EL EXCLUSIVISMO: UN CAMINO AL GENOCIDIO Y AL INFIERNO

También hay quienes cambian el sentido del texto, argumentando que se debe interpretar de manera literal (esto cuando conviene)
Por este comentario, entiendo que NO cree en nuestros argumentos?

Muchas partes de la Biblia es para tomar LITERALMENTE, asi lo enseñó Jesús:

Y El le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué LEES en ella?

Lucas 10:26

Jesús respondió en la TENTACIÓN, "citando" literalmente los versículos de los libros de Moisés.

La misma persona puede argumentar que lo que enseña el texto se infiere de este (también cuando conviene)
Como usted hace al traer textos "inapropiados", para argumentar que
al realizar el hombre "Buenas Obras" proviene de Dios ?

En otros casos se argumenta que el texto no dice lo que dice, sino otra cosa distinta de acuerdo al contexto, convirtiendo la Biblia en un objeto utilizable.
Esto es una acusación y el que lo comete esta pecando, asi que aclare porfavor.

Un versículo de como el hombre DECIDE (libre albedrío) hacer lo malo, yendo en contra de los PROPÓSITOS de Dios:

Pero los fariseos y los intérpretes de la ley rechazaron los "propósitos de Dios" para con ellos, al no ser bautizados por Juan.​

Lucas 7:30
 
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Vuelvo a repetir:

Entonces mis hermanos Natanael, Oso y Tely, les hago esta pregunta:

¿Estamos de acuerdo en que el exclusivismo cristiano es un concepto 100% bíblico? (Juan 14:6, Juan 3:18)

El exclusivismo cristiano es el camino estrecho que lleva al Cielo. El inclusivismo y el universalismo (ambos no bíblicos) son caminos que llevan al Infierno.

Suena duro, pero es la verdad.

Juan 14:6
Reina-Valera 1960

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Estoy de acuerdo en que solo hay UN camino, UNA verdad, UN rebaño, UN pastor, UN evangelio, UN Salvador, .. que nos lleva a la Vida Eterna . Todo lo demás sea ANATEMA !
 
Como usted hace al traer textos "inapropiados", para argumentar que
al realizar el hombre "Buenas Obras" proviene de Dios ?
Ok
Aquí le dejo otro texto inapropiado
11 Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios.
 
Todo país, toda sociedad, toda cultura... tiene sus leyes, normas de conducta, y ética moral. Y todo hombre y mujer, sabe muy bien qué tiene que hacer o no hacer, para ser considerado "bueno" y cómo "obrar el bien", según las mismas, a los ojos de la sociedad donde vive, y según su propia cultura, que difiere de unas sociedades a otras. Y no, Dios ni influye en unos, ni en otros.
Amigo querido:
Es mi convicción que las normas éticas básicas de toda sociedad y cultura son inspiradas por Dios, quien inscribe sus leyes en las conciencias de los hombres. La Palabra de Dios, el Logos, la Luz de Dios, ilumina a todo hombre (Jn 1:4)

14 Aun los gentiles, quienes no cuentan con la ley escrita de Dios, muestran que conocen esa ley cuando, por instinto, la obedecen aunque nunca la hayan oído. 15 Ellos demuestran que tienen la ley de Dios escrita en el corazón, porque su propia conciencia y sus propios pensamientos o los acusan o bien les indican que están haciendo lo correcto. (Rom 2:14,15, NTV)

Dios es el dador de la vida, y el creador de la conciencia.
Es por esta ley inscrita por Dios mismo en el corazón de Cornelio que él sabía "instintivamente" lo que era agradable a Dios.
Al hablarle a los atenienses paganos, Pablo reconoce que adoraban a Dios sin conocerlo, y adjudica a Dios el haber creado las civilizaciones, el haberlas posibilitado no solo para buscar, sino para encontrar a Dios, aunque sea "a tientas". Pablo remata afirmando que en Dios "vivimos, y nos movemos, y somos". Habla en primera persona del plural. No se refiere a los cristianos nada más, sino a él y su audiencia pagana. ¿Por qué entonces habría usted de separar las normas éticas de las sociedades de la voluntad y dirección de Dios?

