El adventismo y su herejia de la "puerta cerrada"

Re: El adventismo y su herejia de la "puerta cerrada"

Primero son los Testigos de Jehová, que llaman a la puerta ofreciendo "La Atalaya" y hablando de la batalla de Armagedón. Luego siguen los Mormónes predicando al profeta José Smith y hablando de una "nueva revelación»;después los Adventistas, y así sucesivamente, hasta que, por último, el hombre de la calle se pregunta desconcertado":
¿CUAL ES LA DIFERENCIA ?

El Adventismo es uno de los movimientos religiosos modernos más difíciles de clasificar, dado que, en realidad, no niega la doctrina capital de la fe cristiana, es decir, la divinidad de Jesucristo, y, sin embargo, mantiene otras teorías -especialmente en relación con el sacrificio expiatorio de Jesucristo y prácticas de legalismo de carácter judaico que son rechazados por el resto de la cristiandad. El hecho de que muchas de estas diferencias afecten a puntos que también se consideran esenciales, es lo que determina que incluyamos al Adventismo en esta sección, aparte de que por el simple hecho de ser un movimiento de muy nuevo cuño no puede ponerse junto a las iglesias surgidas de la Reforma.

Todo comenzó cuando, en 1830, un hombre llamado William Miller, en EE.UU., sintió un repentino interés por el estudio de las profecías bíblicas. Su investigación le llevó al convencimiento de que el retorno de Jesucristo era algo inminente, consiguiendo contagiar de su entusiasmo a un buen grupo de sus oyentes. Tan sincera y franca convicción no estaba unida, sin embargo, a una sólida formación escriturística y ello fue probablemente la causa que le llevara a hacer atrevidas predicciones, como la que fijaba para el año 1843 la tan esperada venida de Cristo. Esta fecha fue pospuesta para un año después, y cuando, al fin, llegó, y pasó, el tan esperado 1844 y nada sucedió, el frustrado profeta y sus seguidores cayeron en el desánimo.

A pesar de ello Miller no perdió la esperanza de ver aparecer pronto al Señor, y aparte de esta peculiar creencia no puede decirse que sustentara ninguna otra que pueda calificarse de heterodoxa. Miller era un apasionado por las profecías, y su interpretación de Daniel 8:14 era el punto sobre e] cual pivotaba toda su teoría. Cuando, en 1849, Miller murió, no se había apartado sustancialmente de la fe cristiana tradicional.

Sin embargo, sus seguidores no renunciaron a aquella teoría que consideraban como un gran descubrimiento, y poco después de la muerte de su maestro se ponían las bases de una nueva organización religiosa. Pero antes había que explicar, de algún modo, el aparente fracaso de Miller. Un seguidor de Miller, en el estado de Nueva York, llamado Hiram Edson, dijo que precisamente el día siguiente del que estaba fijado para el regreso de Cristo (22 de octubre de 1844) él había tenido una visión en la que percibió a Cristo junto a un altar en el cielo. Inmediatamente se interpretó este dato como la realización de la predicción de Milier, diciendo que, efectivamente. Cristo había "venido" en la fecha anunciada, pero no a la tierra, como algunos habían entendido, sino al santuario que hay en los cielos, el cual es una réplica exacta del que los judíos tenían en Jerusalén.

En 1860 la secta ya estaba plenamente organizada, bajo la dirección de uno de sus miembros, James White y su esposa a quien los adventistas califican de mujer inspirada por Dios. Fue precisamente esta Sra, White, quien introdujo en la recién creada secta, una de las doctrinas que más caracterizan al grupo: la observancia del sábado, y no del domingo, como día de descanso. En una de sus frecuentes visiones la supuesta profetisa tuvo el privilegio de contemplar las tablas de la Ley de Dios. De los diez mandamientos había uno (el cuarto, según el orden bíblico) que resaltaba sobre los demás y estaba rodeado de un halo de luz. La Sra. White lo interpretó como una llamada de atención por parte de Dios en el sentido de que los llamados cristianos habían cambiado sin autorización el día de descanso, que desde siempre había sido el sábado.

De ahí se llegó directamente a una conclusión rotunda: todos los que profanaban el sábado no podían ser considerados como parte del pueblo de Dios. A partir de ese momento los adventistas han inculcado a sus adeptos una rigurosa reverencia por el sábado. En cierto sentido, se ha vuelto a implantar en sus comunidades las costumbres judías sobre este día, con todo lo que tienen de complicado y enojoso cuando se trata de cumplir en un medio adverso. No es difícil, pues, imaginar, los innumerables problemas de orden social, labora!, etc. que los adventistas tienen que afrontar por esta razón.

Según ya hemos señalado, los adventistas no niegan la divinidad de Jesucristo. Sin embargo, su doctrina acerca de la redención es muy diferente de la sostenida por el cristianismo tradicional. A causa de la curiosa explicación sobre el retorno de Cristo en 1844, se hizo necesario amoldar Otras doctrinas a aquella visión. El santuario del cielo, está, como lo estaba el de los judíos en la tierra, dividido en dos partes: e] lugar santo y el lugar santísimo. Según la Sra. White , Cristo estuvo en el lugar santo durante dieciocho siglos después de su muerte, intercediendo por los pecadores, pero esto no fue suficiente, y, en consecuencia, en 1844, según dice la profecía de Daniel, Cristo pasó ("vino") al lugar santísimo donde comenzó la obra de completar y perfeccionar su expiación del pecado.

Los adventistas creen que tras la muerte física del ser humano se produce un estado de inconsciencia que dura hasta el día de la resurrección. Spicer, un destacado adventista, habla de dicho estado en estos términos: "La muerte nos reduce a un estado de silencio, inactividad y completa inconsciencia." Esto nos lleva a la cuestión del más allá. Después del juicio los creyentes heredarán el Reino, en tanto que los incrédulos serán completamente aniquilados. El infierno, en cuanto lugar de eterno tormento, no existe. El único fin de los impíos es la extinción completa.

Hay cosas positivas que destacar de los adventistas. Junto a un nivel moral, por lo general, bastante elevado, se encuentra un escrupuloso cuidado de la salud corporal, por medio del ejercicio físico y un régimen alimenticio esencialmente vegetariano. En el campo de la educación han logrado muchos éxitos, proveyendo, cuando ello es factible, una educación gratuita para los hijos de sus afiliados. Se hace mucho hincapié en la santidad del matrimonio, la unidad de la familia, la formación de la juventud en un ambiente distinto del que impera en la sociedad actual, etc. La contribución económica de los adventistas a su propia causa es realmente espectacular, convirtiéndoles en uno de los movimientos religiosos más florecientes en proporción a su número, especialmente si se tiene en cuenta que no tienen protección oficial. Hay entre ellos muchos médicos, y en varios países del mundo han construido magníficos hospitales. En España cuentan con un Seminario y lugares de culto en las principales ciudades.
 
Re: El adventismo y su herejia de la "puerta cerrada"

Ya que "gabriel47" se hace el loco, ¿algún otro ASD quiere comentar punto por punto?


Es obvio que no tienes conocimiento alguno de la historia de tu Iglesia. Veamos lo que pasó:

Octubre 1844: Los Mileritas sufren otro chasco.

Después de este chasco, el grupo de Mileritas comenzó a dividirse y la mayoría adoptó la creencia de que el cumplimiento de la profecía estaba en el futuro, otros creyeron en un regreso "espiritual" de Jesús y una pequeña manada siguió confiando en la fecha.

Noviembre 1844: William Miller creía que la puerta de gracia se había cerrado:

"Hemos hecho nuestra obra de advertencia a los pecadores, y en tratar de despertar a la iglesia formal. Dios, en su providencia ha cerrado la puerta; sólo podemos alentarnos unos a otros para que seamos pacientes y diligentes en hacer de nuestro llamado y elección algo seguro. Estamos viviendo ahora en el tiempo indicado por Malaquías 3:18, también Daniel 12:10, Apocalipsis 22:10-12. En este pasaje no podemos sino ver que un poco antes del regreso de Cristo, habrá una separación entre el justo y el injusto, el recto y el impío, entre quienes aman su venida y quienes la odian. -Carta de Guillermo Miller del 18 de noviembre de 1844, citada en The Advent Herald [El heraldo adventista], 11 de diciembre de 1844, p. 142

Noviembre 1844: Elena Harmon también creía en la puerta cerrada:

"Por un tiempo después del chasco de 1844, sostuve junto con el conjunto de adventistas que la puerta de la gracia quedó entonces cerrada por siempre para el mundo. -Elena G. de White, Manuscrito 4, 1863; Mensajes selectos, vol. 1, p. 71."

Un tiempo después Elena Harmon abandona esta creencia:

"En el momento en que tuve la visión del clamor de medianoche descarté que fuera en el pasado y pensé que era para el futuro, como la mayoría del grupo lo hizo." -Elena G. de White, Carta 3, 1847, escrito el 13 de julio de 1847 a José Bates.

Diciembre de 1844: Pirmera supuesta visión de EGW:

"En la primera visión de Elena Harmon, se le mostró que la puerta de la misericordia estaba cerrada a causa de (a) aquellos mileritas que negaron que Dios los había guiado en el Movimiento del “Clamor de Medianoche” de 1844, y (b) “todo el mundo malvado” que Dios había rechazado. También se le mostró “los santos vivos, que eran 144.000” que esperaban el regreso de Cristo."

Diciembre 1844: Elena Harmon vuelve a creer en la puerta cerrada:

"Con fecha 30 de mayo de 1847, Jaime White escribió:

Cuando ella recibió su primera visión, en diciembre de 1844, ella y todo el grupo en Pórtland, Maine, (donde residían en ese entonces sus padres) habían abandonado el clamor de medianoche, el error en el cual ella y el grupo de Pórtland había caído. Entonces ella relató su visión al grupo, y unos sesenta confesaron su error y reconocieron que su experiencia con el séptimo mes era la obra de Dios". –Jaime White, A Word to the Little Flock [Una palabra al pequeño rebaño], p. 22.

8 de enero de 1845 –Jaime White creía que la puerta estaba cerrada.

En una carta a Enoc Jacobs, de fecha 8 de enero de 1845 (posiblemente puede que sea 1846), Jaime White declaró:

“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros de la común salud, me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada á los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los cuales desde antes habían estado ordenados para esta condenación, hombres impíos, convirtiendo la gracia de nuestro Dios en disolución, y negando á Dios que solo es el que tiene dominio, y á nuestro Señor Jesucristo” (Judas 3-4). Concluyo que ningún creyente inteligente en la puerta cerrada tiene dudas de la directa aplicación del pasaje de Judas a nosotros, puesto que el clamor de medianoche ha terminado. Así que la exhortación a luchar por la fe entregada a los santos, es sólo para nosotros. –The Day-Star [La estrella matinal], 24 de enero de 1846.

Febrero 1845: Más evidencia que Elena Harmon creía nuevamente en la puerta cerrada:

"La visión sobre la venida del novio, la tuve a mitad de febrero de 1845.
Mientras estaba en Exeter, Maine, reunida con Israel Dammon, Jaime y muchos otros, varios de ellos no creían en la puerta cerrada. Sufrí mucho al comienzo de la reunión. La incredulidad parecía estar sobre todo el grupo.
Había una hermana allí que se decía muy espiritual. Había viajado y actuado como una predicadora poderosa la mayoría del tiempo por unos veinte años. Había sido como una verdadera madre de Israel. Pero se produjo una división en el grupo sobre la puerta cerrada. Ella tenía gran simpatía y no podía creer que la puerta estaba cerrada. (Yo no sabía nada de su diferencia). La hermana Durben se levantó para hablar. Me sentí muy, muy triste.

Finalmente mi alma parecía estar en agonía, y mientras ella hablaba me caí de la silla al piso. Fue entonces que tuve una visión de Jesús elevándose de su trono mediatorio y entrando al santísimo como Novio para recibir su reino. Todos estaban profundamente interesados en la visión. Todos dijeron que era algo enteramente nuevo para ellos. El Señor obró con gran poder para establecer la verdad en forma familiar en nuestros corazones.

La hermana Durben sabía lo que era el poder del Señor porque lo había sentido muchas veces; y poco tiempo después sentí que ella fue golpeada y cayó al suelo clamando a Dios que tuviera misericordia de ella. Cuando salí de la visión, mis oídos recibieron el saludo de la hermana Durben que cantaba y gritaba con voz fuerte.

La mayoría de ellos recibieron la visión y fueron establecidos en la puerta cerrada. Previamente a esto, no había tenido luz sobre la venida del Novio, sino que había esperado que él regresara a esta tierra para librar a su pueblo en el día décimo del séptimo mes. No escuché ningún discurso o palabra en ningún sentido relacionado con el ingreso del Novio al santísimo". –Carta 3, 1847 (a José Bates, 13 de julio de 1847).

Febrero 1845: Elena Harmon comienza a relatar su visión (que incluye la puerta cerrada) a la pequeña manada.

Diciembre 1845: Elena Harmon describe su primera visión al editor del "Day Star" (Enoc Jacobs)

"Era tan imposible que ellos [los que abandonaron su fe en el movimiento de 1844] recobraran el camino y fueran a la ciudad, como todo el mundo impío que Dios había rechazado. Cayeron a todo lo largo del sendero, uno tras otro".

Diciembre 1845: Al igual que Elena Harmon, Eli Curtis cree en la puerta cerrada.

"Frecuentemente escucho de los adventistas populares expresiones de profundo pesar por causa de las divisiones que han roto los grupos de adventistas. Por lo general ellos expresan un fuerte deseo de que regresemos y nos unamos nuevamente con ellos, y que revivamos el primer estado de sentimientos que existía entre nosotros. No dudo ahora de su sinceridad en este punto, porque parece haber gran regocijo entre ellos cuando uno de nosotros regresa con ellos. Pero ¿puede la parte que avanza retroceder, excepto que se vuelvan traidores al Rey Jesús? (Siento que no puedo). Debido a que la cuestión de “la puerta cerrada” dividió a los valientes 10.000, lo pocos 300 han avanzado incluso para realizar el último mandato del Señor. ¿Han avanzado los simbólicos una pulgada desde el 23 de octubre de 1844?

Aunque el hermano Himes predica una puerta abierta, la misma que antes del día décimo del séptimo mes de 1844, sus obras no parecen estar en armonía con su predicación. Poco después de que pasó el día décimo del séptimo mes de 1844, vi al hermano Himes en la oficina en la calle Spruce. Estaba revisando sus antiguas matrices que se habían usado con el propósito de hacer que la visión fuera más clara en tablas, para que pudiera entender el que la leyera (Hab 2:2). Le dije al hermano H., ¿está por trasladarlas a algún otro lugar? Oh no, dijo el hermano H., voy a venderlas, tienen al menos el valor de 11 centavos por el metal antiguo. Yo le dije, pero ¿no las quiere de nuevo? Oh no, dijo el hermano H., no las usaré más." –Eli Curtis, The Day-Star, 6 de diciembre de 1845, p. 38.

El 20 de abril de 1846, Otis Nichols le escribió a Guillermo Miller y trató de persuadirlo de que Elena Harmon era una profetiza:

"Su mensaje fue siempre asistido con el Espíritu Santo, y dondequiera se recibía como proveniente del Señor, quebrantaba y derretía los corazones como si fueran niños pequeños, alimentó, confortó, fortaleció al débil y los alentó a permanecer en la fe y en el movimiento del séptimo mes; y que nuestra obra en la iglesia nominal y el mundo estaba hecha y lo que quedaba por hacer era para los de la fe. Quienes rechazaron su mensaje pronto volvían al mundo y a la fe nominal, y quienes no recibían su testimonio como proveniente del Señor y posteriormente lo negaban, llamándolo mesmerismo o una cosa impura, son aquellos que son abandonados a los fuertes engaños y obras de Satanás –un barco sin un timón o ancla y llevados por todo viento, haciendo que se hable mal del camino de la verdad…"

En resumen:

Octubre 1844: Elena Harmon cree que la puerta de gracia se había cerrado el 22 de octubre.

Noviembre 1844: Elena Harmon abandona la creencia de la puerta cerrada.

Diciembre 1844: Elena Harmon recibe una visión y vuelve a creer que la puerta de gracia se había cerrado el 22 de octubre.

1845-1850 (?) Al igual que Eli Curtis, Elena predica la puerta cerrada.

Ahora viene lo interesante:

En algún momento entre 1845 y 1847, Eli Curtis abandona la doctrina de la "puerta cerrada" y EGW lo amonesta:

Lee "A Word to the little flock" que fue publicado en el 1847. Ahí podrás leer la visión en su forma original y una carta dirigida a su "cuate" Eli Curtis donde expone todos los puntos en que discrepaban. Es más, en esa carta veras que para esa fecha Eli Curtis no creía en la puerta cerrada pues EGW le dijo:

"Usted piensa que aquellos que adoraron ante los pies de los santos (Apo 3:9) serán finalmente salvos. Aquí debo diferir con usted, porque Dios me mostró que esta clase eran profesos adventistas, que han caído, y que “crucificaron a sí mismos al Hijo de Dios nuevamente, y lo afrentaron”. Y en la “hora de la tentación”, que aún está por venir, para develar el verdadero carácter de cada uno, sabrán que están perdidos por siempre; y abrumados con angustia de espíritu, se arrodillarán ante los pies de los santos.

También piensa, que Miguel se levantó y que el tiempo de angustia comenzó en la primavera de 1844.

El Señor me mostró en visión, que Jesús se levantó y que cerró la puerta e ingresó al Lugar Santísimo en el séptimo mes de 1844; pero que Miguel esté de pie (Dan 12:1) para librar a su pueblo, está en el futuro.

Esto no ocurrirá hasta que Jesús termine su oficio de sacerdote en el santuario celestial, y deje de lado sus vestimentas sacerdotales, y se coloque sus vestiduras y corona regias, para viajar en la carroza de nubes a “trillar los paganos con ira” y librar a su pueblo. –Elena G. de White, Carta 1 de 1847, p. 2; A Word to the Little Flock, p. 12.

Por enésima vez: Jaque mate, sectario.
 
Re: El adventismo y su herejia de la "puerta cerrada"

Estimado elías tisvita. Saludos cordiales.

He seleccionado este trozo de tu comentario en el cual dices:



Hay cosas positivas que destacar de los adventistas. Junto a un nivel moral, por lo general, bastante elevado, se encuentra un escrupuloso cuidado de la salud corporal, por medio del ejercicio físico y un régimen alimenticio esencialmente vegetariano. En el campo de la educación han logrado muchos éxitos, proveyendo, cuando ello es factible, una educación gratuita para los hijos de sus afiliados. Se hace mucho hincapié en la santidad del matrimonio, la unidad de la familia, la formación de la juventud en un ambiente distinto del que impera en la sociedad actual, etc. La contribución económica de los adventistas a su propia causa es realmente espectacular, convirtiéndoles en uno de los movimientos religiosos más florecientes en proporción a su número, especialmente si se tiene en cuenta que no tienen protección oficial. Hay entre ellos muchos médicos, y en varios países del mundo han construido magníficos hospitales. En España cuentan con un Seminario y lugares de culto en las principales ciudades.


Respondo: Los que se colocan bajo la dirección de Dios, para ser conducidos y guiados por él, discernirán el significado de la cadena contínua de acontecimientos que Dios ha dispuesto que ocurran. Inspirados por el Espíritu de Aquel que dió su vida por la vida del mundo, no permanecerán por más tiempo en la impotencia, fijándose en las cosas que no pueden hacer. Vistiendo la armadura celestial, saldrán a la batalla, dispuestos a obrar osadamente en favor de Dios, sabiendo que la omnipotencia suplirá sus necesidades.". 7 T, 14

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: El adventismo y su herejia de la "puerta cerrada"

Estimados foristas,

Ya que "gabriel47" se hace el loco, ¿algún otro ASD quiere comentar punto por punto?

Es obvio que no tienes conocimiento alguno de la historia de tu Iglesia. Veamos lo que pasó:

Octubre 1844: Los Mileritas sufren otro chasco.

Después de este chasco, el grupo de Mileritas comenzó a dividirse y la mayoría adoptó la creencia de que el cumplimiento de la profecía estaba en el futuro, otros creyeron en un regreso "espiritual" de Jesús y una pequeña manada siguió confiando en la fecha.

Noviembre 1844: William Miller creía que la puerta de gracia se había cerrado:

"Hemos hecho nuestra obra de advertencia a los pecadores, y en tratar de despertar a la iglesia formal. Dios, en su providencia ha cerrado la puerta; sólo podemos alentarnos unos a otros para que seamos pacientes y diligentes en hacer de nuestro llamado y elección algo seguro. Estamos viviendo ahora en el tiempo indicado por Malaquías 3:18, también Daniel 12:10, Apocalipsis 22:10-12. En este pasaje no podemos sino ver que un poco antes del regreso de Cristo, habrá una separación entre el justo y el injusto, el recto y el impío, entre quienes aman su venida y quienes la odian. -Carta de Guillermo Miller del 18 de noviembre de 1844, citada en The Advent Herald [El heraldo adventista], 11 de diciembre de 1844, p. 142

Noviembre 1844: Elena Harmon también creía en la puerta cerrada:

"Por un tiempo después del chasco de 1844, sostuve junto con el conjunto de adventistas que la puerta de la gracia quedó entonces cerrada por siempre para el mundo. -Elena G. de White, Manuscrito 4, 1863; Mensajes selectos, vol. 1, p. 71."

Un tiempo después Elena Harmon abandona esta creencia:

"En el momento en que tuve la visión del clamor de medianoche descarté que fuera en el pasado y pensé que era para el futuro, como la mayoría del grupo lo hizo." -Elena G. de White, Carta 3, 1847, escrito el 13 de julio de 1847 a José Bates.

Diciembre de 1844: Pirmera supuesta visión de EGW:

"En la primera visión de Elena Harmon, se le mostró que la puerta de la misericordia estaba cerrada a causa de (a) aquellos mileritas que negaron que Dios los había guiado en el Movimiento del “Clamor de Medianoche” de 1844, y (b) “todo el mundo malvado” que Dios había rechazado. También se le mostró “los santos vivos, que eran 144.000” que esperaban el regreso de Cristo."

Diciembre 1844: Elena Harmon vuelve a creer en la puerta cerrada:

"Con fecha 30 de mayo de 1847, Jaime White escribió:

Cuando ella recibió su primera visión, en diciembre de 1844, ella y todo el grupo en Pórtland, Maine, (donde residían en ese entonces sus padres) habían abandonado el clamor de medianoche, el error en el cual ella y el grupo de Pórtland había caído. Entonces ella relató su visión al grupo, y unos sesenta confesaron su error y reconocieron que su experiencia con el séptimo mes era la obra de Dios". –Jaime White, A Word to the Little Flock [Una palabra al pequeño rebaño], p. 22.

8 de enero de 1845 –Jaime White creía que la puerta estaba cerrada.

En una carta a Enoc Jacobs, de fecha 8 de enero de 1845 (posiblemente puede que sea 1846), Jaime White declaró:

“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros de la común salud, me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada á los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los cuales desde antes habían estado ordenados para esta condenación, hombres impíos, convirtiendo la gracia de nuestro Dios en disolución, y negando á Dios que solo es el que tiene dominio, y á nuestro Señor Jesucristo” (Judas 3-4). Concluyo que ningún creyente inteligente en la puerta cerrada tiene dudas de la directa aplicación del pasaje de Judas a nosotros, puesto que el clamor de medianoche ha terminado. Así que la exhortación a luchar por la fe entregada a los santos, es sólo para nosotros. –The Day-Star [La estrella matinal], 24 de enero de 1846.

Febrero 1845: Más evidencia que Elena Harmon creía nuevamente en la puerta cerrada:

"La visión sobre la venida del novio, la tuve a mitad de febrero de 1845.
Mientras estaba en Exeter, Maine, reunida con Israel Dammon, Jaime y muchos otros, varios de ellos no creían en la puerta cerrada. Sufrí mucho al comienzo de la reunión. La incredulidad parecía estar sobre todo el grupo.
Había una hermana allí que se decía muy espiritual. Había viajado y actuado como una predicadora poderosa la mayoría del tiempo por unos veinte años. Había sido como una verdadera madre de Israel. Pero se produjo una división en el grupo sobre la puerta cerrada. Ella tenía gran simpatía y no podía creer que la puerta estaba cerrada. (Yo no sabía nada de su diferencia). La hermana Durben se levantó para hablar. Me sentí muy, muy triste.

Finalmente mi alma parecía estar en agonía, y mientras ella hablaba me caí de la silla al piso. Fue entonces que tuve una visión de Jesús elevándose de su trono mediatorio y entrando al santísimo como Novio para recibir su reino. Todos estaban profundamente interesados en la visión. Todos dijeron que era algo enteramente nuevo para ellos. El Señor obró con gran poder para establecer la verdad en forma familiar en nuestros corazones.

La hermana Durben sabía lo que era el poder del Señor porque lo había sentido muchas veces; y poco tiempo después sentí que ella fue golpeada y cayó al suelo clamando a Dios que tuviera misericordia de ella. Cuando salí de la visión, mis oídos recibieron el saludo de la hermana Durben que cantaba y gritaba con voz fuerte.

La mayoría de ellos recibieron la visión y fueron establecidos en la puerta cerrada. Previamente a esto, no había tenido luz sobre la venida del Novio, sino que había esperado que él regresara a esta tierra para librar a su pueblo en el día décimo del séptimo mes. No escuché ningún discurso o palabra en ningún sentido relacionado con el ingreso del Novio al santísimo". –Carta 3, 1847 (a José Bates, 13 de julio de 1847).

Febrero 1845: Elena Harmon comienza a relatar su visión (que incluye la puerta cerrada) a la pequeña manada.

Diciembre 1845: Elena Harmon describe su primera visión al editor del "Day Star" (Enoc Jacobs)

"Era tan imposible que ellos [los que abandonaron su fe en el movimiento de 1844] recobraran el camino y fueran a la ciudad, como todo el mundo impío que Dios había rechazado. Cayeron a todo lo largo del sendero, uno tras otro".

Diciembre 1845: Al igual que Elena Harmon, Eli Curtis cree en la puerta cerrada.

"Frecuentemente escucho de los adventistas populares expresiones de profundo pesar por causa de las divisiones que han roto los grupos de adventistas. Por lo general ellos expresan un fuerte deseo de que regresemos y nos unamos nuevamente con ellos, y que revivamos el primer estado de sentimientos que existía entre nosotros. No dudo ahora de su sinceridad en este punto, porque parece haber gran regocijo entre ellos cuando uno de nosotros regresa con ellos. Pero ¿puede la parte que avanza retroceder, excepto que se vuelvan traidores al Rey Jesús? (Siento que no puedo). Debido a que la cuestión de “la puerta cerrada” dividió a los valientes 10.000, lo pocos 300 han avanzado incluso para realizar el último mandato del Señor. ¿Han avanzado los simbólicos una pulgada desde el 23 de octubre de 1844?

