Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.
¿En leerse a sí mismo?
¿En que se complacerá LFP?
¿En leerse a sí mismo?
¿En que se complacerá LFP?
Es increíble como, de la nada, reflota temas que ya le han sido claramente refutados; algunos de ellos hasta ayer mismo.
De acuerdo, hago el ridículo cada vez que muestro la realidad.
Pero claro quien dice que lo hago no es capaz de decir otra cosa. No puede mostrarnos que es una ridiculez el hecho de que los papas tardaron mas de un milenio en convocar un concilio. Ya es una ridícula negligencia esperar mil años para ejercer una prerrogativa que le viene de la sucesión petrina.
(Ruego a los lectores que no hagan la ridiculez de confundir "petrina" por "petrino". Una con la otra no tienen nada que ver).
Así, pues, me complazco en mis ridiculeces. ¡¡¡Faltaría más!!!
¿En que se complacerá LFP?
III.- Triunfo del conciliarismo
El 16 de noviembre de 1414 quedó inaugurado el Concilio de Constanza el cual según K. S. Latourette, en la obra citada, afirma que fue “el más ampliamente representativo de la Iglesia jamás reunido en la Europa Occidental”. Se dieron cita en el mismo más de 18.000 clérigos y gran número de príncipes, nobles y profesores de universidades. Además de los 29 cardenales, acudieron 150 obispos, 33 arzobispos, 3 patriarcas y 300 doctores en teología con sus séquitos respectivos. El Emperador Segismundo asumió la representación de las naciones europeas, inclusive la del Emperador de Constantinopla, Manuel II Paleólogo.
Pedro d’Ailly y Juan Gerson fueron el alma del concilio. En la base de todas sus decisiones colocaron los cimientos de las doctrinas conciliaristas. Lograron imponer como principio general que el concilio era supremo en todos los aspectos y competente por lo tanto para destituir a los tres papas si era necesario. El papado debía quedar ligado y sujeto al concilio, pasando a ser éste, como en la Iglesia episcopal antigua, la suprema autoridad eclesiástica. Se trataba de introducir en la Iglesia Occidental el antiguo derecho conciliar, todavía vigente en Oriente pero que pugnaba con las más modernas teorías papales. Gerson, d’Ailly, Zarabella y otros conciliaristas denunciaron la acumulación de autoridad y privilegios perpretada por la sede romana. Sostenían que era imposible cualquier reforma de la Iglesia si el papa continuaba apropiándose los derechos de los metropolitanos, de los sínodos, de las iglesias nacionales, y de los antiguos poderes de los emperadores y reyes francos.
“A consecuencia de la avaricia de los clérigos, de la simonía, y del afán insaciable de poder de los papas ─afirmaba Gerson─ la autoridad de los obispos y de los sacerdotes ha desaparecido completamente. Se han convertido en meras figuras de la iglesia, casi superfluas. (Citado por Döllinger, El papa y los Concilios. P. 180 ─version inglesa─)
Se adoptó el sistema de votación por naciones. Los representantes de cada uno de los grupos de países se reunían previamente y deliberaban en asambleas separadas, llevando a las sesiones plenarias las resoluciones acordadas. Este procedimiento tendía a evitar la preponderancia de los obispos italianos, principales partidarios del sistema papal absoluto. Cabe tener presente que la corrupción de la Iglesia había penetrado en Italia con más fuerza que en ninguna otra parte y era sabido de todo el mundo que los obispos italianos se distinguían por su oposición a cualquier medida de reforma.
Y ahora una de las mayores novedades de aquel concilio: La concesión de voto tanto a los laicos como a los eclesiásticos. Eso se debió a la influencia de las universidades. Pero no es menos cierto que la concesión de voto a los laicos representó una verdadera democratización. Así se muestra que este fue un principio basado en las teorías conciliares.
