No es así, Raül.
Es importante que entendamos esto primero. Al menos, que lo intentemos entender. Sin conocer mejor los atributos divinos, no podemos tampoco comprender la salvación que Él puso en marcha para nuestro bien. Mire usted:
Si la justicia tuviera precedencia sobre todo otro atributo divino, no hubiera sido necesario que Dios enviara a Jesús. Hubiera bastado con dejar que el género humano se extinguiera. Que nos extermináramos los unos a los otros.
Usted y yo estamos en este momento en pleno siglo XXI, dialogando por Internet con estómago lleno de alimento y el corazón lleno de esperanza, porque Dios puso su amor y misericordia por encima de su justicia.
Además, recuerde que la prioridad del amor y la misericordia sobre la justicia es inherente a su significado.
Usted no ama a su esposa porque tenga un contrato con ella que diga "Si me preparas mi platillo favorito como sabes que me gusta, te amaré". En cambio, con el empleado de cocina que trabaja bajo su dirección sí tiene un contrato: "Si preparas lo contenido en este menú de acuerdo a las instrucciones y exigencias que te he señalado, recibirás tu salario" y por lo tanto, cuando usted le paga su salario, o cuando se lo deja de pagar y lo despide, cumple con las demandas de la justicia.