¡Ahí está uno de tus problemas! Piensas que esto es álgebra cuando no hay álgebra alguna que diga que 1 año = 1 día o vice versa. Como bien sabes la formula correcta es 1 año = 365.25 días.
Lo que sí cuadraría es decir "por cada año de rebelión"..."te acostarás un día"; un día por cada año.
También cuadraría decir "por cada día de reconocimiento"... "sufriras un año de castigo"; un año por cada día.
Entonces tenemos que "un día por año" y "un año por día".
¿Acaso me vas a decir que "un día por cada año" es lo mismo que "un año por cada día?
¿Acaso es lo mismo que te paguen un día de compensación por cada año trabajado a que te paguen un año de compensación por cada día trabajado?
¿Acaso es lo mismo que te castiguen con un día de prisión por cada año de evadir impuestos a que te castiguen con un año de prisión por cada día de evadir impuestos?
¡POR FAVOR! ¡REVISA TU ALGEBRA!
No cuadra perfectamente puesto que ni Números ni Ezequiel hablan de dicha conversión. En ambos casos se convierte 1 por 1 y no 1 por 360. Peor aún, para la teoría ASD, en un caso se convierten los días en años y en el otro los años en días. Entonces, "joelice", si aplicamos el mentado "principio" a "timpo, tiempos y la mitad de un tiempo" tendríamos que convertir 3.5 años en 3.5 días y no en 1260 años.
Conclusión: NINGUNO DE LOS TEXTOS QUE LOS ASD SOMETEN COMO PRUBA DE UN SUPUESTO "PRINCIPIO" CONVIERTE UN AÑO EN 360 AÑOS LITERALES.
Otra cosa: Está más que probado que ustedes aplican este supuesto "principio" a conveniencia y antojo pues de lo contrario tendrían que aplicar la conversión en:
1. 70 semanas de años en 490 años que equivalen a 176,400 días o 176,400 años.
2. Apoc. 9:1-5 nos dice que los que no tengan el sello de Dios en sus frentes sufriran (sin morir) por 5 meses ó, según la teoría ASD, por 150 años.
3. Los 1000 años de apocalipsis se convierten en 360,000 años.
¡Ahí está uno de tus problemas! Piensas que esto es álgebra cuando no hay álgebra alguna que diga que 1 año = 1 día o vice versa. Como bien sabes la formula correcta es 1 año = 365.25 días.
Lo que sí cuadraría es decir "por cada año de rebelión"..."te acostarás un día"; un día por cada año.
También cuadraría decir "por cada día de reconocimiento"... "sufriras un año de castigo"; un año por cada día.
Entonces tenemos que "un día por año" y "un año por día".
¿Acaso me vas a decir que "un día por cada año" es lo mismo que "un año por cada día?
¿Que no es algebra? Bueno a mi me enseñaron que 5+6=11 y vicerversa es lo mismo. Fue como en primero o segundo grado. Aqui tenemos no un "principio" sino una "relacion intima entre dias y años. AHy esta la algebra.
Respuesta a tu pregunta: SI
¿Acaso es lo mismo que te paguen un día de compensación por cada año trabajado a que te paguen un año de compensación por cada día trabajado?
¿Acaso es lo mismo que te castiguen con un día de prisión por cada año de evadir impuestos a que te castiguen con un año de prisión por cada día de evadir impuestos?
Ahy esta uno de tus problemas! Tratas de ver las cosas con los ojos humanos, lo cual parece ser muy irracional a primera vista. Lo importante no es el "castigo" o la "paga" sino LA RELACION PROPORCIONAL DE LOS DIAS/AñOS.
¡POR FAVOR! ¡REVISA TU ALGEBRA
Ya la revise y saque A en precalculo!
No cuadra perfectamente puesto que ni Números ni Ezequiel hablan de dicha conversión. En ambos casos se convierte 1 por 1 y no 1 por 360. Peor aún, para la teoría ASD, en un caso se convierten los días en años y en el otro los años en días. Entonces, "joelice", si aplicamos el mentado "principio" a "timpo, tiempos y la mitad de un tiempo" tendríamos que convertir 3.5 años en 3.5 días y no en 1260 años.
