EL DEMONIO ESCONDIDO TRAS EL ENGAÑO GUADALUPANO

pablo_33;n3131022 dijo:
ay estas equivocado yo soy anticatolico pero Dios atraves del sentido coun y la observacion em ha demostrado el gran poder que tiene las imagenes agelicales por ejemplo para abrir una especie de portal dimesnional por dodne a los angeles le es muhco ams facil llegar a nosotros y cudiarnos estas dispeusto a matar a tu ego por la verdad? pues preparate...

Claro que sí, mañana mismo te compro galones de pintura, brochas y rodillos para que pintes portales dimensionales por todos lados
 
Humbertito;n3131048 dijo:
Si tú has leido el libro de apocalipsis, pues se nota que no has entendido ni jota.

Al contrario, debe ser que lo entiendo a la perfección y tu pues no. Cuando gustes te doy clases.

Pax.
 
NovoHispano;n3131113 dijo:
Al contrario, debe ser que lo entiendo a la perfección y tu pues no. Cuando gustes te doy clases.

Pax.

Claro que sì, por favor dime el significado de ese número 666.

El apóstol dice que para descifrarlo se necesita sabiduría, pues seré tu discípulo.

Ya que entendiste tan bien ese libro del apocalipsis, pues suelta esa fluida sabiduría que debes de tener, mi adorado maestro, teacher, catedrático, profesor, ilustre, magnificente, insuperable... estoy atento con los cinco sentidos en alerta.

A ver pues, ladra, perdón, digo...explica, qué significa ese 666, por favor no te preocupes de dar versículos de aquí y de allá, tampoco de mandar referencias de internet, ni nada por el estilo.

Bastan unas simples palabras para que lo entienda todo el que lee este tema.

En la simpleza se encuentra la sabiduría.
 
Humbertito;n3131140 dijo:
A ver pues, ladra, perdón, digo...explica, qué significa ese 666, por favor no te preocupes de dar versículos de aquí y de allá, tampoco de mandar referencias de internet, ni nada por el estilo.

Te va a dar una explicación preterista errada según la cual ese número se le asignaba a Nerón o al emperador romano porque perseguía a los cristianos o algo así. Es lo que me enseñaron cuando yo fui católico.

O de repente te dice que es el tatuaje de José Luis de Jesús Miranda.
 
Robespengler;n3131143 dijo:
Te va a dar una explicación preterista errada según la cual ese número se le asignaba a Nerón o al emperador romano porque perseguía a los cristianos o algo así. Es lo que me enseñaron cuando yo fui católico.

O de repente te dice que es el tatuaje de José Luis de Jesús Miranda.

En ese caso, más le vale decir a NovoHispano que es el tatuaje de José Luis.
 
Humbertito;n3131140 dijo:
Claro que sì, por favor dime el significado de ese número 666.

El apóstol dice que para descifrarlo se necesita sabiduría, pues seré tu discípulo.

Ya que entendiste tan bien ese libro del apocalipsis, pues suelta esa fluida sabiduría que debes de tener, mi adorado maestro, teacher, catedrático, profesor, ilustre, magnificente, insuperable... estoy atento con los cinco sentidos en alerta.

A ver pues, ladra, perdón, digo...explica, qué significa ese 666, por favor no te preocupes de dar versículos de aquí y de allá, tampoco de mandar referencias de internet, ni nada por el estilo.

Bastan unas simples palabras para que lo entienda todo el que lee este tema.

En la simpleza se encuentra la sabiduría.

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Justo así.

Pax.
 
Bibleman;n3131143 dijo:
Te va a dar una explicación preterista errada según la cual ese número se le asignaba a Nerón o al emperador romano porque perseguía a los cristianos o algo así. Es lo que me enseñaron cuando yo fui católico.

O de repente te dice que es el tatuaje de José Luis de Jesús Miranda.

¿Y porque sería errada? Esto se va a poner divertidisimo...