Aunque el hermano Himes predica una puerta abierta, la misma que antes del día décimo del séptimo mes de 1844, sus obras no parecen estar en armonía con su predicación. Poco después de que pasó el día décimo del séptimo mes de 1844, vi al hermano Himes en la oficina en la calle Spruce. Estaba revisando sus antiguas matrices que se habían usado con el propósito de hacer que la visión fuera más clara en tablas, para que pudiera entender el que la leyera (Hab 2:2). Le dije al hermano H., ¿está por trasladarlas a algún otro lugar? Oh no, dijo el hermano H., voy a venderlas, tienen al menos el valor de 11 centavos por el metal antiguo. Yo le dije, pero ¿no las quiere de nuevo? Oh no, dijo el hermano H., no las usaré más." –Eli Curtis, The Day-Star, 6 de diciembre de 1845, p. 38.

El 20 de abril de 1846, Otis Nichols le escribió a Guillermo Miller y trató de persuadirlo de que Elena Harmon era una profetiza:

"Su mensaje fue siempre asistido con el Espíritu Santo, y dondequiera se recibía como proveniente del Señor, quebrantaba y derretía los corazones como si fueran niños pequeños, alimentó, confortó, fortaleció al débil y los alentó a permanecer en la fe y en el movimiento del séptimo mes; y que nuestra obra en la iglesia nominal y el mundo estaba hecha y lo que quedaba por hacer era para los de la fe. Quienes rechazaron su mensaje pronto volvían al mundo y a la fe nominal, y quienes no recibían su testimonio como proveniente del Señor y posteriormente lo negaban, llamándolo mesmerismo o una cosa impura, son aquellos que son abandonados a los fuertes engaños y obras de Satanás –un barco sin un timón o ancla y llevados por todo viento, haciendo que se hable mal del camino de la verdad…"

En resumen:

Octubre 1844: Elena Harmon cree que la puerta de gracia se había cerrado el 22 de octubre.

Noviembre 1844: Elena Harmon abandona la creencia de la puerta cerrada.

Diciembre 1844: Elena Harmon recibe una visión y vuelve a creer que la puerta de gracia se había cerrado el 22 de octubre.

1845-1850 (?) Al igual que Eli Curtis, Elena predica la puerta cerrada.

Ahora viene lo interesante:

En algún momento entre 1845 y 1847, Eli Curtis abandona la doctrina de la "puerta cerrada" y EGW lo amonesta:

Lee "A Word to the little flock" que fue publicado en el 1847. Ahí podrás leer la visión en su forma original y una carta dirigida a su "cuate" Eli Curtis donde expone todos los puntos en que discrepaban. Es más, en esa carta veras que para esa fecha Eli Curtis no creía en la puerta cerrada pues EGW le dijo:

"Usted piensa que aquellos que adoraron ante los pies de los santos (Apo 3:9) serán finalmente salvos. Aquí debo diferir con usted, porque Dios me mostró que esta clase eran profesos adventistas, que han caído, y que “crucificaron a sí mismos al Hijo de Dios nuevamente, y lo afrentaron”. Y en la “hora de la tentación”, que aún está por venir, para develar el verdadero carácter de cada uno, sabrán que están perdidos por siempre; y abrumados con angustia de espíritu, se arrodillarán ante los pies de los santos.

También piensa, que Miguel se levantó y que el tiempo de angustia comenzó en la primavera de 1844.

El Señor me mostró en visión, que Jesús se levantó y que cerró la puerta e ingresó al Lugar Santísimo en el séptimo mes de 1844; pero que Miguel esté de pie (Dan 12:1) para librar a su pueblo, está en el futuro.

Esto no ocurrirá hasta que Jesús termine su oficio de sacerdote en el santuario celestial, y deje de lado sus vestimentas sacerdotales, y se coloque sus vestiduras y corona regias, para viajar en la carroza de nubes a “trillar los paganos con ira” y librar a su pueblo. –Elena G. de White, Carta 1 de 1847, p. 2; A Word to the Little Flock, p. 12.

Por enésima vez: Jaque mate, sectario.
 
Re: El adventismo y su herejia de la "puerta cerrada"

Estimado ernesto gil. Saludos cordiales.

¿Encontraste lo que escribió Ely Curtis, alterando las declaraciones de Ellen White, tal como tú lo has hecho, y no sólo de ella sino de otros foristas, e incluso de la Biblia?

"Toda palabra de Dios es limpia; es escudo a los que en él esperan.
No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso
." Proverbios 30:5-6

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo
 
Re: El adventismo y su herejia de la "puerta cerrada"

Estimados foristas,

Ya que "gabriel47" se hace el loco, ¿algún otro ASD quiere comentar punto por punto?


Es obvio que no tienes conocimiento alguno de la historia de tu Iglesia. Veamos lo que pasó:

Octubre 1844: Los Mileritas sufren otro chasco.

Después de este chasco, el grupo de Mileritas comenzó a dividirse y la mayoría adoptó la creencia de que el cumplimiento de la profecía estaba en el futuro, otros creyeron en un regreso "espiritual" de Jesús y una pequeña manada siguió confiando en la fecha.

Noviembre 1844: William Miller creía que la puerta de gracia se había cerrado:

"Hemos hecho nuestra obra de advertencia a los pecadores, y en tratar de despertar a la iglesia formal. Dios, en su providencia ha cerrado la puerta; sólo podemos alentarnos unos a otros para que seamos pacientes y diligentes en hacer de nuestro llamado y elección algo seguro. Estamos viviendo ahora en el tiempo indicado por Malaquías 3:18, también Daniel 12:10, Apocalipsis 22:10-12. En este pasaje no podemos sino ver que un poco antes del regreso de Cristo, habrá una separación entre el justo y el injusto, el recto y el impío, entre quienes aman su venida y quienes la odian. -Carta de Guillermo Miller del 18 de noviembre de 1844, citada en The Advent Herald [El heraldo adventista], 11 de diciembre de 1844, p. 142

Noviembre 1844: Elena Harmon también creía en la puerta cerrada:

"Por un tiempo después del chasco de 1844, sostuve junto con el conjunto de adventistas que la puerta de la gracia quedó entonces cerrada por siempre para el mundo. -Elena G. de White, Manuscrito 4, 1863; Mensajes selectos, vol. 1, p. 71."

Un tiempo después Elena Harmon abandona esta creencia:

"En el momento en que tuve la visión del clamor de medianoche descarté que fuera en el pasado y pensé que era para el futuro, como la mayoría del grupo lo hizo." -Elena G. de White, Carta 3, 1847, escrito el 13 de julio de 1847 a José Bates.

Diciembre de 1844: Pirmera supuesta visión de EGW:

"En la primera visión de Elena Harmon, se le mostró que la puerta de la misericordia estaba cerrada a causa de (a) aquellos mileritas que negaron que Dios los había guiado en el Movimiento del “Clamor de Medianoche” de 1844, y (b) “todo el mundo malvado” que Dios había rechazado. También se le mostró “los santos vivos, que eran 144.000” que esperaban el regreso de Cristo."

Diciembre 1844: Elena Harmon vuelve a creer en la puerta cerrada:

"Con fecha 30 de mayo de 1847, Jaime White escribió:

Cuando ella recibió su primera visión, en diciembre de 1844, ella y todo el grupo en Pórtland, Maine, (donde residían en ese entonces sus padres) habían abandonado el clamor de medianoche, el error en el cual ella y el grupo de Pórtland había caído. Entonces ella relató su visión al grupo, y unos sesenta confesaron su error y reconocieron que su experiencia con el séptimo mes era la obra de Dios". –Jaime White, A Word to the Little Flock [Una palabra al pequeño rebaño], p. 22.

8 de enero de 1845 –Jaime White creía que la puerta estaba cerrada.

En una carta a Enoc Jacobs, de fecha 8 de enero de 1845 (posiblemente puede que sea 1846), Jaime White declaró:

“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros de la común salud, me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada á los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los cuales desde antes habían estado ordenados para esta condenación, hombres impíos, convirtiendo la gracia de nuestro Dios en disolución, y negando á Dios que solo es el que tiene dominio, y á nuestro Señor Jesucristo” (Judas 3-4). Concluyo que ningún creyente inteligente en la puerta cerrada tiene dudas de la directa aplicación del pasaje de Judas a nosotros, puesto que el clamor de medianoche ha terminado. Así que la exhortación a luchar por la fe entregada a los santos, es sólo para nosotros. –The Day-Star [La estrella matinal], 24 de enero de 1846.

Febrero 1845: Más evidencia que Elena Harmon creía nuevamente en la puerta cerrada:

"La visión sobre la venida del novio, la tuve a mitad de febrero de 1845.
Mientras estaba en Exeter, Maine, reunida con Israel Dammon, Jaime y muchos otros, varios de ellos no creían en la puerta cerrada. Sufrí mucho al comienzo de la reunión. La incredulidad parecía estar sobre todo el grupo.
Había una hermana allí que se decía muy espiritual. Había viajado y actuado como una predicadora poderosa la mayoría del tiempo por unos veinte años. Había sido como una verdadera madre de Israel. Pero se produjo una división en el grupo sobre la puerta cerrada. Ella tenía gran simpatía y no podía creer que la puerta estaba cerrada. (Yo no sabía nada de su diferencia). La hermana Durben se levantó para hablar. Me sentí muy, muy triste.

Finalmente mi alma parecía estar en agonía, y mientras ella hablaba me caí de la silla al piso. Fue entonces que tuve una visión de Jesús elevándose de su trono mediatorio y entrando al santísimo como Novio para recibir su reino. Todos estaban profundamente interesados en la visión. Todos dijeron que era algo enteramente nuevo para ellos. El Señor obró con gran poder para establecer la verdad en forma familiar en nuestros corazones.

La hermana Durben sabía lo que era el poder del Señor porque lo había sentido muchas veces; y poco tiempo después sentí que ella fue golpeada y cayó al suelo clamando a Dios que tuviera misericordia de ella. Cuando salí de la visión, mis oídos recibieron el saludo de la hermana Durben que cantaba y gritaba con voz fuerte.

La mayoría de ellos recibieron la visión y fueron establecidos en la puerta cerrada. Previamente a esto, no había tenido luz sobre la venida del Novio, sino que había esperado que él regresara a esta tierra para librar a su pueblo en el día décimo del séptimo mes. No escuché ningún discurso o palabra en ningún sentido relacionado con el ingreso del Novio al santísimo". –Carta 3, 1847 (a José Bates, 13 de julio de 1847).

Febrero 1845: Elena Harmon comienza a relatar su visión (que incluye la puerta cerrada) a la pequeña manada.

Diciembre 1845: Elena Harmon describe su primera visión al editor del "Day Star" (Enoc Jacobs)

"Era tan imposible que ellos [los que abandonaron su fe en el movimiento de 1844] recobraran el camino y fueran a la ciudad, como todo el mundo impío que Dios había rechazado. Cayeron a todo lo largo del sendero, uno tras otro".

Diciembre 1845: Al igual que Elena Harmon, Eli Curtis cree en la puerta cerrada.

"Frecuentemente escucho de los adventistas populares expresiones de profundo pesar por causa de las divisiones que han roto los grupos de adventistas. Por lo general ellos expresan un fuerte deseo de que regresemos y nos unamos nuevamente con ellos, y que revivamos el primer estado de sentimientos que existía entre nosotros. No dudo ahora de su sinceridad en este punto, porque parece haber gran regocijo entre ellos cuando uno de nosotros regresa con ellos. Pero ¿puede la parte que avanza retroceder, excepto que se vuelvan traidores al Rey Jesús? (Siento que no puedo). Debido a que la cuestión de “la puerta cerrada” dividió a los valientes 10.000, lo pocos 300 han avanzado incluso para realizar el último mandato del Señor. ¿Han avanzado los simbólicos una pulgada desde el 23 de octubre de 1844?

Aunque el hermano Himes predica una puerta abierta, la misma que antes del día décimo del séptimo mes de 1844, sus obras no parecen estar en armonía con su predicación. Poco después de que pasó el día décimo del séptimo mes de 1844, vi al hermano Himes en la oficina en la calle Spruce. Estaba revisando sus antiguas matrices que se habían usado con el propósito de hacer que la visión fuera más clara en tablas, para que pudiera entender el que la leyera (Hab 2:2). Le dije al hermano H., ¿está por trasladarlas a algún otro lugar? Oh no, dijo el hermano H., voy a venderlas, tienen al menos el valor de 11 centavos por el metal antiguo. Yo le dije, pero ¿no las quiere de nuevo? Oh no, dijo el hermano H., no las usaré más." –Eli Curtis, The Day-Star, 6 de diciembre de 1845, p. 38.

El 20 de abril de 1846, Otis Nichols le escribió a Guillermo Miller y trató de persuadirlo de que Elena Harmon era una profetiza:

"Su mensaje fue siempre asistido con el Espíritu Santo, y dondequiera se recibía como proveniente del Señor, quebrantaba y derretía los corazones como si fueran niños pequeños, alimentó, confortó, fortaleció al débil y los alentó a permanecer en la fe y en el movimiento del séptimo mes; y que nuestra obra en la iglesia nominal y el mundo estaba hecha y lo que quedaba por hacer era para los de la fe. Quienes rechazaron su mensaje pronto volvían al mundo y a la fe nominal, y quienes no recibían su testimonio como proveniente del Señor y posteriormente lo negaban, llamándolo mesmerismo o una cosa impura, son aquellos que son abandonados a los fuertes engaños y obras de Satanás –un barco sin un timón o ancla y llevados por todo viento, haciendo que se hable mal del camino de la verdad…"

En resumen:

Octubre 1844: Elena Harmon cree que la puerta de gracia se había cerrado el 22 de octubre.

Noviembre 1844: Elena Harmon abandona la creencia de la puerta cerrada.

Diciembre 1844: Elena Harmon recibe una visión y vuelve a creer que la puerta de gracia se había cerrado el 22 de octubre.

1845-1850 (?) Al igual que Eli Curtis, Elena predica la puerta cerrada.

Ahora viene lo interesante:

En algún momento entre 1845 y 1847, Eli Curtis abandona la doctrina de la "puerta cerrada" y EGW lo amonesta:

Lee "A Word to the little flock" que fue publicado en el 1847. Ahí podrás leer la visión en su forma original y una carta dirigida a su "cuate" Eli Curtis donde expone todos los puntos en que discrepaban. Es más, en esa carta veras que para esa fecha Eli Curtis no creía en la puerta cerrada pues EGW le dijo:

"Usted piensa que aquellos que adoraron ante los pies de los santos (Apo 3:9) serán finalmente salvos. Aquí debo diferir con usted, porque Dios me mostró que esta clase eran profesos adventistas, que han caído, y que “crucificaron a sí mismos al Hijo de Dios nuevamente, y lo afrentaron”. Y en la “hora de la tentación”, que aún está por venir, para develar el verdadero carácter de cada uno, sabrán que están perdidos por siempre; y abrumados con angustia de espíritu, se arrodillarán ante los pies de los santos.

También piensa, que Miguel se levantó y que el tiempo de angustia comenzó en la primavera de 1844.

El Señor me mostró en visión, que Jesús se levantó y que cerró la puerta e ingresó al Lugar Santísimo en el séptimo mes de 1844; pero que Miguel esté de pie (Dan 12:1) para librar a su pueblo, está en el futuro.

Esto no ocurrirá hasta que Jesús termine su oficio de sacerdote en el santuario celestial, y deje de lado sus vestimentas sacerdotales, y se coloque sus vestiduras y corona regias, para viajar en la carroza de nubes a “trillar los paganos con ira” y librar a su pueblo. –Elena G. de White, Carta 1 de 1847, p. 2; A Word to the Little Flock, p. 12.

Por enésima vez: Jaque mate, sectario.
 
Re: El adventismo y su herejia de la "puerta cerrada"

Estimado ernesto gil. Saludos cordiales.

Todos ven que te quedas callado a las preguntas que te formulo como estas:
¿Encontraste lo que escribió Ely Curtis, alterando las declaraciones de Ellen White, tal como tú lo has hecho, y no sólo de ella sino de otros foristas, e incluso de la Biblia?

"Toda palabra de Dios es limpia; es escudo a los que en él esperan.
No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso
." Proverbios 30:5-6

Queda establecido entonces que Ellen White no ha podido ser refutado por tu obtinado proceder en su contra, ella nos dice a través de sus escritos:

"Hay otro hecho que se debiera presentar aquí. No soy responsable por todo lo que se ha impreso pretendiendo que procedía de mí. Por el tiempo cuando se publicaron por primera vez mis primeras visiones, aparecieron varios artículos que se pretendía que habían sido escritos por mí para relatar lo que el Señor me había mostrado, pero que sancionaban doctrinas que yo no creía. Los tales fueron publicados en una revista editada por un Sr. Curtis. No estoy segura del nombre de la revista. En los años de preocupaciones y trabajos que han pasado desde entonces he olvidado algunos de estos detalles de menor importancia, pero todavía resaltan en mi mente los puntos principales.

Ese hombre tomó artículos que yo había escrito y completamente los transformo y distorsionó, entresacando una frase aquí y otra allí, sin su contexto, y luego, después de haber insertado sus propias ideas, les añadió mi nombre como si vinieran directamente de mí.

Al ver esos artículos, le escribimos expresando nuestra sorpresa y desaprobación y le prohibimos que así tergiversara mis testimonios. Contestó que publicaría lo que le placiera, que él sabía que las visiones debían decir lo que el había publicado, y que si yo las hubiera escrito como el Señor me las había dado, ellas habrían dicho esas cosas. Declaró que si las visiones habían sido dadas para el beneficio de la iglesia, tenía derecho a usarlas como le placiera.

Quizá existan todavía algunas de esas hojas, y podrían ser presentadas como provenientes de mí, pero no soy responsable por ellas. Los artículos presentados en Early Writings ciertamente pasaron bajo mis ojos; y puesto que la edición de Experience and Views, publicada en 1851, fue la primera que poseímos, y como no teníamos conocimiento de ninguna cosa adicional en revistas o folletos anteriores, no soy responsable por las omisiones que se dice que existen.

La primera omisión

La primera cita mencionada por C es de un folleto de 24 páginas publicado en 1847, titulado A Word to the Little Flock (Un mensaje para la pequeña grey). Aquí están las líneas omitidas en Experience and Views:

"Era tan imposible que ellos [los que abandonaron su fe en el movimiento de 1844] recobraran el camino y fueran a la ciudad, como todo el mundo impío que Dios había rechazado. Cayeron a todo lo largo del sendero, uno tras otro".

Daré todo el contexto, para que se pueda ver claramente la plena fuerza de las expresiones:

"Mientras orábamos en el altar familiar, descendió sobre mí el Espíritu Santo y me pareció ser levantada cada vez más arriba, muy por encima del oscuro mundo. Me volví para buscar al pueblo adventista en el mundo, pero no lo hallé en parte alguna, y entonces una voz me dijo: 'Vuelve a mirar un poco más arriba'. Alcé los ojos, y vi un sendero recto y angosto trazado muy por encima del mundo. El pueblo adventista andaba por ese sendero en dirección a la ciudad que se veía en su último extremo. En el comienzo del sendero, detrás de los que ya andaban, había una brillante luz, que, según me dijo un ángel, era el 'clamor de media noche'. Esta luz brillaba a todo lo largo del sendero, para que no tropezaran. Delante de ellos iba Jesús guiándolos hacia la ciudad, y si no apartaban los ojos de él, iban seguros. Pero no tardaron algunos en cansarse, diciendo que la ciudad estaba todavía muy lejos, y que contaban con haber llegado más pronto a ella. Entonces Jesús los alentaba levantando su glorioso brazo derecho, del cual provenía una luz que ondeaba sobre la hueste adventista, y exclamaban: '¡Aleluya!'. Otros negaron temerariamente la luz que brillaba tras ellos, diciendo que no era Dios quien los había guiado hasta allí. Pero entonces se extinguió para ellos la luz que estaba detrás y dejó sus pies en tinieblas, de modo que tropezaron y, perdiendo de vista el blanco y a Jesús, cayeron fuera del sendero abajo, en el mundo sombrío y perverso".

Ahora sigue el pasaje que se dice que estaba en la obra original, pero que no se encuentra en Experience and Views ni en Early Writings:

"Era tan imposible que ellos [los que abandonaron su fe en el movimiento de 1844] recobraran el camino y fueran a la ciudad, como todo el mundo impío que Dios había rechazado. Cayeron a todo lo largo del sendero, uno tras otro".

Definición de "la puerta cerrada"

Se pretende que esas expresiones demuestran la doctrina de la puerta cerrada, y que ésa es la razón para su omisión en ediciones posteriores. Pero en realidad sólo enseñan lo que ha sido sostenido por nosotros como pueblo, y todavía lo es, como lo demostraré.

Por un tiempo después del chasco de 1844, sostuve junto con el conjunto de adventistas que la puerta de la gracia quedó entonces cerrada para siempre para el mundo. Tomé esa posición antes de que se me diera mi primera visión. Fue la luz que me dio Dios la que corrigió nuestro error y nos capacitó para ver la verdadera situación.

Todavía creo en la teoría de la puerta cerrada, pero no en el sentido en que se empleó el término al principio o en el que es empleado por mis oponentes.

Hubo una puerta cerrada en los días de Noé. Entonces fue retirado el Espíritu de Dios de la raza pecaminosa que pereció en las aguas del diluvio. Dios mismo dio a Noé el mensaje de la puerta cerrada:

"No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años" (Gén. 6: 3).

Hubo una puerta cerrada en los días de Abrahán.

La misericordia dejó de interceder por los habitantes de Sodoma, y todos, con excepción de Lot, su esposa y dos hijas, fueron consumidos por el fuego que descendió del cielo.

Hubo una puerta cerrada en los días de Cristo. El Hijo de Dios declaró a los judíos incrédulos de esa generación: "Vuestra casa os es dejada desierta" (Mat. 23: 38).

Mirando hacia la corriente del tiempo en los últimos días, el mismo poder infinito proclamó mediante Juan:

"Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre" (Apoc. 3: 7).

Se me mostró en visión, y todavía lo creo, que hubo una puerta cerrada en 1844. Todos los que vieron la luz de los mensajes del primero y segundo ángeles y rechazaron esa luz, fueron dejados en tinieblas. Y los que la aceptaron y recibieron el Espíritu Santo que acompañó a la proclamación del mensaje celestial, y que después renunciaron a su fe y declararon que su experiencia había sido un engaño, de ese modo rechazaron al Espíritu de Dios, y éste no intercedió más por ellos.

Los que no vieron la luz, no fueron culpables de rechazarla. Los únicos a los cuales el Espíritu de Dios no podía alcanzar eran los que habían despreciado la luz celestial. Y en esa clase estaban incluidos, como lo he dicho, tanto los que rehusaron aceptar el mensaje cuando les fue presentado, como los que, habiéndolo recibido, después renunciaron a su fe. Estos podrían tener una forma de piedad y profesar ser seguidores de Cristo. Pero no teniendo una comunicación viviente con Dios, eran llevados cautivos por los engaños de Satanás. Se presentan esas dos clases en la visión los que declararon que era un engaño la luz que habían seguido, y los impíos del mundo que, habiendo rechazado la luz, habían sido rechazados por Dios. No se hace referencia a los que no habían visto la luz y, por lo tanto, no eran culpables de su rechazo.

Para probar que yo creía y enseñaba la doctrina de la puerta cerrada, el Sr. C presenta una cita de la Review del 11 de junio de 1861, firmada por nueve de nuestros miembros importantes. La cita dice así:

"Nuestros conceptos de la obra que nos correspondía eran entonces mayormente vagos e indefinidos; algunos se aferraban todavía a la idea aceptada por el conjunto de creyentes adventistas de 1844, a cuya cabeza estaba Guillermo Miller, de que nuestra obra para 'el mundo' había terminado y que el mensaje se restringía a aquellos de la fe adventista original. Tan firmemente se creía esto que casi se le rehusó el mensaje a uno de los nuestros, pues el que sostenía esto tenía dudas de la posibilidad de la salvación de aquél porque no había estado en 'el movimiento de 1844'".

Sólo necesito añadir a esto que en la misma reunión en que se insistió que el mensaje no podía ser dado a ese hermano, mediante una visión se me dio un testimonio para animarlo a confiar en Dios y dar su corazón plenamente a Jesús, lo que él hizo entonces y allí mismo.

Una conjetura irrazonable

En otro pasaje del libro A Word to the Little Flock (Un mensaje a la pequeña grey), hablo de escenas de la "tierra nueva y declaro que allí vi a santos de la antigüedad: Abrahán, Isaac, Jacob, Noé, Daniel y muchos como ellos". Porque hablo de haber visto a esos hombres, nuestros oponentes conjeturan que entonces yo creía en la inmortalidad del alma y que habiendo cambiado después mis opiniones sobre este punto, vi necesario suprimir ese pasaje. Están tan lejos de la verdad aquí como en otras conjeturas.

En el año 1844, acepté la doctrina que ahora sostenemos, en cuanto a que el alma no es inmortal, como se puede ver por referencias de Life Sketches (Apuntes biográficos), págs. 170, 171 [edición de 1880. Véase también la edición de 1915, pág. 49; Testimonies, tomo 1, páginas 39, 401, y nunca he defendido otra doctrina, ni verbalmente ni por escrito. Si hubiésemos suprimido ese pasaje debido a su enseñanza de la inmortalidad del alma, hubiéramos encontrado necesario suprimir otros pasajes.

Al relatar mi primera visión, en la página 13 de Early Writings [pág. 17 de la actual edición, que coincide con Primeros escritos], hablo de haber visto a hermanos que poco antes habían dormido en Jesús, y en la página 14 actual edición, págs. 18 y 19 declaro que se me mostró a un gran grupo que había sufrido el martirio por la fe.

La inmortalidad del alma no se enseña más en el pasaje "suprimido" que en los dos últimos citados.

El caso es que, en estas visiones, fui llevada adelante al tiempo cuando los santos resucitados serán reunidos en el reino de Dios. De la misma manera, el juicio, la segunda venida de Cristo, el establecimiento de los santos sobre la tierra nueva han sido presentados delante de mí. ¿Supone alguno que ya han acaecido esas escenas? Mis adversarios muestran el espíritu que los mueve al acusarme así de engaño, basándose en una mera "conjetura".

Una cita equivocada

En esta cita también se encuentran las palabras: "Vi dos largas ramas áureas de las cuales colgaban hilos de plata, y en los hilos había magníficas uvas". Mis oponentes ridiculizan "esa expresión débil y pueril de magníficas uvas que crecen en hilos de plata y estos hilos unidos a ramas áureas".

