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CRISIS DE AUTORIDAD
Los mensajes del papa Paulo VI a partir de 1965 tiene un común denominador, la condena de los extremismos progresistas o censervadores y la invitación a encontrar entre todos la síntesis que ayude a superar esta hora de crisis. Como apunte más arriba (dijo el papa) esta síntesis, no obstante, ha de incorporar la renovación a la tradición romana, no viceversa. Así, en la alocución del 29 de julio, criticó la postura de quienes ven en el"aggiornamento" un programa de reformismo radical "tanto en el campo doctrinal cuanto en las disciplinar como si el concilio fuese la ocasión para poner en tela de juicio dogmas y leyes que la Iglesia ha inscrito en las tablas de su fidelidad a Cristo Señor, y como si ello autorizase todo juicio particular para destruir el patrimonio de la Iglesia de todas las adquisiciones que su larga historia y probada experiencia la han procurado en el transcurso de los siglos...Por otro lado, tampoco diremos que los buenos interpretes de la ortodoxia los que desconfían de las deliberaciones conciliares y se reservan de aceptar solamente las que ellos juzgan válidas, como si fuese lícito dudar de su autoridad, y que el obsequio a la palabra del concilio puede detenerse allí donde no exige ninguna adaptación de la propia mentalidad".(l'Osservatores Romanos, 29-7-65 Publicado por Ecclesia,el 7-8-64)
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Tobi
Con este tipo de mensajes, mostrando la caída en vertical de la autoridad de la curia del Vaticano lo que consiguió el pontífice romano fue hacerla más evidente. Para los católicos, inmersos en la actual crisis, no pueden confiar en aquellos que mostraron su debilidad. Dejaron de ser un punto de apoyo, por ello sus templos están vacíos, la edad media del clero
supera los sesenta porque sus seminarios están vacíos.
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