Pax.
 
NovoHispano;n3131178 dijo:
¿Y porque sería errada? Esto se va a poner divertidisimo...

Pax.

Eso es lo que buscas para poder escaparte de la idolatría expuesta en este tema cuando se muestran la falta de los que adoran las imágenes.

Entonces a hacer "desbande" para que el tema quede en el olvido, ¿verdad?

No te preocupes en contestar mi pedido, no lo podrías hacer de todas maneras.

Ya puedes prender velitas y rezar a las estampitas.

De verdad no me afecta en absoluto que los católicos obren así. Yo he tratado con muchos de ellos y de verdad son buenísimas personas.
 
Humbertito;n3131184 dijo:
Eso es lo que buscas para poder escaparte de la idolatría expuesta en este tema cuando se muestran la falta de los que adoran las imágenes.

Entonces a hacer "desbande" para que el tema quede en el olvido, ¿verdad?

No te preocupes en contestar mi pedido, no lo podrías hacer de todas maneras.

Ya puedes prender velitas y rezar a las estampitas.

De verdad no me afecta en absoluto que los católicos obren así. Yo he tratado con muchos de ellos y de verdad son buenísimas personas.

Claro que los católicos son buenas personas, en cambios los evangélicos como tu, no bueno... unos figurines.

Pax.
 
JUAN DIEGO: EL SANTO QUE NUNCA EXISTIÓ

"En vías de canonización, se encuentra más un mito y un símbolo que un ser de carne y hueso”, dijo el padre Manuel Olimón. Profesor de la Universidad Pontificia de México, cuando publicó en su país La búsqueda de Juan Diego (Plaza & Janés, 2002), un libro escrito desde “la convicción de que la mayoría de edad de los católicos mexicanos exige el tratamiento abierto y serio” de la historicidad del vidente al que, según la leyenda, se apareció la Virgen en el cerro del Tepeyac en 1531. Olimón es uno de los historiadores que, dentro y fuera de la Iglesia, ven con preocupación la canonización de Juan Diego.

Fue el 31 de julio de 2002 cuando Juan Pablo II elevó a los altares en calidad de santo -fue beatificado en 1990- a un indio de cuya existencia “no hay pruebas históricas”, afirma David Brading. El catedrático de la Universidad de Cambridge destaca que, a pesar de que la primera referencia a la imagen que se adora en la
basílica de Guadalupe data de 1555 ó 1556, el vidente no entra en escena hasta mediados del siglo XVII. “Hasta 1648, no se sabe nada de Juan Diego”, coincide desde Los Ángeles el sacerdote e historiador Stafford Poole. Es entonces cuando el presbítero criollo Miguel Sánchez habla por primera vez del indígena y de las apariciones en su libro Imagen de la Virgen María.

Las fuentes históricas

“La de Sánchez es una obra en español y llena de citas. No estamos ante un cuento piadoso, sino ante un libro de teología en el que se encuentra toda la tradición guadalupana”, explica Brading. Un año después, en 1649, se publica otra obra cuya parte central, conocida como
Nican mopohua, cuenta los mismos hechos. Se trata de un refundido, esta vez en náhuatl, de lo narrado por Sánchez que se atribuye al sacerdote criollo Luis Laso de la vega. El estilo resulta “sencillo, pero muy atrayente”, asegura el ex director del Centro de Estudios Latinoamericanos de Cambridge.

La historia es, en ambas obras, la misma. En diciembre de 1531, diez años después de la conquista de lo que hoy es la ciudad de México por Hernán Cortés, Juan Diego, un indio convertido al cristianismo, pasaba por el Tepeyac cuando se le apareció la Virgen y le pidió que se le consagrase un templo en el cerro. Al contárselo a fray Juan de Zumárraga, el franciscano y primer obispo de Nueva España no le creyó y exigió pruebas. El indio vio varias veces a la Virgen y, en la última, ésta le dijo que recogiera flores en su manto. Cuando Juan Diego regresó a casa del obispo y le enseñó las rosas, al desplegarse la tela, apareció la imagen de la Virgen. La misma que, según la tradición, se venera en la basílica guadalupana, el segundo santuario de la cristiandad tras San Pedro del Vaticano.