¿Qué motivo movió al autor mencionado a citar mal mis palabras: Yo no declaré que las uvas crecían en hilos de plata. Lo que contemplé está descrito tal como me pareció a mí. No se ha de suponer que las uvas estaban unidas a hilos de plata o ramas áureas, sino que ésa era la apariencia que presentaban. Expresiones tales son empleadas diariamente por todos en la conversación común. Cuando hablamos de frutos áureos, no se entiende que declaramos que el fruto está compuesto de ese precioso metal, sino simplemente que tiene la apariencia de oro. La misma regla aplicada a mis palabras elimina toda excusa para una falsa interpretación.

El sello de Dios

Otra "supresión" reza así: "Bien, bendito sea el Señor, hermanos y hermanas, es una reunión extraordinaria para los que tienen el sello del Dios viviente".

No hay nada en esto que todavía no sostengamos. El análisis de nuestras obras publicadas mostrará nuestra creencia de que los justos vivos recibirán el sello de Dios antes de la terminación del tiempo de gracia. También que ellos disfrutarán honores especiales en el reino de Dios.

Abandono del sábado

Se dice que el siguiente pasaje ha sido omitido de la visión relatada en las páginas 25 - 28 de Early Writings [corresponde a las páginas 32 - 35 de Primeros escritos]:

"Si alguien creyó en el sábado y lo guardó, y recibió la bendición que lo acompaña, y luego lo abandonó y quebrantó los santos mandamientos, éste se cerrará a sí mismo las puertas de la santa ciudad tan ciertamente como que hay un Dios que rige los cielos en lo alto".

Los que han visto claramente y aceptado plenamente la verdad del cuarto mandamiento, y han recibido la bendición que acompaña a la obediencia, pero que después renunciaron a su fe y se atrevieron a violar la ley de Dios, si persisten en ese sendero de desobediencia, encontrarán las puertas de la ciudad de Dios cerradas frente a ellos.

El tiempo "casi ha terminado"

Una declaración publicada en 1851, en Experience and Views [Experiencia y visiones] y que se encuentra en la página 49 de Early Writings [corresponde a la página 58 de Primeros escritos] se cita para probar que mis testimonios son falsos "Vi que casi ha terminado el tiempo que Jesús debe pasar en el lugar santísimo, y que el tiempo sólo puede durar un poquito más" Tal como el asunto me fue presentado, el período de la ministración de Cristo parecía casi cumplido ¿Se me acusa de falsedad porque el tiempo ha continuado más de lo que mi testimonio parecía indicar? ¿Cómo es el caso en los testimonios de Cristo y sus discípulos? ¿Estaban engañados? Pablo escribió a los corintios:

"Pero esto os digo, hermanos que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen; y los que lloran, como si no llorasen; y los que se alegran, como si no se alegrasen" (1 Cor. 7: 29, 30)

También en su Epístola a los Romanos dice:

"La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz" (Rom. 13: 12).

Y desde Patmos Cristo nos habla mediante el amado Juan :

"Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca" ( Apoc. 1: 3). "El Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. ¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro" (Apoc. 22: 6, 7)

Los ángeles de Dios, en sus mensajes para los hombres, representan el tiempo como muy corto Así me ha sido siempre presentado Es cierto que el tiempo se ha extendido más de lo que esperábamos en los primeros días de este mensaje Nuestro Salvador no apareció tan pronto como lo esperábamos. Pero, ha fallado la palabra del Señor? ¡Nunca! Debiera recordarse que las promesas y amenazas de Dios son igualmente condicionales.

Dios ha confiado a su pueblo una obra que debe efectuarse en la tierra. Había de ser dado el mensaje del tercer ángel, las mentes de los creyentes habían de ser dirigidas al santuario celestial, donde Cristo ha entrado para hacer expiación por su pueblo. La reforma del día de reposo había de ser llevada adelante. Debe ser reparada la brecha en la ley de Dios. El mensaje debe ser proclamado con fuerte pregón para que todos los habitantes de la tierra puedan recibir la amonestación. El pueblo de Dios debe purificar su alma mediante la obediencia a la verdad y estar preparado para encontrarse con él sin falta, en su venida.

Si después del gran chasco de 1844 los adventistas se hubiesen mantenido firmes en su fe, y unidos en la providencia de Dios que abría el camino, hubieran proseguido recibiendo el mensaje del tercer ángel y proclamándolo al mundo con el poder del Espíritu Santo, habrían visto la salvación de Dios y el Señor hubiera obrado poderosamente acompañando sus esfuerzos, se habría completado la obra y Cristo habría venido antes de esto para recibir a su pueblo y darle su recompensa.

Pero muchos de los creyentes adventistas claudicaron en su fe en el período de duda e incertidumbre que siguió al chasco. Se introdujeron disensiones y divisiones. Por escrito y verbalmente, la mayoría se opuso a los pocos que, guiados por la providencia de Dios, recibieron la reforma del día de reposo y comenzaron a proclamar el mensaje del tercer ángel. Muchos que debieran haber dedicado su tiempo y talentos al único propósito de hacer resonar la amonestación por el mundo, quedaron absorbidos en su oposición a la verdad del sábado y, a su vez, el trabajo de sus defensores necesariamente se empleó en contestar a esos oponentes y defender la verdad. Así se estorbó la obra y el mundo fue dejado en tinieblas. Si todo el núcleo de adventistas se hubiera unido en los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, ¡cuán inmensamente diferente habría sido nuestra historia !

No era la voluntad de Dios que se demorara así la venida de Cristo. Dios no tuvo el propósito de que su pueblo, Israel, vagara cuarenta años por el desierto. Prometió guiarlos directamente a la tierra de Canaán, y establecerlos allí como un pueblo santo, lleno de salud y feliz. Pero aquellos a quienes primero se les predicó, no entraron "a causa de incredulidad" (Heb. 3: 19). Sus corazones estuvieron llenos de murmuración, rebelión y odio, y Dios no pudo cumplir su pacto con ellos.

Durante cuarenta años, la incredulidad, la murmuración y la rebelión impidieron la entrada del antiguo Israel en la tierra de Canaán. Los mismos pecados han demorado la entrada del moderno Israel en la Canaán celestial. En ninguno de los dos casos faltaron las promesas de Dios. La incredulidad, la mundanalidad, la falta de consagración y las contiendas entre el profeso pueblo de Dios nos han mantenido en este mundo de pecado y tristeza tantos años.

Hay otros dos pasajes que se dice que se encuentran en mi primer libro pero que no aparecen en mis escritos posteriores. Sólo diré acerca de ellos que cuando pueda obtener un libro donde estén, de modo que pueda estar segura de la exactitud de las citas y pueda verlas por mí misma en su contexto, estaré preparada para hablar con conocimiento acerca de ellos.

Burladores de los últimos días

Desde el comienzo de mi obra, he sido perseguida por el odio, el reproche y la falsedad. Viles imputaciones y calumniosos informes han sido ávidamente reunidos y hechos circular ampliamente por los rebeldes, los formalistas y los fanáticos. Hay ministros de las así llamadas iglesias ortodoxas que viajan de un lugar a otro para hacer guerra contra los adventistas del séptimo día y tienen a la Sra. de White como a su caballo de batalla. Los burladores de los últimos días son conducidos por estos ministros que profesan ser los centinelas de Dios.

Se unen en su obra de atacar a la Sra. de White el mundo incrédulo los ministros de las iglesias caídas y los adventistas del primer día. Esta lucha ha seguido durante casi cuarenta años, pero no me he sentido en libertad de dedicar atención a sus ruines palabras, reproches e insinuaciones. Y no me apartaría ahora de esta costumbre, si no fuera porque algunas almas honradas pueden ser descarriadas por los enemigos de la verdad que tan jactanciosamente me declaran engañadora. Presento estas declaraciones con la esperanza de ayudar a los sinceros.

No espero influir en los que, habiendo visto la luz de la verdad rehusan prestarle atención, los que se han entregado al prejuicio y han parapetado su alma en la incredulidad.

Jesús, la Majestad del cielo que era igual a Dios, estuvo en el mundo 33 años, y sin embargo sólo hubo pocos que reconocieron su carácter divino. Y yo, que soy una criatura humana tan débil, tan indigna y tan frágil, ¿puedo esperar mayor éxito que el que recibió el Salvador del mundo?

Cuando por primera vez me entregué a esta obrar para ir adonde el Señor me ordenara, para hablar los mensajes que me diera para la gente, yo sabía que encontraría oposición, reproche, persecución. No me he chasqueado. Si hubiese dependido del aplauso humano hace mucho que me hubiera desanimado. Pero acudí a Jesús y vi que él, que fue intachable, fue atacado por lenguas calumniosas. Los que pretendían ser muy piadosos, siguieron como espías la conducta del Salvador, e hicieron todo lo que pudieron para obstruir su sendero. Pero aunque él era todopoderoso, no castigó a sus adversarios como merecían sus pecados. Podría haber lanzado contra ellos los proyectiles de su venganza, pero no lo hizo. Les aplicó severísimos reproches por su hipocresía y corrupción, y cuando sus mensajes fueron rechazados y su vida fue amenazada, serenamente fue a otro lugar para hablar las palabras de vida. En mi debilidad, he tratado de seguir el ejemplo de mi Salvador.

Enemistad contra los defensores de la verdad

¡Cuán ávidamente procuraban los fariseos demostrar que Cristo era un engañador! ¡Cómo observaban cada palabra suya procurando torcer y tergiversar todos sus dichos! El orgullo, el prejuicio y la pasión cerraron todos los accesos de su alma contra el testimonio del Hijo de Dios. Cuando claramente reprochó su iniquidad y declaró que sus obras probaban que eran hijos de Satanás, con ira le arrojaron en respuesta la acusación que decía: "¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio?'

Todos los argumentos con que se acosó a Cristo fueron falsos. Así fue en el caso de Esteban y de Pablo. Pero las declaraciones más débiles y más irrazonables presentadas del lado del error tuvieron su influencia porque había muchos cuyo corazón no estaba santificado, que deseaban que esas declaraciones fueran verdaderas. Los tales siempre están ansiosos de aferrarse de cualquier supuesto error o equivocación de los que les presentan la verdad desagradable.

No debiera sorprendernos cuando las malas conjeturas son ávidamente empuñadas como hechos indudables por aquellos que sienten inclinación hacia la falsedad. Los opositores de Cristo fueron vez tras vez confundidos y silenciados por la sabiduría de las palabras de él. Sin embargo, todavía escuchaban ansiosamente cada rumor y buscaban algún pretexto para acosarlo con preguntas contenciosas. Estaban determinados a no abandonar su propósito. Bien sabían que si Jesús continuaba con su obra, muchos creerían en él y los escribas y fariseos perderían su poder sobre el pueblo. Por lo tanto, estuvieron dispuestos a rebajarse hasta emplear cualquier medida vil o despreciable para realizar sus malignas intenciones contra Jesús. Odiaban a los herodianos, y sin embargo se unieron con esos enemigos inveterados a fin de idear algún plan para deshacerse de Cristo.

Tal fue el espíritu con el que hicieron frente al Hijo de Dios aquellos que él vino a salvar. Cualquiera de los que tratan de obedecer a Dios y de llevar al mundo el mensaje de su verdad, ¿puede esperar una recepción más favorable que la que le fue dada a Cristo?

No tengo mala voluntad hacia los que procuran invalidar el mensaje que Dios ha dado para reprochar, advertir y animar a su pueblo. Pero, como embajadora de Cristo, debo levantarme en defensa de la verdad. ¿Quiénes son los que con tanto celo se alistan contra mí? ¿Son los puros y santos hijos de la fe? ¿Han nacido de nuevo? ¿Son participantes de la naturaleza divina? ¿Aman a Jesús y manifiestan su espíritu de mansedumbre y humildad? "Por sus frutos los conoceréis" (Mat. 7: 20). ¿Se asemejan a los primeros discípulos o a aquellos astutos escribas y fariseos que estaban constantemente vigilando para entrampar a Cristo con sus palabras? Notad el astuto proceder de esos antiguos opositores de la fe: cómo los doctores, sacerdotes, escribas y magistrados se combinaban para encontrar algo contra Aquel que era la luz del mundo.

Y ¿por qué estaban tan decididos a condenar a Cristo? No amaban sus doctrinas y preceptos, y estaban molestos porque veían que la atención de la gente se volvía hacia Jesús y se apartaba de sus anteriores dirigentes.

La naturaleza humana es todavía la naturaleza humana. No se engañen a sí mismos con la creencia de que están prestando un servicio a Dios los que tratan de estorbar mi camino y destruir la influencia de mis palabras. Están sirviendo a otro amo, y serán recompensados de acuerdo con su obra.

La rebelión existirá mientras exista Satanás. Los que son movidos por su espíritu, no discernirán el Espíritu de Dios ni escucharán su voz hasta que salga la orden: "El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía" (Apoc. 22: 11). Espero hacer frente a la malignidad de los que desprecian la luz que a Dios le plugo darme.

Suficientes evidencias para los de corazón sincero

El plan de Dios es presentar suficiente evidencia del carácter divino de su obra para convencer a todos los que honradamente desean conocer la verdad. Pero él nunca suprime toda oportunidad de dudar. Todos los que desean dudar y cavilar, encontrarán ocasión de hacerlo.

Compadezco a los que marchan en el sendero de la duda y la incredulidad. Si pudiera, los ayudaría gozosamente, pero la experiencia pasada me da poca esperanza de que jamás vengan a la luz. Ningún acopio de evidencia convencerá a los hombres de la verdad mientras no estén dispuestos a rendir su orgullo, someter su naturaleza carnal y convertirse en alumnos de la escuela de Cristo.

La terquedad y el orgullo de sus propias opiniones inducen a muchos a rechazar la luz del cielo. Se aferran a ideas favoritas, a interpretaciones fantásticas de las Escrituras y a peligrosas herejías. Y si se presenta un testimonio para corregir esos errores, se apartarán descontentos como muchos lo hicieron en los días de Cristo.

No importa cuán impecables sean el carácter y la vida de los que presentan a la gente los mensajes de Dios. Esto no les da autoridad. ¿Y por qué? Porque dicen la verdad a la gente. Este es mi pecado, hermanos. Pero si circula un informe falso, si por alguna inferencia o conjetura, una acusación es lanzada contra el carácter de la embajadora de Cristo, ¡con qué absurda credulidad es recibida! ¡Cuántos están listos para magnificar y propagar la calumnia! Los tales están revelando su carácter verdadero. "El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios" (Juan 8: 47).

La calumnia y el reproche serán la recompensa de los que defiendan la verdad como está en Jesús. "Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución" (2 Tim. 3: 12). Los que dan un franco testimonio contra el pecado, tan ciertamente serán aborrecidos como lo fue el Maestro que les dio esa obra para hacerla en su nombre. Al igual que Cristo, serán llamados enemigos de la iglesia y de la religión, y mientras más fervientes y leales sean sus esfuerzos para honrar a Dios, más amarga será la enemistad de los impíos e hipócritas. Pero no nos debemos desanimar cuando seamos tratados así.

Proseguiré con mi obra

Quizá seamos llamados "faltos de juicio y necios", fanáticos y aun locos. Quizá se diga de nosotros como se dijo de Cristo: "Demonio tiene" (Juan 10: 20). Pero la obra que el Maestro nos ha dado para realizar, es todavía nuestra obra. Debemos dirigir la mente a Jesús sin buscar alabanza u honor de los hombres sino entregándonos a Aquel que juzga rectamente. El sabe cómo ayudar a los que, mientras siguen en las pisadas de Jesús, sufren en cierto grado el reproche que él soportó. Fue tentado en todo como nosotros lo somos, para que supiera socorrer a los que son tentados.

No importa qué interpretación errónea sea dada a mi testimonio por los que profesan justicia, y sin embargo no conocen a Dios, seguiré adelante humildemente con mi obra. Hablaré las palabras que Dios me da para animar, reprochar y advertir. No queda sino un pequeño resto de mi vida en la tierra. Realizaré con fidelidad, por la gracia de Dios, la obra que mi Padre me ha dado, sabiendo que todas mis acciones deben soportar el escudriñamiento de Jehová (Manuscrito 4, 1883).

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo
 
Re: El adventismo y su herejia de la "puerta cerrada"

Estimados foristas,

Ya que "gabriel47" se hace el loco, ¿algún otro ASD quiere comentar punto por punto?

Es obvio que no tienes conocimiento alguno de la historia de tu Iglesia. Veamos lo que pasó:

Octubre 1844: Los Mileritas sufren otro chasco.

Después de este chasco, el grupo de Mileritas comenzó a dividirse y la mayoría adoptó la creencia de que el cumplimiento de la profecía estaba en el futuro, otros creyeron en un regreso "espiritual" de Jesús y una pequeña manada siguió confiando en la fecha.

Noviembre 1844: William Miller creía que la puerta de gracia se había cerrado:

"Hemos hecho nuestra obra de advertencia a los pecadores, y en tratar de despertar a la iglesia formal. Dios, en su providencia ha cerrado la puerta; sólo podemos alentarnos unos a otros para que seamos pacientes y diligentes en hacer de nuestro llamado y elección algo seguro. Estamos viviendo ahora en el tiempo indicado por Malaquías 3:18, también Daniel 12:10, Apocalipsis 22:10-12. En este pasaje no podemos sino ver que un poco antes del regreso de Cristo, habrá una separación entre el justo y el injusto, el recto y el impío, entre quienes aman su venida y quienes la odian. -Carta de Guillermo Miller del 18 de noviembre de 1844, citada en The Advent Herald [El heraldo adventista], 11 de diciembre de 1844, p. 142

Noviembre 1844: Elena Harmon también creía en la puerta cerrada:

"Por un tiempo después del chasco de 1844, sostuve junto con el conjunto de adventistas que la puerta de la gracia quedó entonces cerrada por siempre para el mundo. -Elena G. de White, Manuscrito 4, 1863; Mensajes selectos, vol. 1, p. 71."

Un tiempo después Elena Harmon abandona esta creencia:

"En el momento en que tuve la visión del clamor de medianoche descarté que fuera en el pasado y pensé que era para el futuro, como la mayoría del grupo lo hizo." -Elena G. de White, Carta 3, 1847, escrito el 13 de julio de 1847 a José Bates.

Diciembre de 1844: Pirmera supuesta visión de EGW:

"En la primera visión de Elena Harmon, se le mostró que la puerta de la misericordia estaba cerrada a causa de (a) aquellos mileritas que negaron que Dios los había guiado en el Movimiento del “Clamor de Medianoche” de 1844, y (b) “todo el mundo malvado” que Dios había rechazado. También se le mostró “los santos vivos, que eran 144.000” que esperaban el regreso de Cristo."

Diciembre 1844: Elena Harmon vuelve a creer en la puerta cerrada:

"Con fecha 30 de mayo de 1847, Jaime White escribió:

Cuando ella recibió su primera visión, en diciembre de 1844, ella y todo el grupo en Pórtland, Maine, (donde residían en ese entonces sus padres) habían abandonado el clamor de medianoche, el error en el cual ella y el grupo de Pórtland había caído. Entonces ella relató su visión al grupo, y unos sesenta confesaron su error y reconocieron que su experiencia con el séptimo mes era la obra de Dios". –Jaime White, A Word to the Little Flock [Una palabra al pequeño rebaño], p. 22.

8 de enero de 1845 –Jaime White creía que la puerta estaba cerrada.

En una carta a Enoc Jacobs, de fecha 8 de enero de 1845 (posiblemente puede que sea 1846), Jaime White declaró:

“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros de la común salud, me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada á los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los cuales desde antes habían estado ordenados para esta condenación, hombres impíos, convirtiendo la gracia de nuestro Dios en disolución, y negando á Dios que solo es el que tiene dominio, y á nuestro Señor Jesucristo” (Judas 3-4). Concluyo que ningún creyente inteligente en la puerta cerrada tiene dudas de la directa aplicación del pasaje de Judas a nosotros, puesto que el clamor de medianoche ha terminado. Así que la exhortación a luchar por la fe entregada a los santos, es sólo para nosotros. –The Day-Star [La estrella matinal], 24 de enero de 1846.

Febrero 1845: Más evidencia que Elena Harmon creía nuevamente en la puerta cerrada:

"La visión sobre la venida del novio, la tuve a mitad de febrero de 1845.
Mientras estaba en Exeter, Maine, reunida con Israel Dammon, Jaime y muchos otros, varios de ellos no creían en la puerta cerrada. Sufrí mucho al comienzo de la reunión. La incredulidad parecía estar sobre todo el grupo.
Había una hermana allí que se decía muy espiritual. Había viajado y actuado como una predicadora poderosa la mayoría del tiempo por unos veinte años. Había sido como una verdadera madre de Israel. Pero se produjo una división en el grupo sobre la puerta cerrada. Ella tenía gran simpatía y no podía creer que la puerta estaba cerrada. (Yo no sabía nada de su diferencia). La hermana Durben se levantó para hablar. Me sentí muy, muy triste.

Finalmente mi alma parecía estar en agonía, y mientras ella hablaba me caí de la silla al piso. Fue entonces que tuve una visión de Jesús elevándose de su trono mediatorio y entrando al santísimo como Novio para recibir su reino. Todos estaban profundamente interesados en la visión. Todos dijeron que era algo enteramente nuevo para ellos. El Señor obró con gran poder para establecer la verdad en forma familiar en nuestros corazones.

La hermana Durben sabía lo que era el poder del Señor porque lo había sentido muchas veces; y poco tiempo después sentí que ella fue golpeada y cayó al suelo clamando a Dios que tuviera misericordia de ella. Cuando salí de la visión, mis oídos recibieron el saludo de la hermana Durben que cantaba y gritaba con voz fuerte.

La mayoría de ellos recibieron la visión y fueron establecidos en la puerta cerrada. Previamente a esto, no había tenido luz sobre la venida del Novio, sino que había esperado que él regresara a esta tierra para librar a su pueblo en el día décimo del séptimo mes. No escuché ningún discurso o palabra en ningún sentido relacionado con el ingreso del Novio al santísimo". –Carta 3, 1847 (a José Bates, 13 de julio de 1847).

Febrero 1845: Elena Harmon comienza a relatar su visión (que incluye la puerta cerrada) a la pequeña manada.

Diciembre 1845: Elena Harmon describe su primera visión al editor del "Day Star" (Enoc Jacobs)

"Era tan imposible que ellos [los que abandonaron su fe en el movimiento de 1844] recobraran el camino y fueran a la ciudad, como todo el mundo impío que Dios había rechazado. Cayeron a todo lo largo del sendero, uno tras otro".

Diciembre 1845: Al igual que Elena Harmon, Eli Curtis cree en la puerta cerrada.

"Frecuentemente escucho de los adventistas populares expresiones de profundo pesar por causa de las divisiones que han roto los grupos de adventistas. Por lo general ellos expresan un fuerte deseo de que regresemos y nos unamos nuevamente con ellos, y que revivamos el primer estado de sentimientos que existía entre nosotros. No dudo ahora de su sinceridad en este punto, porque parece haber gran regocijo entre ellos cuando uno de nosotros regresa con ellos. Pero ¿puede la parte que avanza retroceder, excepto que se vuelvan traidores al Rey Jesús? (Siento que no puedo). Debido a que la cuestión de “la puerta cerrada” dividió a los valientes 10.000, lo pocos 300 han avanzado incluso para realizar el último mandato del Señor. ¿Han avanzado los simbólicos una pulgada desde el 23 de octubre de 1844?

Aunque el hermano Himes predica una puerta abierta, la misma que antes del día décimo del séptimo mes de 1844, sus obras no parecen estar en armonía con su predicación. Poco después de que pasó el día décimo del séptimo mes de 1844, vi al hermano Himes en la oficina en la calle Spruce. Estaba revisando sus antiguas matrices que se habían usado con el propósito de hacer que la visión fuera más clara en tablas, para que pudiera entender el que la leyera (Hab 2:2). Le dije al hermano H., ¿está por trasladarlas a algún otro lugar? Oh no, dijo el hermano H., voy a venderlas, tienen al menos el valor de 11 centavos por el metal antiguo. Yo le dije, pero ¿no las quiere de nuevo? Oh no, dijo el hermano H., no las usaré más." –Eli Curtis, The Day-Star, 6 de diciembre de 1845, p. 38.

El 20 de abril de 1846, Otis Nichols le escribió a Guillermo Miller y trató de persuadirlo de que Elena Harmon era una profetiza:

"Su mensaje fue siempre asistido con el Espíritu Santo, y dondequiera se recibía como proveniente del Señor, quebrantaba y derretía los corazones como si fueran niños pequeños, alimentó, confortó, fortaleció al débil y los alentó a permanecer en la fe y en el movimiento del séptimo mes; y que nuestra obra en la iglesia nominal y el mundo estaba hecha y lo que quedaba por hacer era para los de la fe. Quienes rechazaron su mensaje pronto volvían al mundo y a la fe nominal, y quienes no recibían su testimonio como proveniente del Señor y posteriormente lo negaban, llamándolo mesmerismo o una cosa impura, son aquellos que son abandonados a los fuertes engaños y obras de Satanás –un barco sin un timón o ancla y llevados por todo viento, haciendo que se hable mal del camino de la verdad…"

En resumen:

Octubre 1844: Elena Harmon cree que la puerta de gracia se había cerrado el 22 de octubre.

Noviembre 1844: Elena Harmon abandona la creencia de la puerta cerrada.

Diciembre 1844: Elena Harmon recibe una visión y vuelve a creer que la puerta de gracia se había cerrado el 22 de octubre.

1845-1850 (?) Al igual que Eli Curtis, Elena predica la puerta cerrada.

Ahora viene lo interesante:

En algún momento entre 1845 y 1847, Eli Curtis abandona la doctrina de la "puerta cerrada" y EGW lo amonesta:

Lee "A Word to the little flock" que fue publicado en el 1847. Ahí podrás leer la visión en su forma original y una carta dirigida a su "cuate" Eli Curtis donde expone todos los puntos en que discrepaban. Es más, en esa carta veras que para esa fecha Eli Curtis no creía en la puerta cerrada pues EGW le dijo:

"Usted piensa que aquellos que adoraron ante los pies de los santos (Apo 3:9) serán finalmente salvos. Aquí debo diferir con usted, porque Dios me mostró que esta clase eran profesos adventistas, que han caído, y que “crucificaron a sí mismos al Hijo de Dios nuevamente, y lo afrentaron”. Y en la “hora de la tentación”, que aún está por venir, para develar el verdadero carácter de cada uno, sabrán que están perdidos por siempre; y abrumados con angustia de espíritu, se arrodillarán ante los pies de los santos.

También piensa, que Miguel se levantó y que el tiempo de angustia comenzó en la primavera de 1844.

El Señor me mostró en visión, que Jesús se levantó y que cerró la puerta e ingresó al Lugar Santísimo en el séptimo mes de 1844; pero que Miguel esté de pie (Dan 12:1) para librar a su pueblo, está en el futuro.

Esto no ocurrirá hasta que Jesús termine su oficio de sacerdote en el santuario celestial, y deje de lado sus vestimentas sacerdotales, y se coloque sus vestiduras y corona regias, para viajar en la carroza de nubes a “trillar los paganos con ira” y librar a su pueblo. –Elena G. de White, Carta 1 de 1847, p. 2; A Word to the Little Flock, p. 12.

