El error más grave que comete Roma es el mal momento para sacarse de la manga la primacía petrina e intentar subyugar también a Oriente (siglo IV) La instauración de Constantinopla como la nueva Roma por el emperador Constantino en el 330, es la prueba concluyente de la caída de Occidente y el comienzo una nueva éra para el Imperio. En año 380 se instala el emperador Teodosio I en Constantinopla con lo que esta sede comienza su singladura y pasa a ser la nueva capital cultural que Constantino había diseñado.
Ya desde su inicio, Teodosio se esforzó por realzar la importancia de su sede episcopal como elemento fundamental para realzar la autonomía del Imperio Oriental. Con ello no hacía sino satisfacer los deseos del episcopado oriental por afirmar su independencia. Se explica así que el Concilio de Constantinopla del 381 aprobase sin oposición alguna, a instancias del emperador, el famoso canon 3 donde se afirma que el obispo de Constantinopla ocupa el primer lugar después del obispo de Roma, (recordemos que jamás se le llamó ‘Papa’) dejando de manera notoria que esa primacía es meramente honorífica y se fundamenta exclusivamente en ser la vieja capital del Imperio, la urbe más grande y más importante del momento. Nunca se le da importancia a la ‘silla de Pedro’ y ninguna alusión a los argumentos “petrinos” para fundamentar esa supuesta primacía que Roma que comenzaba a aducir el 'Papa' Dámaso.
Las iglesias de Oriente con una sede firme y numerosa, caminan de forma independiente por mucho que el obispo de Roma patalee, ni siquiera se le puede llamar cisma, pues cada patriarcado está establecido con el orden apostólico y tiene su autogobierno para con la grey (Recuerden la falsedad romana de que ellos son la única iglesia que tiene fundamento apostólico)
Roma pierde el poco poder que le queda en Oriente, situación que durará varios siglos hasta que allá por el 1050 Roma se separa de sus hermanos ortodoxos, cometiendo el primer y gran cisma de la cristiandad, es curioso, a los protestantes nos llaman los primeros cismáticos y son ellos precisamente los precursores de tal separación, ahora vendrán y dirán que fue al revés, que Oriente fue el que se separó de Roma, seamos serios señores, Oriente ya caminaba por su propio pie y no tenía la más mínima dependencia de Roma, eso si, como buenos hermanos y siempre que se pudo, mantuvieron buenas relaciones hasta que Roma se puso pesada y obstinada con esa irrelevante silla petrina… En el siguiente capítulo hablaremos del primer concilio convocado por un obispo de Roma y celebrado en tierras occidentales.
To bi continued…