Entre 1531 y 1648, hay un gran vacío documental respecto a las apariciones. Ni fray Juan de Zumárraga, testigo del milagro y uno de los protagonistas de la historia, las menciona en sus memorias. Es más, en un catecismo que publica en 1547, dice: “Ya no quiere el Redentor del mundo que se hagan milagros, porque no son menester”. “El silencio del obispo es muy significativo”, indica Poole, quien añade que, en realidad, nadie escribe sobre las apariciones durante más de cien años. “Los primeros franciscanos llegan a Nueva España en 1524 y emprenden la evangelización en las lenguas nativas. Hasta 1648, se publican muchos textos para convertir a los indios, pero en ninguno se citan”.

Aunque los juandieguistas consideran la rápida evangelización de los indígenas -se habría pasado de 250.000 bautizados en 1531 a 8 millones siete años después- consecuencia de las apariciones y prueba de su realidad, el padre Poole mantiene que ese alto ritmo de conversiones “es una leyenda. Las investigaciones indican lo contrario, que el progreso de las misiones en aquellos años fue muy lento”. El historiador y paleógrafo ve la figura del vidente como “una ficción pía. De los más de cuarenta documentos que se dice que apoyan la existencia de Juan Diego, ninguno soporta una crítica histórica seria”.

El culto mariano en el Tepeyac, donde los indígenas adoraron antes a la diosa azteca Tonantzin, se remonta a mediados del siglo XVI. “No podemos decir exactamente cuándo la Virgen sustituye a Tonantzin”, reconoce Brading. Sin embargo, lo que sí saben los historiadores es que la ermita no se levantó en vida de Zumárraga. El primer arzobispo de Nueva España murió en 1548 y no la cita ni en su testamento, como era habitual. Las fuentes revelan que el templo se erigió en la década de 1550, en tiempos del sucesor de Zumárraga, fray Alonso de Montúfar, quien habría encargado la imagen a un pintor local.

La Virgen de los criollos

¿Cuál es el fin que, casi un siglo después, persiguen Miguel Sánchez y el autor del Nican Mopohua al hablar de las apariciones y el vidente? “El de Sánchez es un libro de un teólogo, pero también de un propagandista”, advierte Poole, para quien el presbítero “no sólo apoya a los criollos, considerados en la época ciudadanos de segunda, sino que va más allá. Los convierte en el nuevo pueblo elegido: son los únicos que tienen una imagen de la Virgen pintada por Dios”.

El objetivo era dotar de identidad a la Iglesia de Nueva España, demostrar que es algo más que una extensión de la española. “Sánchez modela el mito sobre la Biblia”, argumenta Brading. El catedrático de Cambridge resalta, por ejemplo, las similitudes entre el diálogo bíblico de Dios y Moisés y el de la Virgen y Juan Diego: “Moisés baja del Sinaí con las Tablas de la Ley; Juan Diego, del Tepeyac con las flores”.

“Durante cien años desde 1648, la guadalupana fue una devoción exclusivamente criolla. Después, se empezó a predicar entre los indios y, tras la revolución de 1810, se convirtió en símbolo nacional”, resume Poole. La historia de Juan Diego -“un cuento, como el de Cenicienta”, para el padre Olimón- cautivó a los criollos del siglo XVII y, según Brading, la Iglesia mexicana lo elevó a los altares como el primer santo indígena para hacer frente al avance de las sectas evangélicas entre los indios.