22 Pablo se puso entonces en medio del Areópago, y dijo: «Varones atenienses, he observado que ustedes son muy religiosos. 23 Porque al pasar y observar sus santuarios, hallé un altar con esta inscripción: «Al Dios no conocido». Pues al Dios que ustedes adoran sin conocerlo, es el Dios que yo les anuncio. 24 El Dios que hizo el mundo y todo lo que en él hay, es el Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos hechos por manos humanas, 25 ni necesita que nadie le sirva, porque a él no le hace falta nada, pues él es quien da vida y aliento a todos y a todo. 26 De un solo hombre hizo a todo el género humano, para que habiten sobre la faz de la tierra, y les ha prefijado sus tiempos precisos y sus límites para vivir, 27 a fin de que busquen a Dios, y puedan encontrarlo, aunque sea a tientas. Pero lo cierto es que él no está lejos de cada uno de nosotros, 28 porque en él vivimos, y nos movemos, y somos. Ya algunos poetas entre ustedes lo han dicho: “Porque somos linaje suyo.” (Hch 17:22-28)

Los avances científicos (por ejemplo, la secuenciación completa del genoma humano) los avances sociales (por ejemplo, la abolición de la esclavitud en el siglo XIX, o el voto para las mujeres en el XX) o las obras más bellas del arte que elevan nuestro espíritu (por ejemplo, los conciertos de Bach) son inspirados por Dios? ¿O Dios nada tiene que ver en ello?


Una y otra vez están negando el libre albedrío, y mostrando a los hombres y mujeres como simples marionetas que, según quién mueva en ellos los hilos —Dios o Satanás— obran de un modo u otro para bien o para mal. Y no es así, es cada persona en particular quien, siempre, decide libremente como obrar, si conforme a las leyes y normas de conducta y ética moral, o no.

El ser influido, movido o impulsado por el Espíritu de Dios no significa que Dios atropella el libre albedrío. No significa que uno es marioneta de Dios. El Padre nunca atropelló la voluntad del Hijo, ni Cristo atropelló la voluntad de sus apóstoles.
El libre albedrío, pues, permite al hombre aceptar o rechazar la influencia divina, así como le permite aceptar o rechazar influencias perversas.



Pero lo más grave de todo, porque es señal de que no han nacido de nuevo, lo es el hecho que aún no se han dado cuenta de que no hay ni uno solo bueno, ni un solo justo, a los ojos de Dios. NI UNO SOLO.

Precisamente porque nos damos cuenta que no hay justo a los ojos de Dios, NI UNO SOLO, es que sabemos que es imposible que Cornelio fuera justo antes de oír de Jesús si no es porque Dios lo había ya justificado por su gracia.
No hay una sola persona que las Escrituras llamen "justa", que haya obtenido tal título con base en méritos propios.

La justificación que es por la fe en el poder perdonador y restaurador de Dios pues, puede obtenerse incluso SIN haber escuchado del personaje histórico de Jesús de Nazareth. Esto lo confirma no solo el caso de Cornelio, sino el caso que puso por ejemplo el propio Jesús al darnos el ejemplo del fariseo y el publicano. (Luc 18:9-14)
El fariseo confiaba en sus propios méritos, mientras que el publicano se humillaba y tenía fe en la misericordia de Dios. El publicano no necesitó de invocar al Mesías, o saber de Él para acceder a la justificación por la fe. Leamos:


Luego Jesús contó la siguiente historia a algunos que tenían mucha confianza en su propia rectitud y despreciaban a los demás: 10 «Dos hombres fueron al templo a orar. Uno era fariseo, y el otro era un despreciado cobrador de impuestos.
El fariseo, de pie, apartado de los demás, hizo la siguiente oración: “Te agradezco, Dios, que no soy como otros: tramposos, pecadores, adúlteros. ¡Para nada soy como ese cobrador de impuestos! Ayuno dos veces a la semana y te doy el diezmo de mis ingresos”.
En cambio, el cobrador de impuestos se quedó a la distancia y ni siquiera se atrevía a levantar la mirada al cielo mientras oraba, sino que golpeó su pecho en señal de dolor mientras decía: “Oh Dios, ten compasión de mí, porque soy un pecador”.
Les digo que fue este pecador—y no el fariseo—quien regresó a su casa justificado delante de Dios. Pues los que se exaltan a sí mismos serán humillados, y los que se humillan serán exaltados.
 