Juan XXIII se percató que, con aquellas novedades, su esperanza de ver ratificada su dignidad papal se esfumaba totalmente. La propuesta de la abdicación de los tres papas tenía cada vez más partidarios y si a eso le añadimos que estaba saliendo a la luz su pasado y su presente de vergüenzas inconfesables lo tuvo claro. Si bien es cierto que prometió abdicar si los otros papas hacían lo mismo, no es menos cierto que todos captaron lo forzado de su declaración.
Supo que la tormenta caería sobre su cabeza y el 20 de marzo de 1415, usando un disfraz, huyó de Constanza.
Refugiado en el ducado de Austria, con cuyo señor había concertado un pacto, Juan XXIII denunció la validez del concilio. La conmoción fue épica y la reacción del emperador, rápida. Tan solo tres días después de la deserción de Juan XXIII, Gerson y con el amparo de Segismundo pronunció un vibrante discurso en el que afirmó de manera inequívoca que el concilio era representativo de la Iglesia entera y que, consecuentemente, todos los fieles incluyendo al papa, debían prestarle obediencia. Así, el concilio no puede ser disuelto arbitrariamente por el papa sin el consentimiento de los padres conciliares, pues la unión de Cristo con su Iglesia, decía, representada en el concilio, es indisoluble; no así la del papa.
Continuará
Los Papas convocaron unos cuantos concilios locales en el primer milenio, pero sólo los emperadores cristianos tenían la capacidad logística para convocar un concilio ecuménico. Una vez desaparecido el Imperio, ¿quién se encargó de la convocatoria?
El Papado.
Por eso los ortodoxos no han podido convocar un solo concilio ecuménico en el segundo milenio. No tenían, ni tienen, a nadie que se lo convocara.
También había otra razón para que los concilios se convocaran en Oriente. Era allá donde salían todas las grandes herejías trinitarias y cristológicas. Por tanto, era lógico que allá donde se creaba el problema fuera el lugar donde se intentaba solucionar.
Y que hacía falta la aprobación del Papa para que un concilio fuera ecuménico es obvio si leemos lo que pasó en el conocido como latrocinio de Éfeso. En aquel sínodo la totalidad de los patriarcados orientales adoptaron la herejía monofisita. Si Roma no hubiese pintado nada, hoy Oriente sería monofisita. Sin embargo León Magno se opuso a dicho concilio y propuso que se celebrara otro en Italia. Finalmente el emperador Marciano decidió que se celebrara en Calcedonia y el resto de la historia ya la sabemos.
A todo esto, aunque otro Papa acabó por ratificarlo, el tiempo ha acabado dándole la razón a León Magno sobre el fondo del canon 28. No hay más que ver qué es hoy el Patriarcado de Constantinopla.....
De todas formas, ya que hablamos de concilios, yo hice una pregunta hace unos meses en este foro que ningún evangélico pudo responder con lógica:
Bautismo
Predestinación
Perseverancia final de los santos
Expiación por todos o sólo por los elegidos
Santa Cena o Eucaristía
Esas son algunas de las doctrinas importantes en las que los protestantes no se ponen de acuerdo.
Dado que todos dicen basarse sólo en la Biblia y aceptar el libre examen, ¿porqué no se convoca un concilio ecuménico protestante para llegar a un acuerdo sobre todas y cada una de esas doctrinas?
¿Es que la verdadera Iglesia de Cristo puede estar al albur de interpretaciones opuestas sobre doctrinas fundamentales sin que haya nadie capaz de imponer, como en el concilio de Jerusalén, una interpretación correcta?
¿Es que la verdadera Iglesia de Cristo puede estar al albur de interpretaciones opuestas sobre doctrinas fundamentales sin que haya nadie capaz de imponer, como en el concilio de Jerusalén, una interpretación correcta?
Los Papas convocaron unos cuantos concilios locales en el primer milenio, pero sólo los emperadores cristianos tenían la capacidad logística para convocar un concilio ecuménico. Una vez desaparecido el Imperio, ¿quién se encargó de la convocatoria?