Por enésima vez: Jaque mate, sectario.
 
Re: El adventismo y su herejia de la "puerta cerrada"

Estimado elías tisvita. Saludos cordiales.

He seleccionado este trozo de tu comentario en el cual dices:



Respondo: Los que se colocan bajo la dirección de Dios, para ser conducidos y guiados por él, discernirán el significado de la cadena contínua de acontecimientos que Dios ha dispuesto que ocurran. Inspirados por el Espíritu de Aquel que dió su vida por la vida del mundo, no permanecerán por más tiempo en la impotencia, fijándose en las cosas que no pueden hacer. Vistiendo la armadura celestial, saldrán a la batalla, dispuestos a obrar osadamente en favor de Dios, sabiendo que la omnipotencia suplirá sus necesidades.". 7 T, 14

Hay enfrentadas dos clases de doctrinas: La “sana” doctrina y la “falsa” doctrina.
La falsa puede dividirse en tres:
- La “doctrina de hombres”, basada en los hombres. Esta doctrina puede aparentar ser espiritual pero son mandamientos, decretos, costumbres y estilos de vida nacido del mismo corazón del hombre. Puede haber buenas intenciones, pero no alcanza el nivel de la “sana” doctrina. Los que la creen son esclavos del hom-bre. Ej. los fariseos y saduceos (Mt.16.12; Mr.7.6,7; Co.2.22)
- La “doctrina de error”. Como dice la palabra, apunta especialmente a torcer la Verdad. Su énfasis es sacar del Camino de salvación al hombre o que nunca se rinda al Señorío de Cristo. Aquí están enfrentadas la mentira con la verdad pero en forma sutil. Estos que la incorporaron a su vida son discutidores y arrastran a otros. Ej. los judaizantes (1 Ti.m.1.3; Ro.16.17)
- La “doctrina de demonios”. Fundamentada en el engaño de Satanás, abiertamente contradictoria al reino de Dios. Lo opuesto totalmente al mensaje de salvación en Cristo. Los que la aceptan viven esclavos, total-mente al servicio del enemigo. Ej. el ocultismo (1 Tim.4.1).

La “sana” doctrina es la de Dios: Jn.7.16,17. También llamada “del Señor” (Hch.13.12); la de “Cristo” (2 Jn.9), reconocida también como la “de los apóstoles” (Hch.2.42).





Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: El adventismo y su herejia de la "puerta cerrada"

Estimado ernesto gil. Saludos cordiales.

Todos ven que te quedas callado a las preguntas que te formulo como estas:
¿Encontraste lo que escribió Ely Curtis, alterando las declaraciones de Ellen White, tal como tú lo has hecho, y no sólo de ella sino de otros foristas, e incluso de la Biblia?

"Toda palabra de Dios es limpia; es escudo a los que en él esperan.
No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso
." Proverbios 30:5-6

Queda establecido entonces que Ellen White no ha podido ser refutado por tu obtinado proceder en su contra, ella nos dice a través de sus escritos:

"Hay otro hecho que se debiera presentar aquí. No soy responsable por todo lo que se ha impreso pretendiendo que procedía de mí. Por el tiempo cuando se publicaron por primera vez mis primeras visiones, aparecieron varios artículos que se pretendía que habían sido escritos por mí para relatar lo que el Señor me había mostrado, pero que sancionaban doctrinas que yo no creía. Los tales fueron publicados en una revista editada por un Sr. Curtis. No estoy segura del nombre de la revista. En los años de preocupaciones y trabajos que han pasado desde entonces he olvidado algunos de estos detalles de menor importancia, pero todavía resaltan en mi mente los puntos principales.

Ese hombre tomó artículos que yo había escrito y completamente los transformo y distorsionó, entresacando una frase aquí y otra allí, sin su contexto, y luego, después de haber insertado sus propias ideas, les añadió mi nombre como si vinieran directamente de mí.

Al ver esos artículos, le escribimos expresando nuestra sorpresa y desaprobación y le prohibimos que así tergiversara mis testimonios. Contestó que publicaría lo que le placiera, que él sabía que las visiones debían decir lo que el había publicado, y que si yo las hubiera escrito como el Señor me las había dado, ellas habrían dicho esas cosas. Declaró que si las visiones habían sido dadas para el beneficio de la iglesia, tenía derecho a usarlas como le placiera.

Quizá existan todavía algunas de esas hojas, y podrían ser presentadas como provenientes de mí, pero no soy responsable por ellas. Los artículos presentados en Early Writings ciertamente pasaron bajo mis ojos; y puesto que la edición de Experience and Views, publicada en 1851, fue la primera que poseímos, y como no teníamos conocimiento de ninguna cosa adicional en revistas o folletos anteriores, no soy responsable por las omisiones que se dice que existen.

La primera omisión

La primera cita mencionada por C es de un folleto de 24 páginas publicado en 1847, titulado A Word to the Little Flock (Un mensaje para la pequeña grey). Aquí están las líneas omitidas en Experience and Views:

"Era tan imposible que ellos [los que abandonaron su fe en el movimiento de 1844] recobraran el camino y fueran a la ciudad, como todo el mundo impío que Dios había rechazado. Cayeron a todo lo largo del sendero, uno tras otro".

Daré todo el contexto, para que se pueda ver claramente la plena fuerza de las expresiones:

"Mientras orábamos en el altar familiar, descendió sobre mí el Espíritu Santo y me pareció ser levantada cada vez más arriba, muy por encima del oscuro mundo. Me volví para buscar al pueblo adventista en el mundo, pero no lo hallé en parte alguna, y entonces una voz me dijo: 'Vuelve a mirar un poco más arriba'. Alcé los ojos, y vi un sendero recto y angosto trazado muy por encima del mundo. El pueblo adventista andaba por ese sendero en dirección a la ciudad que se veía en su último extremo. En el comienzo del sendero, detrás de los que ya andaban, había una brillante luz, que, según me dijo un ángel, era el 'clamor de media noche'. Esta luz brillaba a todo lo largo del sendero, para que no tropezaran. Delante de ellos iba Jesús guiándolos hacia la ciudad, y si no apartaban los ojos de él, iban seguros. Pero no tardaron algunos en cansarse, diciendo que la ciudad estaba todavía muy lejos, y que contaban con haber llegado más pronto a ella. Entonces Jesús los alentaba levantando su glorioso brazo derecho, del cual provenía una luz que ondeaba sobre la hueste adventista, y exclamaban: '¡Aleluya!'. Otros negaron temerariamente la luz que brillaba tras ellos, diciendo que no era Dios quien los había guiado hasta allí. Pero entonces se extinguió para ellos la luz que estaba detrás y dejó sus pies en tinieblas, de modo que tropezaron y, perdiendo de vista el blanco y a Jesús, cayeron fuera del sendero abajo, en el mundo sombrío y perverso".

Ahora sigue el pasaje que se dice que estaba en la obra original, pero que no se encuentra en Experience and Views ni en Early Writings:

"Era tan imposible que ellos [los que abandonaron su fe en el movimiento de 1844] recobraran el camino y fueran a la ciudad, como todo el mundo impío que Dios había rechazado. Cayeron a todo lo largo del sendero, uno tras otro".

Definición de "la puerta cerrada"

Se pretende que esas expresiones demuestran la doctrina de la puerta cerrada, y que ésa es la razón para su omisión en ediciones posteriores. Pero en realidad sólo enseñan lo que ha sido sostenido por nosotros como pueblo, y todavía lo es, como lo demostraré.

Por un tiempo después del chasco de 1844, sostuve junto con el conjunto de adventistas que la puerta de la gracia quedó entonces cerrada para siempre para el mundo. Tomé esa posición antes de que se me diera mi primera visión. Fue la luz que me dio Dios la que corrigió nuestro error y nos capacitó para ver la verdadera situación.

Todavía creo en la teoría de la puerta cerrada, pero no en el sentido en que se empleó el término al principio o en el que es empleado por mis oponentes.

Hubo una puerta cerrada en los días de Noé. Entonces fue retirado el Espíritu de Dios de la raza pecaminosa que pereció en las aguas del diluvio. Dios mismo dio a Noé el mensaje de la puerta cerrada:

"No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años" (Gén. 6: 3).

Hubo una puerta cerrada en los días de Abrahán.

La misericordia dejó de interceder por los habitantes de Sodoma, y todos, con excepción de Lot, su esposa y dos hijas, fueron consumidos por el fuego que descendió del cielo.

Hubo una puerta cerrada en los días de Cristo. El Hijo de Dios declaró a los judíos incrédulos de esa generación: "Vuestra casa os es dejada desierta" (Mat. 23: 38).

Mirando hacia la corriente del tiempo en los últimos días, el mismo poder infinito proclamó mediante Juan:

"Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre" (Apoc. 3: 7).

Se me mostró en visión, y todavía lo creo, que hubo una puerta cerrada en 1844. Todos los que vieron la luz de los mensajes del primero y segundo ángeles y rechazaron esa luz, fueron dejados en tinieblas. Y los que la aceptaron y recibieron el Espíritu Santo que acompañó a la proclamación del mensaje celestial, y que después renunciaron a su fe y declararon que su experiencia había sido un engaño, de ese modo rechazaron al Espíritu de Dios, y éste no intercedió más por ellos.

Los que no vieron la luz, no fueron culpables de rechazarla. Los únicos a los cuales el Espíritu de Dios no podía alcanzar eran los que habían despreciado la luz celestial. Y en esa clase estaban incluidos, como lo he dicho, tanto los que rehusaron aceptar el mensaje cuando les fue presentado, como los que, habiéndolo recibido, después renunciaron a su fe. Estos podrían tener una forma de piedad y profesar ser seguidores de Cristo. Pero no teniendo una comunicación viviente con Dios, eran llevados cautivos por los engaños de Satanás. Se presentan esas dos clases en la visión los que declararon que era un engaño la luz que habían seguido, y los impíos del mundo que, habiendo rechazado la luz, habían sido rechazados por Dios. No se hace referencia a los que no habían visto la luz y, por lo tanto, no eran culpables de su rechazo.

Para probar que yo creía y enseñaba la doctrina de la puerta cerrada, el Sr. C presenta una cita de la Review del 11 de junio de 1861, firmada por nueve de nuestros miembros importantes. La cita dice así:

"Nuestros conceptos de la obra que nos correspondía eran entonces mayormente vagos e indefinidos; algunos se aferraban todavía a la idea aceptada por el conjunto de creyentes adventistas de 1844, a cuya cabeza estaba Guillermo Miller, de que nuestra obra para 'el mundo' había terminado y que el mensaje se restringía a aquellos de la fe adventista original. Tan firmemente se creía esto que casi se le rehusó el mensaje a uno de los nuestros, pues el que sostenía esto tenía dudas de la posibilidad de la salvación de aquél porque no había estado en 'el movimiento de 1844'".

Sólo necesito añadir a esto que en la misma reunión en que se insistió que el mensaje no podía ser dado a ese hermano, mediante una visión se me dio un testimonio para animarlo a confiar en Dios y dar su corazón plenamente a Jesús, lo que él hizo entonces y allí mismo.

Una conjetura irrazonable

En otro pasaje del libro A Word to the Little Flock (Un mensaje a la pequeña grey), hablo de escenas de la "tierra nueva y declaro que allí vi a santos de la antigüedad: Abrahán, Isaac, Jacob, Noé, Daniel y muchos como ellos". Porque hablo de haber visto a esos hombres, nuestros oponentes conjeturan que entonces yo creía en la inmortalidad del alma y que habiendo cambiado después mis opiniones sobre este punto, vi necesario suprimir ese pasaje. Están tan lejos de la verdad aquí como en otras conjeturas.

En el año 1844, acepté la doctrina que ahora sostenemos, en cuanto a que el alma no es inmortal, como se puede ver por referencias de Life Sketches (Apuntes biográficos), págs. 170, 171 [edición de 1880. Véase también la edición de 1915, pág. 49; Testimonies, tomo 1, páginas 39, 401, y nunca he defendido otra doctrina, ni verbalmente ni por escrito. Si hubiésemos suprimido ese pasaje debido a su enseñanza de la inmortalidad del alma, hubiéramos encontrado necesario suprimir otros pasajes.

Al relatar mi primera visión, en la página 13 de Early Writings [pág. 17 de la actual edición, que coincide con Primeros escritos], hablo de haber visto a hermanos que poco antes habían dormido en Jesús, y en la página 14 actual edición, págs. 18 y 19 declaro que se me mostró a un gran grupo que había sufrido el martirio por la fe.

La inmortalidad del alma no se enseña más en el pasaje "suprimido" que en los dos últimos citados.

El caso es que, en estas visiones, fui llevada adelante al tiempo cuando los santos resucitados serán reunidos en el reino de Dios. De la misma manera, el juicio, la segunda venida de Cristo, el establecimiento de los santos sobre la tierra nueva han sido presentados delante de mí. ¿Supone alguno que ya han acaecido esas escenas? Mis adversarios muestran el espíritu que los mueve al acusarme así de engaño, basándose en una mera "conjetura".

Una cita equivocada

En esta cita también se encuentran las palabras: "Vi dos largas ramas áureas de las cuales colgaban hilos de plata, y en los hilos había magníficas uvas". Mis oponentes ridiculizan "esa expresión débil y pueril de magníficas uvas que crecen en hilos de plata y estos hilos unidos a ramas áureas".

¿Qué motivo movió al autor mencionado a citar mal mis palabras: Yo no declaré que las uvas crecían en hilos de plata. Lo que contemplé está descrito tal como me pareció a mí. No se ha de suponer que las uvas estaban unidas a hilos de plata o ramas áureas, sino que ésa era la apariencia que presentaban. Expresiones tales son empleadas diariamente por todos en la conversación común. Cuando hablamos de frutos áureos, no se entiende que declaramos que el fruto está compuesto de ese precioso metal, sino simplemente que tiene la apariencia de oro. La misma regla aplicada a mis palabras elimina toda excusa para una falsa interpretación.

El sello de Dios

Otra "supresión" reza así: "Bien, bendito sea el Señor, hermanos y hermanas, es una reunión extraordinaria para los que tienen el sello del Dios viviente".

No hay nada en esto que todavía no sostengamos. El análisis de nuestras obras publicadas mostrará nuestra creencia de que los justos vivos recibirán el sello de Dios antes de la terminación del tiempo de gracia. También que ellos disfrutarán honores especiales en el reino de Dios.

Abandono del sábado

Se dice que el siguiente pasaje ha sido omitido de la visión relatada en las páginas 25 - 28 de Early Writings [corresponde a las páginas 32 - 35 de Primeros escritos]:

"Si alguien creyó en el sábado y lo guardó, y recibió la bendición que lo acompaña, y luego lo abandonó y quebrantó los santos mandamientos, éste se cerrará a sí mismo las puertas de la santa ciudad tan ciertamente como que hay un Dios que rige los cielos en lo alto".

Los que han visto claramente y aceptado plenamente la verdad del cuarto mandamiento, y han recibido la bendición que acompaña a la obediencia, pero que después renunciaron a su fe y se atrevieron a violar la ley de Dios, si persisten en ese sendero de desobediencia, encontrarán las puertas de la ciudad de Dios cerradas frente a ellos.

El tiempo "casi ha terminado"

Una declaración publicada en 1851, en Experience and Views [Experiencia y visiones] y que se encuentra en la página 49 de Early Writings [corresponde a la página 58 de Primeros escritos] se cita para probar que mis testimonios son falsos "Vi que casi ha terminado el tiempo que Jesús debe pasar en el lugar santísimo, y que el tiempo sólo puede durar un poquito más" Tal como el asunto me fue presentado, el período de la ministración de Cristo parecía casi cumplido ¿Se me acusa de falsedad porque el tiempo ha continuado más de lo que mi testimonio parecía indicar? ¿Cómo es el caso en los testimonios de Cristo y sus discípulos? ¿Estaban engañados? Pablo escribió a los corintios:

"Pero esto os digo, hermanos que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen; y los que lloran, como si no llorasen; y los que se alegran, como si no se alegrasen" (1 Cor. 7: 29, 30)

También en su Epístola a los Romanos dice:

"La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz" (Rom. 13: 12).

Y desde Patmos Cristo nos habla mediante el amado Juan :

"Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca" ( Apoc. 1: 3). "El Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. ¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro" (Apoc. 22: 6, 7)

Los ángeles de Dios, en sus mensajes para los hombres, representan el tiempo como muy corto Así me ha sido siempre presentado Es cierto que el tiempo se ha extendido más de lo que esperábamos en los primeros días de este mensaje Nuestro Salvador no apareció tan pronto como lo esperábamos. Pero, ha fallado la palabra del Señor? ¡Nunca! Debiera recordarse que las promesas y amenazas de Dios son igualmente condicionales.

Dios ha confiado a su pueblo una obra que debe efectuarse en la tierra. Había de ser dado el mensaje del tercer ángel, las mentes de los creyentes habían de ser dirigidas al santuario celestial, donde Cristo ha entrado para hacer expiación por su pueblo. La reforma del día de reposo había de ser llevada adelante. Debe ser reparada la brecha en la ley de Dios. El mensaje debe ser proclamado con fuerte pregón para que todos los habitantes de la tierra puedan recibir la amonestación. El pueblo de Dios debe purificar su alma mediante la obediencia a la verdad y estar preparado para encontrarse con él sin falta, en su venida.

Si después del gran chasco de 1844 los adventistas se hubiesen mantenido firmes en su fe, y unidos en la providencia de Dios que abría el camino, hubieran proseguido recibiendo el mensaje del tercer ángel y proclamándolo al mundo con el poder del Espíritu Santo, habrían visto la salvación de Dios y el Señor hubiera obrado poderosamente acompañando sus esfuerzos, se habría completado la obra y Cristo habría venido antes de esto para recibir a su pueblo y darle su recompensa.

Pero muchos de los creyentes adventistas claudicaron en su fe en el período de duda e incertidumbre que siguió al chasco. Se introdujeron disensiones y divisiones. Por escrito y verbalmente, la mayoría se opuso a los pocos que, guiados por la providencia de Dios, recibieron la reforma del día de reposo y comenzaron a proclamar el mensaje del tercer ángel. Muchos que debieran haber dedicado su tiempo y talentos al único propósito de hacer resonar la amonestación por el mundo, quedaron absorbidos en su oposición a la verdad del sábado y, a su vez, el trabajo de sus defensores necesariamente se empleó en contestar a esos oponentes y defender la verdad. Así se estorbó la obra y el mundo fue dejado en tinieblas. Si todo el núcleo de adventistas se hubiera unido en los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, ¡cuán inmensamente diferente habría sido nuestra historia !

No era la voluntad de Dios que se demorara así la venida de Cristo. Dios no tuvo el propósito de que su pueblo, Israel, vagara cuarenta años por el desierto. Prometió guiarlos directamente a la tierra de Canaán, y establecerlos allí como un pueblo santo, lleno de salud y feliz. Pero aquellos a quienes primero se les predicó, no entraron "a causa de incredulidad" (Heb. 3: 19). Sus corazones estuvieron llenos de murmuración, rebelión y odio, y Dios no pudo cumplir su pacto con ellos.

Durante cuarenta años, la incredulidad, la murmuración y la rebelión impidieron la entrada del antiguo Israel en la tierra de Canaán. Los mismos pecados han demorado la entrada del moderno Israel en la Canaán celestial. En ninguno de los dos casos faltaron las promesas de Dios. La incredulidad, la mundanalidad, la falta de consagración y las contiendas entre el profeso pueblo de Dios nos han mantenido en este mundo de pecado y tristeza tantos años.

Hay otros dos pasajes que se dice que se encuentran en mi primer libro pero que no aparecen en mis escritos posteriores. Sólo diré acerca de ellos que cuando pueda obtener un libro donde estén, de modo que pueda estar segura de la exactitud de las citas y pueda verlas por mí misma en su contexto, estaré preparada para hablar con conocimiento acerca de ellos.

Burladores de los últimos días

Desde el comienzo de mi obra, he sido perseguida por el odio, el reproche y la falsedad. Viles imputaciones y calumniosos informes han sido ávidamente reunidos y hechos circular ampliamente por los rebeldes, los formalistas y los fanáticos. Hay ministros de las así llamadas iglesias ortodoxas que viajan de un lugar a otro para hacer guerra contra los adventistas del séptimo día y tienen a la Sra. de White como a su caballo de batalla. Los burladores de los últimos días son conducidos por estos ministros que profesan ser los centinelas de Dios.

Se unen en su obra de atacar a la Sra. de White el mundo incrédulo los ministros de las iglesias caídas y los adventistas del primer día. Esta lucha ha seguido durante casi cuarenta años, pero no me he sentido en libertad de dedicar atención a sus ruines palabras, reproches e insinuaciones. Y no me apartaría ahora de esta costumbre, si no fuera porque algunas almas honradas pueden ser descarriadas por los enemigos de la verdad que tan jactanciosamente me declaran engañadora. Presento estas declaraciones con la esperanza de ayudar a los sinceros.

No espero influir en los que, habiendo visto la luz de la verdad rehusan prestarle atención, los que se han entregado al prejuicio y han parapetado su alma en la incredulidad.

Jesús, la Majestad del cielo que era igual a Dios, estuvo en el mundo 33 años, y sin embargo sólo hubo pocos que reconocieron su carácter divino. Y yo, que soy una criatura humana tan débil, tan indigna y tan frágil, ¿puedo esperar mayor éxito que el que recibió el Salvador del mundo?

Cuando por primera vez me entregué a esta obrar para ir adonde el Señor me ordenara, para hablar los mensajes que me diera para la gente, yo sabía que encontraría oposición, reproche, persecución. No me he chasqueado. Si hubiese dependido del aplauso humano hace mucho que me hubiera desanimado. Pero acudí a Jesús y vi que él, que fue intachable, fue atacado por lenguas calumniosas. Los que pretendían ser muy piadosos, siguieron como espías la conducta del Salvador, e hicieron todo lo que pudieron para obstruir su sendero. Pero aunque él era todopoderoso, no castigó a sus adversarios como merecían sus pecados. Podría haber lanzado contra ellos los proyectiles de su venganza, pero no lo hizo. Les aplicó severísimos reproches por su hipocresía y corrupción, y cuando sus mensajes fueron rechazados y su vida fue amenazada, serenamente fue a otro lugar para hablar las palabras de vida. En mi debilidad, he tratado de seguir el ejemplo de mi Salvador.

Enemistad contra los defensores de la verdad

¡Cuán ávidamente procuraban los fariseos demostrar que Cristo era un engañador! ¡Cómo observaban cada palabra suya procurando torcer y tergiversar todos sus dichos! El orgullo, el prejuicio y la pasión cerraron todos los accesos de su alma contra el testimonio del Hijo de Dios. Cuando claramente reprochó su iniquidad y declaró que sus obras probaban que eran hijos de Satanás, con ira le arrojaron en respuesta la acusación que decía: "¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio?'

Todos los argumentos con que se acosó a Cristo fueron falsos. Así fue en el caso de Esteban y de Pablo. Pero las declaraciones más débiles y más irrazonables presentadas del lado del error tuvieron su influencia porque había muchos cuyo corazón no estaba santificado, que deseaban que esas declaraciones fueran verdaderas. Los tales siempre están ansiosos de aferrarse de cualquier supuesto error o equivocación de los que les presentan la verdad desagradable.

No debiera sorprendernos cuando las malas conjeturas son ávidamente empuñadas como hechos indudables por aquellos que sienten inclinación hacia la falsedad. Los opositores de Cristo fueron vez tras vez confundidos y silenciados por la sabiduría de las palabras de él. Sin embargo, todavía escuchaban ansiosamente cada rumor y buscaban algún pretexto para acosarlo con preguntas contenciosas. Estaban determinados a no abandonar su propósito. Bien sabían que si Jesús continuaba con su obra, muchos creerían en él y los escribas y fariseos perderían su poder sobre el pueblo. Por lo tanto, estuvieron dispuestos a rebajarse hasta emplear cualquier medida vil o despreciable para realizar sus malignas intenciones contra Jesús. Odiaban a los herodianos, y sin embargo se unieron con esos enemigos inveterados a fin de idear algún plan para deshacerse de Cristo.

Tal fue el espíritu con el que hicieron frente al Hijo de Dios aquellos que él vino a salvar. Cualquiera de los que tratan de obedecer a Dios y de llevar al mundo el mensaje de su verdad, ¿puede esperar una recepción más favorable que la que le fue dada a Cristo?

No tengo mala voluntad hacia los que procuran invalidar el mensaje que Dios ha dado para reprochar, advertir y animar a su pueblo. Pero, como embajadora de Cristo, debo levantarme en defensa de la verdad. ¿Quiénes son los que con tanto celo se alistan contra mí? ¿Son los puros y santos hijos de la fe? ¿Han nacido de nuevo? ¿Son participantes de la naturaleza divina? ¿Aman a Jesús y manifiestan su espíritu de mansedumbre y humildad? "Por sus frutos los conoceréis" (Mat. 7: 20). ¿Se asemejan a los primeros discípulos o a aquellos astutos escribas y fariseos que estaban constantemente vigilando para entrampar a Cristo con sus palabras? Notad el astuto proceder de esos antiguos opositores de la fe: cómo los doctores, sacerdotes, escribas y magistrados se combinaban para encontrar algo contra Aquel que era la luz del mundo.

Y ¿por qué estaban tan decididos a condenar a Cristo? No amaban sus doctrinas y preceptos, y estaban molestos porque veían que la atención de la gente se volvía hacia Jesús y se apartaba de sus anteriores dirigentes.

La naturaleza humana es todavía la naturaleza humana. No se engañen a sí mismos con la creencia de que están prestando un servicio a Dios los que tratan de estorbar mi camino y destruir la influencia de mis palabras. Están sirviendo a otro amo, y serán recompensados de acuerdo con su obra.

La rebelión existirá mientras exista Satanás. Los que son movidos por su espíritu, no discernirán el Espíritu de Dios ni escucharán su voz hasta que salga la orden: "El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía" (Apoc. 22: 11). Espero hacer frente a la malignidad de los que desprecian la luz que a Dios le plugo darme.

Suficientes evidencias para los de corazón sincero

El plan de Dios es presentar suficiente evidencia del carácter divino de su obra para convencer a todos los que honradamente desean conocer la verdad. Pero él nunca suprime toda oportunidad de dudar. Todos los que desean dudar y cavilar, encontrarán ocasión de hacerlo.

Compadezco a los que marchan en el sendero de la duda y la incredulidad. Si pudiera, los ayudaría gozosamente, pero la experiencia pasada me da poca esperanza de que jamás vengan a la luz. Ningún acopio de evidencia convencerá a los hombres de la verdad mientras no estén dispuestos a rendir su orgullo, someter su naturaleza carnal y convertirse en alumnos de la escuela de Cristo.

