Bueno marcelino vamos a demostrar que Cristo no fue capaz de guardar la ley.
Jesus fue enviado al mundo con un propósito específico:
“darnos a conocer en nombre de Dios”
17:25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste.
17:26 “Y les he dado a conocer tu nombre”, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos. Juan 17:25-26.
¿Cuál es el nombre de Dios que Jesús vino a darnos a conocer?
34:5 Y Jehová descendió en la nube, y estuvo allí con él, proclamando el nombre de Jehová.
34:6 Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad. Éxodo 34:5-6.
Ese es el nombre que Jesús vino a darnos a conocer.
A Jesús se le puso una disyuntiva, guardar la ley, o hacer lo que el Padre le mandó hacer.
Le llevaron una mujer sorprendida en adulterio.
La estricta ley dice:
Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán muertos. Levíticos 20:10.
Pero Jesús no fue capaz de dejar su misión por guardar la ley.
Prefirió violar la ley y obedecer al Padre.
8:4 le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio.
8:5 Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?
8:6 Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.*
8:7 Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. Juan *8:4-7.
¿Quién era el único sin pecado de los que estaban ahí?
A Él le tocaba arrojar la primera piedra, no fue capaz de guardar la ley, porque si lo hacía, no nos daría a conocer el nombre de Dios. ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad.
Sino que nos mostraría la justicia de la ley.