LA PALABRA DE DIOS NO SE CONTRADICE
Allí en Hechos se halla un bautismo solo en el nombre de Jesús, donde quién lo establece es el apóstol Pedro haciendo uso de un derecho concedido por Cristo, solo a él, leemos:
Mat_16:19 Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.
Hch 2:38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Veamos el fruto de este bautismo en agua:
1. Perdón de pecados
2. Requisito para recibir el Espíritu Santo
¿Se cumplen estos frutos en la Iglesia de Cristo?
Porque si estos frutos no se obtienen en la dispensación de la gracia, no es que la palabra de Dios haya fallado, sino que estamos ante hombres corruptos de entendimiento. Hombres que no respetan los tiempos y las sazones que Dios tiene en su sola potestad.
EL BAUTISMO PETRINO DE HECHOS 2:38
Todos los que hemos sido bautizados en un río, y en algunos casos donde los creyentes no tienen cerca ningún río, se mandan hacer una especie de tanques de cemento, y encima se coloca el púlpito, todo enmaderado, de manera que los visitantes no saben que debajo hay un bautisterio.
¿Habrá aquí en el foro alguno que al ser sumergido completamente en el agua y vuelto a sacar, bautizado solo en el nombre de Jesús, salga con sus pecados perdonados, y lleno del Espíritu Santo?
¿Será que los que promueven este tipo de bautismo Petrino, han tenido estas experiencias?
Porque no es que la Escritura haya fallado, sino que hay pésimos intérpretes que no conocen los tratos de Dios con los hombres.
Cómo pueden estos foristas, ajenos a la Sana Doctrina, sembrar estas enseñanzas de manera solapada, manoseando el nombre del Señor Jesús, para llevar a cabo este engaño.
Una sola respuesta, no son de Cristo, aunque usen su nombre y bauticen en su nombre; aunque se llamen apóstoles; aunque profeticen en el nombre del Señor; aunque echen fuera demonios; y en el nombre del Señor hagan muchos milagros, aquí tenemos la evidencia, leemos:
Mat 7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Mat 7:22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
Mat 7:23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
¿Entonces que son esta clase de foristas?
La misma Escritura los denuncia como:
"HACEDORES DE MALDAD"
Ellos no predican el evangelio de la gracia de Dios, ellos predican el bautismo Petrino.
Lo que primero enfatizan a un incauto es esta pregunta:
¿En qué nombre fuisteis bautizado?
Y activan inmediatamente el mecanismo del engaño, abriendo la biblia en Hechos 2:38 y "mostrando por la palabra" que sin el bautismo Petrino, siguen en sus pecados y es imposible que reciban el "espíritu santo".
¿Hasta dónde no llega la maldad de estos bellacos?
Con justa razón el Señor les dice:
"NUNCA OS CONOCÍ"
Veamos ahora el bautismo que Dios ha establecido para su Iglesia:
EL BAUTISMO CRISTIANO
En primer lugar, es Espiritual.
La persona oye el evangelio de la gracia de Dios:
1Co 2:1 Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría.
1Co 2:2 Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.
Contempla a Cristo en el Altar de la Cruz como la Ofrenda Santísima por el Pecado.
Al que no conoció pecado, Dios cargó en él, el pecado de todos nosotros.
¿Con qué propósito?
Para que nosotros fuésemos hechos JUSTICIA DE DIOS en Cristo.
No es en el rito externo del bautismo Petrino que los pecados de los hombres son perdonados.
El agua lavará la mugre, pero no limpia ningún pecado.
Es la sangre preciosa de Cristo, derramada en el altar de la Cruz, la que nos limpia de todo pecado.
La gracia de Dios se manifiesta en el creyente mediante la Redención que es en Cristo Jesús, «justificados por la sangre» —esto es, por la muerte de Cristo en su aplicación a nosotros, porque tal es el significado de la figura sacrificial de la que la palabra «sangre» es la expresión en el Nuevo Testamento.
No es por la membresía a ningún sistema religioso que somos justificados delante de Dios.
NI TAMPOCO SOMOS JUSTIFICADOS POR EL BAUTISMO EN AGUA.
El Señor Jesucristo, luego de su Resurrección, luego de haber satisfecho plenamente las demandas de la Justicia de Dios..., luego de haber transformado el Trono de Juicio que se cernía sobre nosotros, viles y miserables pecadores, reos al infierno, en un TRONO DE GRACIA, establece el principio de la fe como la base sobre el cual se recibe el beneficio de la Gracia de Dios. Leemos:
Mar 16:15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
Mar 16:16 EL QUE CREYERE y fuere bautizado, será salvo; más el que no creyere, será condenado.
Y añade el bautismo de la Gran Comisión como consecuencia de la Fe en Cristo, leemos:
Mat 28:19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
Entonces, cuando hablamos de hombres que no respetan los tiempos y las sazones que Dios ha puesto en su sola voluntad, no referimos a la responsabilidad de entender el actuar de Dios bajo la ley en relación con la nación de Israel, y como actúa Dios en relación con la Iglesia bajo la gracia, la cual cobija a los creyentes de todas las naciones.