La terquedad y el orgullo de sus propias opiniones inducen a muchos a rechazar la luz del cielo. Se aferran a ideas favoritas, a interpretaciones fantásticas de las Escrituras y a peligrosas herejías. Y si se presenta un testimonio para corregir esos errores, se apartarán descontentos como muchos lo hicieron en los días de Cristo.

No importa cuán impecables sean el carácter y la vida de los que presentan a la gente los mensajes de Dios. Esto no les da autoridad. ¿Y por qué? Porque dicen la verdad a la gente. Este es mi pecado, hermanos. Pero si circula un informe falso, si por alguna inferencia o conjetura, una acusación es lanzada contra el carácter de la embajadora de Cristo, ¡con qué absurda credulidad es recibida! ¡Cuántos están listos para magnificar y propagar la calumnia! Los tales están revelando su carácter verdadero. "El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios" (Juan 8: 47).

La calumnia y el reproche serán la recompensa de los que defiendan la verdad como está en Jesús. "Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución" (2 Tim. 3: 12). Los que dan un franco testimonio contra el pecado, tan ciertamente serán aborrecidos como lo fue el Maestro que les dio esa obra para hacerla en su nombre. Al igual que Cristo, serán llamados enemigos de la iglesia y de la religión, y mientras más fervientes y leales sean sus esfuerzos para honrar a Dios, más amarga será la enemistad de los impíos e hipócritas. Pero no nos debemos desanimar cuando seamos tratados así.

Proseguiré con mi obra

Quizá seamos llamados "faltos de juicio y necios", fanáticos y aun locos. Quizá se diga de nosotros como se dijo de Cristo: "Demonio tiene" (Juan 10: 20). Pero la obra que el Maestro nos ha dado para realizar, es todavía nuestra obra. Debemos dirigir la mente a Jesús sin buscar alabanza u honor de los hombres sino entregándonos a Aquel que juzga rectamente. El sabe cómo ayudar a los que, mientras siguen en las pisadas de Jesús, sufren en cierto grado el reproche que él soportó. Fue tentado en todo como nosotros lo somos, para que supiera socorrer a los que son tentados.

No importa qué interpretación errónea sea dada a mi testimonio por los que profesan justicia, y sin embargo no conocen a Dios, seguiré adelante humildemente con mi obra. Hablaré las palabras que Dios me da para animar, reprochar y advertir. No queda sino un pequeño resto de mi vida en la tierra. Realizaré con fidelidad, por la gracia de Dios, la obra que mi Padre me ha dado, sabiendo que todas mis acciones deben soportar el escudriñamiento de Jehová (Manuscrito 4, 1883).


Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo
 
Re: El adventismo y su herejia de la "puerta cerrada"

Estimado elías t. Saludos cordiales.

Primeramente te agradecería que cuando escribes, no lo hagas al interior de mi exposición, como quote, ya que algunos engañadores pueden arguir que eso es parte de mis escritos, algo parecido hizo Ely Curtis con los escritos de Ellen White, y los engañadores se aprovechan de estos agregados.

Tú dices:Hay enfrentadas dos clases de doctrinas: La “sana” doctrina y la “falsa” doctrina.
La falsa puede dividirse en tres:
- La “doctrina de hombres”, basada en los hombres. Esta doctrina puede aparentar ser espiritual pero son mandamientos, decretos, costumbres y estilos de vida nacido del mismo corazón del hombre. Puede haber buenas intenciones, pero no alcanza el nivel de la “sana” doctrina. Los que la creen son esclavos del hom-bre. Ej. los fariseos y saduceos (Mt.16.12; Mr.7.6,7; Co.2.22)
- La “doctrina de error”. Como dice la palabra, apunta especialmente a torcer la Verdad. Su énfasis es sacar del Camino de salvación al hombre o que nunca se rinda al Señorío de Cristo. Aquí están enfrentadas la mentira con la verdad pero en forma sutil. Estos que la incorporaron a su vida son discutidores y arrastran a otros. Ej. los judaizantes (1 Ti.m.1.3; Ro.16.17)
- La “doctrina de demonios”. Fundamentada en el engaño de Satanás, abiertamente contradictoria al reino de Dios. Lo opuesto totalmente al mensaje de salvación en Cristo. Los que la aceptan viven esclavos, total-mente al servicio del enemigo. Ej. el ocultismo (1 Tim.4.1).

La “sana” doctrina es la de Dios: Jn.7.16,17. También llamada “del Señor” (Hch.13.12); la de “Cristo” (2 Jn.9), reconocida también como la “de los apóstoles” (Hch.2.42).


Respondo: En el punto 1.- sobre la doctrina de hombres, te respaldo que es falsa, ya que no siguen los mandamientos de Dios ni los enseñan (Ver Exodo 20), y no sólo los fariseos y saduceos de la antiguedad, sino la mayoría que se dice cristiana pero se basa en doctrinas y mandamientos de hombres, por lo tanto es ¡Falsa!

En el punto 2.- Hay muchos engañadores que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que hemos aprendido, y como Himeneo y Fileto se desvian de la verdad, lo mismo que han hecho los "preteristas" La Biblia dice: "mas evita profanas y vanas palabrerias porque conduciran mas y mas a la impiedad
y su palabra carcomera como gangrena,de los cuales son Himeneo y Fileto que se desviaron de la verdad diciendo que la resurrecció ya se efectúo y trastornaron la fe de algunos".... con sus «fábulas profanas y cuentos de viejas»

En el punto 3.- Ya ves como los que han sido vencidos por Satanás, continuan en cautiverio: El pecado es “infracción de la Ley” (I Juan 3:4). Cuando vamos en contra de la Ley divina nos hacemos esclavos del pecado. “¿No sabéis que cuando os presentáis a alguno como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, ya sea del pecado para muerte, o de la obediencia para justicia?” (Romanos 6:16). Jesús vino para librarnos del poder del pecado para que seamos “verdaderamente libres” (Juan 8:32-36). El cristiano lucha con el pecado en su naturaleza humana. Las Buenas Nuevas son: “Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con El, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruído, a fin de que no no seamos esclavos del pecado” (Rom. 6:6). No hay vacaciones ni cese de fuego en esta lucha con el pecado. No hay un arreglo rápido ni una sola experiencia que soluciona el problema del pecado en nosotros. Solamente en la Cruz de Jesucristo podemos ser libres y vivir en victoria, en la plenitud del Espíritu Santo y con abundantes bendiciones divinas de la salvación.

Por último concuerdo en este punto... La “sana” doctrina es la de Dios: Jn.7.16,17. También llamada “del Señor” (Hch.13.12); la de “Cristo” (2 Jn.9), reconocida también como la “de los apóstoles” (Hch.2.42)

´"Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén." Mateo 28:19,20

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.

 
Re: El adventismo y su herejia de la "puerta cerrada"

Estimados foristas,

Ya que "gabriel47" se hace el loco, ¿algún otro ASD quiere comentar punto por punto?

Es obvio que no tienes conocimiento alguno de la historia de tu Iglesia. Veamos lo que pasó:

Octubre 1844: Los Mileritas sufren otro chasco.

Después de este chasco, el grupo de Mileritas comenzó a dividirse y la mayoría adoptó la creencia de que el cumplimiento de la profecía estaba en el futuro, otros creyeron en un regreso "espiritual" de Jesús y una pequeña manada siguió confiando en la fecha.

Noviembre 1844: William Miller creía que la puerta de gracia se había cerrado:

"Hemos hecho nuestra obra de advertencia a los pecadores, y en tratar de despertar a la iglesia formal. Dios, en su providencia ha cerrado la puerta; sólo podemos alentarnos unos a otros para que seamos pacientes y diligentes en hacer de nuestro llamado y elección algo seguro. Estamos viviendo ahora en el tiempo indicado por Malaquías 3:18, también Daniel 12:10, Apocalipsis 22:10-12. En este pasaje no podemos sino ver que un poco antes del regreso de Cristo, habrá una separación entre el justo y el injusto, el recto y el impío, entre quienes aman su venida y quienes la odian. -Carta de Guillermo Miller del 18 de noviembre de 1844, citada en The Advent Herald [El heraldo adventista], 11 de diciembre de 1844, p. 142

Noviembre 1844: Elena Harmon también creía en la puerta cerrada:

"Por un tiempo después del chasco de 1844, sostuve junto con el conjunto de adventistas que la puerta de la gracia quedó entonces cerrada por siempre para el mundo. -Elena G. de White, Manuscrito 4, 1863; Mensajes selectos, vol. 1, p. 71."

Un tiempo después Elena Harmon abandona esta creencia:

"En el momento en que tuve la visión del clamor de medianoche descarté que fuera en el pasado y pensé que era para el futuro, como la mayoría del grupo lo hizo." -Elena G. de White, Carta 3, 1847, escrito el 13 de julio de 1847 a José Bates.

Diciembre de 1844: Pirmera supuesta visión de EGW:

"En la primera visión de Elena Harmon, se le mostró que la puerta de la misericordia estaba cerrada a causa de (a) aquellos mileritas que negaron que Dios los había guiado en el Movimiento del “Clamor de Medianoche” de 1844, y (b) “todo el mundo malvado” que Dios había rechazado. También se le mostró “los santos vivos, que eran 144.000” que esperaban el regreso de Cristo."

Diciembre 1844: Elena Harmon vuelve a creer en la puerta cerrada:

"Con fecha 30 de mayo de 1847, Jaime White escribió:

Cuando ella recibió su primera visión, en diciembre de 1844, ella y todo el grupo en Pórtland, Maine, (donde residían en ese entonces sus padres) habían abandonado el clamor de medianoche, el error en el cual ella y el grupo de Pórtland había caído. Entonces ella relató su visión al grupo, y unos sesenta confesaron su error y reconocieron que su experiencia con el séptimo mes era la obra de Dios". –Jaime White, A Word to the Little Flock [Una palabra al pequeño rebaño], p. 22.

8 de enero de 1845 –Jaime White creía que la puerta estaba cerrada.

En una carta a Enoc Jacobs, de fecha 8 de enero de 1845 (posiblemente puede que sea 1846), Jaime White declaró:

“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros de la común salud, me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada á los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los cuales desde antes habían estado ordenados para esta condenación, hombres impíos, convirtiendo la gracia de nuestro Dios en disolución, y negando á Dios que solo es el que tiene dominio, y á nuestro Señor Jesucristo” (Judas 3-4). Concluyo que ningún creyente inteligente en la puerta cerrada tiene dudas de la directa aplicación del pasaje de Judas a nosotros, puesto que el clamor de medianoche ha terminado. Así que la exhortación a luchar por la fe entregada a los santos, es sólo para nosotros. –The Day-Star [La estrella matinal], 24 de enero de 1846.

Febrero 1845: Más evidencia que Elena Harmon creía nuevamente en la puerta cerrada:

"La visión sobre la venida del novio, la tuve a mitad de febrero de 1845.
Mientras estaba en Exeter, Maine, reunida con Israel Dammon, Jaime y muchos otros, varios de ellos no creían en la puerta cerrada. Sufrí mucho al comienzo de la reunión. La incredulidad parecía estar sobre todo el grupo.
Había una hermana allí que se decía muy espiritual. Había viajado y actuado como una predicadora poderosa la mayoría del tiempo por unos veinte años. Había sido como una verdadera madre de Israel. Pero se produjo una división en el grupo sobre la puerta cerrada. Ella tenía gran simpatía y no podía creer que la puerta estaba cerrada. (Yo no sabía nada de su diferencia). La hermana Durben se levantó para hablar. Me sentí muy, muy triste.

Finalmente mi alma parecía estar en agonía, y mientras ella hablaba me caí de la silla al piso. Fue entonces que tuve una visión de Jesús elevándose de su trono mediatorio y entrando al santísimo como Novio para recibir su reino. Todos estaban profundamente interesados en la visión. Todos dijeron que era algo enteramente nuevo para ellos. El Señor obró con gran poder para establecer la verdad en forma familiar en nuestros corazones.

La hermana Durben sabía lo que era el poder del Señor porque lo había sentido muchas veces; y poco tiempo después sentí que ella fue golpeada y cayó al suelo clamando a Dios que tuviera misericordia de ella. Cuando salí de la visión, mis oídos recibieron el saludo de la hermana Durben que cantaba y gritaba con voz fuerte.

La mayoría de ellos recibieron la visión y fueron establecidos en la puerta cerrada. Previamente a esto, no había tenido luz sobre la venida del Novio, sino que había esperado que él regresara a esta tierra para librar a su pueblo en el día décimo del séptimo mes. No escuché ningún discurso o palabra en ningún sentido relacionado con el ingreso del Novio al santísimo". –Carta 3, 1847 (a José Bates, 13 de julio de 1847).

Febrero 1845: Elena Harmon comienza a relatar su visión (que incluye la puerta cerrada) a la pequeña manada.

Diciembre 1845: Elena Harmon describe su primera visión al editor del "Day Star" (Enoc Jacobs)

"Era tan imposible que ellos [los que abandonaron su fe en el movimiento de 1844] recobraran el camino y fueran a la ciudad, como todo el mundo impío que Dios había rechazado. Cayeron a todo lo largo del sendero, uno tras otro".

Diciembre 1845: Al igual que Elena Harmon, Eli Curtis cree en la puerta cerrada.

"Frecuentemente escucho de los adventistas populares expresiones de profundo pesar por causa de las divisiones que han roto los grupos de adventistas. Por lo general ellos expresan un fuerte deseo de que regresemos y nos unamos nuevamente con ellos, y que revivamos el primer estado de sentimientos que existía entre nosotros. No dudo ahora de su sinceridad en este punto, porque parece haber gran regocijo entre ellos cuando uno de nosotros regresa con ellos. Pero ¿puede la parte que avanza retroceder, excepto que se vuelvan traidores al Rey Jesús? (Siento que no puedo). Debido a que la cuestión de “la puerta cerrada” dividió a los valientes 10.000, lo pocos 300 han avanzado incluso para realizar el último mandato del Señor. ¿Han avanzado los simbólicos una pulgada desde el 23 de octubre de 1844?

Aunque el hermano Himes predica una puerta abierta, la misma que antes del día décimo del séptimo mes de 1844, sus obras no parecen estar en armonía con su predicación. Poco después de que pasó el día décimo del séptimo mes de 1844, vi al hermano Himes en la oficina en la calle Spruce. Estaba revisando sus antiguas matrices que se habían usado con el propósito de hacer que la visión fuera más clara en tablas, para que pudiera entender el que la leyera (Hab 2:2). Le dije al hermano H., ¿está por trasladarlas a algún otro lugar? Oh no, dijo el hermano H., voy a venderlas, tienen al menos el valor de 11 centavos por el metal antiguo. Yo le dije, pero ¿no las quiere de nuevo? Oh no, dijo el hermano H., no las usaré más." –Eli Curtis, The Day-Star, 6 de diciembre de 1845, p. 38.

El 20 de abril de 1846, Otis Nichols le escribió a Guillermo Miller y trató de persuadirlo de que Elena Harmon era una profetiza:

"Su mensaje fue siempre asistido con el Espíritu Santo, y dondequiera se recibía como proveniente del Señor, quebrantaba y derretía los corazones como si fueran niños pequeños, alimentó, confortó, fortaleció al débil y los alentó a permanecer en la fe y en el movimiento del séptimo mes; y que nuestra obra en la iglesia nominal y el mundo estaba hecha y lo que quedaba por hacer era para los de la fe. Quienes rechazaron su mensaje pronto volvían al mundo y a la fe nominal, y quienes no recibían su testimonio como proveniente del Señor y posteriormente lo negaban, llamándolo mesmerismo o una cosa impura, son aquellos que son abandonados a los fuertes engaños y obras de Satanás –un barco sin un timón o ancla y llevados por todo viento, haciendo que se hable mal del camino de la verdad…"

En resumen:

Octubre 1844: Elena Harmon cree que la puerta de gracia se había cerrado el 22 de octubre.

Noviembre 1844: Elena Harmon abandona la creencia de la puerta cerrada.

Diciembre 1844: Elena Harmon recibe una visión y vuelve a creer que la puerta de gracia se había cerrado el 22 de octubre.

1845-1850 (?) Al igual que Eli Curtis, Elena predica la puerta cerrada.

Ahora viene lo interesante:

En algún momento entre 1845 y 1847, Eli Curtis abandona la doctrina de la "puerta cerrada" y EGW lo amonesta:

Lee "A Word to the little flock" que fue publicado en el 1847. Ahí podrás leer la visión en su forma original y una carta dirigida a su "cuate" Eli Curtis donde expone todos los puntos en que discrepaban. Es más, en esa carta veras que para esa fecha Eli Curtis no creía en la puerta cerrada pues EGW le dijo:

"Usted piensa que aquellos que adoraron ante los pies de los santos (Apo 3:9) serán finalmente salvos. Aquí debo diferir con usted, porque Dios me mostró que esta clase eran profesos adventistas, que han caído, y que “crucificaron a sí mismos al Hijo de Dios nuevamente, y lo afrentaron”. Y en la “hora de la tentación”, que aún está por venir, para develar el verdadero carácter de cada uno, sabrán que están perdidos por siempre; y abrumados con angustia de espíritu, se arrodillarán ante los pies de los santos.

También piensa, que Miguel se levantó y que el tiempo de angustia comenzó en la primavera de 1844.

El Señor me mostró en visión, que Jesús se levantó y que cerró la puerta e ingresó al Lugar Santísimo en el séptimo mes de 1844; pero que Miguel esté de pie (Dan 12:1) para librar a su pueblo, está en el futuro.

Esto no ocurrirá hasta que Jesús termine su oficio de sacerdote en el santuario celestial, y deje de lado sus vestimentas sacerdotales, y se coloque sus vestiduras y corona regias, para viajar en la carroza de nubes a “trillar los paganos con ira” y librar a su pueblo. –Elena G. de White, Carta 1 de 1847, p. 2; A Word to the Little Flock, p. 12.

Por enésima vez: Jaque mate, sectario.
 
Re: El adventismo y su herejia de la "puerta cerrada"

Estimado ernesto gil. Saludos cordiales.

Todos ven que te quedas callado a las preguntas que te formulo como estas:
¿Encontraste lo que escribió Ely Curtis, alterando las declaraciones de Ellen White, tal como tú lo has hecho, y no sólo de ella sino de otros foristas, e incluso de la Biblia?

"Toda palabra de Dios es limpia; es escudo a los que en él esperan.
No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso
." Proverbios 30:5-6

Queda establecido entonces que Ellen White no ha podido ser refutado por tu obtinado proceder en su contra, ella nos dice a través de sus escritos:

"Hay otro hecho que se debiera presentar aquí. No soy responsable por todo lo que se ha impreso pretendiendo que procedía de mí. Por el tiempo cuando se publicaron por primera vez mis primeras visiones, aparecieron varios artículos que se pretendía que habían sido escritos por mí para relatar lo que el Señor me había mostrado, pero que sancionaban doctrinas que yo no creía. Los tales fueron publicados en una revista editada por un Sr. Curtis. No estoy segura del nombre de la revista. En los años de preocupaciones y trabajos que han pasado desde entonces he olvidado algunos de estos detalles de menor importancia, pero todavía resaltan en mi mente los puntos principales.

Ese hombre tomó artículos que yo había escrito y completamente los transformo y distorsionó, entresacando una frase aquí y otra allí, sin su contexto, y luego, después de haber insertado sus propias ideas, les añadió mi nombre como si vinieran directamente de mí.

Al ver esos artículos, le escribimos expresando nuestra sorpresa y desaprobación y le prohibimos que así tergiversara mis testimonios. Contestó que publicaría lo que le placiera, que él sabía que las visiones debían decir lo que el había publicado, y que si yo las hubiera escrito como el Señor me las había dado, ellas habrían dicho esas cosas. Declaró que si las visiones habían sido dadas para el beneficio de la iglesia, tenía derecho a usarlas como le placiera.

Quizá existan todavía algunas de esas hojas, y podrían ser presentadas como provenientes de mí, pero no soy responsable por ellas. Los artículos presentados en Early Writings ciertamente pasaron bajo mis ojos; y puesto que la edición de Experience and Views, publicada en 1851, fue la primera que poseímos, y como no teníamos conocimiento de ninguna cosa adicional en revistas o folletos anteriores, no soy responsable por las omisiones que se dice que existen.

La primera omisión

La primera cita mencionada por C es de un folleto de 24 páginas publicado en 1847, titulado A Word to the Little Flock (Un mensaje para la pequeña grey). Aquí están las líneas omitidas en Experience and Views:

"Era tan imposible que ellos [los que abandonaron su fe en el movimiento de 1844] recobraran el camino y fueran a la ciudad, como todo el mundo impío que Dios había rechazado. Cayeron a todo lo largo del sendero, uno tras otro".

Daré todo el contexto, para que se pueda ver claramente la plena fuerza de las expresiones:

"Mientras orábamos en el altar familiar, descendió sobre mí el Espíritu Santo y me pareció ser levantada cada vez más arriba, muy por encima del oscuro mundo. Me volví para buscar al pueblo adventista en el mundo, pero no lo hallé en parte alguna, y entonces una voz me dijo: 'Vuelve a mirar un poco más arriba'. Alcé los ojos, y vi un sendero recto y angosto trazado muy por encima del mundo. El pueblo adventista andaba por ese sendero en dirección a la ciudad que se veía en su último extremo. En el comienzo del sendero, detrás de los que ya andaban, había una brillante luz, que, según me dijo un ángel, era el 'clamor de media noche'. Esta luz brillaba a todo lo largo del sendero, para que no tropezaran. Delante de ellos iba Jesús guiándolos hacia la ciudad, y si no apartaban los ojos de él, iban seguros. Pero no tardaron algunos en cansarse, diciendo que la ciudad estaba todavía muy lejos, y que contaban con haber llegado más pronto a ella. Entonces Jesús los alentaba levantando su glorioso brazo derecho, del cual provenía una luz que ondeaba sobre la hueste adventista, y exclamaban: '¡Aleluya!'. Otros negaron temerariamente la luz que brillaba tras ellos, diciendo que no era Dios quien los había guiado hasta allí. Pero entonces se extinguió para ellos la luz que estaba detrás y dejó sus pies en tinieblas, de modo que tropezaron y, perdiendo de vista el blanco y a Jesús, cayeron fuera del sendero abajo, en el mundo sombrío y perverso".

Ahora sigue el pasaje que se dice que estaba en la obra original, pero que no se encuentra en Experience and Views ni en Early Writings:

"Era tan imposible que ellos [los que abandonaron su fe en el movimiento de 1844] recobraran el camino y fueran a la ciudad, como todo el mundo impío que Dios había rechazado. Cayeron a todo lo largo del sendero, uno tras otro".

Definición de "la puerta cerrada"

Se pretende que esas expresiones demuestran la doctrina de la puerta cerrada, y que ésa es la razón para su omisión en ediciones posteriores. Pero en realidad sólo enseñan lo que ha sido sostenido por nosotros como pueblo, y todavía lo es, como lo demostraré.

Por un tiempo después del chasco de 1844, sostuve junto con el conjunto de adventistas que la puerta de la gracia quedó entonces cerrada para siempre para el mundo. Tomé esa posición antes de que se me diera mi primera visión. Fue la luz que me dio Dios la que corrigió nuestro error y nos capacitó para ver la verdadera situación.

Todavía creo en la teoría de la puerta cerrada, pero no en el sentido en que se empleó el término al principio o en el que es empleado por mis oponentes.

Hubo una puerta cerrada en los días de Noé. Entonces fue retirado el Espíritu de Dios de la raza pecaminosa que pereció en las aguas del diluvio. Dios mismo dio a Noé el mensaje de la puerta cerrada:

"No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años" (Gén. 6: 3).

Hubo una puerta cerrada en los días de Abrahán.

La misericordia dejó de interceder por los habitantes de Sodoma, y todos, con excepción de Lot, su esposa y dos hijas, fueron consumidos por el fuego que descendió del cielo.

Hubo una puerta cerrada en los días de Cristo. El Hijo de Dios declaró a los judíos incrédulos de esa generación: "Vuestra casa os es dejada desierta" (Mat. 23: 38).

Mirando hacia la corriente del tiempo en los últimos días, el mismo poder infinito proclamó mediante Juan:

"Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre" (Apoc. 3: 7).

Se me mostró en visión, y todavía lo creo, que hubo una puerta cerrada en 1844. Todos los que vieron la luz de los mensajes del primero y segundo ángeles y rechazaron esa luz, fueron dejados en tinieblas. Y los que la aceptaron y recibieron el Espíritu Santo que acompañó a la proclamación del mensaje celestial, y que después renunciaron a su fe y declararon que su experiencia había sido un engaño, de ese modo rechazaron al Espíritu de Dios, y éste no intercedió más por ellos.

Los que no vieron la luz, no fueron culpables de rechazarla. Los únicos a los cuales el Espíritu de Dios no podía alcanzar eran los que habían despreciado la luz celestial. Y en esa clase estaban incluidos, como lo he dicho, tanto los que rehusaron aceptar el mensaje cuando les fue presentado, como los que, habiéndolo recibido, después renunciaron a su fe. Estos podrían tener una forma de piedad y profesar ser seguidores de Cristo. Pero no teniendo una comunicación viviente con Dios, eran llevados cautivos por los engaños de Satanás. Se presentan esas dos clases en la visión los que declararon que era un engaño la luz que habían seguido, y los impíos del mundo que, habiendo rechazado la luz, habían sido rechazados por Dios. No se hace referencia a los que no habían visto la luz y, por lo tanto, no eran culpables de su rechazo.

Para probar que yo creía y enseñaba la doctrina de la puerta cerrada, el Sr. C presenta una cita de la Review del 11 de junio de 1861, firmada por nueve de nuestros miembros importantes. La cita dice así:

"Nuestros conceptos de la obra que nos correspondía eran entonces mayormente vagos e indefinidos; algunos se aferraban todavía a la idea aceptada por el conjunto de creyentes adventistas de 1844, a cuya cabeza estaba Guillermo Miller, de que nuestra obra para 'el mundo' había terminado y que el mensaje se restringía a aquellos de la fe adventista original. Tan firmemente se creía esto que casi se le rehusó el mensaje a uno de los nuestros, pues el que sostenía esto tenía dudas de la posibilidad de la salvación de aquél porque no había estado en 'el movimiento de 1844'".

Sólo necesito añadir a esto que en la misma reunión en que se insistió que el mensaje no podía ser dado a ese hermano, mediante una visión se me dio un testimonio para animarlo a confiar en Dios y dar su corazón plenamente a Jesús, lo que él hizo entonces y allí mismo.

Una conjetura irrazonable

En otro pasaje del libro A Word to the Little Flock (Un mensaje a la pequeña grey), hablo de escenas de la "tierra nueva y declaro que allí vi a santos de la antigüedad: Abrahán, Isaac, Jacob, Noé, Daniel y muchos como ellos". Porque hablo de haber visto a esos hombres, nuestros oponentes conjeturan que entonces yo creía en la inmortalidad del alma y que habiendo cambiado después mis opiniones sobre este punto, vi necesario suprimir ese pasaje. Están tan lejos de la verdad aquí como en otras conjeturas.

