LA VERDADERA LEY QUE DIOS DIO A MOISÉS ES LA LEY DEL EVANGELIO
LA VERDADERA LEY QUE DIOS DIO A MOISÉS ES LA LEY DEL EVANGELIO
La Ley de Jesucristo es la verdadera Ley de Dios, y Jesucristo abolió muchos mandamientos del viejo testamento, sencillamente porque no eran Ley de Dios
LA VERDADERA LEY QUE DIOS DIO A MOISÉS ES LA LEY DEL EVANGELIO
La Ley de Jesucristo es la verdadera Ley de Dios, y Jesucristo abolió muchos mandamientos del viejo testamento, sencillamente porque no eran Ley de Dios
La Ley del Evangelio dejó abolidos muchos mandamientos del viejo testamento.
Jesucristo dejó abolidos muchos mandamientos del viejo testamento porque no eran Ley de Dios. Aquí vamos a recordar algunos de esos mandamientos abolidos.
"También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de prostitución, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio". (Mateo 5:...)
Los judíos de aquel tiempo habían escrito en la ley del viejo testamento que podían separarse de las mujeres por muchos motivos cuando se cansaban de ellas, pero Jesucristo deja abolidas estos mandamientos. Estos mandamientos estaban escritos como ley de Dios en el viejo testamento y Jesucristo los deja abolidos.
"Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede". (Mateo 5:...)
Los judíos tenían costumbre de jurar en muchos casos, y así lo dejan escrito en las leyes del viejo testamento... El Señor deja abolidos estos preceptos sobre los juramentos.
LA LEY DEL TALIÓN ("Ojo por ojo, y diente por diente") ABOLIDA POR JESUCRISTO
"Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses". (Mateo 5:...)
Los judíos tenían la costumbre de aplicar la ley del Talión (la ley de la venganza) en sus juicios (ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura..., etc.), y así lo dejan escrito en las leyes del viejo testamento (Éxodo 21:24-25). El Señor dejó abolida esta ley del "ojo por ojo y diente por diente" porque era una Ley que no contemplaba el perdón ni la misericordia.
"Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen...." (Mateo 5...)
Los judíos, en muchos casos degollaban o ahorcaban a sus enemigos, y no solamente a ellos, sino que luego, como nos dicen las leyes del viejo testamento, entraban en los pueblos vencidos y en muchos casos también degollaban a los niños y a las mujeres..., diciendo que era mandato de Dios. Jesucristo dejó abolidas estas leyes del viejo testamento y nos manda que amemos a nuestros enemigos.
Nadie está obligado a ser cristiano, pero los verdaderos cristianos no deben hacer guerras ni matar a sus enemigos.
La puerta ancha por la que entran muchos es perseguir y matar a los enemigos. La puerta estrecha por la que no quieren entrar muchos es la misericordia y el perdón, y siempre recordar el mandamiento de Jesucristo:
"Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen...."
Nos dice el Viejo testamento:
"Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán muertos. (Levítico 20:10)
"Y la hija del sacerdote, si comenzare a fornicar, a su padre deshonra; quemada será al fuego". (Levítico 21:9)
No es eso lo que hizo Jesucristo con la mujer adultera en el Ejemplo del Evangelio:
"Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.
Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más"(Juan 8).
Con esta enseñanza, Jesucristo dejó abolidos los mandamientos del viejo testamento que mandaban matar a las personas por diversas causas. Hasta aquí hemos recogido algunos ejemplos de mandamientos del viejo testamento que Jesucristo abolió, pero la discusión que mantuvo Jesucristo con los judíos por causa de la ley es mucho más amplia y a esta discusión está dedicada una gran parte del Evangelio. Jesucristo nos enseñó la verdadera Ley de Dios.
Jesucristo abolió muchas leyes del viejo testamento, y para comprobar esto, se pueden leer los siguientes versículos del Evangelio: Mateo 5:21-48, Mateo 12:1-8, Juan 5:8-11, Juan 5:16-18, Juan 8:3-11 y todo el contexto del Evangelio.
SOBRE LA LEY DEL DÍA DE REPOSO DEL VIEJO TESTAMENTO:
Nos dice el viejo testamento:
"Estando los hijos de Israel en el desierto, hallaron a un hombre que recogía leña en día de reposo. Y los que le hallaron recogiendo leña, lo trajeron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación; y lo pusieron en la cárcel, porque no estaba declarado qué se le había de hacer. Y Yavé dijo a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre; apedréelo toda la congregación fuera del campamento. Entonces lo sacó la congregación fuera del campamento, y lo apedrearon, y murió, como Yavé mandó a Moisés". (Números 15:32-36).
No es eso lo que nos mandó Jesucristo:
"En aquel tiempo iba Jesús por los sembrados en un día de reposo; y sus discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a comer. Viéndolo los fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo. Pero él les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre; cómo entró en la casa de Dios, y comió los panes de la proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente a los sacerdotes? ¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo, y son sin culpa? Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí. Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes; porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo". (Mateo 12:1-8)
"Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día. Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de reposo; no te es lícito llevar tu lecho. El les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda" (Juan 5:8-11)
"Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo. Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios". (Juan 5:16-18)