El Papado.
de LFP
¡¡¡Y parió la burra!!!
Luego está más que claro que la pretendida sucesión apostólica es en realidad la sucesion cesárea. (Me equivoque con lo de la burra. No fué parto, sino cesárea)
¡¡¡Los papas sucesores de los Césares!!!
¡¡¡Pues claro!!! ¿Acaso no fué eso lo que reclamaron Gregorio VII e Inocencio III?
¿A que viene, pues, que metais en este lio al bendito apóstol Pedro?
de LFP
¡¡¡Y parió la burra!!!
Luego está más que claro que la pretendida sucesión apostólica es en realidad la sucesion cesárea. (Me equivoque con lo de la burra. No fué parto, sino cesárea)
¡¡¡Los papas sucesores de los Césares!!!
¡¡¡Pues claro!!! ¿Acaso no fué eso lo que reclamaron Gregorio VII e Inocencio III?
¿A que viene, pues, que metais en este lio al bendito apóstol Pedro?
Nos lo presentas tan claro Luis que... Seguiré con mi...... ridiculez.
Tu puedes seguir con tu enaltismo
don LUIS y vos estarias dispuesto a participar en esa convocatoria?
http://forocristiano.iglesia.net/showthread.php?t=24431:musico6:
A ver, es que yo pertenezco a una Iglesia que lleva celebrando concilios ecuménicos desde hace 20 siglos. Son otros los que tienen que incorporarse a ese modelo.
Esa convocatoria es para los protestantes, que no tienen ni una misma fe ni un mismo bautismo (Ef 4). Nosotros los católicos sí tenemos una misma fe y un mismo bautismo.
Sobre todo cuando la mayoría de católicos sólo asisten a las misas cuando hay bautismos y bodas.
Bueno, el que no practica la fe es que no tiene fe. De la gracia se puede caer y es evidente que hay muchos católicos que han caído de la gracia y no viven conforme a la fe. Pero eso no cambia el hecho de que la fe católica es una. Y el bautismo también. Sin embargo los protestantes no se ponen de acuerdo ni sobre cómo es Dios (no es igual el Dios calvinista que el arminiano) ni sobre qué bautismo es válido y cuál no.
El que en él cree no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.Juan 3:18
El bautismo de niños que nada CREEN,y para bautizarse la primera premisa es CREER.
No hay Dios calvinista ni Dios arminiano,como tampoco Dios católico.Las opiniones de los hombres,son sólo opiniones mas la Palabra de Dios permanece para siempre.
Los tipos de bautismo no son importantes,porque el que cree no es condenado.
Luis Fernando,aún tiene usted que salir de los rudimentos,como diría el autor de Hebreos en el capítulo 6.
Sin duda la Palabra de Dios permanece. Su interpretación privada de la misma no.
Pues como no interpreto privadamente,ni añado doctrinas de hombres a la Palabra de Dios como usted,para mí verdaderamente la Palabra de Dios permanece para siempre y el que cree no es condenado,los bebés no pueden creer y de ellos es el Reino de los cielos.
Escrito está (dijo Jesús a Satanás)
Bueno, el que no practica la fe es que no tiene fe. De la gracia se puede caer y es evidente que hay muchos católicos que han caído de la gracia y no viven conforme a la fe. Pero eso no cambia el hecho de que la fe católica es una. Y el bautismo también. Sin embargo los protestantes no se ponen de acuerdo ni sobre cómo es Dios (no es igual el Dios calvinista que el arminiano) ni sobre qué bautismo es válido y cuál no.
Amigo Luis Fernando,el día que usted entienda que las opiniones teológicas no afectan a la salvación que es en Cristo Jesús,caerá el velo religioso de sus ojos y podrá ver a Cristo,y distinguirá a todos los cristianos con los ojos de Dios.Busque fruto del Espíritu,no diferencias de opinión,que también las hay a montones en el catolicismo.