En el año 1844, acepté la doctrina que ahora sostenemos, en cuanto a que el alma no es inmortal, como se puede ver por referencias de Life Sketches (Apuntes biográficos), págs. 170, 171 [edición de 1880. Véase también la edición de 1915, pág. 49; Testimonies, tomo 1, páginas 39, 401, y nunca he defendido otra doctrina, ni verbalmente ni por escrito. Si hubiésemos suprimido ese pasaje debido a su enseñanza de la inmortalidad del alma, hubiéramos encontrado necesario suprimir otros pasajes.

Al relatar mi primera visión, en la página 13 de Early Writings [pág. 17 de la actual edición, que coincide con Primeros escritos], hablo de haber visto a hermanos que poco antes habían dormido en Jesús, y en la página 14 actual edición, págs. 18 y 19 declaro que se me mostró a un gran grupo que había sufrido el martirio por la fe.

La inmortalidad del alma no se enseña más en el pasaje "suprimido" que en los dos últimos citados.

El caso es que, en estas visiones, fui llevada adelante al tiempo cuando los santos resucitados serán reunidos en el reino de Dios. De la misma manera, el juicio, la segunda venida de Cristo, el establecimiento de los santos sobre la tierra nueva han sido presentados delante de mí. ¿Supone alguno que ya han acaecido esas escenas? Mis adversarios muestran el espíritu que los mueve al acusarme así de engaño, basándose en una mera "conjetura".

Una cita equivocada

En esta cita también se encuentran las palabras: "Vi dos largas ramas áureas de las cuales colgaban hilos de plata, y en los hilos había magníficas uvas". Mis oponentes ridiculizan "esa expresión débil y pueril de magníficas uvas que crecen en hilos de plata y estos hilos unidos a ramas áureas".

¿Qué motivo movió al autor mencionado a citar mal mis palabras: Yo no declaré que las uvas crecían en hilos de plata. Lo que contemplé está descrito tal como me pareció a mí. No se ha de suponer que las uvas estaban unidas a hilos de plata o ramas áureas, sino que ésa era la apariencia que presentaban. Expresiones tales son empleadas diariamente por todos en la conversación común. Cuando hablamos de frutos áureos, no se entiende que declaramos que el fruto está compuesto de ese precioso metal, sino simplemente que tiene la apariencia de oro. La misma regla aplicada a mis palabras elimina toda excusa para una falsa interpretación.

El sello de Dios

Otra "supresión" reza así: "Bien, bendito sea el Señor, hermanos y hermanas, es una reunión extraordinaria para los que tienen el sello del Dios viviente".

No hay nada en esto que todavía no sostengamos. El análisis de nuestras obras publicadas mostrará nuestra creencia de que los justos vivos recibirán el sello de Dios antes de la terminación del tiempo de gracia. También que ellos disfrutarán honores especiales en el reino de Dios.

Abandono del sábado

Se dice que el siguiente pasaje ha sido omitido de la visión relatada en las páginas 25 - 28 de Early Writings [corresponde a las páginas 32 - 35 de Primeros escritos]:

"Si alguien creyó en el sábado y lo guardó, y recibió la bendición que lo acompaña, y luego lo abandonó y quebrantó los santos mandamientos, éste se cerrará a sí mismo las puertas de la santa ciudad tan ciertamente como que hay un Dios que rige los cielos en lo alto".

Los que han visto claramente y aceptado plenamente la verdad del cuarto mandamiento, y han recibido la bendición que acompaña a la obediencia, pero que después renunciaron a su fe y se atrevieron a violar la ley de Dios, si persisten en ese sendero de desobediencia, encontrarán las puertas de la ciudad de Dios cerradas frente a ellos.

El tiempo "casi ha terminado"

Una declaración publicada en 1851, en Experience and Views [Experiencia y visiones] y que se encuentra en la página 49 de Early Writings [corresponde a la página 58 de Primeros escritos] se cita para probar que mis testimonios son falsos "Vi que casi ha terminado el tiempo que Jesús debe pasar en el lugar santísimo, y que el tiempo sólo puede durar un poquito más" Tal como el asunto me fue presentado, el período de la ministración de Cristo parecía casi cumplido ¿Se me acusa de falsedad porque el tiempo ha continuado más de lo que mi testimonio parecía indicar? ¿Cómo es el caso en los testimonios de Cristo y sus discípulos? ¿Estaban engañados? Pablo escribió a los corintios:

"Pero esto os digo, hermanos que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen; y los que lloran, como si no llorasen; y los que se alegran, como si no se alegrasen" (1 Cor. 7: 29, 30)

También en su Epístola a los Romanos dice:

"La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz" (Rom. 13: 12).

Y desde Patmos Cristo nos habla mediante el amado Juan :

"Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca" ( Apoc. 1: 3). "El Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. ¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro" (Apoc. 22: 6, 7)

Los ángeles de Dios, en sus mensajes para los hombres, representan el tiempo como muy corto Así me ha sido siempre presentado Es cierto que el tiempo se ha extendido más de lo que esperábamos en los primeros días de este mensaje Nuestro Salvador no apareció tan pronto como lo esperábamos. Pero, ha fallado la palabra del Señor? ¡Nunca! Debiera recordarse que las promesas y amenazas de Dios son igualmente condicionales.

Dios ha confiado a su pueblo una obra que debe efectuarse en la tierra. Había de ser dado el mensaje del tercer ángel, las mentes de los creyentes habían de ser dirigidas al santuario celestial, donde Cristo ha entrado para hacer expiación por su pueblo. La reforma del día de reposo había de ser llevada adelante. Debe ser reparada la brecha en la ley de Dios. El mensaje debe ser proclamado con fuerte pregón para que todos los habitantes de la tierra puedan recibir la amonestación. El pueblo de Dios debe purificar su alma mediante la obediencia a la verdad y estar preparado para encontrarse con él sin falta, en su venida.

Si después del gran chasco de 1844 los adventistas se hubiesen mantenido firmes en su fe, y unidos en la providencia de Dios que abría el camino, hubieran proseguido recibiendo el mensaje del tercer ángel y proclamándolo al mundo con el poder del Espíritu Santo, habrían visto la salvación de Dios y el Señor hubiera obrado poderosamente acompañando sus esfuerzos, se habría completado la obra y Cristo habría venido antes de esto para recibir a su pueblo y darle su recompensa.

Pero muchos de los creyentes adventistas claudicaron en su fe en el período de duda e incertidumbre que siguió al chasco. Se introdujeron disensiones y divisiones. Por escrito y verbalmente, la mayoría se opuso a los pocos que, guiados por la providencia de Dios, recibieron la reforma del día de reposo y comenzaron a proclamar el mensaje del tercer ángel. Muchos que debieran haber dedicado su tiempo y talentos al único propósito de hacer resonar la amonestación por el mundo, quedaron absorbidos en su oposición a la verdad del sábado y, a su vez, el trabajo de sus defensores necesariamente se empleó en contestar a esos oponentes y defender la verdad. Así se estorbó la obra y el mundo fue dejado en tinieblas. Si todo el núcleo de adventistas se hubiera unido en los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, ¡cuán inmensamente diferente habría sido nuestra historia !

No era la voluntad de Dios que se demorara así la venida de Cristo. Dios no tuvo el propósito de que su pueblo, Israel, vagara cuarenta años por el desierto. Prometió guiarlos directamente a la tierra de Canaán, y establecerlos allí como un pueblo santo, lleno de salud y feliz. Pero aquellos a quienes primero se les predicó, no entraron "a causa de incredulidad" (Heb. 3: 19). Sus corazones estuvieron llenos de murmuración, rebelión y odio, y Dios no pudo cumplir su pacto con ellos.

Durante cuarenta años, la incredulidad, la murmuración y la rebelión impidieron la entrada del antiguo Israel en la tierra de Canaán. Los mismos pecados han demorado la entrada del moderno Israel en la Canaán celestial. En ninguno de los dos casos faltaron las promesas de Dios. La incredulidad, la mundanalidad, la falta de consagración y las contiendas entre el profeso pueblo de Dios nos han mantenido en este mundo de pecado y tristeza tantos años.

Hay otros dos pasajes que se dice que se encuentran en mi primer libro pero que no aparecen en mis escritos posteriores. Sólo diré acerca de ellos que cuando pueda obtener un libro donde estén, de modo que pueda estar segura de la exactitud de las citas y pueda verlas por mí misma en su contexto, estaré preparada para hablar con conocimiento acerca de ellos.

Burladores de los últimos días

Desde el comienzo de mi obra, he sido perseguida por el odio, el reproche y la falsedad. Viles imputaciones y calumniosos informes han sido ávidamente reunidos y hechos circular ampliamente por los rebeldes, los formalistas y los fanáticos. Hay ministros de las así llamadas iglesias ortodoxas que viajan de un lugar a otro para hacer guerra contra los adventistas del séptimo día y tienen a la Sra. de White como a su caballo de batalla. Los burladores de los últimos días son conducidos por estos ministros que profesan ser los centinelas de Dios.

Se unen en su obra de atacar a la Sra. de White el mundo incrédulo los ministros de las iglesias caídas y los adventistas del primer día. Esta lucha ha seguido durante casi cuarenta años, pero no me he sentido en libertad de dedicar atención a sus ruines palabras, reproches e insinuaciones. Y no me apartaría ahora de esta costumbre, si no fuera porque algunas almas honradas pueden ser descarriadas por los enemigos de la verdad que tan jactanciosamente me declaran engañadora. Presento estas declaraciones con la esperanza de ayudar a los sinceros.

No espero influir en los que, habiendo visto la luz de la verdad rehusan prestarle atención, los que se han entregado al prejuicio y han parapetado su alma en la incredulidad.

Jesús, la Majestad del cielo que era igual a Dios, estuvo en el mundo 33 años, y sin embargo sólo hubo pocos que reconocieron su carácter divino. Y yo, que soy una criatura humana tan débil, tan indigna y tan frágil, ¿puedo esperar mayor éxito que el que recibió el Salvador del mundo?

Cuando por primera vez me entregué a esta obrar para ir adonde el Señor me ordenara, para hablar los mensajes que me diera para la gente, yo sabía que encontraría oposición, reproche, persecución. No me he chasqueado. Si hubiese dependido del aplauso humano hace mucho que me hubiera desanimado. Pero acudí a Jesús y vi que él, que fue intachable, fue atacado por lenguas calumniosas. Los que pretendían ser muy piadosos, siguieron como espías la conducta del Salvador, e hicieron todo lo que pudieron para obstruir su sendero. Pero aunque él era todopoderoso, no castigó a sus adversarios como merecían sus pecados. Podría haber lanzado contra ellos los proyectiles de su venganza, pero no lo hizo. Les aplicó severísimos reproches por su hipocresía y corrupción, y cuando sus mensajes fueron rechazados y su vida fue amenazada, serenamente fue a otro lugar para hablar las palabras de vida. En mi debilidad, he tratado de seguir el ejemplo de mi Salvador.

Enemistad contra los defensores de la verdad

¡Cuán ávidamente procuraban los fariseos demostrar que Cristo era un engañador! ¡Cómo observaban cada palabra suya procurando torcer y tergiversar todos sus dichos! El orgullo, el prejuicio y la pasión cerraron todos los accesos de su alma contra el testimonio del Hijo de Dios. Cuando claramente reprochó su iniquidad y declaró que sus obras probaban que eran hijos de Satanás, con ira le arrojaron en respuesta la acusación que decía: "¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio?'

Todos los argumentos con que se acosó a Cristo fueron falsos. Así fue en el caso de Esteban y de Pablo. Pero las declaraciones más débiles y más irrazonables presentadas del lado del error tuvieron su influencia porque había muchos cuyo corazón no estaba santificado, que deseaban que esas declaraciones fueran verdaderas. Los tales siempre están ansiosos de aferrarse de cualquier supuesto error o equivocación de los que les presentan la verdad desagradable.

No debiera sorprendernos cuando las malas conjeturas son ávidamente empuñadas como hechos indudables por aquellos que sienten inclinación hacia la falsedad. Los opositores de Cristo fueron vez tras vez confundidos y silenciados por la sabiduría de las palabras de él. Sin embargo, todavía escuchaban ansiosamente cada rumor y buscaban algún pretexto para acosarlo con preguntas contenciosas. Estaban determinados a no abandonar su propósito. Bien sabían que si Jesús continuaba con su obra, muchos creerían en él y los escribas y fariseos perderían su poder sobre el pueblo. Por lo tanto, estuvieron dispuestos a rebajarse hasta emplear cualquier medida vil o despreciable para realizar sus malignas intenciones contra Jesús. Odiaban a los herodianos, y sin embargo se unieron con esos enemigos inveterados a fin de idear algún plan para deshacerse de Cristo.

Tal fue el espíritu con el que hicieron frente al Hijo de Dios aquellos que él vino a salvar. Cualquiera de los que tratan de obedecer a Dios y de llevar al mundo el mensaje de su verdad, ¿puede esperar una recepción más favorable que la que le fue dada a Cristo?

No tengo mala voluntad hacia los que procuran invalidar el mensaje que Dios ha dado para reprochar, advertir y animar a su pueblo. Pero, como embajadora de Cristo, debo levantarme en defensa de la verdad. ¿Quiénes son los que con tanto celo se alistan contra mí? ¿Son los puros y santos hijos de la fe? ¿Han nacido de nuevo? ¿Son participantes de la naturaleza divina? ¿Aman a Jesús y manifiestan su espíritu de mansedumbre y humildad? "Por sus frutos los conoceréis" (Mat. 7: 20). ¿Se asemejan a los primeros discípulos o a aquellos astutos escribas y fariseos que estaban constantemente vigilando para entrampar a Cristo con sus palabras? Notad el astuto proceder de esos antiguos opositores de la fe: cómo los doctores, sacerdotes, escribas y magistrados se combinaban para encontrar algo contra Aquel que era la luz del mundo.

Y ¿por qué estaban tan decididos a condenar a Cristo? No amaban sus doctrinas y preceptos, y estaban molestos porque veían que la atención de la gente se volvía hacia Jesús y se apartaba de sus anteriores dirigentes.

La naturaleza humana es todavía la naturaleza humana. No se engañen a sí mismos con la creencia de que están prestando un servicio a Dios los que tratan de estorbar mi camino y destruir la influencia de mis palabras. Están sirviendo a otro amo, y serán recompensados de acuerdo con su obra.

La rebelión existirá mientras exista Satanás. Los que son movidos por su espíritu, no discernirán el Espíritu de Dios ni escucharán su voz hasta que salga la orden: "El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía" (Apoc. 22: 11). Espero hacer frente a la malignidad de los que desprecian la luz que a Dios le plugo darme.

Suficientes evidencias para los de corazón sincero

El plan de Dios es presentar suficiente evidencia del carácter divino de su obra para convencer a todos los que honradamente desean conocer la verdad. Pero él nunca suprime toda oportunidad de dudar. Todos los que desean dudar y cavilar, encontrarán ocasión de hacerlo.

Compadezco a los que marchan en el sendero de la duda y la incredulidad. Si pudiera, los ayudaría gozosamente, pero la experiencia pasada me da poca esperanza de que jamás vengan a la luz. Ningún acopio de evidencia convencerá a los hombres de la verdad mientras no estén dispuestos a rendir su orgullo, someter su naturaleza carnal y convertirse en alumnos de la escuela de Cristo.

La terquedad y el orgullo de sus propias opiniones inducen a muchos a rechazar la luz del cielo. Se aferran a ideas favoritas, a interpretaciones fantásticas de las Escrituras y a peligrosas herejías. Y si se presenta un testimonio para corregir esos errores, se apartarán descontentos como muchos lo hicieron en los días de Cristo.

No importa cuán impecables sean el carácter y la vida de los que presentan a la gente los mensajes de Dios. Esto no les da autoridad. ¿Y por qué? Porque dicen la verdad a la gente. Este es mi pecado, hermanos. Pero si circula un informe falso, si por alguna inferencia o conjetura, una acusación es lanzada contra el carácter de la embajadora de Cristo, ¡con qué absurda credulidad es recibida! ¡Cuántos están listos para magnificar y propagar la calumnia! Los tales están revelando su carácter verdadero. "El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios" (Juan 8: 47).

La calumnia y el reproche serán la recompensa de los que defiendan la verdad como está en Jesús. "Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución" (2 Tim. 3: 12). Los que dan un franco testimonio contra el pecado, tan ciertamente serán aborrecidos como lo fue el Maestro que les dio esa obra para hacerla en su nombre. Al igual que Cristo, serán llamados enemigos de la iglesia y de la religión, y mientras más fervientes y leales sean sus esfuerzos para honrar a Dios, más amarga será la enemistad de los impíos e hipócritas. Pero no nos debemos desanimar cuando seamos tratados así.

Proseguiré con mi obra

Quizá seamos llamados "faltos de juicio y necios", fanáticos y aun locos. Quizá se diga de nosotros como se dijo de Cristo: "Demonio tiene" (Juan 10: 20). Pero la obra que el Maestro nos ha dado para realizar, es todavía nuestra obra. Debemos dirigir la mente a Jesús sin buscar alabanza u honor de los hombres sino entregándonos a Aquel que juzga rectamente. El sabe cómo ayudar a los que, mientras siguen en las pisadas de Jesús, sufren en cierto grado el reproche que él soportó. Fue tentado en todo como nosotros lo somos, para que supiera socorrer a los que son tentados.

No importa qué interpretación errónea sea dada a mi testimonio por los que profesan justicia, y sin embargo no conocen a Dios, seguiré adelante humildemente con mi obra. Hablaré las palabras que Dios me da para animar, reprochar y advertir. No queda sino un pequeño resto de mi vida en la tierra. Realizaré con fidelidad, por la gracia de Dios, la obra que mi Padre me ha dado, sabiendo que todas mis acciones deben soportar el escudriñamiento de Jehová (Manuscrito 4, 1883).

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo
 
Re: El adventismo y su herejia de la "puerta cerrada"

PROFECÍAS Y ENSEÑANZAS FALSAS DE ELENA G. WHITE



1. Profecías falsas

A. Profecías que habrían sido falsas. (Primeros Escritos, p. 75, edición en inglés.)

B. Profetizó que ella estaría viva cuando Jesús regrese. (Primeros Escritos, p. 15-16)

C. Profetizó que Inglaterra declararía la guerra a los Estados Unidos durante la guerra de secesión, lo que no sucedió. (Testimonios para la Iglesia, t.1, p. 259.)

D. rofetizó que la guerra de secesión americana (1861 - 1865) era una señal de la pronta venida de Cristo. (Testimonio para la iglesia, t. 1. 260).

E. Profetizó en los años 50 del siglo XIX, que Cristo regresaría en "unos pocos meses". (Primeros Escritos, p. 58,64,67).

F. Profetizó que los adventistas que vivieran en 1856 estarían vivos para la segunda venida de Cristo. (1 Testimonio, p. 1331-132).

G. Profetizó que Cristo regresaría antes de que fuera abolida la esclavitud en Estados Unidos (Primeros Escritos, p. 35,276), lo que sucedió en 1863.

2. Conceptos científicos supuestamente disparatados e incluso gravemente inmorales.

A. Afirmó que algunas razas eran fruto de las relaciones sexuales entre animales y hombres (Spiritual Gifts, vol. 3, p. 64, 75; The Visions of Mrs. E.G. White, p. 103).

B. Afirmó que el profeta Enoc habitó en Júpiter o Saturno, junto con otros seres (Early Writing, pp. 39, 40).

C. Afirmó que tenemos órganos animales en el cerebro y que el utilizar peluca provocaba la pérdida de la salud mental. (The Heath Reformer, 1 de Octubre 1871; The Second Advent Review and Sabbath Herald, 17 de Octubre 1871).

3. Ellen White enseño como inspiradas por Dios afirmaciones que se contradicen con la escritura.

A. Afirmó que la torre de Babel fue construida antes del Diluvio (Spiritual Gifts, vol. 3, p. 301, edición de 1854) en contra de Génesis 11.

B. Afirmó que Dios había enviado un ángel para conservar con Caín (Spiritual Gift, vol. 3, p. 48-49, edición 1864) en contra de Génesis 4:6-7.

C. Afirmó que el sello de Dios es el Sábado (Testimonies for the Church, vol. 8, p. 117; The Great Controversy, p. 640) en lugar del Espíritu Santo

(Efesios 1:13, 14; 4:30; 2 Corintios 1: 21-22).

D. Afirmó que la expiación realizada por Cristo no fue concluida en la cruz (The Great Controversy, p. 422, 623; Testimonies for the Church, vo. 1, p. 58) en contra de lo séñalado en la Biblia (Hebreos 9: 26; 10:12; Juan 19:30).

F. Afirmó que podemos lograr mediante nuestro esfuerzo la impecabilidad absoluta (Seventh-day Adventis BibleCommentary, vol. 6, p. 1118) en contra de lo establecido en la Escritura (1 Juan 1: 8-10).

G. Afirmó que Cristo solo intercede ante Dios por los que son adventistas (Early Writings, p. 261) en contra de lo establecido en las Escrituras (Juan 17:20; 1 Juan 4:7; 5:1; etc).

H. Afirmó que en los últimos días la gente debe abandonar las iglesias y unirse al adventismo para ser salva (Early Writings, p. 261).

I. Afirmó que la salvación derivaba de las buenas obras y no de la gracia de Dios (The Great Controversy, p. 480-482; Selected Messages, v.1, p. 377: Idem, vol. 3, p. 147)en contra de la Escritura (Romanos 3:24, 28; Efesios 2: 8,9; Tito 3: 5-7).

J. Afirmó que había escuchado el día y la hora de la Segunda Venida (Early Writings, p. 15; Selected Messages, vol. 1, p. 76; The Great Controversy, p. 640; Testimonies for the Church, vol. 1, p. 59) en contra de lo enseñado por Jesús en Hechos 1:7.

K. Afirmó que hasta el 22 de octubre de 1844, Jesús no ascendió a la diestra de Dios (The Great, p. 480) en contra de lo establecido en la Biblia (Hebreos 1:3, 13; 10: 11,12; Apocalipsis 3:21; Hechos 7: 55,56).

L. Afirmó que Satanás llevará los pecados de la humanidad (The Great Controversy, p. 422, 485; Testimonies for the Church, vol. 5, p. 475) en contra de la escritura, que señala que fue Cristo (1 Pedro 2:24; Juan 1:29).
 

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ELENA DE WHITE LA FALSA PROFETISA


Según la enseñanza oficial de los Adventistas del Séptimo Día que se publica en la revista oficial The Adventist Review, Elena de White ES LA CLAVE para el entendimiento correcto de la Biblia:

Hoy la gente dice: solamente la Biblia, pero esto engaña. La Biblia tiene que ser interpretada por el profeta de Dios Elena de White (The Adventist Review, 24 junio 1982, pág. 15 bajo el título All Things Through Christ -Todas las Cosas por Medio de Cristo-).

Elena de White es la intérprete infalible de la Biblia y la corte final de apelación para la gente de Dios (The Adventist Review, 3 junio 1971, pp. 4-6, en el artículo titulado: Source of Final Appeal (La Fuente de Apelación Final). Vea también el libro: The Mark of the Beast, La Marca de la Bestia por G. A. Irwin, 1926, p. 1).

Elena de White hizo unas profecías que se han cumplido y otras que están esperando su cumplimiento (Seventh-Day Adventist, a Biblical Exposition of 27 Fundamental Doctrines por la Conferencia General de los Adventistas, Asociación Ministerial Washington, D.C.). "El Señor le dio consejos sobre la salud, la educación, la vida familiar, la dieta, la medicina, y la evangelización..." (p. 226). Su papel principal era guiar el entendimiento de la Biblia y confirmar las conclusiones que se derivan del estudio bíblico (p. 227).

La Asociación (Conferencia) General, sede mundial de los adventistas en Washington, D.C., dice que: debemos examinar y comprobar todas sus palabras para verificar si era o no profetisa de Dios (p. 228).

El libro de Elena de White, Consejos sobre mayordomía cristiana: Es un amplio conjunto de instrucciones... procedentes del espíritu de profecía...(Consejos, p. 5).

Los editores, bajo la dirección oficial, hablan de los cinco tomos mencionados: Dicen del tomo IV que es un libro inspirado (White, IV, 6). Sobre el primer tomo dicen que la obra arroja luz. En el tomo V ellos llaman a Elena de White una profeta. Por lo menos que sepa este autor, el adventismo no ha ido en contra de alguna enseñanza de Elena.

Por definición, un profeta habla las palabras de Dios, a menos que sea un profeta falso.

Se vio a sí misma como profetisa:

El señor me ha hablado con respecto al pago de los diezmos... Él ha dicho: Traed todos los diezmos... Muy recientemente se me ha dado luz directa de parte del Señor... (Consejos, p. 88).

Me ha sido dado un mensaje claro y bien definido para nuestro pueblo (Consejos, p. 107).

Se me mostró que el ángel registrador anota fielmente... (Consejos, p. 206).

En una visión nocturna Dios me instruyó para que dijera a su pueblo... (Consejos, p. 256). En una visión nocturna hace poco... (p. 295).

Sabemos que un profeta es falso si tiene la presunción de hablar en el nombre de Dios y LAS COSAS NO SUCEDEN, como dice (Dt. 18, 20-22).

Pruebas en su contra:

Si el adventista te dice que lo siguiente no se tiene que tomar como revelación, podemos preguntarle cómo podemos entonces distinguir entre las obras de White que son reveladas y las que no lo son.

-Elena de White, citando Apocalipsis 12, 17 dijo: Algunos de los que viven hoy en la tierra verán cumplirse estas palabras (White, II, 444). ¿Existen adventistas que tengan más de 133 años para que se pueda cumplir esta profecía?

-Otra falsa profecía: A fin de obtener popularidad y apoyo, los legisladores cederán a la demanda por las leyes dominicales (White, II, 444). Y otra: En los movimientos que se realizan actualmente en los Estados Unidos de Norteamérica para asegurar el apoyo del estado a las instituciones y prácticas de la iglesia, los protestantes están siguiendo las huellas de los papistas. Más aún están abriendo la puerta para que el papado recobre en la América protestante la supremacía que perdió en el Viejo Mundo. Y lo que da más significado a ésta ...es imponer la observancia de domingo (White, V, 630. Vea también III, 778). Pero el hecho actual es todo lo contrario. La idea de que el domingo es un día sagrado ha estado disminuyendo. Casi nadie en los EE.UU. lo aparta como día especial excepto como día de descanso en algunos sectores, y no por motivos religiosos. Y aun esto está desapareciendo por razones económicas. Tampoco el Papa está recobrando su poder en los EE.UU. con la observancia del domingo, como profetizó Elena.

