escuchado acusar falsamente a los católicos de adorar imágenes ¡. lo que está prohibido en la Biblia, cuando leemos: "Tenga, pues, mucho cuidado de no caer en la perversión de hacer figuras que tengan forma de hombre o de mujer, ni figura de animales, aves, reptiles o peces. Y cuando miren al cielo y vean el sol, la luna, los estrellas y todos los astros, no caigan en la tentación de adorarlos" (Deuteronomio 4, 15-19 ).
Para entender este decreto divino tenemos que situarnos en el contexto histórico, geográfico, cultural y religioso en el momento en que se escribió este libro del Pentateuco: cuando solamente el "pueblo judío" como el "escogido, rendía tributo al único y verdadero Dios revelado a Moisés en el monte Horeb (Exodo 20,3). Por el contrario, las otros civilizaciones y pueblos antiguos que vivían en la región de la Mesopotamia, adoraban falsos dioses (Josué 24,14).
Los idolos de los paganos.
Las Sagradas Escrituras hacen varias referencias de estas deidades identificándolas con nombres propios. El principal de todos que rivalizaba con Yahvé, era Baal que significa "Amo o Señor", dios de los cananeos representado en forma de buey, y que fue sometido a la prueba del fuego por el profeta Elías en el monte Carmelo (1 Reyes 18,20-40).
También en Babilonio se encontraban los dioses Bel y Marduc (Jeremías 6,23-27), y una enorme serpiente que fue destruida por el profeta Daniel (14, 23-27): al igual, que Moloc, dios de los amonitas con cabeza de toro y cuerpo de hombre ( 1 Reyes 11,7), Dagon, ídolo de los filisteos con figura humana hasta la cintura, y terminando en forma de cuerpo de pez (1Samuel 5,4), El becerro de oro, construido por Aarón y los hebreos durante el éxodo (32,1-8).
Mélec, que significa ‘'rey", y se aplica en el Antiguo Testamento como título a varios dioses legendarios (Isaías 57,9), la "diosa reina del cielo" en Egipto (Jeremías 44, 16-19), al lado de Astarté, diosa cananea de lo fertilidad, Milcom, otro ídolo de los amonitas , Quemos dios de Moab ( 1 Reyes 11, 57), la estrella del dios Refán (Hechos 7,43), Zeus y Hermes para los griegos (Hechos 14,11-12), además de muchos dioses del Canaán (Salmo 106, 38), y de otros pueblo paganos (Jueces 10,6).
Estos ídolos de los paganos eran hechos de "oro, plata, Bronce, hierro, madero y piedra"(Daniel 5,4), "tienen boca, pero no pueden hablar tienen ojos, pero no pueden ver" ( Salmo 115, 4- 8), ya que son verdaderos "altares de los demonios" ( 2 Reyes 23,8), "que no sirven para nada" (Jeremías 2,11), ni pueden salvar ( Isaías 45,20).
Por eso, el apóstol San Juan recalca que hay que cuidarse de los "dioses falsos" (1Juan 5,21), mientras que San Pablo agrega "los dioses hechos por los hombres no son dioses" (Hechos 9,26), "un ídolo no tiene valor alguno en el mundo" (1Corintios 8,4). Los católicos no tenemos "idolos" como los pueblos paganos antiguos, SINO SOLAMENTE TENEMOS IMAGENES. Esta es la diferencia enorme que los protestantes no han captado en la Biblia.
Condenacion de Yaveh contra la idolatria
Hay tres razones por las que La Biblia condena este tipo de culto:
1. Porque era algo detestable ante los ojos de Dios: ‘Yo soy el Señor, ése es mi nombre, y no permitiré que den gloria a ningún otro, ni que honren a los ídolos en vez de a mí" (Isaías 42,8).
2. Porque el pueblo judío llegó o introducirlos en el templo sagrado de Jerusalén, la ciudad escogida entre todas las tribus de Israel ( 1 Reyes 11,32), después de que el rey Salomón en su vejez Cayena en la idolatría ( 1 Reyes 11, 4; Jeremías 7,30); lo que duró hasta la reforma en el reinado de Josías (2 Reyes 23,4).