Conclusión: NINGUNO DE LOS TEXTOS QUE LOS ASD SOMETEN COMO PRUBA DE UN SUPUESTO "PRINCIPIO" CONVIERTE UN AÑO EN 360 AÑOS LITERALES.
Tuvieras razon a no ser por:
Apoc 13:5 También se le dio boca que hablaba arrogancias y blasfemias, y se le dio autoridad para actuar por cuarenta y dos meses
Apoc. 12:6 La mujer huyó al desierto, donde tenía un lugar preparado por Dios para ser sustentada allí por mil doscientos sesenta días.
Rev 12:14 Pero se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila para que volara de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo
Pero como vemos que habla de un mismo periodo, la "conversion" es necesaria, o ¿no crees q debe ser asi?
Otra cosa: Está más que probado que ustedes aplican este supuesto "principio" a conveniencia y antojo pues de lo contrario tendrían que aplicar la conversión en:
1. 70 semanas de años en 490 años que equivalen a 176,400 días o 176,400 años.
2. Apoc. 9:1-5 nos dice que los que no tengan el sello de Dios en sus frentes sufriran (sin morir) por 5 meses ó, según la teoría ASD, por 150 años.
3. Los 1000 años de apocalipsis se convierten en 360,000 años.
Lee un poco arriba para que veas el porque
Dios lo colme de bendiciones
¿Que no es algebra? Bueno a mi me enseñaron que 5+6=11 y vicerversa es lo mismo. Fue como en primero o segundo grado. Aqui tenemos no un "principio" sino una "relacion intima entre dias y años. AHy esta la algebra.
Respuesta a tu pregunta: SI
Ahy esta uno de tus problemas! Tratas de ver las cosas con los ojos humanos, lo cual parece ser muy irracional a primera vista. Lo importante no es el "castigo" o la "paga" sino LA RELACION PROPORCIONAL DE LOS DIAS/AñOS.
Ya la revise y saque A en precalculo!
Tuvieras razon a no ser por:
Apoc 13:5 También se le dio boca que hablaba arrogancias y blasfemias, y se le dio autoridad para actuar por cuarenta y dos meses
Apoc. 12:6 La mujer huyó al desierto, donde tenía un lugar preparado por Dios para ser sustentada allí por mil doscientos sesenta días.
Rev 12:14 Pero se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila para que volara de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo
Pero como vemos que habla de un mismo periodo, la "conversion" es necesaria, o ¿no crees q debe ser asi?
Lee un poco arriba para que veas el porque
Dios lo colme de bendiciones
Esto lo decías a lo de los tomates y los melones. El "pero" está de más. No son lo mismo y punto, igual que tampoco son lo mismo 50 estafadores y 10 coleccionistas de sellos que 50 coleccionistas de sellos y 10 estafadores, por mucho que todos sean seres humanos. Así que la respuesta sencilla y verdadera es "NO", sin peros, y, por lo tanto, tampoco es lo mismo "un día por un año" que "un año por un día". Ló uno es lo opuesto de lo otro. Tu respuesta es NO.NO son lo mismo (pero caen en el mismo grupo de alimentos que se cosechan en un huerto).
Perdona, pero creo que es más probable que te expresaras mal. Aquilata más tus palabras.Me mal entendiste anteriormente.
