Milei no sólo usa el Estado para desviar el dinero de las personas a sus amigos corporatocráticos, sino que lo fortalece a favor de un pequeño puñado de parásitos. Milei no es anti estatal, ese sería más bien su discurso de mentira como el resto de los políticos hace con sus propias versiones:
Bregman dice que es troskista pero participa democráticamente, al menos Trotsky te tiraba un ejército encima, para que vean un polo contrario en ese basural de charlas inertes. No son la propaganda que les venden, nunca.
Veamos el asunto como cristianos y no como meros zombies de discursos modernistas (como hacen los comunistas, los liberales, los socdem, y todo el residuo de la modernidad).
Durante los primeros tiempos del cristianismo, en el contexto del Imperio Romano, no existían las condiciones estructurales que caracterizan al capitalismo tal como lo entendemos hoy. El capitalismo, en su forma moderna, requiere ciertas instituciones y relaciones económicas que no estaban presentes en la sociedad romana del siglo I y II. En primer lugar, uno de los aspectos clave del capitalismo es la existencia de un Estado que regula y promueve el comercio, protege los derechos de propiedad privada, y establece la legalidad de las relaciones contractuales entre individuos. Aunque el Imperio Romano tenía un sistema de gobierno centralizado, la forma de organización estatal era muy diferente a la de los Estados modernos capitalistas. El poder imperial estaba más centrado en la autoridad militar y política, y aunque existía una burocracia que regulaba ciertas actividades económicas, no existía una institución estatal dedicada exclusivamente a fomentar el capitalismo ni una política estructurada que favoreciera la competencia o el libre mercado.
La policía en el sentido moderno también era otra cosa. Aunque el Imperio Romano contaba con instituciones como los Cohortes Urbanas, encargadas de mantener el orden en las ciudades, estas no operaban con el objetivo de proteger una economía de mercado ni de regular la actividad empresarial. En lugar de eso, su función era más bien represiva, garantizando la estabilidad del poder central y controlando a las clases populares, en particular ante posibles levantamientos o disturbios. Dado que no había una propiedad privada en el sentido capitalista ni un sistema económico que promoviera la competencia o la acumulación, no era necesario un aparato represivo o policial para proteger los derechos de los propietarios o garantizar el funcionamiento del mercado, como ocurre en las economías capitalistas modernas. En lugar de un aparato estatal que defendiera la propiedad privada o los intereses de los capitalistas, los primeros cristianos se basaban en principios de caridad, mutualidad y justicia comunitaria. La policía en el Imperio Romano, como mencionaba anteriormente, se encargaba más de mantener el orden social en términos de control político y represión de posibles sublevaciones, pero no para defender la propiedad privada en un contexto capitalista. No existía una fuerza de seguridad enfocada en la protección de la propiedad privada en el sentido en que hoy la entendemos en el capitalismo. Eso es importante debido al siguiente tema:
* la producción masiva., el sistema económico romano estaba basado en la agricultura y la producción artesanal, con una estructura profundamente jerárquica. Había una élite terrateniente que poseía grandes extensiones de tierra, en su mayoría trabajadas por esclavos o campesinos sometidos. Sin embargo, no había una producción en serie ni un enfoque en la fabricación a gran escala orientada a la venta masiva de bienes, algo que caracteriza al capitalismo industrial posterior. La producción estaba principalmente orientada a satisfacer las necesidades locales o de las élites, y el trabajo de los esclavos y los campesinos era esencialmente controlado por la clase dominante, sin un mercado laboral libre que permitiera a los individuos ofrecer su fuerza de trabajo como lo harían en una economía capitalista.
Por último, la propiedad privada en los primeros cristianos y en el contexto romano no era concebida de la misma forma que en el capitalismo, es decir que no existía, más bien hablamos de bienes personales: En el cristianismo primitivo, existía una fuerte enseñanza sobre la renuncia a los bienes materiales y luego estaba la comunidad de bienes. Los seguidores de Jesús compartían sus recursos, buscando la igualdad y la ayuda mutua, en contraposición a la acumulación de riquezas individuales. La idea de que el dinero y los bienes materiales eran medios para obtener poder o influencia era rechazada en las enseñanzas cristianas de esa época. De hecho, el cristianismo primitivo defendía la pobreza como un valor, y muchos de sus seguidores renunciaban a la acumulación para sí mismos y vivían en comunidades con recursos compartidos ((Hechos 2:44))., durante los primeros tiempos del cristianismo no existían las condiciones estructurales del capitalismo y cómo vendían sus propiedades y posesiones para repartir entre los miembros de la comunidad según las necesidades de cada uno (Hechos 4:32-37). Esto refleja un rechazo explícito a la propiedad privada individual tal como se entendería más tarde en el capitalismo, donde la propiedad es fundamental para la acumulación de riqueza ((... vendían sus propiedades y posesiones para repartir entre los miembros de la comunidad según las necesidades de cada uno (Hechos 4:32-37). Esto refleja un rechazo explícito a la propiedad privada individual tal como se entendería más tarde en el capitalismo, donde la propiedad es fundamental para la acumulación de riqueza.)). El Estado romano nada tenía que ver con el nuestro, las instituciones de seguridad, la producción y la propiedad privada no funcionaban bajo los principios un mercado masivo, ni había algo como el individualismo económico y la competencia que caracterizan al capitalismo. El sistema económico romano estaba basado en estructuras feudales y esclavistas, mientras que el cristianismo primitivo promovía una visión de comunidad y compartición de bienes, muy alejada de los fundamentos del capitalismo que surgirían muchos siglos después.