Ok
Aquí le dejo otro texto inapropiado
11 Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios.

"El que hace lo bueno" (3 Jn 11) es el hombre que hace una y otra vez lo bueno. Cuya forma de vida es buena, aunque sea pecador. Y el que hace lo bueno, es porque Dios vive en esa persona y lo sostiene con su gracia.
Algo que debemos comprender en esta discusión, @Tely y @Raül_Gil , es que no nos estamos refiriendo a obras buenas aisladas en personas de corazón sospechoso. No estamos hablando de si Adolfo Hitler era cariñoso con su perro.
El caso de Cornelio es el de una persona que hacía lo bueno de manera sistemática y por razones aceptables a Dios. No estamos diciendo que Cornelio hacía buenas obras para obtener la gracia de Dios, sino todo lo contrario: que porque YA CONTABA con la gracia de Dios, era capaz de hacer buenas obra
s.
 
Amigo querido:
Es mi convicción que las normas éticas básicas de toda sociedad y cultura son inspiradas por Dios, quien inscribe sus leyes en las conciencias de los hombres. La Palabra de Dios, el Logos, la Luz de Dios, ilumina a todo hombre (Jn 1:4)

14 Aun los gentiles, quienes no cuentan con la ley escrita de Dios, muestran que conocen esa ley cuando, por instinto, la obedecen aunque nunca la hayan oído. 15 Ellos demuestran que tienen la ley de Dios escrita en el corazón, porque su propia conciencia y sus propios pensamientos o los acusan o bien les indican que están haciendo lo correcto. (Rom 2:14,15, NTV)

Dios es el dador de la vida, y el creador de la conciencia.
Es por esta ley inscrita por Dios mismo en el corazón de Cornelio que él sabía "instintivamente" lo que era agradable a Dios.
Al hablarle a los atenienses paganos, Pablo reconoce que adoraban a Dios sin conocerlo, y adjudica a Dios el haber creado las civilizaciones, el haberlas posibilitado no solo para buscar, sino para encontrar a Dios, aunque sea "a tientas". Pablo remata afirmando que en Dios "vivimos, y nos movemos, y somos". Habla en primera persona del plural. No se refiere a los cristianos nada más, sino a él y su audiencia pagana. ¿Por qué entonces habría usted de separar las normas éticas de las sociedades de la voluntad y dirección de Dios?

22 Pablo se puso entonces en medio del Areópago, y dijo: «Varones atenienses, he observado que ustedes son muy religiosos. 23 Porque al pasar y observar sus santuarios, hallé un altar con esta inscripción: «Al Dios no conocido». Pues al Dios que ustedes adoran sin conocerlo, es el Dios que yo les anuncio. 24 El Dios que hizo el mundo y todo lo que en él hay, es el Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos hechos por manos humanas, 25 ni necesita que nadie le sirva, porque a él no le hace falta nada, pues él es quien da vida y aliento a todos y a todo. 26 De un solo hombre hizo a todo el género humano, para que habiten sobre la faz de la tierra, y les ha prefijado sus tiempos precisos y sus límites para vivir, 27 a fin de que busquen a Dios, y puedan encontrarlo, aunque sea a tientas. Pero lo cierto es que él no está lejos de cada uno de nosotros, 28 porque en él vivimos, y nos movemos, y somos. Ya algunos poetas entre ustedes lo han dicho: “Porque somos linaje suyo.” (Hch 17:22-28)

Los avances científicos (por ejemplo, la secuenciación completa del genoma humano) los avances sociales (por ejemplo, la abolición de la esclavitud en el siglo XIX, o el voto para las mujeres en el XX) o las obras más bellas del arte que elevan nuestro espíritu (por ejemplo, los conciertos de Bach) son inspirados por Dios? ¿O Dios nada tiene que ver en ello?



