XXXVIII Entrega.
Decretos del Vaticano I y lo que dicen los Padres de la Iglesia.
Otro texto citado por el decreto vaticano, en su cap. IV, es el de Luc. 22:32. Sobre el escribió San Juan Crisóstomo, lo que sigue:
"Esto lo dijo el Señor para conmoverle a él particularmente y darle a entender que su caída era más grave que la de los demás y que necesitaba mayor auxilio. Dos faltas, en efecto, cometía entonces Pedro; contradecir al Señor y preferirse a los demás. Y aún podemos añadir una tercera: que todo se lo atribuía a sí mismo. Para curarle, pues, de todo eso, el Señor permitió la caída, por eso también, dejando de momento a los otros se dirige a Pedro particularmente: Simón…Más s Satanás los reclamó a todos, ¿por qué no dice el Señor que rogó por todos? La razón, evidentemente, es la que antes he dicho, a saber, que quería mover señaladamente a Pedro, y para mostrarle que su caída era más grave que la de los demás, a él particularmente dirige su palabra…A la verdad, quien había fundado su iglesia sobre la confesión de Pedro…”( Obras de San Juan Crisóstomo, Op Cit.., pp 619, 620)
Ni Crisóstomo, ni ninguno de los Padres de la Iglesia antigua, percibieron en el texto de Lucas 22:32, la menor huella de ningún magisterio infalible de Pedro ni del Romano Pontífice. La imposibilidad de hallar evidencias patrísticas a favor de la interpretación romanista de este pasaje, se hecha de ver en el hecho de que, de las veinte citas que dio Melchor Cano, dieciocho fueron tomadas de las Falsas Decretales. Las otras dos, de Atanasio, son igualmente espúreas.
El tercer texto que aducen los decretos vaticanos es Juan 21:15─17. El testimonio de los Padres es aquí tan contrario a la interpretación papal como en los otros dos casos. No parece que ningún Padre de los seis primeros siglos lo entendiera en el sentido papal. Al parecer, el primero en interpretarlo así fue Pelagio II, obispo de Roma (575─590).
Veamos que opinaron los Padres:
San Agustín escribió: “Lo que se dijo a Pedro, no a Pedro solamente, sino todos los demás Apóstoles escucharon también y guardaron y, más que ningún otro, el compañero de su muerte y de su día, el Apóstol Pablo. Ellos lo oyeron y lo transmitieron a nosotros; nosotros os apacentamos, estamos junto a vosotros”. “Cuando se le dice a él, se le dice a los demás también: “¿Me amas? Apacienta mis ovejas”
San Gregorio Nacianceno y Cirilo de Alejandría no ves en este pasaje más que triple rehabilitación que corresponde a la triple negativa de Pedro. (Oratio en sus Homilías sobre Juan. XXI. Pág. 74. 749, 752)
Tal como dice W. Shaw Kerr, es costumbre de los apologistas romanistas el exagerar indebidamente algunos encomios que los Padres hacen de la figura del apóstol Pedro. Pero, conviene recordar aquí que elogios parecidos, o títulos, igualmente pomposos, también fueron dados a otros apóstoles y prelados. Por ejemplo, Cirilo, en una carta a Nestorio escribió que Pedro y Jaime “eran de igual rango como apóstoles. Crisóstomo llama a Pablo “el maestro del mundo… el que plantó la Iglesia… Y si por consiguiente recibe una corona mayor que los demás apóstoles y es más grande que ellos, es manifiesto que gozará el honor más alto y la preeminencias” (Hom. PC. 48. 772) “Allí donde estaba Pablo, allí estaba Cristo… Es la luz de la Iglesia, el fundamento de la fe, la columna y el apoyo de la verdad" (Hom. I, Rom. XVI. Pg. 61. 171) "El apóstol del mundo tuvo el cuidado no de una sola casa (espiritual). Sino de ciudades, pueblos u naciones. Y de toda la tierra” (Hom. XXV. In Ep. II ad Cor. PG. 61. 571
Hesychius, presbítero de Jerusalén, llama a Santiago, "el principal caudillo de la nueva Jerusalén. El primero de los sacerdotes, el primero de los apóstoles. El jefe de los jefes"
El papa Gregorio I. dijo de San Pablo que “obtuvo el principado de toda la iglesia".
Según San Agustín. “cuando se habla del Apóstol, sino se precisa que apóstol es, todos entienden que se refiere a Pablo" (Contra duas E. Pelag. III. 3. PL. 44. 589)
Lo malo para el romanismo es que los documentos se han conservado y hoy están al alcance de cualquiera que tenga interés y paciencia para comprobarlo.
También se han descubierto la mayoría de falsificaciones que han pergeñado de los escritos patrísticos.
¿Podemos llamar cristiana a semejante Institución?
Que cada cual saque sus conclusiones.