MUNDO [h=1]
Un sacerdote fue sorprendido en un club nocturno con prostitutas: "Peco y luego me confieso"[/h] Grabado con una cámara oculta, el párroco confesó haber gastado entre 300 y 400 euros tan solo en una noche por favores sexuales
16 de febrero de 2017
El párroco alega que usa el hábito cuando sale de noche para imponer respeto: “Nadie se mete conmigo porque aquí te encuentras con gente casada y prometida”
Tras una denuncia anónima, el programa de actualidad
La Gabbia, del canal italiano de televisión
La 7, investigó y publicó las andanzas de un párroco que entraba a clubes nocturnos para estar con prostitutas, con las cual gastaba una buena cantidad de dinero.
El periodista Silvio Schembri pudo ingresar a locales nocturnos del norte de Italia con una cámara escondida bajo la ropa y grabó las escenas que muestran al
párroco gastando por noche aproximadamente "entre 330 y 440 euros".
En las filmaciones, el sacerdote habla con el periodista como si fuese un cliente más y le cuenta que, cuando accede a las zonas privadas con las mujeres, le hacen masajes que terminan en felación. En un momento, el cura contó que
visita páginas pornográficas y que en una noche estuvo con cinco mujeres durante una hora y media por la que pagó unos 535 euros.
El religioso también le comentó al periodista infiltrado que
usa el hábito cuando sale de noche para imponer respeto: "Nadie se mete conmigo porque aquí te encuentras con gente casada y prometida.
Si vienen a decirme algo, les digo que los conozco y que se lo voy a decir a su mujer. Yo luego me confieso".
Y el padre declaró al reportero que una de las trabajadoras del club le dijo que
le faltaba un cura en su experiencia de privados: "Si quiere cometer un pecado, yo lo hago". Minutos después, el sacerdote abandonó la sala acompañado por la joven. Pero la noche no terminó allí pues el religioso fue a un segundo local de prostitución al que también lo acompañó el periodista.
"Aquí también parece sentirse como en casa", dice el reportero cuando entran al nuevo establecimiento. "
Vengo siempre porque hay mujeres muy bellas y es dónde menos dinero se gasta", dijo el padre, que explicó los precios por los diferentes servicios. "Ya estuve con aquella brasileña", confesó el clérigo señalando a una joven que bailaba en el escenario.