Te contesto con una pregunta,
¿Entonces quieres decir que las palabras de Moisés, los patriarcas, Buda Zoroastro,… eran para sus contemporáneos y perdieron su vigencia por las palabras de Jesús?
Las palabras de Jesús tendrán validez eterna ya que no es un falso profeta pero no son el único camino .
La salvación es consecuencia de la fe y de los buenos hechos, sin embargo, esta practica no es exclusiva del cristianismo, sino que es la base de todas las religiones ¿cómo podría ser que en tiempos de Moisés quienes creyeron, obedecieron y sacrificaron sus vidas no fueran salvados, sólo porque no había aparecido aún Jesucristo
Todos los llamados de DIOS, aquellos que responden con fe, obras y obediencia, lógicamente y en justicia, obtienen la complacencia de DIOS. La complacencia es lo máximo honor que el hombre puede aspirar. Y esa complacencia ha estado accesible a todos los hombres y en todas las épocas, tanto antes como después de Jesucristo. Es decir, accesible siempre que Dios ha hablado y expresado su voluntad, y DIOS ha hablado antes y después de Jesucristo.
DIOS, habiendo hablado muchas veces y en muchas maneras en otro tiempo á los padres por los profetas, En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo…(Hebreos 1:1-2)
La puerta del conocimiento del Antiguo Ser siempre ha estado cerrada, y continuará para siempre cerrada, a la faz de los hombres. Ningún entendimiento humano alcanzará jamás acceso a Su sagrada corte. Sin embargo, como una muestra de Su misericordia y como una prueba de Su bondad, Él ha manifestado a los hombres los Soles de Su divina guía, los Símbolos de Su divina unidad y ha ordenado que el conocimiento de esos Seres santificados sea idéntico al conocimiento de Su propio Ser. Quienquiera que los reconozca, ha reconocido a Dios. Quienquiera que escuche su llamada, ha escuchado la Voz de Dios, y quienquiera que atestigüe la verdad de su Revelación, ha atestiguado la verdad de Dios mismo. Quienquiera que se aleje de ellos se ha alejado de Dios, y quienquiera que no haya creído en ellos no ha creído en Dios. Cada uno de ellos es el Camino de Dios que conecta este mundo con los dominios de lo alto y el Estandarte de Su Verdad para todos los que están en los reinos de la tierra y del cielo. Ellos son las Manifestaciones de Dios entre los hombres, las pruebas de Su Verdad, y los signos de Su gloria. (Bahá’u’lláh)