El manto del vidente, la sábana santa del Nuevo Mundo

“La devoción que esta ciudad ha tomado en una ermita e casa de Nuestra Señora, que han intitulado de Guadalupe, es un gran perjuicio de los naturales porque les da a entender que hace milagros aquella imagen que pintó el indio Marcos”. Fray Francisco Bustamante, provincial de los franciscanos, denunciaba así en un sermón, el 8 de septiembre de 1556, la naciente devoción guadalupana.

Los historiadores coinciden en señalar a fray Alonso de Montúfar, el segundo arzobispo de Nueva España, como el religioso que encargó la pintura sobre la tela y al indio Marcos Cipac de Aquino como su autor. La atribución a la Virgen de Guadalupe se debería a que la imagen original era similar a la de la patrona de Extremadura.

Juan Pablo II no dudó en admitir, en el mismo Tepeyac en 1990, que lo que se venera en la basílica mexicana es una obra de arte. Como ya había hecho cuando se demostró que la llamada sábana santa -la tela que presuntamente envolvió el cuerpo de Jesús- había sido confeccionada en el siglo XIV, el Papa puntualizaba, respecto a la tradición guadalupana, que “el hecho de que manos y mentes humanas hayan intervenido tanto en la ejecución pictórica de la imagen como en la configuración de la narración de la aparición” no menoscaba que, en ambos casos, se trate de obras fruto de la inspiración y revelación divinas.

Dictamen de expertos

En su libro La búsqueda de Juan Diego, el padre Manuel Olimón publica, por primera vez, algunas de las cartas que en los últimos años han remitido al Vaticano el abad emérito de la basílica mexicana, Guillermo Schulenburg, el arcipreste del templo, Carlos Warnholtz, y el bibliotecario, Esteban Martínez de la Serna, entre otros. En una de esas misivas, fechada el 27 de septiembre de 1999, los tres clérigos no sólo advierten a Roma del error que supone canonizar al “legendario indio Juan Diego”, sino que también añaden que, del examen de la imagen por parte de “nuestros mejores técnicos en conservación de obras de arte”, se deduce que reúne “todas las características de una pintura hecha por mano humana, con el deterioro propio de la antigüedad”.

El restaurador José Sol Rosales analizó la imagen en 1982, a petición de Schulenburg, y dictaminó que “la pintura es la ejecutada usando diversas variantes de la técnica modernamente conocida como temple”. El técnico llegó a la conclusión de que el manto -de 1,7 metros de altura y 1 metro de anchura- es una tela mezcla de lino y cáñamo y que los pigmentos -a base de cochinilla, sulfato de calcio y hollín- son los empleados en el siglo XVI.



Los disidentes mexicanos, blanco de represalias

“Por un lado, estamos los historiadores; por otro, la jerarquía de la Iglesia mexicana y un grupo de clérigos”, explica David Brading desde su casa de Cambridge. El líder de los juandieguistas es el cardenal
Norberto Rivera, con quien este autor ha intentado sin éxito hablar, al igual que con monseñor José Luis Guerrero, director del Instituto de Estudios Teológicos e Históricos Guadalupanos. Ambos han atacado duramente al abad Schulenburg, al arcipreste Warnholtz y al bibliotecario Martínez de la Serna, entre otros.

Estos tres clérigos han llamado la atención repetidamente al Vaticano sobre el hecho de que la
Congregación para las Causas de los Santos no actuó con rigor histórico a la hora de demostrar la existencia de Juan Diego. Algunas de las cartas fueron en su día filtradas a la prensa contra la voluntad de los firmantes, desatándose una tormenta mediática en la que se acusó a los religiosos de atacar las bases del sentimiento nacional mexicano y monseñor Guerrero les incluyó entre los “racistas antiindios”.

