Nacio divino porque es el Verbo (Logos) de Dios encarnado. Es la Gloria de su Poder hecho visible al encarnar como hombre. Por eso, todo lo que es del Padre, tambien es tambien del Hijo, por eso se llama a si mismo el Alfa y la Omega, principio y fin de todas las cosas. Posee toda la PLENITUD de la Divinidad y por eso le adoraban hombres y angeles como a Dios.Claro. Cristo o Mesías como idea, plan, proyecto, promesa... preexiste.
Jesús, el del Nuevo Testamento, no nació siendo Cristo. Lo que lo volvió Cristo (Mesías o Ungido) en algún momento de su vida debió ser un acto de ungimiento.
No sucede algo así de forma explícita. Lo que podría interpretarse como tal, al parecer, sería lo que sucedió después de su purificación en el Jordán, ante su pariente el sacerdote Juan (el bautista).
Cristo es Pre-existente en sus diversas manifestaciones como la zarza ardiente, etc. Pre-existente porque es Dios. Esta en Juan 1:1 y en la conversion de Saul de Tarso.
Pego de un sitio que me parece lo explica bien a Juan 1:1
El icono de la Transfiguración en el Monte Tabor nos muestra a Cristo que se apareció a los apóstoles en “forma de Dios”; como una de las Personas de la Trinidad y esta aparición constituye una Teofanía Trinitaria, con la voz del Padre y el Espíritu Santo en la nube luminosa en el monte Tabor.
Cristo habla con Moisés y Elías de su futura pasión, el Padre testifica la divina filiación del Cristo para que los apóstoles comprendan que la pasión era voluntaria y que se den cuenta de que el Señor es en Verdad el esplendor del Padre.
El icono nos muestra a los discípulos que caen desde la cima escarpada, alterados, espantados por la visión fulgurante. Pedro de rodillas y levantando la mano para protegerse de la Luz, Juan que cae dando la espalda a la Luz y Santiago que cae hacia atrás
El contraste buscado es asombroso, opone al Cristo inmovilizado en la paz trascendente que emana de Él, baña las figuras inclinadas de Moisés y Elías en la forma de un círculo perfecto, símbolo de la Eternidad. Y abajo los apóstoles, que se mueven, totalmente humanos todavía ante la revelación que los sobrecoge y los transforma.
Esta oposición subraya, admirablemente el carácter increado de la Luz de la Transfiguración.
Maravillado por la visión, Pedro quería “plantar tres tiendas”, instalarse en el Reino, antes del fin de la historia.
Pedro, como no entiende, quiere confusamente retener el instante glorioso y conservar su aspecto excepcional. Entonces habla de levantar tiendas: para encerrar y guardar, y esto puede engendrar la muerte, y Cristo no le replicó nada, la respuesta viene de la Nube, entonces Pedro se sorprende, está sobrecogido en su gesto apurado e irrisorio.
En cambio Santiago trata de comprender lo que ve y oye, acoge el suceso, está disponible.
San Juan es el que parece manifestar la mayor comprensión del Misterio. Generalmente está prosternado, la cara contra el suelo, sumergido en una visión interior. Juan sabe que la Luz es esencial para la visión de un paisaje. En su Evangelio repite es “La Verdadera Luz” que viene a hacerse ver en nuestro mundo de tinieblas, tenebroso a causa de la muerte y que nos hace ver los paisajes del mundo nuevo que está naciendo. La Luz del Verbo da significación y color a todas las cosas.
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