-Se está acercando rápidamente el momento en que acabará la tolerancia de Dios... Está muy cerca el momento... Se está retirando el Espíritu Santo... pronto ha de estallar... pronto han de suceder... La hora del juicio ha llegado... En estas horas finales... estamos a punto de ver el cumplimiento... pronto aparecerá nuestro Salvador... Pronto habrá terminado la batalla y se habrá ganado la victoria (White, II, págs. 206, 207, 461, 528, 540). ¡Hermana Elena, todavía estamos esperando!

-En un llamamiento hecho por la Sra. White desde Europa, en 1886 ella escribió: Dentro de poco los vivos y los muertos serán juzgados... (Consejos, 43).

-En 1889, Elena escribió: Sólo un poquito más de tiempo antes de que Jesús venga... (Consejos, p. 365). Y muchos le creyeron: ""Hay hombres y mujeres pobres que me escriben pidiendo consejo en cuanto a si deben vender sus casas y dar el dinero a la causa... Ahora es cuando nuestros hermanos debieran estar reduciendo sus propiedades en vez de aumentarlas. Estamos por trasladarnos a una patria mejor, a saber la celestial... Pronto se proclamará el decreto que prohibirá comprar o vender a quien tenga la marca de la bestia.... En el tiempo de angustia, de nada valdrán a los santos las casas ni las tierras..."" (Consejos, p. 63).

¡Pobres adventistas!

-Ella dijo en 1856 que la gente vería las últimas siete plagas y que los vivos verían la segunda venida de Jesús. (Testimonies, Vol. 1, Pacific Press Publishing Asoc., 1948, p. 131-132.).

-En 1844 dijo a los adventistas que no tuvieran niños y que el esposo no viviera con su esposa porque Cristo venía pronto. Eso causó muchos divorcios. (White Estate Manuscrito No. 34, 1885).

Recordamos lo que dice Dt. 18, 20-22 sobre los falsos profetas. Elena cabe perfectamente dentro de esta categoría. Habló en el nombre de Dios y profetizó algo que no sucedió.

En octubre de este mismo año (1844) ella enseñó según una visión que había tenido, que el cielo estaba cerrado y que nadie más podía aceptar a Cristo ni entrar en el cielo hasta que Cristo viniera de nuevo. De hecho, también ella tuvo una visión en la que se le reveló que era inútil orar por otra persona para ayudarle después de que Cristo hubiera cerrado el cielo.

Hay adventistas que niegan que ella haya dicho lo anterior. Otros adventistas admiten que lo dijo pero agregan que ha sido malinterpretada. Pero no hay duda de que ella lo dijo. La Biblia condena a un profeta porque interpreta sus propias visiones, ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada (2 Pe 1, 20). Pero Elena sí interpretó sus "revelaciones". Y si el adventista razona que sus profecías no eran profecías bíblicas, entonces son falsas por completo. En contradicción con la Biblia.

Un profeta no contradice a la Biblia. Esta regla bíblica la confirmó incluso la Conferencia General de los adventistas (págs. 224-225).

-Elena de White dijo que la sangre de Cristo NO BORRA nuestros pecados: (White, I, 371-372).Pero la Biblia dice que la sangre de Cristo nos limpia y borra todo en 1 Jn 1,7, Ap 5,9; Mt 26,28, E 1, 7;2,13; Rm 5,9; Col 1,20, etcétera.

-Ella dijo que el rescate de Dios no fue cumplido en la cruz. En el nuevo pacto, los pecados de los que se arrepienten son puestos por fe sobre Cristo, y transferidos, de hecho, al santuario celestial...la purificación real de lo celestial debe efectuarse quitando o borrando los pecados registrados en el cielo. Pero antes de que esto pueda cumplirse deben examinarse los registros para determinar quiénes... tienen derecho a los beneficios de la expiación cumplida por él... En 1844, Cristo entró entonces en el lugar santísimo del santuario celestial para cumplir la obra final de la expiación... Cuando Cristo, en virtud de su propia sangre, quite del santuario celestial los pecados de su pueblo al fin de su ministerio... (White, V, 474-475) ¡Cristo tardó 18 siglos para empezar la obra expiatoria de la cruz! La obra del juicio que empezó en 1844 debe proseguirse hasta que sean juzgadas las causas de todos de los hombres, tanto de los vivos como de los muertos (White, V, 488-89. Énfasis mío)(2). ("Enfoque", octubre de 1988, p. 17).

Contradice la Biblia en Rm 5, 10-11; Ef 1,7; Col. 1, 14; Heb 9, 12-15. La creencia que Cristo se trasladó de un lugar en el cielo a otro contradice Hch 2, 32-36; 1 Cor 15, 25-27; Ef 1, 26-27; Heb 8, 1.

La Biblia enseña que Jesús penetró en el santuario celestial al ascender al cielo y no en el año 1844 (Heb 6, 19-20; 8, 1-2 y 9, 23-26). La expiación no es continua sino una vez (Heb 10, 10-14; 9, 11-12).

"Muchos han llegado a negar doctrinas que son las mismas columnas de la fe cristiana... La caída; la expiación..." (White, II, 461).

¡Exactamente Elena!

Elena escribió que el Señor no nos ama si pecamos. Dios ama solamente a los niños buenos. Él no ama a los niños malos (Carta de Elena White a su hijo Willie, 14 marzo, 1860).

-El Espíritu de Dios se está retirando de la tierra (White, III, 590). ¿Cómo puede ser esto si el Espíritu Santo es el espíritu de Jesucristo y su representante en la tierra? Cristo dijo que estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mat 28,20).

"Los que se apartan de la clara enseñanza de las Escrituras... están invitando el dominio de los demonios" (White, III, 223). ¡Qué más decir!

Las personas que desean sinceramente hacer lo recto son inducidos a escudriñar diligentemente las Escrituras... comparar con la Palabra de Dios los mensajes que se les dan... Los que buscan sinceramente la verdad harán una investigación cuidadosa, a la luz de la Palabra de Dios, de las doctrinas que se les presentan (White, IV,188-189). ¡Muy bien! ¡Adelante hermano(a) adventista! Las mentiras de la profetisa

Los profetas tienen normas éticas y morales. Aunque fracasan (como el rey David) Dios los corrige. No fue así con Elena de White.

-Muchísimos de sus escritos son COPIAS de otros libros. La Conferencia General admite que 50% del Tomo V, El Conflicto de los Siglos, fue plagiado de otros escritos. Su libro más importante también es un plagio(3). ¡Incluyendo muchas de sus visiones! Muchas de sus obras ni siquiera fueran escritas por ella sino por miembros de su familia. El señor Robert Olson, la cabeza de The White Estate (el lugar donde la Iglesia Adventista guarda las obras de la Sra. White en Washington), admitió este hecho. ¡Elena de White aún copió de José Smith, fundador de los mormones! Un libro de ella fue escrito después de su muerte. (One Hundred and One Questions on the Sanctuary and on Ellen White, Washington, D.C. Ellen G. White Estate,1981).

-Elena mintió. Ella negó que copió de otras personas. Ella dijo que todo lo que escribió vino directamente de Dios. Las palabras son mías pero las ideas son de Dios (Testimony, No. 31, p. 63. Testimony No. 33, p. 189. Selected Messages, Book 1, p. 37).

-Elena de White le dijo a su hijo que no dijera a nadie que ella copiaba (The Adventist Review, 23 febrero, 1984, p. 5 en el artículo Sources of the Great Controversy. Fuentes para El Conflicto de los Siglos).

-Ella admitió que comió carne de cerdo hasta el año 1890 mientras regañaba a miembros de la iglesia por comerla. (De una Conferencia en Worker’s Meeting en California 13 enero 1981 por el secretario del White Estate Mr. Graybill).

-Ella vino de un pueblo de pescadores, que se encuentra en Maine, al noreste de los EE.UU.. En 1882 Elena escribió a su hijo que la enviara latas de ostras y mariscos, mientras seguía castigando a todo el mundo por comer mariscos (Carta de Ellen White a su nuera María, (esposa de Willie) en 1882. ¡Cuánto se gasta en comida, y a menudo en cosas que tan sólo constituyen una complacencia perjudicial! ¡Cuánto se gasta en regalos que no benefician a nadie! (Consejos, p. 309, bajo el título: Siguiendo las sugerencias de Satanás).

¿Estabas haciendo esto hermana White?

"Dios quiere que aprendamos también cuán profundo es su aborrecimiento y desprecio de toda hipocresía y engaño.... El mismo Dios que los castigó condena hoy toda mentira .... Aferrémonos a la veracidad con mano firme" (White, IV, 62).

-La hermana White dijo que uno tiene que dar el diezmo al Señor antes de dar comida y mantener otros deberes hacia sus hijos (Consejos, p. 99).

-Elena de White escribe que LA ÚNICA MANERA posible como podemos manifestar nuestra gratitud y nuestro amor a Dios es ¡pagar el diezmo! (Consejos, p. 21).

Sin embargo no todo lo que Elena de White escribió era malo. A veces dijo cosas buenas sobre la fe cristiana. Pero después de todo queda la pregunta, ¿Si Elena de White era una profetisa falsa, por qué tener que seguir sus enseñanzas? (ver Jeremías 23, 30-32).

Hermano mío:

¿Porque sigues las enseñanzas de alguien que evidentemente mintió en tantas ocasiones?

Es evidente que los sentimientos no tienen relación directa con el amor. El amor es una decisión, no es sentir bonito.

Solo Dios sabe cuales fueron sus razones; yo te pido que revises las tuyas.

Si tu desprecias a tus hermanos por sus creencias ¡Estas Mal!

Si realmente quieres ser imagen de Dios, debes ser como Él; odiar el pecado pero amar al pecador. Pedir por él y por su salvación.
 

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Re: El adventismo y su herejia de la "puerta cerrada"

Estimado et. Saludos cordiales.

Fíjate que llegastes atrasado con tus comentarios y acusaciones, otros que te antecedieron salieron bramando insultos derivados de su rabia, cuando comprobaron que las declaraciones en contra de la mensajera del Señor fueron refutados sin apelación; veamos un caso del que traes, y del que no tienes conocimiento:

"-Elena de White, citando Apocalipsis 12, 17 dijo: Algunos de los que viven hoy en la tierra verán cumplirse estas palabras (White, II, 444). ¿Existen adventistas que tengan más de 133 años para que se pueda cumplir esta profecía? "

Mi respuesta será breve y al punto:

Daniel 12:2 y Apoc. 1:7.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: El adventismo y su herejia de la "puerta cerrada"

Estimados foristas,

Ya que "gabriel47" se hace el loco, ¿algún otro ASD quiere comentar punto por punto?

Es obvio que no tienes conocimiento alguno de la historia de tu Iglesia. Veamos lo que pasó:

Octubre 1844: Los Mileritas sufren otro chasco.

Después de este chasco, el grupo de Mileritas comenzó a dividirse y la mayoría adoptó la creencia de que el cumplimiento de la profecía estaba en el futuro, otros creyeron en un regreso "espiritual" de Jesús y una pequeña manada siguió confiando en la fecha.

Noviembre 1844: William Miller creía que la puerta de gracia se había cerrado:

"Hemos hecho nuestra obra de advertencia a los pecadores, y en tratar de despertar a la iglesia formal. Dios, en su providencia ha cerrado la puerta; sólo podemos alentarnos unos a otros para que seamos pacientes y diligentes en hacer de nuestro llamado y elección algo seguro. Estamos viviendo ahora en el tiempo indicado por Malaquías 3:18, también Daniel 12:10, Apocalipsis 22:10-12. En este pasaje no podemos sino ver que un poco antes del regreso de Cristo, habrá una separación entre el justo y el injusto, el recto y el impío, entre quienes aman su venida y quienes la odian. -Carta de Guillermo Miller del 18 de noviembre de 1844, citada en The Advent Herald [El heraldo adventista], 11 de diciembre de 1844, p. 142

Noviembre 1844: Elena Harmon también creía en la puerta cerrada:

"Por un tiempo después del chasco de 1844, sostuve junto con el conjunto de adventistas que la puerta de la gracia quedó entonces cerrada por siempre para el mundo. -Elena G. de White, Manuscrito 4, 1863; Mensajes selectos, vol. 1, p. 71."

Un tiempo después Elena Harmon abandona esta creencia:

"En el momento en que tuve la visión del clamor de medianoche descarté que fuera en el pasado y pensé que era para el futuro, como la mayoría del grupo lo hizo." -Elena G. de White, Carta 3, 1847, escrito el 13 de julio de 1847 a José Bates.

Diciembre de 1844: Pirmera supuesta visión de EGW:

"En la primera visión de Elena Harmon, se le mostró que la puerta de la misericordia estaba cerrada a causa de (a) aquellos mileritas que negaron que Dios los había guiado en el Movimiento del “Clamor de Medianoche” de 1844, y (b) “todo el mundo malvado” que Dios había rechazado. También se le mostró “los santos vivos, que eran 144.000” que esperaban el regreso de Cristo."

Diciembre 1844: Elena Harmon vuelve a creer en la puerta cerrada:

"Con fecha 30 de mayo de 1847, Jaime White escribió:

Cuando ella recibió su primera visión, en diciembre de 1844, ella y todo el grupo en Pórtland, Maine, (donde residían en ese entonces sus padres) habían abandonado el clamor de medianoche, el error en el cual ella y el grupo de Pórtland había caído. Entonces ella relató su visión al grupo, y unos sesenta confesaron su error y reconocieron que su experiencia con el séptimo mes era la obra de Dios". –Jaime White, A Word to the Little Flock [Una palabra al pequeño rebaño], p. 22.

8 de enero de 1845 –Jaime White creía que la puerta estaba cerrada.

En una carta a Enoc Jacobs, de fecha 8 de enero de 1845 (posiblemente puede que sea 1846), Jaime White declaró:

“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros de la común salud, me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada á los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los cuales desde antes habían estado ordenados para esta condenación, hombres impíos, convirtiendo la gracia de nuestro Dios en disolución, y negando á Dios que solo es el que tiene dominio, y á nuestro Señor Jesucristo” (Judas 3-4). Concluyo que ningún creyente inteligente en la puerta cerrada tiene dudas de la directa aplicación del pasaje de Judas a nosotros, puesto que el clamor de medianoche ha terminado. Así que la exhortación a luchar por la fe entregada a los santos, es sólo para nosotros. –The Day-Star [La estrella matinal], 24 de enero de 1846.

Febrero 1845: Más evidencia que Elena Harmon creía nuevamente en la puerta cerrada:

"La visión sobre la venida del novio, la tuve a mitad de febrero de 1845.
Mientras estaba en Exeter, Maine, reunida con Israel Dammon, Jaime y muchos otros, varios de ellos no creían en la puerta cerrada. Sufrí mucho al comienzo de la reunión. La incredulidad parecía estar sobre todo el grupo.
Había una hermana allí que se decía muy espiritual. Había viajado y actuado como una predicadora poderosa la mayoría del tiempo por unos veinte años. Había sido como una verdadera madre de Israel. Pero se produjo una división en el grupo sobre la puerta cerrada. Ella tenía gran simpatía y no podía creer que la puerta estaba cerrada. (Yo no sabía nada de su diferencia). La hermana Durben se levantó para hablar. Me sentí muy, muy triste.

Finalmente mi alma parecía estar en agonía, y mientras ella hablaba me caí de la silla al piso. Fue entonces que tuve una visión de Jesús elevándose de su trono mediatorio y entrando al santísimo como Novio para recibir su reino. Todos estaban profundamente interesados en la visión. Todos dijeron que era algo enteramente nuevo para ellos. El Señor obró con gran poder para establecer la verdad en forma familiar en nuestros corazones.

La hermana Durben sabía lo que era el poder del Señor porque lo había sentido muchas veces; y poco tiempo después sentí que ella fue golpeada y cayó al suelo clamando a Dios que tuviera misericordia de ella. Cuando salí de la visión, mis oídos recibieron el saludo de la hermana Durben que cantaba y gritaba con voz fuerte.

La mayoría de ellos recibieron la visión y fueron establecidos en la puerta cerrada. Previamente a esto, no había tenido luz sobre la venida del Novio, sino que había esperado que él regresara a esta tierra para librar a su pueblo en el día décimo del séptimo mes. No escuché ningún discurso o palabra en ningún sentido relacionado con el ingreso del Novio al santísimo". –Carta 3, 1847 (a José Bates, 13 de julio de 1847).

Febrero 1845: Elena Harmon comienza a relatar su visión (que incluye la puerta cerrada) a la pequeña manada.

Diciembre 1845: Elena Harmon describe su primera visión al editor del "Day Star" (Enoc Jacobs)

"Era tan imposible que ellos [los que abandonaron su fe en el movimiento de 1844] recobraran el camino y fueran a la ciudad, como todo el mundo impío que Dios había rechazado. Cayeron a todo lo largo del sendero, uno tras otro".

Diciembre 1845: Al igual que Elena Harmon, Eli Curtis cree en la puerta cerrada.

"Frecuentemente escucho de los adventistas populares expresiones de profundo pesar por causa de las divisiones que han roto los grupos de adventistas. Por lo general ellos expresan un fuerte deseo de que regresemos y nos unamos nuevamente con ellos, y que revivamos el primer estado de sentimientos que existía entre nosotros. No dudo ahora de su sinceridad en este punto, porque parece haber gran regocijo entre ellos cuando uno de nosotros regresa con ellos. Pero ¿puede la parte que avanza retroceder, excepto que se vuelvan traidores al Rey Jesús? (Siento que no puedo). Debido a que la cuestión de “la puerta cerrada” dividió a los valientes 10.000, lo pocos 300 han avanzado incluso para realizar el último mandato del Señor. ¿Han avanzado los simbólicos una pulgada desde el 23 de octubre de 1844?

Aunque el hermano Himes predica una puerta abierta, la misma que antes del día décimo del séptimo mes de 1844, sus obras no parecen estar en armonía con su predicación. Poco después de que pasó el día décimo del séptimo mes de 1844, vi al hermano Himes en la oficina en la calle Spruce. Estaba revisando sus antiguas matrices que se habían usado con el propósito de hacer que la visión fuera más clara en tablas, para que pudiera entender el que la leyera (Hab 2:2). Le dije al hermano H., ¿está por trasladarlas a algún otro lugar? Oh no, dijo el hermano H., voy a venderlas, tienen al menos el valor de 11 centavos por el metal antiguo. Yo le dije, pero ¿no las quiere de nuevo? Oh no, dijo el hermano H., no las usaré más." –Eli Curtis, The Day-Star, 6 de diciembre de 1845, p. 38.

El 20 de abril de 1846, Otis Nichols le escribió a Guillermo Miller y trató de persuadirlo de que Elena Harmon era una profetiza:

"Su mensaje fue siempre asistido con el Espíritu Santo, y dondequiera se recibía como proveniente del Señor, quebrantaba y derretía los corazones como si fueran niños pequeños, alimentó, confortó, fortaleció al débil y los alentó a permanecer en la fe y en el movimiento del séptimo mes; y que nuestra obra en la iglesia nominal y el mundo estaba hecha y lo que quedaba por hacer era para los de la fe. Quienes rechazaron su mensaje pronto volvían al mundo y a la fe nominal, y quienes no recibían su testimonio como proveniente del Señor y posteriormente lo negaban, llamándolo mesmerismo o una cosa impura, son aquellos que son abandonados a los fuertes engaños y obras de Satanás –un barco sin un timón o ancla y llevados por todo viento, haciendo que se hable mal del camino de la verdad…"

En resumen:

Octubre 1844: Elena Harmon cree que la puerta de gracia se había cerrado el 22 de octubre.

Noviembre 1844: Elena Harmon abandona la creencia de la puerta cerrada.

Diciembre 1844: Elena Harmon recibe una visión y vuelve a creer que la puerta de gracia se había cerrado el 22 de octubre.

1845-1850 (?) Al igual que Eli Curtis, Elena predica la puerta cerrada.

Ahora viene lo interesante:

En algún momento entre 1845 y 1847, Eli Curtis abandona la doctrina de la "puerta cerrada" y EGW lo amonesta:

Lee "A Word to the little flock" que fue publicado en el 1847. Ahí podrás leer la visión en su forma original y una carta dirigida a su "cuate" Eli Curtis donde expone todos los puntos en que discrepaban. Es más, en esa carta veras que para esa fecha Eli Curtis no creía en la puerta cerrada pues EGW le dijo:

"Usted piensa que aquellos que adoraron ante los pies de los santos (Apo 3:9) serán finalmente salvos. Aquí debo diferir con usted, porque Dios me mostró que esta clase eran profesos adventistas, que han caído, y que “crucificaron a sí mismos al Hijo de Dios nuevamente, y lo afrentaron”. Y en la “hora de la tentación”, que aún está por venir, para develar el verdadero carácter de cada uno, sabrán que están perdidos por siempre; y abrumados con angustia de espíritu, se arrodillarán ante los pies de los santos.

También piensa, que Miguel se levantó y que el tiempo de angustia comenzó en la primavera de 1844.

El Señor me mostró en visión, que Jesús se levantó y que cerró la puerta e ingresó al Lugar Santísimo en el séptimo mes de 1844; pero que Miguel esté de pie (Dan 12:1) para librar a su pueblo, está en el futuro.

Esto no ocurrirá hasta que Jesús termine su oficio de sacerdote en el santuario celestial, y deje de lado sus vestimentas sacerdotales, y se coloque sus vestiduras y corona regias, para viajar en la carroza de nubes a “trillar los paganos con ira” y librar a su pueblo. –Elena G. de White, Carta 1 de 1847, p. 2; A Word to the Little Flock, p. 12.

Por enésima vez: Jaque mate, sectario.
 
Re: El adventismo y su herejia de la "puerta cerrada"

Estimado ernesto gil. Saludos cordiales.

Todos ven que te quedas callado a las preguntas que te formulo como estas:
¿Encontraste lo que escribió Ely Curtis, alterando las declaraciones de Ellen White, tal como tú lo has hecho, y no sólo de ella sino de otros foristas, e incluso de la Biblia?

"Toda palabra de Dios es limpia; es escudo a los que en él esperan.
No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso." Proverbios 30:5-6

Queda establecido entonces que Ellen White no ha podido ser refutado por tu obtinado proceder en su contra, ella nos dice a través de sus escritos:

"Hay otro hecho que se debiera presentar aquí. No soy responsable por todo lo que se ha impreso pretendiendo que procedía de mí. Por el tiempo cuando se publicaron por primera vez mis primeras visiones, aparecieron varios artículos que se pretendía que habían sido escritos por mí para relatar lo que el Señor me había mostrado, pero que sancionaban doctrinas que yo no creía. Los tales fueron publicados en una revista editada por un Sr. Curtis. No estoy segura del nombre de la revista. En los años de preocupaciones y trabajos que han pasado desde entonces he olvidado algunos de estos detalles de menor importancia, pero todavía resaltan en mi mente los puntos principales.

Ese hombre tomó artículos que yo había escrito y completamente los transformo y distorsionó, entresacando una frase aquí y otra allí, sin su contexto, y luego, después de haber insertado sus propias ideas, les añadió mi nombre como si vinieran directamente de mí.

Al ver esos artículos, le escribimos expresando nuestra sorpresa y desaprobación y le prohibimos que así tergiversara mis testimonios. Contestó que publicaría lo que le placiera, que él sabía que las visiones debían decir lo que el había publicado, y que si yo las hubiera escrito como el Señor me las había dado, ellas habrían dicho esas cosas. Declaró que si las visiones habían sido dadas para el beneficio de la iglesia, tenía derecho a usarlas como le placiera.

Quizá existan todavía algunas de esas hojas, y podrían ser presentadas como provenientes de mí, pero no soy responsable por ellas. Los artículos presentados en Early Writings ciertamente pasaron bajo mis ojos; y puesto que la edición de Experience and Views, publicada en 1851, fue la primera que poseímos, y como no teníamos conocimiento de ninguna cosa adicional en revistas o folletos anteriores, no soy responsable por las omisiones que se dice que existen.

La primera omisión

La primera cita mencionada por C es de un folleto de 24 páginas publicado en 1847, titulado A Word to the Little Flock (Un mensaje para la pequeña grey). Aquí están las líneas omitidas en Experience and Views:

"Era tan imposible que ellos [los que abandonaron su fe en el movimiento de 1844] recobraran el camino y fueran a la ciudad, como todo el mundo impío que Dios había rechazado. Cayeron a todo lo largo del sendero, uno tras otro".

Daré todo el contexto, para que se pueda ver claramente la plena fuerza de las expresiones:

"Mientras orábamos en el altar familiar, descendió sobre mí el Espíritu Santo y me pareció ser levantada cada vez más arriba, muy por encima del oscuro mundo. Me volví para buscar al pueblo adventista en el mundo, pero no lo hallé en parte alguna, y entonces una voz me dijo: 'Vuelve a mirar un poco más arriba'. Alcé los ojos, y vi un sendero recto y angosto trazado muy por encima del mundo. El pueblo adventista andaba por ese sendero en dirección a la ciudad que se veía en su último extremo. En el comienzo del sendero, detrás de los que ya andaban, había una brillante luz, que, según me dijo un ángel, era el 'clamor de media noche'. Esta luz brillaba a todo lo largo del sendero, para que no tropezaran. Delante de ellos iba Jesús guiándolos hacia la ciudad, y si no apartaban los ojos de él, iban seguros. Pero no tardaron algunos en cansarse, diciendo que la ciudad estaba todavía muy lejos, y que contaban con haber llegado más pronto a ella. Entonces Jesús los alentaba levantando su glorioso brazo derecho, del cual provenía una luz que ondeaba sobre la hueste adventista, y exclamaban: '¡Aleluya!'. Otros negaron temerariamente la luz que brillaba tras ellos, diciendo que no era Dios quien los había guiado hasta allí. Pero entonces se extinguió para ellos la luz que estaba detrás y dejó sus pies en tinieblas, de modo que tropezaron y, perdiendo de vista el blanco y a Jesús, cayeron fuera del sendero abajo, en el mundo sombrío y perverso".

Ahora sigue el pasaje que se dice que estaba en la obra original, pero que no se encuentra en Experience and Views ni en Early Writings:

"Era tan imposible que ellos [los que abandonaron su fe en el movimiento de 1844] recobraran el camino y fueran a la ciudad, como todo el mundo impío que Dios había rechazado. Cayeron a todo lo largo del sendero, uno tras otro".

Definición de "la puerta cerrada"

Se pretende que esas expresiones demuestran la doctrina de la puerta cerrada, y que ésa es la razón para su omisión en ediciones posteriores. Pero en realidad sólo enseñan lo que ha sido sostenido por nosotros como pueblo, y todavía lo es, como lo demostraré.

Por un tiempo después del chasco de 1844, sostuve junto con el conjunto de adventistas que la puerta de la gracia quedó entonces cerrada para siempre para el mundo. Tomé esa posición antes de que se me diera mi primera visión. Fue la luz que me dio Dios la que corrigió nuestro error y nos capacitó para ver la verdadera situación.