A pesar de que los religiosos que se han pronunciado en contra de la historicidad del vidente han reafirmado al mismo tiempo su fervor guadalupano, eso no les ha librado de lo que fuentes próximas a ellos consideran
represalias. Hospitalizaciones por depresión, la dimisión forzada de Schulenburg como abad de la basílica cuatro meses después de las primeras críticas y la expulsión del arcipreste de la casa sacerdotal, ordenada por el cardenal Rivera “a raíz del incidente sobre la canonización de San Diego”, explican el silencio en el que se sumió el clero crítico en vísperas de la santificación.

Publicado originalmente en el diario
El Correo.


Fuente: http://magonia.com/2003/11/12/juan-diego-el-santo-nunca-existio/
 
Daniel Villatoro;n3131364 dijo:
JUAN DIEGO: EL SANTO QUE NUNCA EXISTIÓ

"En vías de canonización, se encuentra más un mito y un símbolo que un ser de carne y hueso”, dijo el padre Manuel Olimón. Profesor de la Universidad Pontificia de México, cuando publicó en su país La búsqueda de Juan Diego (Plaza & Janés, 2002), un libro escrito desde “la convicción de que la mayoría de edad de los católicos mexicanos exige el tratamiento abierto y serio” de la historicidad del vidente al que, según la leyenda, se apareció la Virgen en el cerro del Tepeyac en 1531. Olimón es uno de los historiadores que, dentro y fuera de la Iglesia, ven con preocupación la canonización de Juan Diego.

Fue el 31 de julio de 2002 cuando Juan Pablo II elevó a los altares en calidad de santo -fue beatificado en 1990- a un indio de cuya existencia “no hay pruebas históricas”, afirma David Brading. El catedrático de la Universidad de Cambridge destaca que, a pesar de que la primera referencia a la imagen que se adora en la
basílica de Guadalupe data de 1555 ó 1556, el vidente no entra en escena hasta mediados del siglo XVII. “Hasta 1648, no se sabe nada de Juan Diego”, coincide desde Los Ángeles el sacerdote e historiador Stafford Poole. Es entonces cuando el presbítero criollo Miguel Sánchez habla por primera vez del indígena y de las apariciones en su libro Imagen de la Virgen María.

Las fuentes históricas

“La de Sánchez es una obra en español y llena de citas. No estamos ante un cuento piadoso, sino ante un libro de teología en el que se encuentra toda la tradición guadalupana”, explica Brading. Un año después, en 1649, se publica otra obra cuya parte central, conocida como
Nican mopohua, cuenta los mismos hechos. Se trata de un refundido, esta vez en náhuatl, de lo narrado por Sánchez que se atribuye al sacerdote criollo Luis Laso de la vega. El estilo resulta “sencillo, pero muy atrayente”, asegura el ex director del Centro de Estudios Latinoamericanos de Cambridge.

La historia es, en ambas obras, la misma. En diciembre de 1531, diez años después de la conquista de lo que hoy es la ciudad de México por Hernán Cortés, Juan Diego, un indio convertido al cristianismo, pasaba por el Tepeyac cuando se le apareció la Virgen y le pidió que se le consagrase un templo en el cerro. Al contárselo a fray Juan de Zumárraga, el franciscano y primer obispo de Nueva España no le creyó y exigió pruebas. El indio vio varias veces a la Virgen y, en la última, ésta le dijo que recogiera flores en su manto. Cuando Juan Diego regresó a casa del obispo y le enseñó las rosas, al desplegarse la tela, apareció la imagen de la Virgen. La misma que, según la tradición, se venera en la basílica guadalupana, el segundo santuario de la cristiandad tras San Pedro del Vaticano.

Entre 1531 y 1648, hay un gran vacío documental respecto a las apariciones. Ni fray Juan de Zumárraga, testigo del milagro y uno de los protagonistas de la historia, las menciona en sus memorias. Es más, en un catecismo que publica en 1547, dice: “Ya no quiere el Redentor del mundo que se hagan milagros, porque no son menester”. “El silencio del obispo es muy significativo”, indica Poole, quien añade que, en realidad, nadie escribe sobre las apariciones durante más de cien años. “Los primeros franciscanos llegan a Nueva España en 1524 y emprenden la evangelización en las lenguas nativas. Hasta 1648, se publican muchos textos para convertir a los indios, pero en ninguno se citan”.