El ser influido, movido o impulsado por el Espíritu de Dios no significa que Dios atropella el libre albedrío. No significa que uno es marioneta de Dios. El Padre nunca atropelló la voluntad del Hijo, ni Cristo atropelló la voluntad de sus apóstoles.
El libre albedrío, pues, permite al hombre aceptar o rechazar la influencia divina, así como le permite aceptar o rechazar influencias perversas.




Precisamente porque nos damos cuenta que no hay justo a los ojos de Dios, NI UNO SOLO, es que sabemos que es imposible que Cornelio fuera justo antes de oír de Jesús si no es porque Dios lo había ya justificado por su gracia.
No hay una sola persona que las Escrituras llamen "justa", que haya obtenido tal título con base en méritos propios.

La justificación que es por la fe en el poder perdonador y restaurador de Dios pues, puede obtenerse incluso SIN haber escuchado del personaje histórico de Jesús de Nazareth. Esto lo confirma no solo el caso de Cornelio, sino el caso que puso por ejemplo el propio Jesús al darnos el ejemplo del fariseo y el publicano. (Luc 18:9-14)
El fariseo confiaba en sus propios méritos, mientras que el publicano se humillaba y tenía fe en la misericordia de Dios. El publicano no necesitó de invocar al Mesías, o saber de Él para acceder a la justificación por la fe. Leamos:


Luego Jesús contó la siguiente historia a algunos que tenían mucha confianza en su propia rectitud y despreciaban a los demás: 10 «Dos hombres fueron al templo a orar. Uno era fariseo, y el otro era un despreciado cobrador de impuestos.
El fariseo, de pie, apartado de los demás, hizo la siguiente oración: “Te agradezco, Dios, que no soy como otros: tramposos, pecadores, adúlteros. ¡Para nada soy como ese cobrador de impuestos! Ayuno dos veces a la semana y te doy el diezmo de mis ingresos”.
En cambio, el cobrador de impuestos se quedó a la distancia y ni siquiera se atrevía a levantar la mirada al cielo mientras oraba, sino que golpeó su pecho en señal de dolor mientras decía: “Oh Dios, ten compasión de mí, porque soy un pecador”.
Les digo que fue este pecador—y no el fariseo—quien regresó a su casa justificado delante de Dios. Pues los que se exaltan a sí mismos serán humillados, y los que se humillan serán exaltados.


¿Otra vez, @Alissa? Es el hombre quien decide hacer el bien o el mal. En todos está la capacidad de hacer el bien o el mal. Cada cual, en su libre albedrío, decide que camino seguir. Cornelio, muy a pesar de ser un hombre piadoso, bueno, y justo, debía de aceptar a Jesucristo como su Señor y Salvador. ¿Por qué? Porque a los ojos de Dios, solo merecía la muerte, por tanto, que era un pecador destituido de la gloria de Dios. Cornelio, como todos, en Adán cayó, pecó, y la muerte a él pasó. Y por billones, con B, de buenas obras que hubiese hecho, de nada le servían para su salvación. Y hasta que esto no lo entienda, no logrará entender qué es ser salvo, qué es la salvación. O lo que es lo mismo: hoy, usted, NO ES SALVO.
 
¿Otra vez, @Alissa? Es el hombre quien decide hacer el bien o el mal. En todos está la capacidad de hacer el bien o el mal. Cada cual, en su libre albedrío, decide que camino seguir. Cornelio, muy a pesar de ser un hombre piadoso, bueno, y justo, debía de aceptar a Jesucristo como su Señor y Salvador. ¿Por qué? Porque a los ojos de Dios, solo merecía la muerte, por tanto, que era un pecador destituido de la gloria de Dios. Cornelio, como todos, en Adán cayó, pecó, y la muerte a él pasó. Y por billones, con B, de buenas obras que hubiese hecho, de nada le servían para su salvación. Y hasta que esto no lo entienda, no logrará entender qué es ser salvo, qué es la salvación. O lo que es lo mismo: hoy, usted, NO ES SALVO.
Disiento de usted, Raül.
La posición que sostiene no es bíblica, ni es racional.
Podemos debatir con base en las Escrituras y la razón si usted está de acuerdo.
Usted también debe de reflexionar y desaprender lo mal que ha aprendido. Porque lo que ha aprendido está mal, y debe desaprenderlo.
Hablo de un tema sumamente grave, Raül. Vale la pena que usted invierta tiempo en esta reflexión.

