Re: El DIEZMO-una orden de DIos o un negocio ?
Mientras haya ley: "No diezmarás o diezmarás". Y al no vivir bajo los parámetros que impone esa ley, habrá muerte de parte de la ley o del autor. Debido a que toda infracción de la ley es pecado, y la paga del pecado, muerte. Siempre habrá juicio mientras se viva bajo la ley.
Pero si no hay ley o la ley es quitada, entonces la libertad es. Libre. Como si fuera que no existe para ella. Sin temor a algo. Libre para dar, o el cinco o el diez o el quince por ciento o lo que se vea conveniente o disponga el corazón.
Por lo tanto, el problema no es el diezmo, sino la ley sobre el diezmo.
Es como a el amor al dinero. El problema no es el dinero, sino el amor al dinero.
Donde está el Espíritu de Dios allí no hay represión, no hay condenación. Donde está el Espíritu de Dios allí hay libertad.
Libres andando en amor, sirviendo bajo el régimen nuevo del Espíritu que vive en su propio cuerpo, en espíritu y en verdad. Porque el Señor ES EL Espíritu y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 2 Corintios 3:17.
Mientras haya ley: "No diezmarás o diezmarás". Y al no vivir bajo los parámetros que impone esa ley, habrá muerte de parte de la ley o del autor. Debido a que toda infracción de la ley es pecado, y la paga del pecado, muerte. Siempre habrá juicio mientras se viva bajo la ley.
Pero si no hay ley o la ley es quitada, entonces la libertad es. Libre. Como si fuera que no existe para ella. Sin temor a algo. Libre para dar, o el cinco o el diez o el quince por ciento o lo que se vea conveniente o disponga el corazón.
Por lo tanto, el problema no es el diezmo, sino la ley sobre el diezmo.
Es como a el amor al dinero. El problema no es el dinero, sino el amor al dinero.
Donde está el Espíritu de Dios allí no hay represión, no hay condenación. Donde está el Espíritu de Dios allí hay libertad.
Libres andando en amor, sirviendo bajo el régimen nuevo del Espíritu que vive en su propio cuerpo, en espíritu y en verdad. Porque el Señor ES EL Espíritu y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 2 Corintios 3:17.