Para que puedas percibirlo me vienen a la mente un texto de la infinidad que existen:
En el Nombre de Dios, el Exaltado, el Altísimo.
La fuente de todo Bien es la confianza en Dios, la sumisión
a Sus Mandatos y la complacencia con Su Santa Voluntad y
agrado.
La esencia de la Sabiduría es el temor de Dios, el terror de
Su azote y Su castigo, y el miedo a Su Justicia y Su Decreto.
La esencia de la Religión es dar testimonio de lo que el
Señor ha revelado y seguir lo que Él ha ordenado en Su
poderoso Libro.
La fuente de toda Gloria es aceptar todo aquello que el
Señor otorga y contentarse con lo que Dios ordena.
La esencia del Amor es que el hombre dirija su corazón
hacia el Amado y se aparte de todo menos de Él, y no desear
nada que no sea el deseo de su Señor.
El verdadero Recuerdo es hacer mención del Señor, el
Todoalabado, y olvidarse de todo excepto de Él.
La verdadera Confianza es que el siervo ejerza su
profesión y su vocación en este mundo, que se aferre al Señor
y que no busque nada salvo Su Gracia, puesto que en Sus
Manos está el destino de todos Sus siervos.
La esencia del Desprendimiento es que el hombre vuelva
su rostro hacia las Cortes del Señor, llegue a Su Presencia,
contemple Su Semblante y dé testimonio ante Él.
La esencia del Entendimiento es atestiguar nuestra
propia pobreza y someternos a la Voluntad del Señor, el
Soberano, el Benévolo, el Todopoderoso.
La fuente del Valor y del Poder es la promoción de la
Palabra de Dios y la firmeza en Su Amor.
La esencia de la Caridad es que el siervo refiera las
bendiciones de su Señor y le dé gracias en todo momento y en
todas las circunstancias.
La esencia de la Fe es ser parco en palabras y abundante en
hechos; aquel cuyas palabras sobrepasan a sus hechos, sabed,
en verdad, que su muerte es mejor que su vida.
La esencia de la verdadera Seguridad es guardar silencio,
mirar el fin de las cosas y renunciar al mundo.
El comienzo de la Magnanimidad es cuando el hombre
gasta su fortuna en sí mismo, en su familia y en los pobres
entre los hermanos en su Fe.
La esencia de la Riqueza es el amor por Mí; aquel que Me
ama es el poseedor de todas las cosas y aquel que no Me ama
es, de hecho, de los pobres e indigentes. Esto es lo que ha
revelado el Dedo de Gloria y Esplendor.
La fuente de todo Mal es que el hombre se aparte de su
Señor y ponga su corazón en cosas impías.
El más ardiente Fuego es poner en duda los signos de Dios,
cuestionar ociosamente lo que Él ha revelado, negarle y
mostrarse orgulloso ante Él.
La fuente de toda Erudición es el conocimiento de Dios,
exaltada sea Su Gloria, y esto no puede alcanzarse sino
mediante el conocimiento de Su Manifestación Divina.
La esencia del Envilecimiento es salir de debajo de la
sombra del Misericordioso y buscar el amparo del Malvado.
La fuente del Error es no creer en el Dios Único y
Verdadero, confiar en otra cosa que no sea Él y huir de Su
Decreto.
La verdadera Pérdida es la de aquel cuyos días se han
consumido en completa ignorancia de su propio ser.
La esencia de todo lo que te hemos revelado es la Justicia; y
ésta consiste en que el hombre se libere de la ociosa fantasía y
de la imitación, que sepa percibir con el ojo de la unidad Su
gloriosa Obra y que investigue todas las cosas con ojo
perspicaz.
De este modo te hemos instruido y te hemos manifestado
Palabras de Sabiduría, para que estés agradecido al
Señor tu Dios y te gloríes de ello entre todas las gentes.
Bahá'u'lláh