Este punto es importante por cuánto está en juego la honestidad del creyente. Leemos:
Éxo 20:15 No hurtarás.
El octavo mandamiento prohíbe la usurpación injusta de la propiedad de nuestro vecino sin su consentimiento.
Bajo la gracia este mandamiento es mucho más amplio.
Las leyes ceremoniales, en cuanto a ritos externos, y obligaciones judías, solo duraron hasta que Cristo estableció su Iglesia, bajo la gracia.
Pero la ley moral, como este mandamiento, son de obligación perpetua y duran hasta el fin del mundo.
Un ejemplo claro lo tenemos en el uso de los diezmos, que Dios estableció para el sostenimiento de la tribu de Leví, por parte de las 11 tribus restantes y que, en los tiempos de Malaquías, la nación había descuidado esta responsabilidad y el profeta les amonesta que están robando a Dios.
Ellos se estaban apoderando de unos diezmos que le pertenecían a la tribu de Leví.
En esta edad de la Iglesia, el Señor no exige diezmos a su Amada Esposa, esto choca frontalmente con la relación de UNIDAD entre Cristo y la Iglesia, leemos:
1Co_6:17 Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.
Es algo ofensivo a Cristo como Esposo de la Iglesia, que se le presente cobrando diezmos a su Esposa.
La Iglesia no está dividida en tribus.
La base de la ofrenda voluntaria en el NT es el amor recíproco, por cuanto Cristo se ofrendó no por porcentajes, sino totalmente a la Iglesia, leemos:
Efe 5:25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
Y se ofrenda con alegría, de lo que se tiene, no de lo que no se tiene y conforme haya prosperado (2Cor.8:12;9:7;1Cor.16:2).
De manera que este ejemplo de los diezmos nos sirve para ilustrar la falta de entendimiento de aquellos hombres deshonestos, que roban al pueblo de Dios, mediante la imposición de una práctica judía relacionada con el sostenimiento de una tribu, que no existe en la Iglesia y que coloca Jesucristo en la misma condición de un cobrador de impuestos, y lo que es peor, a su propia Esposa.
IGUALMENTE OCURRE CON EL BAUTISMO EN EL NOMBRE DE JESÚS BAJO LA LEY
No debemos extraer la ceremonia del bautismo de Hechos 2:38, bajo la ley, que, en estas circunstancias tan especiales, perdonaba pecados y fue requisito para recibir el don del Espíritu Santo, para formar una secta y entronizar este bautismo como si la Obra de la Redención pasara a un segundo plano.
Esto es ser deshonesto, esto es robar, esto es engañar al pueblo.
Es apoderarnos del bautismo de Pedro, conforme a la autoridad que le daba el uso de las llaves del Reino, y trasladar esta ceremonia de ese contexto judío, con todo y lo que ella implica, para aplicarla a la esposa del Cordero en esta época de gracia.
El período apostólico ha terminado con la muerte del último apóstol.
Los registros de sus enseñanzas bajo la gracia han quedado plasmados en las cartas epistolares y universales.
Que se levante una oleada de apóstoles en éstos últimos tiempos, para enseñar prácticas y ceremonias judías, que no tienen otro beneficio que sus propios intereses y no la gloria de Cristo.
Es obvio que no puede venir de parte de Dios.
De ahí la necesidad del creyente que “boga mar adentro” y escudriña y entiende que los énfasis que Dios ha puesto, a través de la historia, en cada dispensación donde el hombre a sido puesto a prueba y ha fracasado, sea una herramienta eficaz que nos ayuda a discernir los tiempos y las sazones que Dios ha puesto en su sola voluntad.
Aquel bautismo mundial donde solo 8 personas se salvaron, el apóstol Pedro, al final de su Ministerio, lo usa para enseñar lo siguiente:
1Pe 3:21 El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo,
Noten queridos lectores lo siguiente:
- Aquel bautismo de Hechos 2:38 se quedó en Israel.
- Perdonaba pecados
- Era requisito para la recepción del Espíritu Santo
Ahora se trata de una buena conciencia que debe aspirar a mantener el bautizado, considerando la resurrección del Señor.
Es decir, en el bautismo cristiano, al sumergirse en el agua, el creyente simboliza que muere al mundo juntamente con Cristo, y al emerger de ella, resucita juntamente con Cristo para mantener una buena conciencia delante de Dios.
Y aquí apelo a las Escrituras.
Tanto Job, como el apóstol Pablo fueron duramente calumniados y acusados.
Pero ambos usaron su propia conciencia para acallar a sus enemigos, leemos de Job, identificado como el hombre mas justo, el más santo, sobre la tierra:
Job 1:1 Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.