Sabiendo ésto, no digo que deben vivir abajo de un puente (muchos apurados sin capacidad reflexiva, maliciosamente caerían en comentarios así de banales), pero, en principio, apoyar partidos políticos es colaborar con todo lo contrario a las enseñanzas de Jesús. Si hay algo que nos enseñan los que más cerca estuvieron cronológicamente a Jesús, es que eran perseguidos por generar formas de vivir que nada tenían que ver con los sistemas que colocaban los gobernantes como opciones para aceptar.
Esto que digo le duele a los falsos cristianos porque necesitan adaptar una narrativa teológica a sus comodidades posmodernas/modernistas, se niegan a ir contra lo establecido y por eso siguen apoyando partidos políticos y cayendo en dicotomías burras que les ponen los derecha-vs-izquierda como únicas formas de entender la política. Lo mismo pasa con el infantilismo de progres-vs-conservadores, etc., todas dicotomías que distraen al cristiano de la actualidad de vivir adecuadamente, es decir, muy lejos de lo que proponen los Estados y los Mercados.
Si ni siquiera se permiten pensar en estas cosas, mucho menos sabrán luego qué pueden hacer cuando les ponen candidatos y propaganda frente a sus narices... votarán tontos sin cerebro como pasa en EEUU, votarán a Milei porque se dijo alguna vez creyente; votarán para que no gane uno a pesar de que gana otro... y así están, limitando sus acciones a votar, a creer que eso es lo único que pueden hacer porque eso es lo que les ponen frente a sus caras, así como las discusiones al respecto: les ponen los temas a los que deben comentar, todo el tiempo les dicen cuáles son las posturas en las que deben posicionarse para nunca poder salir así de esos falsos dilemas. Así entonces, estarán lejos de siquiera reflexionar sus prácticas de vida.
Si no pueden alejarse por varios meses de todas esas tonterías, no podrán dejarse un espacio para que algo diferente pase, sus mentes sólo pensarán en las migajas que les pongan para lastrar como burros de carga siguiendo una zanahoria.
Si volvemos un poco en el tiempo veremos algunos casos interesantes, los líderes y pensadores de falso cristianismo dieron justificaciones para el sistema capitalista cuando este comenzaba a tomar forma con la llegada de los Estados Modernos (los que permitirían un ambiente saludable para que florezca el capitalismo). Por ejemplo la que surgió con la Reforma de Martín Lutero y, más tarde, las enseñanzas de Juan Calvino, jugaron un papel importante en la formación de la ética pseudo cristiana servil al dios dinero que, fue una de las claves para el ascenso del capitalismo. La ética luterana enfatizaba la disciplina a favor del mercado, el trabajo duro a favor del mercado, el ahorro a favor del mercado y la reinversión de las ganancias, lo que se alineaba con las necesidades del capitalismo emergente. el cristianismo, en sus primeros tiempos, no estaba orientado hacia el capitalismo, sino más bien hacia una visión de vida comunitaria y compartida, es decir, lo que los tontos llamarán comunismo a pesar de que estoy diciendo que el Estado es el que propicia el capitalismo-- y si estoy contra el Estado no puede ser comunismo., pero bueno, a ver como se le explica a alguien sin capacidad para razonar que las paredes de la cocina no sólo pueden ser pintadas de amarillo o blanco, sino que hay otros colores.
A medida que el capitalismo fue emergiendo como sistema económico, las distintas "ramas del cristianismo" comenzaron a adaptarse de maneras diversas, algunas aceptando ciertas formas de la economía capitalista, mientras que otras buscaban moderar sus excesos en busca de una mayor justicia social ((ambas equivocadas)). Los falsos cristianos han caído en interpretaciones modernistas de pensadores embusteros, sean protestantes en sentido histórico o sean católicos en sentido histórico, mapeando la biblia para alejar a los creyentes de las prácticas que sugiere Jesús:
Los calvinistas, por ejemplo, promovían la idea de la "vocación" o el trabajo como un deber sagrado. Para ellos, el trabajo no era solo una necesidad económica, sino una forma de glorificar a Dios. La acumulación de riqueza, entonces, no era vista como algo necesariamente negativo, sino como un resultado natural de la diligencia y el esfuerzo cristiano.