Aunque los juandieguistas consideran la rápida evangelización de los indígenas -se habría pasado de 250.000 bautizados en 1531 a 8 millones siete años después- consecuencia de las apariciones y prueba de su realidad, el padre Poole mantiene que ese alto ritmo de conversiones “es una leyenda. Las investigaciones indican lo contrario, que el progreso de las misiones en aquellos años fue muy lento”. El historiador y paleógrafo ve la figura del vidente como “una ficción pía. De los más de cuarenta documentos que se dice que apoyan la existencia de Juan Diego, ninguno soporta una crítica histórica seria”.

El culto mariano en el Tepeyac, donde los indígenas adoraron antes a la diosa azteca Tonantzin, se remonta a mediados del siglo XVI. “No podemos decir exactamente cuándo la Virgen sustituye a Tonantzin”, reconoce Brading. Sin embargo, lo que sí saben los historiadores es que la ermita no se levantó en vida de Zumárraga. El primer arzobispo de Nueva España murió en 1548 y no la cita ni en su testamento, como era habitual. Las fuentes revelan que el templo se erigió en la década de 1550, en tiempos del sucesor de Zumárraga, fray Alonso de Montúfar, quien habría encargado la imagen a un pintor local.

La Virgen de los criollos

¿Cuál es el fin que, casi un siglo después, persiguen Miguel Sánchez y el autor del Nican Mopohua al hablar de las apariciones y el vidente? “El de Sánchez es un libro de un teólogo, pero también de un propagandista”, advierte Poole, para quien el presbítero “no sólo apoya a los criollos, considerados en la época ciudadanos de segunda, sino que va más allá. Los convierte en el nuevo pueblo elegido: son los únicos que tienen una imagen de la Virgen pintada por Dios”.

El objetivo era dotar de identidad a la Iglesia de Nueva España, demostrar que es algo más que una extensión de la española. “Sánchez modela el mito sobre la Biblia”, argumenta Brading. El catedrático de Cambridge resalta, por ejemplo, las similitudes entre el diálogo bíblico de Dios y Moisés y el de la Virgen y Juan Diego: “Moisés baja del Sinaí con las Tablas de la Ley; Juan Diego, del Tepeyac con las flores”.

“Durante cien años desde 1648, la guadalupana fue una devoción exclusivamente criolla. Después, se empezó a predicar entre los indios y, tras la revolución de 1810, se convirtió en símbolo nacional”, resume Poole. La historia de Juan Diego -“un cuento, como el de Cenicienta”, para el padre Olimón- cautivó a los criollos del siglo XVII y, según Brading, la Iglesia mexicana lo elevó a los altares como el primer santo indígena para hacer frente al avance de las sectas evangélicas entre los indios.


El manto del vidente, la sábana santa del Nuevo Mundo

“La devoción que esta ciudad ha tomado en una ermita e casa de Nuestra Señora, que han intitulado de Guadalupe, es un gran perjuicio de los naturales porque les da a entender que hace milagros aquella imagen que pintó el indio Marcos”. Fray Francisco Bustamante, provincial de los franciscanos, denunciaba así en un sermón, el 8 de septiembre de 1556, la naciente devoción guadalupana.

Los historiadores coinciden en señalar a fray Alonso de Montúfar, el segundo arzobispo de Nueva España, como el religioso que encargó la pintura sobre la tela y al indio Marcos Cipac de Aquino como su autor. La atribución a la Virgen de Guadalupe se debería a que la imagen original era similar a la de la patrona de Extremadura.