Todavía creo en la teoría de la puerta cerrada, pero no en el sentido en que se empleó el término al principio o en el que es empleado por mis oponentes.

Hubo una puerta cerrada en los días de Noé. Entonces fue retirado el Espíritu de Dios de la raza pecaminosa que pereció en las aguas del diluvio. Dios mismo dio a Noé el mensaje de la puerta cerrada:

"No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años" (Gén. 6: 3).

Hubo una puerta cerrada en los días de Abrahán.

La misericordia dejó de interceder por los habitantes de Sodoma, y todos, con excepción de Lot, su esposa y dos hijas, fueron consumidos por el fuego que descendió del cielo.

Hubo una puerta cerrada en los días de Cristo. El Hijo de Dios declaró a los judíos incrédulos de esa generación: "Vuestra casa os es dejada desierta" (Mat. 23: 38).

Mirando hacia la corriente del tiempo en los últimos días, el mismo poder infinito proclamó mediante Juan:

"Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre" (Apoc. 3: 7).

Se me mostró en visión, y todavía lo creo, que hubo una puerta cerrada en 1844. Todos los que vieron la luz de los mensajes del primero y segundo ángeles y rechazaron esa luz, fueron dejados en tinieblas. Y los que la aceptaron y recibieron el Espíritu Santo que acompañó a la proclamación del mensaje celestial, y que después renunciaron a su fe y declararon que su experiencia había sido un engaño, de ese modo rechazaron al Espíritu de Dios, y éste no intercedió más por ellos.

Los que no vieron la luz, no fueron culpables de rechazarla. Los únicos a los cuales el Espíritu de Dios no podía alcanzar eran los que habían despreciado la luz celestial. Y en esa clase estaban incluidos, como lo he dicho, tanto los que rehusaron aceptar el mensaje cuando les fue presentado, como los que, habiéndolo recibido, después renunciaron a su fe. Estos podrían tener una forma de piedad y profesar ser seguidores de Cristo. Pero no teniendo una comunicación viviente con Dios, eran llevados cautivos por los engaños de Satanás. Se presentan esas dos clases en la visión los que declararon que era un engaño la luz que habían seguido, y los impíos del mundo que, habiendo rechazado la luz, habían sido rechazados por Dios. No se hace referencia a los que no habían visto la luz y, por lo tanto, no eran culpables de su rechazo.

Para probar que yo creía y enseñaba la doctrina de la puerta cerrada, el Sr. C presenta una cita de la Review del 11 de junio de 1861, firmada por nueve de nuestros miembros importantes. La cita dice así:

"Nuestros conceptos de la obra que nos correspondía eran entonces mayormente vagos e indefinidos; algunos se aferraban todavía a la idea aceptada por el conjunto de creyentes adventistas de 1844, a cuya cabeza estaba Guillermo Miller, de que nuestra obra para 'el mundo' había terminado y que el mensaje se restringía a aquellos de la fe adventista original. Tan firmemente se creía esto que casi se le rehusó el mensaje a uno de los nuestros, pues el que sostenía esto tenía dudas de la posibilidad de la salvación de aquél porque no había estado en 'el movimiento de 1844'".

Sólo necesito añadir a esto que en la misma reunión en que se insistió que el mensaje no podía ser dado a ese hermano, mediante una visión se me dio un testimonio para animarlo a confiar en Dios y dar su corazón plenamente a Jesús, lo que él hizo entonces y allí mismo.

Una conjetura irrazonable

En otro pasaje del libro A Word to the Little Flock (Un mensaje a la pequeña grey), hablo de escenas de la "tierra nueva y declaro que allí vi a santos de la antigüedad: Abrahán, Isaac, Jacob, Noé, Daniel y muchos como ellos". Porque hablo de haber visto a esos hombres, nuestros oponentes conjeturan que entonces yo creía en la inmortalidad del alma y que habiendo cambiado después mis opiniones sobre este punto, vi necesario suprimir ese pasaje. Están tan lejos de la verdad aquí como en otras conjeturas.

En el año 1844, acepté la doctrina que ahora sostenemos, en cuanto a que el alma no es inmortal, como se puede ver por referencias de Life Sketches (Apuntes biográficos), págs. 170, 171 [edición de 1880. Véase también la edición de 1915, pág. 49; Testimonies, tomo 1, páginas 39, 401, y nunca he defendido otra doctrina, ni verbalmente ni por escrito. Si hubiésemos suprimido ese pasaje debido a su enseñanza de la inmortalidad del alma, hubiéramos encontrado necesario suprimir otros pasajes.

Al relatar mi primera visión, en la página 13 de Early Writings [pág. 17 de la actual edición, que coincide con Primeros escritos], hablo de haber visto a hermanos que poco antes habían dormido en Jesús, y en la página 14 actual edición, págs. 18 y 19 declaro que se me mostró a un gran grupo que había sufrido el martirio por la fe.

La inmortalidad del alma no se enseña más en el pasaje "suprimido" que en los dos últimos citados.

El caso es que, en estas visiones, fui llevada adelante al tiempo cuando los santos resucitados serán reunidos en el reino de Dios. De la misma manera, el juicio, la segunda venida de Cristo, el establecimiento de los santos sobre la tierra nueva han sido presentados delante de mí. ¿Supone alguno que ya han acaecido esas escenas? Mis adversarios muestran el espíritu que los mueve al acusarme así de engaño, basándose en una mera "conjetura".

Una cita equivocada

En esta cita también se encuentran las palabras: "Vi dos largas ramas áureas de las cuales colgaban hilos de plata, y en los hilos había magníficas uvas". Mis oponentes ridiculizan "esa expresión débil y pueril de magníficas uvas que crecen en hilos de plata y estos hilos unidos a ramas áureas".

¿Qué motivo movió al autor mencionado a citar mal mis palabras: Yo no declaré que las uvas crecían en hilos de plata. Lo que contemplé está descrito tal como me pareció a mí. No se ha de suponer que las uvas estaban unidas a hilos de plata o ramas áureas, sino que ésa era la apariencia que presentaban. Expresiones tales son empleadas diariamente por todos en la conversación común. Cuando hablamos de frutos áureos, no se entiende que declaramos que el fruto está compuesto de ese precioso metal, sino simplemente que tiene la apariencia de oro. La misma regla aplicada a mis palabras elimina toda excusa para una falsa interpretación.

El sello de Dios

Otra "supresión" reza así: "Bien, bendito sea el Señor, hermanos y hermanas, es una reunión extraordinaria para los que tienen el sello del Dios viviente".

No hay nada en esto que todavía no sostengamos. El análisis de nuestras obras publicadas mostrará nuestra creencia de que los justos vivos recibirán el sello de Dios antes de la terminación del tiempo de gracia. También que ellos disfrutarán honores especiales en el reino de Dios.

Abandono del sábado

Se dice que el siguiente pasaje ha sido omitido de la visión relatada en las páginas 25 - 28 de Early Writings [corresponde a las páginas 32 - 35 de Primeros escritos]:

"Si alguien creyó en el sábado y lo guardó, y recibió la bendición que lo acompaña, y luego lo abandonó y quebrantó los santos mandamientos, éste se cerrará a sí mismo las puertas de la santa ciudad tan ciertamente como que hay un Dios que rige los cielos en lo alto".

Los que han visto claramente y aceptado plenamente la verdad del cuarto mandamiento, y han recibido la bendición que acompaña a la obediencia, pero que después renunciaron a su fe y se atrevieron a violar la ley de Dios, si persisten en ese sendero de desobediencia, encontrarán las puertas de la ciudad de Dios cerradas frente a ellos.

El tiempo "casi ha terminado"

Una declaración publicada en 1851, en Experience and Views [Experiencia y visiones] y que se encuentra en la página 49 de Early Writings [corresponde a la página 58 de Primeros escritos] se cita para probar que mis testimonios son falsos "Vi que casi ha terminado el tiempo que Jesús debe pasar en el lugar santísimo, y que el tiempo sólo puede durar un poquito más" Tal como el asunto me fue presentado, el período de la ministración de Cristo parecía casi cumplido ¿Se me acusa de falsedad porque el tiempo ha continuado más de lo que mi testimonio parecía indicar? ¿Cómo es el caso en los testimonios de Cristo y sus discípulos? ¿Estaban engañados? Pablo escribió a los corintios:

"Pero esto os digo, hermanos que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen; y los que lloran, como si no llorasen; y los que se alegran, como si no se alegrasen" (1 Cor. 7: 29, 30)

También en su Epístola a los Romanos dice:

"La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz" (Rom. 13: 12).

Y desde Patmos Cristo nos habla mediante el amado Juan :

"Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca" ( Apoc. 1: 3). "El Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. ¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro" (Apoc. 22: 6, 7)

Los ángeles de Dios, en sus mensajes para los hombres, representan el tiempo como muy corto Así me ha sido siempre presentado Es cierto que el tiempo se ha extendido más de lo que esperábamos en los primeros días de este mensaje Nuestro Salvador no apareció tan pronto como lo esperábamos. Pero, ha fallado la palabra del Señor? ¡Nunca! Debiera recordarse que las promesas y amenazas de Dios son igualmente condicionales.

Dios ha confiado a su pueblo una obra que debe efectuarse en la tierra. Había de ser dado el mensaje del tercer ángel, las mentes de los creyentes habían de ser dirigidas al santuario celestial, donde Cristo ha entrado para hacer expiación por su pueblo. La reforma del día de reposo había de ser llevada adelante. Debe ser reparada la brecha en la ley de Dios. El mensaje debe ser proclamado con fuerte pregón para que todos los habitantes de la tierra puedan recibir la amonestación. El pueblo de Dios debe purificar su alma mediante la obediencia a la verdad y estar preparado para encontrarse con él sin falta, en su venida.

Si después del gran chasco de 1844 los adventistas se hubiesen mantenido firmes en su fe, y unidos en la providencia de Dios que abría el camino, hubieran proseguido recibiendo el mensaje del tercer ángel y proclamándolo al mundo con el poder del Espíritu Santo, habrían visto la salvación de Dios y el Señor hubiera obrado poderosamente acompañando sus esfuerzos, se habría completado la obra y Cristo habría venido antes de esto para recibir a su pueblo y darle su recompensa.

Pero muchos de los creyentes adventistas claudicaron en su fe en el período de duda e incertidumbre que siguió al chasco. Se introdujeron disensiones y divisiones. Por escrito y verbalmente, la mayoría se opuso a los pocos que, guiados por la providencia de Dios, recibieron la reforma del día de reposo y comenzaron a proclamar el mensaje del tercer ángel. Muchos que debieran haber dedicado su tiempo y talentos al único propósito de hacer resonar la amonestación por el mundo, quedaron absorbidos en su oposición a la verdad del sábado y, a su vez, el trabajo de sus defensores necesariamente se empleó en contestar a esos oponentes y defender la verdad. Así se estorbó la obra y el mundo fue dejado en tinieblas. Si todo el núcleo de adventistas se hubiera unido en los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, ¡cuán inmensamente diferente habría sido nuestra historia !

No era la voluntad de Dios que se demorara así la venida de Cristo. Dios no tuvo el propósito de que su pueblo, Israel, vagara cuarenta años por el desierto. Prometió guiarlos directamente a la tierra de Canaán, y establecerlos allí como un pueblo santo, lleno de salud y feliz. Pero aquellos a quienes primero se les predicó, no entraron "a causa de incredulidad" (Heb. 3: 19). Sus corazones estuvieron llenos de murmuración, rebelión y odio, y Dios no pudo cumplir su pacto con ellos.

Durante cuarenta años, la incredulidad, la murmuración y la rebelión impidieron la entrada del antiguo Israel en la tierra de Canaán. Los mismos pecados han demorado la entrada del moderno Israel en la Canaán celestial. En ninguno de los dos casos faltaron las promesas de Dios. La incredulidad, la mundanalidad, la falta de consagración y las contiendas entre el profeso pueblo de Dios nos han mantenido en este mundo de pecado y tristeza tantos años.

Hay otros dos pasajes que se dice que se encuentran en mi primer libro pero que no aparecen en mis escritos posteriores. Sólo diré acerca de ellos que cuando pueda obtener un libro donde estén, de modo que pueda estar segura de la exactitud de las citas y pueda verlas por mí misma en su contexto, estaré preparada para hablar con conocimiento acerca de ellos.

Burladores de los últimos días

Desde el comienzo de mi obra, he sido perseguida por el odio, el reproche y la falsedad. Viles imputaciones y calumniosos informes han sido ávidamente reunidos y hechos circular ampliamente por los rebeldes, los formalistas y los fanáticos. Hay ministros de las así llamadas iglesias ortodoxas que viajan de un lugar a otro para hacer guerra contra los adventistas del séptimo día y tienen a la Sra. de White como a su caballo de batalla. Los burladores de los últimos días son conducidos por estos ministros que profesan ser los centinelas de Dios.

Se unen en su obra de atacar a la Sra. de White el mundo incrédulo los ministros de las iglesias caídas y los adventistas del primer día. Esta lucha ha seguido durante casi cuarenta años, pero no me he sentido en libertad de dedicar atención a sus ruines palabras, reproches e insinuaciones. Y no me apartaría ahora de esta costumbre, si no fuera porque algunas almas honradas pueden ser descarriadas por los enemigos de la verdad que tan jactanciosamente me declaran engañadora. Presento estas declaraciones con la esperanza de ayudar a los sinceros.

No espero influir en los que, habiendo visto la luz de la verdad rehusan prestarle atención, los que se han entregado al prejuicio y han parapetado su alma en la incredulidad.

Jesús, la Majestad del cielo que era igual a Dios, estuvo en el mundo 33 años, y sin embargo sólo hubo pocos que reconocieron su carácter divino. Y yo, que soy una criatura humana tan débil, tan indigna y tan frágil, ¿puedo esperar mayor éxito que el que recibió el Salvador del mundo?

Cuando por primera vez me entregué a esta obrar para ir adonde el Señor me ordenara, para hablar los mensajes que me diera para la gente, yo sabía que encontraría oposición, reproche, persecución. No me he chasqueado. Si hubiese dependido del aplauso humano hace mucho que me hubiera desanimado. Pero acudí a Jesús y vi que él, que fue intachable, fue atacado por lenguas calumniosas. Los que pretendían ser muy piadosos, siguieron como espías la conducta del Salvador, e hicieron todo lo que pudieron para obstruir su sendero. Pero aunque él era todopoderoso, no castigó a sus adversarios como merecían sus pecados. Podría haber lanzado contra ellos los proyectiles de su venganza, pero no lo hizo. Les aplicó severísimos reproches por su hipocresía y corrupción, y cuando sus mensajes fueron rechazados y su vida fue amenazada, serenamente fue a otro lugar para hablar las palabras de vida. En mi debilidad, he tratado de seguir el ejemplo de mi Salvador.

Enemistad contra los defensores de la verdad

¡Cuán ávidamente procuraban los fariseos demostrar que Cristo era un engañador! ¡Cómo observaban cada palabra suya procurando torcer y tergiversar todos sus dichos! El orgullo, el prejuicio y la pasión cerraron todos los accesos de su alma contra el testimonio del Hijo de Dios. Cuando claramente reprochó su iniquidad y declaró que sus obras probaban que eran hijos de Satanás, con ira le arrojaron en respuesta la acusación que decía: "¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio?'

Todos los argumentos con que se acosó a Cristo fueron falsos. Así fue en el caso de Esteban y de Pablo. Pero las declaraciones más débiles y más irrazonables presentadas del lado del error tuvieron su influencia porque había muchos cuyo corazón no estaba santificado, que deseaban que esas declaraciones fueran verdaderas. Los tales siempre están ansiosos de aferrarse de cualquier supuesto error o equivocación de los que les presentan la verdad desagradable.

No debiera sorprendernos cuando las malas conjeturas son ávidamente empuñadas como hechos indudables por aquellos que sienten inclinación hacia la falsedad. Los opositores de Cristo fueron vez tras vez confundidos y silenciados por la sabiduría de las palabras de él. Sin embargo, todavía escuchaban ansiosamente cada rumor y buscaban algún pretexto para acosarlo con preguntas contenciosas. Estaban determinados a no abandonar su propósito. Bien sabían que si Jesús continuaba con su obra, muchos creerían en él y los escribas y fariseos perderían su poder sobre el pueblo. Por lo tanto, estuvieron dispuestos a rebajarse hasta emplear cualquier medida vil o despreciable para realizar sus malignas intenciones contra Jesús. Odiaban a los herodianos, y sin embargo se unieron con esos enemigos inveterados a fin de idear algún plan para deshacerse de Cristo.

Tal fue el espíritu con el que hicieron frente al Hijo de Dios aquellos que él vino a salvar. Cualquiera de los que tratan de obedecer a Dios y de llevar al mundo el mensaje de su verdad, ¿puede esperar una recepción más favorable que la que le fue dada a Cristo?

No tengo mala voluntad hacia los que procuran invalidar el mensaje que Dios ha dado para reprochar, advertir y animar a su pueblo. Pero, como embajadora de Cristo, debo levantarme en defensa de la verdad. ¿Quiénes son los que con tanto celo se alistan contra mí? ¿Son los puros y santos hijos de la fe? ¿Han nacido de nuevo? ¿Son participantes de la naturaleza divina? ¿Aman a Jesús y manifiestan su espíritu de mansedumbre y humildad? "Por sus frutos los conoceréis" (Mat. 7: 20). ¿Se asemejan a los primeros discípulos o a aquellos astutos escribas y fariseos que estaban constantemente vigilando para entrampar a Cristo con sus palabras? Notad el astuto proceder de esos antiguos opositores de la fe: cómo los doctores, sacerdotes, escribas y magistrados se combinaban para encontrar algo contra Aquel que era la luz del mundo.

Y ¿por qué estaban tan decididos a condenar a Cristo? No amaban sus doctrinas y preceptos, y estaban molestos porque veían que la atención de la gente se volvía hacia Jesús y se apartaba de sus anteriores dirigentes.

La naturaleza humana es todavía la naturaleza humana. No se engañen a sí mismos con la creencia de que están prestando un servicio a Dios los que tratan de estorbar mi camino y destruir la influencia de mis palabras. Están sirviendo a otro amo, y serán recompensados de acuerdo con su obra.

La rebelión existirá mientras exista Satanás. Los que son movidos por su espíritu, no discernirán el Espíritu de Dios ni escucharán su voz hasta que salga la orden: "El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía" (Apoc. 22: 11). Espero hacer frente a la malignidad de los que desprecian la luz que a Dios le plugo darme.

Suficientes evidencias para los de corazón sincero

El plan de Dios es presentar suficiente evidencia del carácter divino de su obra para convencer a todos los que honradamente desean conocer la verdad. Pero él nunca suprime toda oportunidad de dudar. Todos los que desean dudar y cavilar, encontrarán ocasión de hacerlo.

Compadezco a los que marchan en el sendero de la duda y la incredulidad. Si pudiera, los ayudaría gozosamente, pero la experiencia pasada me da poca esperanza de que jamás vengan a la luz. Ningún acopio de evidencia convencerá a los hombres de la verdad mientras no estén dispuestos a rendir su orgullo, someter su naturaleza carnal y convertirse en alumnos de la escuela de Cristo.

La terquedad y el orgullo de sus propias opiniones inducen a muchos a rechazar la luz del cielo. Se aferran a ideas favoritas, a interpretaciones fantásticas de las Escrituras y a peligrosas herejías. Y si se presenta un testimonio para corregir esos errores, se apartarán descontentos como muchos lo hicieron en los días de Cristo.

No importa cuán impecables sean el carácter y la vida de los que presentan a la gente los mensajes de Dios. Esto no les da autoridad. ¿Y por qué? Porque dicen la verdad a la gente. Este es mi pecado, hermanos. Pero si circula un informe falso, si por alguna inferencia o conjetura, una acusación es lanzada contra el carácter de la embajadora de Cristo, ¡con qué absurda credulidad es recibida! ¡Cuántos están listos para magnificar y propagar la calumnia! Los tales están revelando su carácter verdadero. "El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios" (Juan 8: 47).

La calumnia y el reproche serán la recompensa de los que defiendan la verdad como está en Jesús. "Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución" (2 Tim. 3: 12). Los que dan un franco testimonio contra el pecado, tan ciertamente serán aborrecidos como lo fue el Maestro que les dio esa obra para hacerla en su nombre. Al igual que Cristo, serán llamados enemigos de la iglesia y de la religión, y mientras más fervientes y leales sean sus esfuerzos para honrar a Dios, más amarga será la enemistad de los impíos e hipócritas. Pero no nos debemos desanimar cuando seamos tratados así.

Proseguiré con mi obra

Quizá seamos llamados "faltos de juicio y necios", fanáticos y aun locos. Quizá se diga de nosotros como se dijo de Cristo: "Demonio tiene" (Juan 10: 20). Pero la obra que el Maestro nos ha dado para realizar, es todavía nuestra obra. Debemos dirigir la mente a Jesús sin buscar alabanza u honor de los hombres sino entregándonos a Aquel que juzga rectamente. El sabe cómo ayudar a los que, mientras siguen en las pisadas de Jesús, sufren en cierto grado el reproche que él soportó. Fue tentado en todo como nosotros lo somos, para que supiera socorrer a los que son tentados.

No importa qué interpretación errónea sea dada a mi testimonio por los que profesan justicia, y sin embargo no conocen a Dios, seguiré adelante humildemente con mi obra. Hablaré las palabras que Dios me da para animar, reprochar y advertir. No queda sino un pequeño resto de mi vida en la tierra. Realizaré con fidelidad, por la gracia de Dios, la obra que mi Padre me ha dado, sabiendo que todas mis acciones deben soportar el escudriñamiento de Jehová (Manuscrito 4, 1883).

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo
 
Re: El adventismo y su herejia de la "puerta cerrada"

Todos ven que te quedas callado a las preguntas que te formulo como estas:
¿Encontraste lo que escribió Ely Curtis, alterando las declaraciones de Ellen White, tal como tú lo has hecho, y no sólo de ella sino de otros foristas, e incluso de la Biblia?

Grotesco sectario,

No es que me quede callado. Simplemente veo que rehusas admitir lo que he probado sin duda alguna:

Octubre 1844: Elena Harmon cree que la puerta de gracia se había cerrado el 22 de octubre.

Noviembre 1844: Elena Harmon abandona la creencia de la puerta cerrada.

Diciembre 1844: Elena Harmon recibe una visión y vuelve a creer que la puerta de gracia se había cerrado el 22 de octubre.

1845-1850 (?) Al igual que Eli Curtis, Elena predica la puerta cerrada.

Ahora viene lo interesante:

En algún momento entre 1845 y 1847, Eli Curtis abandona la doctrina de la "puerta cerrada" y EGW lo amonesta:

Lee "A Word to the little flock" que fue publicado en el 1847. Ahí podrás leer la visión en su forma original y una carta dirigida a su "cuate" Eli Curtis donde expone todos los puntos en que discrepaban. Es más, en esa carta veras que para esa fecha Eli Curtis no creía en la puerta cerrada pues EGW le dijo:

"Usted piensa que aquellos que adoraron ante los pies de los santos (Apo 3:9) serán finalmente salvos. Aquí debo diferir con usted, porque Dios me mostró que esta clase eran profesos adventistas, que han caído, y que “crucificaron a sí mismos al Hijo de Dios nuevamente, y lo afrentaron”. Y en la “hora de la tentación”, que aún está por venir, para develar el verdadero carácter de cada uno, sabrán que están perdidos por siempre; y abrumados con angustia de espíritu, se arrodillarán ante los pies de los santos.

También piensa, que Miguel se levantó y que el tiempo de angustia comenzó en la primavera de 1844.

El Señor me mostró en visión, que Jesús se levantó y que cerró la puerta e ingresó al Lugar Santísimo en el séptimo mes de 1844; pero que Miguel esté de pie (Dan 12:1) para librar a su pueblo, está en el futuro.

Esto no ocurrirá hasta que Jesús termine su oficio de sacerdote en el santuario celestial, y deje de lado sus vestimentas sacerdotales, y se coloque sus vestiduras y corona regias, para viajar en la carroza de nubes a “trillar los paganos con ira” y librar a su pueblo. –Elena G. de White, Carta 1 de 1847, p. 2; A Word to the Little Flock, p. 12
.


Por enésima vez: Jaque mate, sectario.



Ya que tú no tienes los pantalones para comentar al respecto, yo contestaré algunos de los puntos que expones:

pitonisa malparida White dijo:
1. Una conjetura irrazonable

En otro pasaje del libro A Word to the Little Flock (Un mensaje a la pequeña grey), hablo de escenas de la "tierra nueva y declaro que allí vi a santos de la antigüedad: Abrahán, Isaac, Jacob, Noé, Daniel y muchos como ellos". Porque hablo de haber visto a esos hombres, nuestros oponentes conjeturan que entonces yo creía en la inmortalidad del alma y que habiendo cambiado después mis opiniones sobre este punto, vi necesario suprimir ese pasaje. Están tan lejos de la verdad aquí como en otras conjeturas.

A ver sectario, ¿dónde, en la visión de EGW aparece "Here we saw good old father Abraham, Isaac, and Jacob, Noah, Daniel, and many like them. And I saw a veil with a heavy fringe of silver, and gold as a border on the bottom."?

pitonisa malparida White dijo:
Una cita equivocada

En esta cita también se encuentran las palabras: "Vi dos largas ramas áureas de las cuales colgaban hilos de plata, y en los hilos había magníficas uvas". Mis oponentes ridiculizan "esa expresión débil y pueril de magníficas uvas que crecen en hilos de plata y estos hilos unidos a ramas áureas".

A ver sectario, ¿dónde, en la visión de EGW aparece lo siguiente?

"It was very beautiful. I asked Jesus what was within the veil. He raised it with his own right arm, and bade me take heed. I saw there a glorious ark, overlaid with pure gold, and it had a glorious border resembling Jesus' crowns. On it were two bright angels; their wings were spread over the ark as they sat on each end, with their faces turned towards each other and looking downward. In the ark, beneath where the angels wings were spread, was a golden pot of Manna of a yellowish cast, and I saw a rod, which Jesus said was Aaron's, I saw it bud, blossom, and bear fruit.--And I saw two long golden rods on which hung silver wires, and on the wires most glorious grapes. One cluster was more than a man here can carry. And I saw Jesus step up and take of the manna, almonds, grapes, and pomegranates, and bear them down to the city, and place them on the supper table. I stepped up to see how much was taken away, and there was just as much left, and we shouted Hallelujah. Amen. "

Espero tus respuestas.
 
Re: El adventismo y su herejia de la "puerta cerrada"

ELG...

¿Porque sigues atacando a Ellen White...? ¿Será porque no puedes refutar nuestras 28 doctrinas basadas NETAMENTE en la biblia...?

Haz caído tan bajo, como el error undído de Martínez Rancaño.