No puedes argumentar así, pues no está acreditado que el "principio" día-año sea una "verdad bíblica". Sé que los historicistas quieren imponerla COMO SI LO FUERA, pero, puesto que los no historicistas creemos que la afirmación que hacen los historicistas es falsa, los historicistas no pueden recurrir a jueguecitos en los que por el solo hecho de adjudicarle a su pretensión la etiqueta de "verdad bíblica" se convierta en tal por arte de birlibirloque. El "principio" día-año, "descubierto" en la Edad Media, no es ninguna "verdad bíblica". Y es una pura insensatez citar 1 Cor 1:18 como si condenase a los que no crean en tal "principio" como si este formase parte de la "palabra de la cruz". El apóstol Pablo no habla del "principio" día-año en ningún lugar (y los demás apóstoles tampoco, claro). Usar sus palabras para apuntal algo de lo que él habla es no solo un error metodológico, sino una tergiversación descarada de la Biblia.Lo que quiero decir es que tendemos a mirarlo (las verdades biblicas) con los ojos de vista humanamente y como Dios es un ser infinito no llegamos a conprender todo. Solo necesitamos la luz del E.S. y llegaremos a conclusiones correctas.
NO. Primeramente dejame aclararlo. No es que existe una "regla algebraica" que diga donde aparezca dias ponemos años y viceversa. Es que existe una relacion intima e intercambiable de dias y años. Mas aun, en los libros profeticos o apocalipticos, los cuales contienen variedad de simbolos, no es de extrañar que los dias simbolizen años.
Nunca había encontrado con tanto descaro la equiparación historicista=biblista. Según el DRAE un biblista es una “persona experta en los diversos estudios relativos a la Biblia”. La equiparación, entonces, es irrisoria, porque es obvio que existe una proporción abrumadora de expertos “en los diversos estudios relativos a la Biblia” que no es historicista. No te cuelgues medallas antes de tiempo. Hay muy pocos historicistas que puedan merecer con justicia el calificativo de “biblista” (aunque los hay, igual que hay muchísimos expertos católicos y evangélicos que son biblistas sin ser historicistas).Los historicistas/biblistas se basan en la unica manera que usa la biblia
Para empezar, Daniel no dice nada de “2,300 dias [sic]”. Habla de “2300 tardes y mañanas” (ya tendremos tiempo de hablar de esta interesante expresión), y no, no es lo mismo en absoluto. Lo del desmayo es un viejo cuento adventista, que se usa para afianzar las siguientes dos especulaciones:Conozco a Daniel, el cual predijo los 2,300 dias. Si no lo interpreto por años ¿porque callo enfermo, y sin entendimiento por solo 6.3 años literales??
El “¿Y?”, señor Joelice, es este. En el supuesto caso de que los textos clave del historicismo para “probar” el “principio” día-año se interpreten como profecías, son profecías en las que, como en los demás sitios de la Biblia, NO se usa ese supuesto principio. Ambas representan tiempo perfectamente literal. O sea, ustedes no pueden mostrar ni una sola profecía en la Biblia donde la propia Biblia certifique que se esté usando tiempo NO literal.
O sea, lo que he dicho es cierto. No se conoce ni un solo caso en que algún hebreo haya consignado el cumplimiento del supuesto “principio” día-año. Ni profeta, ni cronista dijo vez alguna tal cosa. Entonces, ¿dónde está el principio?Existe la primera:
Va a producirse tal acontecimiento, que va a durar X días”
Esta no:y que sus contemporáneos o algún cronista dijese “Y, efectivamente, se produjo el acontecimiento anunciado, y duró X años”.
y me cita usted los típicos versículos presentados por Shea en los que aparecen, con el tipo paralelismo hebreo, días y años. Señor Joelice, lo único que muestran esos versículos, NINGUNO DE LOS CUALES ES UNA PROFECÍA, es que los años tienen días. Nada más que eso. ¿Cómo va usted a presentar esos versículos como si Moisés, David u otros pensasen que un año es un día?Relacion? Explicame en los siguientes ejemplos la relacion entre dias y años:
No pone usted ningún ejemplo de ningún contexto en el que sea objetivamente verificable que un pasaje diga “día” pero HAYA que interpretar “año”. A falta de ejemplos, me veo forzado a concluir que NO EXISTE ningún contexto en ningún pasaje de la Biblia en el que esta diga “días” y haya que interpretar algo distinto de “días”.Por su contexto.