Juan Pablo II no dudó en admitir, en el mismo Tepeyac en 1990, que lo que se venera en la basílica mexicana es una obra de arte. Como ya había hecho cuando se demostró que la llamada sábana santa -la tela que presuntamente envolvió el cuerpo de Jesús- había sido confeccionada en el siglo XIV, el Papa puntualizaba, respecto a la tradición guadalupana, que “el hecho de que manos y mentes humanas hayan intervenido tanto en la ejecución pictórica de la imagen como en la configuración de la narración de la aparición” no menoscaba que, en ambos casos, se trate de obras fruto de la inspiración y revelación divinas.

Dictamen de expertos

En su libro La búsqueda de Juan Diego, el padre Manuel Olimón publica, por primera vez, algunas de las cartas que en los últimos años han remitido al Vaticano el abad emérito de la basílica mexicana, Guillermo Schulenburg, el arcipreste del templo, Carlos Warnholtz, y el bibliotecario, Esteban Martínez de la Serna, entre otros. En una de esas misivas, fechada el 27 de septiembre de 1999, los tres clérigos no sólo advierten a Roma del error que supone canonizar al “legendario indio Juan Diego”, sino que también añaden que, del examen de la imagen por parte de “nuestros mejores técnicos en conservación de obras de arte”, se deduce que reúne “todas las características de una pintura hecha por mano humana, con el deterioro propio de la antigüedad”.

El restaurador José Sol Rosales analizó la imagen en 1982, a petición de Schulenburg, y dictaminó que “la pintura es la ejecutada usando diversas variantes de la técnica modernamente conocida como temple”. El técnico llegó a la conclusión de que el manto -de 1,7 metros de altura y 1 metro de anchura- es una tela mezcla de lino y cáñamo y que los pigmentos -a base de cochinilla, sulfato de calcio y hollín- son los empleados en el siglo XVI.



Los disidentes mexicanos, blanco de represalias

“Por un lado, estamos los historiadores; por otro, la jerarquía de la Iglesia mexicana y un grupo de clérigos”, explica David Brading desde su casa de Cambridge. El líder de los juandieguistas es el cardenal
Norberto Rivera, con quien este autor ha intentado sin éxito hablar, al igual que con monseñor José Luis Guerrero, director del Instituto de Estudios Teológicos e Históricos Guadalupanos. Ambos han atacado duramente al abad Schulenburg, al arcipreste Warnholtz y al bibliotecario Martínez de la Serna, entre otros.

Estos tres clérigos han llamado la atención repetidamente al Vaticano sobre el hecho de que la
Congregación para las Causas de los Santos no actuó con rigor histórico a la hora de demostrar la existencia de Juan Diego. Algunas de las cartas fueron en su día filtradas a la prensa contra la voluntad de los firmantes, desatándose una tormenta mediática en la que se acusó a los religiosos de atacar las bases del sentimiento nacional mexicano y monseñor Guerrero les incluyó entre los “racistas antiindios”.

A pesar de que los religiosos que se han pronunciado en contra de la historicidad del vidente han reafirmado al mismo tiempo su fervor guadalupano, eso no les ha librado de lo que fuentes próximas a ellos consideran
represalias. Hospitalizaciones por depresión, la dimisión forzada de Schulenburg como abad de la basílica cuatro meses después de las primeras críticas y la expulsión del arcipreste de la casa sacerdotal, ordenada por el cardenal Rivera “a raíz del incidente sobre la canonización de San Diego”, explican el silencio en el que se sumió el clero crítico en vísperas de la santificación.

Publicado originalmente en el diario
El Correo.


Fuente: http://magonia.com/2003/11/12/juan-diego-el-santo-nunca-existio/

Me encanta tu fuente:
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¿Que sigue? ¿Cites las conspiraciones OVNIS?

Pax.
 
NovoHispano;n3131367 dijo:
Me encanta tu fuente:
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¿Que sigue? ¿Cites las conspiraciones OVNIS?

Pax.

que sigue novito??

pues lo de los ojos saltones y desorvitados ,,,

quien la pinto tan fea?"
 