3. Porque los israelitas les ofrecieron en su honor vino y cereal (Isaías 57, 6), Incienso en altares de ladrillo y sobre los montes (Isaías 65, 3.7); sacrificaban toros, mataban hombres, degollaban ovejas, desnucaban perros y derramaban la sangre de los cerdos (Isaías 66,3). Incluso, "han sacrificado en el fuego a sus propios hijos" (Ezequiel 23, 37). Fueron estas las causas por las que el Señor castigó ejemplarmente a Israel ( Jeremías 44. 22-23).
LAS IMÁGENES SAGRADAS
El mismo Dios del cielo le ordenó a su pueblo construir figuras con fines curativas, sagradas y decorativas; como la "serpiente de bronce" que fue utilizada como antídoto contra la mordedura de estos reptiles en el desierto del Sinaí (Números 21, 8); o el "arca de La alianza", cofre hecho de madera de acacia y recubierta de oro, con dos querubines en la tapa, y en cuyo interior se encontraban las tres grandes reliquias de la "Antigua Alianza", que eran las tablas de la ley, el bastón milagroso de Aarón y una jarra de oro con parte del maná (Exodo 25.10-22; Hebreos 9,3-5). Era tal su importancia y dignidad que Yahvé descendía en medio de una nube sobre ella, en el lugar más sagrado de la tienda y del templo, que era llamado como el "Santísimo" (Levítico 16,2; Hebreos 9, 1-3), aquí daba las órdenes para los israelitas "desde lo alto de la tapa, de entre los dos seres alados" (Exodo 25,22), "que representaban la presencia de Dios"(Hebreos 9,5) .
Solamente los levitas (ayudantes de los sacerdotes) debían cargarla cuando era trasladada en procesión de un lugar a otro (1 Crónicas 15, 1-2); nadie a parte de ellos podían tocarla, pues morían en el acto ( 2 Samuel 6, 6 - 7). El propio Josué en compañía de los ancianos de Israel, se postraron delante suyo para hacer oración al Señor (7,6). Caso contrario fue lo que le sucedió a los tres jóvenes hebreos: Sadrac, Mesac y Abed-Nejo; quienes no quisieron arrodillarse para adorar la estatua de oro que mandó a construir el rey Nabucodonosor en Babilonia (Daniel 3,1-18). Cumpliendo así el mandato de la ley mosaica en Deuteronomio 5,8-9. Entonces, lo que la Biblia prohibe no es arrodillarse, sino el hacerlo para adorar a algo o a alguien como un dios.
El Temlpo de Jerusalen (¡¡IMAGEN SAGRADA POR EXCELENCIA DEL A.T.!!)
Este recinto sagrado era llamado como la "casa de Dios" (2 Crónicas 6,18), "Santo Templo" (Salmo 68,5) o "templo del Señor" (1Samuel 1,9.24); era considerado como "una figura del santuario verdadero" (Hebreos 9,24); y estaba adornado en un principio por "seres alados, palmeras, flores, granadas, frutas, leones, toros y guirnaldas" ( 1 Reyes 6, 18.29.32.34-35; 7,19-20,25. 29.36). El ya mencionado rey Salomón, hizo dos enormes ángeles de madera de olivo y cubiertos de oro, para que custodiaron el Lugar Santísimo (1 Reyes 6,23. 28-29).
Anteriormente, Moisés había dado ordenes a los artistas para que confeccionaran en el Santuario, diez cortinas de diferentes colores bordadas con dos seres alados (Exodo 26,1.31-33; 36,8.35); y todo esto con la aprobación celestial. Es más, en la visión que el profeta Ezequiel tuvo del "templo futuro", aparecen dos imágenes de un ángel con cara de hombre y otro con cara de león, al lado de más "seres alados y palmeras"(41, 18-20 )
Todos contra los que levantan falsos testimonios en contra del prójimo contumazmente.