Se equivoca porque mi misión no es convencerlo a usted. Mi misión (y lo hago tremendamente bien) es desacreditar el “principio” día-año desenmascarando las falacias historicistas. Yo no necesito escribir un comentario sobre el Apocalipsis para señalar que ver en el a los sarracenos es una estupidez de proporciones inconmensurables. ¿Qué base exegética tienen ustedes, señor mío, para decir que aparecen los sarracenos en el Apocalipsis? ¿Que tenían barba o el pelo largo? Si ese es el criterio, a lo mejor se equivocan ustedes y de quien habla realmente el Apocalipsis es de los hippies de los años sesenta. ¿Qué más? ¿Que tenían muchos caballos? También los tenían los mongoles, y el séptimo de caballería. ¿Que los cascos de sus caballos levantaban mucho polvo? También lo levantan los helicópteros de los marines. ¿Qué forma de leer la Biblia es la suya? ¿Mirar un recorte de periódico y leer en él atolondradamente lo que no pone? Ni una sola de las interpretaciones historicistas se ha cumplido JAMÁS. El cuento de la “caída” del imperio otomano el 11 de agosto de 1840 es una perfecta majadería. No encontrarán ustedes ningún libro de historia ni enciclopedia que hable de semejante embuste. Con las “pruebas” que ustedes presentan para eso, se puede probar cualquier cosa. Por ejemplo, algún majadero podría decir que el poderío de los Estados Unidos se ha hundido irremisiblemente, puesto que Ronald Reagan, antes de morir, padeció Alzheimer.Una cosa es que cuadre, otra es que los elementos de la profecia sean tambien cuadren y se cumplan. Pues si no te gustan nuestras interpretaciones "alocadas" pues da otra mejor y que me convenzca.
pero luego añades, indebidamente, que, aunque sea correcto,es correcto
Eso que añades no tiene ningún sentido, porque la acepción más normal de “hebdómada” lleva implícita la noción de año. No tiene sentido decir que, aunque está claro que las 70 hebdómadas se refieren a años (como suele pasar cuando se habla de hebdómadas), tienen que ser “simbólicas” porque tienen “años envueltos”. Entonces todas las hebdómadas serán igual de simbólicas. Si yo digo que el gobierno de tal o cual país estableció un plan hebdomadario para mejorar los cultivos y que, en la primera hebdómada construyeron varios embalses, es obvio que estoy diciendo que esas obras públicas llevaron siete años. Entonces, como son años, ¿dice usted que ese plan hebdomadario es simbólico? ¿Simbólico de qué? Y esa primera hebdómada, como consta de siete años, es también simbólica. ¿De qué es simbólica?no le quita el hecho de que las 70 semanas sean simbilicas y su interpretacion tenga años envueltos.
Semejante invitación es una infamia, señor. Yo no patrocino obvias perversiones de textos bíblicos, como la representada por la tergiversación del adventista Jack Blanco, que ha publicado una falsa biblia en editoriales adventistas y que es distribuida por librerías adventistas. Le exijo disculpas, señor.muetrame que dice la "Biblia Clear Text con revisiones de Eduardo Martinez (2008) experto en hebreo"
Como yo siglo afirmando que ninguna de las fechas empleadas por los historicistas en su esquema de las setenta semanas es válida, la forma más sencilla que tiene usted para taparme la boca es empezar por el principio.Claro que son validas.
La única "verdad" que el descerebrado troll Gabriel47 ha desvelado en la intervención anterior es que siempre ha habido gente descerebrada. En efecto, esos señores dijeron esas cosas. Dijeron también otras. Por ejemplo, el señor Arnaldo de Villanueva parece haber estado muy interesado en la magia y las artes ocultas. Supongo que esa será otra "gran verdad", ¿no, señor troll? Su deshonestidad no le permitirá contestar con sentido común, igual que carece de razón (definición de "imbécil" según el DRAE) cuando, sin prueba alguna, al espurio "principio" día-año lo llama temerariamente "principio bíblico 'día por año'". ¿Cómo va a ser "bíblico" si no fue sostenido por ningún autor de la Biblia? Tal como ha llegado a admitir (no sin dificultad) hasta Joelice, no se conoce a ningún autor bíblico que haya consignado el cumplimiento de ninguna profecía según ese supuesto "principio", y además sus promotores aplican a pasajes que ellos mismos definen como "apocalípticos" usando como coartada textos de Números y Ezequiel que son de aplicación mutuamente contradictoria, que, según los propios intérpretes historicistas no son en absoluto "apocalípticos" y que, además, sacan de contexto, pues esos pasajes no enseñan ningún "principio" día-año. Enseñan los principios año-año (Números predice un peregrinar de 40 años, no de 40 días, y duró cuarenta años) y día-día (Ezequiel ordena un sitio simbólico de 430 días y, en efecto, eso es precisamente lo que duró).
