Le doy gracias al eterno.
Le doy gracias al eterno.
Le doy gracias al "ETERNO" por todas las maravillas que que ha puesto por sobre de mi y al leerle a ud. no sentirme solo., sino llamado y elegido a vivir con responsabilidad mi nueva actitud hacia la vida y dejar de decirle que si a la aguacorriente.
vivir para morir y no volver a morir jamas.
Le doy gracias al eterno.
Giovanni Cabrer dijo:“Levántate, Pedro, mata y come”<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-comfficeffice" /><o></o>
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<o>A "Oso":</o>
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De nuevo cita usted un pasaje fuera de contexto. Pero si lo hace, es sólo porque le conviene. Note, por favor, la respuesta que le da Pedro a Dios: “Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás” (vers. 14). Esta es una valiosa evidencia de lo que era el sano vivir de los cristianos de la iglesia primitiva, a diferencia de los que hoy se empeñan en transgredir la voluntad divina, “cuyo fin es perdición, cuyo dios es su apetito y cuya gloria está en su vergüenza, los cuales piensan sólo en las cosas terrenales” (Fil. 3:19, Biblia de las Américas).
Imagino que, de haber estado usted en lugar de Pedro, de inmediato habría buscado su sable para descuartizar al primer animal que le apeteciera. Pero Pedro no hizo eso. La visión se repitió tres veces, y tres veces Pedro se negó a hacerlo (Hec. 10:16). Obviamente, aquella visión no podía tener un significado literal, pues Pedro “...no atinaba a explicarse cuál podría ser el significado de la visión” (vers. 17, Nueva Versión Internacional), lo que demuestra que tenía un significado simbólico. Este significado lo descubre Pedro cuando se aparecen los extranjeros que lo buscaban para que les predicara el mensaje de salvación (vers. 18-35). En otras circunstancias, Pedro se habría negado a recibirlos, pues en el versículo 28 él confiesa: “Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo”. En otras palabras, Pedro no podía seguir considerando inmundos a aquellos extranjeros por quienes Cristo también había muerto, aunque esto no parecieron entenderlo todos los hermanos judíos en un primer momento (Hec. 11:1-3). Era a los hombres, y no a los animales, a los que Pedro no debía seguir considerando inmundos.<o></o>
Por lo que veo, o es usted un pésimo exegeta, o sabe la verdad, pero prefiere el error, porque le conviene más. Siga probando con otros versículos para ver si logra dar con uno que por fin lo autorice a comer la basura que usted le mete a su cuerpo. Si no puede, aún le queda la opción de quemar la Biblia en la candela donde está asando su lechón, pues Dios ha hablado y no hay manera de que usted lo haga callar.<o></o>
Le doy gracias al "ETERNO" por todas las maravillas que que ha puesto por sobre de mi y al leerle a ud. no sentirme solo., sino llamado y elegido a vivir con responsabilidad mi nueva actitud hacia la vida y dejar de decirle que si a la aguacorriente.
vivir para morir y no volver a morir jamas.