Como usted ha nacido de nuevo en Cristo Jesús, sé que terminará reconociendo que los atributos de Dios tienen absoluta precedencia sobre cualquier discurso teológico que podamos elaborar a partir de él, incluyendo la doctrina de la salvación.
A lo que me refiero es que reconocer a Dios como Amoroso, Justo y Misericordioso viene primero. Todas las doctrinas subsecuentes sobre el Evangelio solo se sostienen si sabemos que Dios es bueno.

Primero Dios amó al mundo, y luego, como consecuencia, envió a su Hijo Unigénito. Si la base de nuestra fe es un dios caprichoso, tonto e injusto que no ama al mundo, no podremos entender cómo funciona la salvación.
 
El libre albedrío, pues, permite al hombre aceptar o rechazar la influencia divina, así como le permite aceptar o rechazar influencias perversas.

Vaya, que curioso, nos está dando la razón, y tan siquiera se da cuenta. Se lo venimos diciendo una y mil veces, es el hombre quien decide, no Dios. En todos los hombres, y por igual, está esta misma capacidad que usted menciona. En todos, sin excepción. Y bien sabiendo que no hay ni un solo justo, que todos están destituidos de la gloria de Dios, queda en claro que las buenas obras, ni justifican, ni salvan, ni nada logran ante Dios; porque el mismo hombre que hace las buenas obras, a su vez, es un pecador, un reo de muerte. Es por ello que Dios llevó a Cornelio a los pies de Cristo, porque sus buenas obras no alcanzaban para justificarse ante Dios, y tenía, al igual que todos, la necesidad de creer y aceptar a Jesucristo como su Señor y Salvador.
 
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Disiento de usted, Raül.
La posición que sostiene no es bíblica, ni es racional.

Ese es su problema, que está siendo racional, y ante Dios, ello es un grave problema. Otra cosa es que lo entienda.
 
Primero Dios amó al mundo, y luego, como consecuencia, envió a su Hijo Unigénito. Si la base de nuestra fe es un dios caprichoso, tonto e injusto que no ama al mundo, no podremos entender cómo funciona la salvación.

Otra vez nos da la razón. ¿No se da cuenta de que es usted quien presenta a Dios, como un dios caprichoso, que a unos les lleva por el camino del bien, y a los otros simplemente los ignora? Dios no hace acepción de personas, a todos por igual les ha dado su Ley, y les ha dado a su Hijo, y ya cada cual decide por sí mismo que camino tomar, si el del bien, o el del mal. Dios no influye en las personas para que hagan el bien, o hagan el mal, Dios les ha dado su Ley para que cada cual decida, sin que Él les influya en lo más mínimo.
 
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Creo que muchos participantes de este tema deben releer algunos versículos muy relevantes y reveladores sobre el tema del bien y del mal, de hacer lo bueno y hacer lo malo, asi como el de ser bueno o ser malo. Les dejo algunos:


“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.”
Filipenses 2:12-13

Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí. ¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera. Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra. De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece”. Romanos 9:13-18

“Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad? Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: Por qué me has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria…”
Romanos 9:19-23

Dios les bendice!

Greivin.
 
Disiento de usted, Raül.
La posición que sostiene no es bíblica, ni es racional.
Podemos debatir con base en las Escrituras y la razón si usted está de acuerdo.
Usted también debe de reflexionar y desaprender lo mal que ha aprendido. Porque lo que ha aprendido está mal, y debe desaprenderlo.
Hablo de un tema sumamente grave, Raül. Vale la pena que usted invierta tiempo en esta reflexión.