Así, que, señor troll, para decir que algo es "bíblico" tiene que estar en la Biblia, no en los escritos de Arnaldo de Villanueva, pues ese señor no es un autor bíblico. Como ya dije en otra intervención, la colección The Prophetic Faith of Our Fathers tiene el mismo interés que podría tener una obra que recopilase todas las opiniones de la multitud de astrónomos y geógrafos que, a lo largo de muchísimos siglos, sostuvieron la teoría geocentrista. Dado que ello no es más que una historia del error, solo un demente o un perfecto patán podría decir que las teorías de Claudio Ptolomeo son "una verdad astronómica". Por el mismo motivo, decir que el "principio" día-año es un "principio bíblico" es una perfecta insensatez, propia de alguien que jamás ha leído la Biblia. ¿Qué apóstol enseñó jamás semejante "principio"? ¿Qué profeta lo hizo? Absolutamente NINGUNO.
Son bíblicas (lo cual no siempre es sinónimo de vigente) cosas tales como la santidad de Dios, la santidad del sábado, los holocaustos, la impureza de la mujer durante la menstruación, la Pascua, los milagros, el nacimiento virginal de Jesús, la segunda venida, hablar en lenguas, etc. Pero ese "principio" día-año no está en la Biblia. Sorry!
Igual que las colecciones sullas junto al cuerno quemado, cierto?
Hermanos el "Imbécil" de Ernesto Martinez Rancaño a logrado introduccir una nueva palabrita que ha dado por BUENA, sabiendo que nuestro Jesus no la diría, faltando a la ética del foro.
Pero no hablemos vanas palabrerías, vayamos al punto.
ERM, cree usted en el principio de día por año..? Si o no y porque?
Igual que las colecciones sullas junto al cuerno quemado, cierto?
Hermanos el "Imbécil" de Ernesto Martinez Rancaño a logrado introduccir una nueva palabrita que ha dado por BUENA, sabiendo que nuestro Jesus no la diría, faltando a la ética del foro.
Pero no hablemos vanas palabrerías, vayamos al punto.
ERM, cree usted en el principio de día por año..? Si o no y porque?
Seguramente tan peculiar configuración cerebral no le permite captar con claridad preguntas que ya están más que contestadas.
Vamos a ver, señor Joelice. Creo que le dije a usted, hace ya algunos días, algo a lo que no me contestó. ¿Para usted son lo mismo 50 melones y 10 tomates que 50 tomates y 10 melones? ¡A que no!
No venga, entonces, con la superchería de que los que no aceptamos la existencia de un “principio” día-año en la Biblia es porque vemos las cosas desde una perspectiva “humana”, porque es una pura insensatez que usted o cualquier otro humano pretenda ver las cosas desde una perspectiva “divina”. El único Ser del universo que tiene una perspectiva divina es el Creador, y ni usted ni nosotros tuvimos nada que ver ni con la creación de este mundo ni con su mantenimiento. A lo más que podemos aspirar es a leer la Biblia para captar sus enseñanzas sin llegar a conclusiones espurias.
Ahora bien, el “principio” día-año historicista está basado en un fraude metodológico. Ese “principio”, según ustedes, requiere que “en profecía” (o, al menos, en “profecía ‘apocalíptica’), cuando se haga una predicción acerca de un día futuro, haya que interpretar que el dato no es serio, pues el historicista, pertrechado de ese “principio” “bíblico”, desecha la literalidad de los textos concretos y se imagina que debe interpretar que se habla de un año futuro. Es así, ¿verdad?