ROBERSPLENJER:

EL ESCRITO ES CORRECTO, REALMENTE QUIEN QUIERA DISCUTIR EL TEMA DEBE IR A LO ESCRITO NO A QUIEN LO PUBLICÓ.

EL SILENCIO DE FRAY JUAN DE ZUMARRAGA DEBE SER RESPONDIDO POR QUIEN DEFIENDE LA AUTENTICIDAD DEL MILAGRO CATOLICO.

SALUDOS
CLASICKO
 
bueno y la cuestion de juan diego ,,,

era chaparrito y casto como por 400 anos se dijo???

o era alto ,familua de montesuma y con esposa e hijos como lo inventaron ahora???

a ver si novo ns aclara eso.
 
CLASICKO;n3131391 dijo:
ROBERSPLENJER:

EL ESCRITO ES CORRECTO, REALMENTE QUIEN QUIERA DISCUTIR EL TEMA DEBE IR A LO ESCRITO NO A QUIEN LO PUBLICÓ.

EL SILENCIO DE FRAY JUAN DE ZUMARRAGA DEBE SER RESPONDIDO POR QUIEN DEFIENDE LA AUTENTICIDAD DEL MILAGRO CATOLICO.

SALUDOS
CLASICKO

Totalmente de acuerdo hermano Clásikco. El amigo Novo cae en una falacia ad hominem al descalificar el mensaje simplemente porque para él (Novo) el mensajero no tiene muy buena reputación. Todo lo anterior sin hacer un análisis detenido acerca de lo que el mensaje dice.

Por otro lado, yo creo que este tema ya está totalmente agotado y ya quedó demostrado hasta el cansancio que la mentada aparición es un fraude. Incluso hay otras apariciones marianas que son más interesantes porque sí tienen algo de sobrenatural (y en esos casos obviamente el Diablo está detrás) pero en este caso es un fraude humano bastante mediocre con una figura desagradable y mal pintada, un fraude en el cual ni el Diablo quiso involucrarse. De acuerdo también con eso de que el silencio de Fray Juan de Zumárraga debe ser respondido por quienes defienden al "milagro".
 
hectorlugo;n3131388 dijo:
que sigue novito??

pues lo de los ojos saltones y desorvitados ,,,

quien la pinto tan fea?"

¿Pinto? La Imagen no es pintada. Es obra de la mano de Dios.

Pax.
 
CLASICKO;n3131391 dijo:
ROBERSPLENJER:

EL ESCRITO ES CORRECTO, REALMENTE QUIEN QUIERA DISCUTIR EL TEMA DEBE IR A LO ESCRITO NO A QUIEN LO PUBLICÓ.

EL SILENCIO DE FRAY JUAN DE ZUMARRAGA DEBE SER RESPONDIDO POR QUIEN DEFIENDE LA AUTENTICIDAD DEL MILAGRO CATOLICO.

SALUDOS
CLASICKO

Como te dije hace muchos meses atrás, el Silencio de Fray Juan de Zumárraga es solo silencio, no es prueba ni directa ni indirecta. Solo es silencio que espero algun dia se rompa ya se con una prueba a favor del Milagro o en contra del Milagro.

Pax.
 
NovoHispano;n3131405 dijo:
¿Pinto? La Imagen no es pintada. Es obra de la mano de Dios.

Pax.

como un ateo como tu pudo caer tan bajo????

de no creer en nada ahora crees q dios pinta a su mama con ojos tan saltones y desorvitados bahh .
 
hectorlugo;n3131407 dijo:
como un ateo como tu pudo caer tan bajo????

de no creer en nada ahora crees q dios pinta a su mama con ojos tan saltones y desorvitados bahh .

Pues yo no se que ojos saltones y desorbitados hables Lugo. Y mira que tengo en mi cuarto de estudio una imagen de la Guadalupana.

Pax.