Como usted ha nacido de nuevo en Cristo Jesús, sé que terminará reconociendo que los atributos de Dios tienen absoluta precedencia sobre cualquier discurso teológico que podamos elaborar a partir de él, incluyendo la doctrina de la salvación.
A lo que me refiero es que reconocer a Dios como Amoroso, Justo y Misericordioso viene primero. Todas las doctrinas subsecuentes sobre el Evangelio solo se sostienen si sabemos que Dios es bueno.

Primero Dios amó al mundo, y luego, como consecuencia, envió a su Hijo Unigénito. Si la base de nuestra fe es un dios caprichoso, tonto e injusto que no ama al mundo, no podremos entender cómo funciona la salvación.


Pues no, mi estimado. Hasta que no reconozca que Dios es un Dios justo, no entenderá por qué es amor, y en consecuencia, no entenderá por qué es misericordioso. Y por cierto, Dios NO ES amoroso, Dios ES AMOR.
 
Última edición:
Creo que muchos participantes de este tema deben releer algunos versículos muy relevantes y reveladores sobre el tema del bien y del mal, de hacer lo bueno y hacer lo malo, asi como el de ser bueno o ser malo. Les dejo algunos:


“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.”
Filipenses 2:12-13

Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí. ¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera. Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra. De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece”. Romanos 9:13-18

“Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad? Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: Por qué me has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria…”
Romanos 9:19-23

Dios les bendice!

Greivin.


¿Y qué tiene que ver esto, con las supuestas buenas obras, @Greivin? Ahora mismo me he perdido y no le he entendido.
 
Primero Dios amó al mundo, y luego, como consecuencia, envió a su Hijo Unigénito. Si la base de nuestra fe es un dios caprichoso, tonto e injusto que no ama al mundo, no podremos entender cómo funciona la salvación.


Envió, no, dio. Parece lo mismo, pero no lo es, mi estimado. Y la clave está, en que Dios tanto amó al mundo, que dio a su unigénito Hijo... ¿Para qué? Vamos a ir pasito a pasito.
 
Creo que muchos participantes de este tema deben releer algunos versículos muy relevantes y reveladores sobre el tema del bien y del mal, de hacer lo bueno y hacer lo malo, asi como el de ser bueno o ser malo. Les dejo algunos:


“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.”
Filipenses 2:12-13

Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí. ¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera. Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra. De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece”. Romanos 9:13-18

“Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad? Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: Por qué me has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria…”
Romanos 9:19-23

Dios les bendice!

Greivin.
Agrego uno mas, para ver si comprenden:

Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese”. Juan 17:12

Tuvo Judas la opcion de oponerse a cumplir con esta misión?

Dios les bendice!

Greivin.
 
Agrego uno mas, para ver si comprenden:

Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese”. Juan 17:12

Tuvo Judas la opcion de oponerse a cumplir con esta misión?

Dios les bendice!

Greivin.


Ya estaba en él, mi estimado @Greivin. Dios no llevó a condenación a Judas, ni fue el causante de su condenación. No, por favor. Hay mucho que rascar aquí, pero no hagamos "culpable" a Dios, de los males de Judas.

P.D. Eso sí; quede en claro que un servidor, a día de hoy, no sabe si Judas fue salvo o no. Que sigue siendo apóstol, sí, pero si fue salvo o no, ya no lo tengo tan claro.
 
¿No es bíblica? Pues empezaremos a escudriñarla como niños. Empieza el examen:

Mi estimado @Alissa:

¿Es usted pecador?

Gracias.
Acepto ir paso a pasito, Raül, caminando juntos.
Que Dios nos ayude.
Comienzo, pues, contestando: sí, soy pecador.
 
Envió, no, dio. Parece lo mismo, pero no lo es, mi estimado. Y la clave está, en que Dios tanto amó al mundo, que dio a su unigénito Hijo... ¿Para qué? Vamos a ir pasito a pasito.
Acepto ir pasito a pasito caminando juntos, Raül.
En este sentido, le parece que antes de examinar para qué dio a su Hijo, examinemos qué significa “amó al mundo”?