El no tenía ninguna escritura en que apoyarse, sin embargo, él sabía lo que era amar al Señor con todo su corazón, con toda su mente, con toda su alma. Impacto el testimonio hasta el punto en el cual Dios lo reconoce como el hombre más justo sobre la tierra.
Y en poco tiempo, en la voluntad permisiva de Dios, Satanás le quito todo, sus riquezas, sus hijos, todo. Hasta una úlcera maligna que invadió todo su cuerpo fue puesta por el diablo que buscaba que renegara de Dios.
Es en ese momento que sus amigos se reúnen alrededor de él, y después de una semana de silencio, se despachan en calumnias y acusaciones infundadas contra Job, lo primero que hacen es señalar su desgracia como fruto del pecado.
Pero en el capítulo 31 Job apela a su conciencia y les dice:
Job 31:1 Hice pacto con mis ojos;
¿Cómo, pues, había yo de mirar a una virgen?
Job no miraba con codicia a ninguna mujer joven.
Porque tenía puesta su mirada en el galardón del cielo (v.2)
Conocía el justo juicio de Dios para el impío (v.3)
Era consciente de estar observado por Dios (v.4)
Sabía que mentir era castigado por Dios (v.5) etcétera.
Job 32:1 Cesaron estos tres varones de responder a Job, por cuanto él era justo a sus propios ojos.
La conciencia de Job no lo acusaba de las cosas que argumentaban en su contra.
Igualmente ocurrió con el apóstol Pablo cuando fue atacado por sus enemigos, los falsos maestros de filosofía griega, en cierta manera unidos con elementos judaizantes, que entraron a la asamblea de Corinto; querían enseñar mentiras, como los falsos maestros siempre lo hacen, como agentes de Satanás. Pero primero tenían que destruir la confianza que los hermanos tenían depositada en el apóstol Pablo.
En este pasaje nos damos cuenta de qué lo estaban acusando, leemos:
2Co 4:2 Antes bien renunciamos A LO OCULTO Y VERGONZOSO, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios.
Lo estaban acusando de pecado sexual, y de avaricia material, de estar en el ministerio por motivos de dinero, por buscar favores de las mujeres, de falsificar sus credenciales apostólicas, porque algunos judaizantes conocían que Matías había sido el reemplazo del apóstol que traicionó al Señor.
Lo estaban acusando de llevar una vida de vergüenza secreta.
En otras palabras, él era un farsante, un hipócrita, que se presentaba como si fuera un siervo de Dios, pero debajo de su apariencia había esta vida impía de vergüenza, escondida a los ojos de los hombres.
Y en el ministerio, existe este tipo de vidas dobles, que tarde o temprano salen a la luz para vergüenza del evangelio.
Pero con el apóstol Pablo el asunto no era así.
2Co 1:12 Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que. con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros.
“PORQUE NUESTRA GLORIA ES ESTA”
Pablo es un hombre humilde, él no desea otra cosa que exaltar a Jesucristo. Cuando se le pidió que presentara sus credenciales, el les dijo haber sufrido por causa de Cristo mucho más que ellos (2Cor. 6:3-10;2Cor.11:22-27).
Pablo vio su sufrimiento por causa de Cristo como la verdadera credencial de su apostolado.
El fue llamado por Dios a su servicio, él no se autonombró asimismo y tampoco se auto facultó con una máxima autoridad inventada por él mismo.
“EL TESTIMONIO DE NUESTRA CONCIENCIA”
Su conciencia no le acusaba de estar andando con astucia adulterando la palabra de Dios.
El apóstol había sido bautizado por Cristo, tal como lo entendemos aquí:
Gál_3:27 porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.
El apóstol no se está refiriendo al bautismo en agua de Hechos 2:38, sino al bautismo de la Iglesia:
EL BAUTISMO ESPIRITUAL DE LA IGLESIA
Rom_6:4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
Efe_4:5 un Señor, una fe, un bautismo,
Col_2:12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.
El bautismo Petrino se quedó en Israel, ahora Pedro se halla en la dispensación de la gracia de Dios y puede señalar su alcance, leemos:
1Pe 3:21 El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo,
Dios bautizo con agua a toda la humanidad impía que pereció en el diluvio.
Ahora Dios, en su Iglesia, está bautizando en Cristo a todo aquel que cree, para que andemos en vida nueva.
Es un asunto de tener una conciencia limpia delante de Dios, tal como lo atestigua Job, y el apóstol Pablo.
Y esa conciencia limpia delante del Señor, debe ser el objetivo espiritual de todo cristiano cuya esperanza es la inminente venida de Cristo a librarnos de la ira que se avecina, leemos:
1Jn_2:28 Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.
Pedro reconoció que el bautismo de la Iglesia no perdona pecados:
“No quitando las inmundicias de la carne”
Y tampoco es requisito para recibir el Espíritu Santo como enseña Pablo:
Efe_1:13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
Efe_4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
Y el Señor enseñó que debe hacerse bajo el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mt.28:19).
Que el Señor añada bendición a su Palabra.