Originalmente enviado por: Inés Bourdiuex
[B
El dogma implica que María es mantenida al margen del pecado original por los méritos de la Pasión del Señor no por sus propios méritos. Lo cual es reconocido por la propia María. ¿Entonces en que contradice el Evangelio que:
Inés [/B]
Estimada Inés,
El problema es que Cristo Jesús vino a quitar el pecado del mundo, vino por los pecadores no a juzgarnos sino a redimirnos. Por cuanto somos hijos de Adán pecamos y hay una ley en nosotros como hijos de Adán, esto es los que nacimos de padre y madre terreno (como Maria, por cierto); esto nos hace ser pecadores de manera universal a todos los hombres pues todos somos hombres, por tanto pecadores.
El pecado no es un invento humano, vino de las regiones celestes con al rebelión de orgullo de parte de Satanás, este persuadió a la mujer, la mujer a su marido y su descendencia (esto incluye a todo ser humano) que quedo a la una destituida de la gloria de Dios a no ser por intervención suya, a saber por medio de la muerte expiatoria del Eterno Hijo de Dios.
Hizo Dios entonces, un plan, un precioso plan de amor, valor y reconciliación a fin de salvar al hombre por medio del reconocimiento de los pecados y creer en el evangelio de y APRA salvación. Si pocos si muchos finalmente todos tenemos que reconocer que en nosotros no esta la perfección de Dios pues somos humanos, frágiles criaturas de Dios y somos pecadores.
Cristo Jesús vino a rescatar a los pecadores y a nadie que no sea pecador vino a salvar.
Este otro evangelio, el de la excepción de Maria, esto es equivalente a creer que ella no pertenecía al genero humano y estaba libre de todo pecado por tanto es contrario a lo que las escrituras señalan. Debía tener a su vez una línea mesiánica que no hay; tener al menos uno delos padres (“Joaquín” o “Ana”), específicamente Ana para estar 100% libre de pecado y poder tener a su vez en su santo vientre un ser inmaculado....y esto vía retrógrada hasta Eva, cayendo entonces en la cuenta de que tal fantasía es contraria a las escrituras y proclive a ser producto mas bien de un paganismo incrustado y heredado de culturas no cristianas.
Ella, la bienaventurada María supo perfectamente su condición de criatura caída, por eso sabia que también al igual que tu o yo necesitaba un salvador y en su plegaria exclama a Dios “mi Salvador”...es decir, su propio espíritu se regocija en Jesús, su hijo en cuanto a biología se refiere, pero su Señor en canto a espíritu se refiere.
Por tanto la bienaventurada Maria se presenta como pecadora, al reconocer la necesidad de un salvador, al ofrecer 2 tórtolos en el templo, y al pertenecer al genero humano. Con independencia de sus extraordinarias virtudes, dedicación, belleza, gracia, y todo cuanto una santa virgen judía escogida para Dios fuese necesario tener.
El creer este otro evangelio, el evangelio que exalta aun desde su concepción a María ha sido causa de división entre los cristianos, ha producido una mariolatría acérrima en buena parte del pueblo católico y es en si mismo objeto de culto religioso distinto al evangelio de Jesús. En países como México es la mariolatria la característica inconfundible de quienes diciéndose ser católico romanos tienen al Señor Jesucristo y su señorío muy por debajo de la devoción mariana o mas bien guadalupana en cu cotidiano proceder religioso, religioso ciertamente pero poco transformado por aquel que es el unico que puede transformar los corazones. Les ha mantenido por otro lado en una relación mas supersticiosa y superficial con un Dios que parece ajeno a sus suplicas si no es por la mediación de María dando atributos, a esta bendita mujer, que sobrepasa y con mucho al doctrina eminentemente cristocéntrica que debiera caracterizar al cristianismo; en suma se ha exaltado a la criatura a la par o aun mas que al creador, constituyéndose en un grave pecado de idolatría, ha acarreado la triste noción de “apariciones” fraudulentas entre las que destaca el del milagro del Tepeyac, a la perpetuación de ritos y verdaderos sacrificios corpóreos por tratar de complacer a “la reina del cielo”, ha permitido hacer efigie de talla de todo material de sus mil y un representaciones, apariciones, devociones y en fin toda una suerte de religiosidad ajena a la palabra de Dios de las cuales sea quizás la postración de un hombre ante tales tallas figuras e imágenes por parte de quien dice ser el conductor de la iglesia de Roma la que mas espeluznante me resulta; es terrible ver si, como les enseña el extraño rito de “veneración” a sus discípulos en un verdadero acto de adoración con genuflexión, plegaria y ruego delante de una imagen de talla...todo contrario a las escrituras pro cierto.
En fin, católico romanos Uds. Tendrán que dar cuenta de este su pecado y todo por querer escuchar el dogma, mas no la voz de Dios. Uds. mismos, catolicoromanos tendrán que contender para evitar los excesos de “devoción” y exaltación religiosa y que no es precisamente para el Señor Jesús sino mas bien una desbocada devoción hacia la criatura creada por Dios.
¿Puede existir el cristianismo sin nada de esto?
Si, desde luego, así ha sido desde un principio, mas ¿por qué lo hacen?
La respuesta es falta de fe solo en Jesucristo.
Un saludo.