Bien, ¿cuál es la realidad bíblica (esta vez sin entrecomillar) en cuanto a semejante teoría? Muy sencillo:
- NINGUNO de los pasajes en los que los historicistas dicen fundar su pura especulación (los consabidos pasajes de Números y Ezequiel) es una profecía apocalíptica en el sentido que el historicismo define el apocalipticismo. Habría que tener la cara de cemento para desmentir esta afirmación tan obvia.
- Ningún profeta bíblico hizo una predicción en la que consignara días y sus contemporáneos interpretaran años, o viceversa. ¿O conoce usted la profecía de los setenta “días” de Jeremías, o la de los cuarenta “años” de Jeremías? ¿Qué tal la de los tres “días” de sequía de Elías? ¿O la de los 2520 “años” de locura de Nabucodonosor?
- En realidad, aun regalando el argumento de que los consabidos pasajes de Números y de Ezequiel sean proféticos en algún sentido (los dos son más castigos para el pueblo que profecías), refieren un castigo que ha de tener una cierta duración. En el caso de Números, se anuncia un castigo de cuarenta años. ¿Cómo se cumplió? ¡Pues en cuarenta años, naturalmente! En el caso de Ezequiel se le pide al profeta que escenifique el sitio de Jerusalén a lo largo de 430 días. ¿Hizo caso el profeta? Parece obvio que sí. ¿A lo largo de cuánto tiempo escenificó lo que se le pidió? ¡Pues a lo largo de 430 días, naturalmente!
- Por todo lo anterior, no puede usted mostrar ni un solo ejemplo bíblico de que algún profeta conocido dijese: “Va a producirse tal acontecimiento, que va a durar X días” y que sus contemporáneos o algún cronista dijese “Y, efectivamente, se produjo el acontecimiento anunciado, y duró X años”. Tal ejemplo, sencillamente NO EXISTE.
- Ustedes pueden recurrir a versículos en los que hay distintas unidades de tiempo más o menos mezcladas. Comprendo que a ustedes les interese relacionar los días con los años. Sea. Hay una relación muy clara. El año bíblico tiene, por decir una cifra redonda, alrededor de 360 días. ¡Esa es toda la relación que hay! ¿Qué les parecería a ustedes, por ejemplo, que algún evangélico que observe el domingo tomase versículos donde se hable de un cierto día de la semana (por ejemplo, el primero, o el séptimo, da igual) y del ciclo semanal concreto que lo contiene (le aseguro que los hay) y que razonara: “En la Biblia hay una relación íntima entre la semana y los días que la componen. Por lo tanto, un día es una semana, y una semana es un día”. ¿No pensarían que a quien “razona” de tal modo le falta algún tornillo? Pues, fíjese por dónde, eso nos pasa a los demás con ustedes.
- El historicismo no utiliza ningún criterio objetivo verificable para saber cuándo “hay” que aplicar ese falso “principio” y cuándo no. Para ustedes, unos lapsos cronológicos del Apocalipsis son “literales”; otros son “proféticos”. ¿Cuál es el criterio? ¿El antojo de ustedes? ¿Cómo funciona? ¿Ustedes AFIRMAN que tal periodo es “profético” y los demás lo tenemos que aceptar porque ustedes lo dicen? ¡Porque la Biblia no lo dice! ¡Lo dicen ustedes!
- El historicismo no cuenta con más comprobación que su imaginación para “verificar” la bondad de su método. Si ustedes se encuentran, pongamos, un lapso de cinco meses y les apetece decir que son cinco meses “proféticos”, van y lo multiplican por 30 y dicen que son 150 años. Luego van a algún libro de historia y buscan un lapso de 150 años en el periodo histórico que les apetezca (los sarracenos, los turcos o lo que a algún “pionero” le haya dado por decir) y, una vez localizadas dos fechas separadas por 150 años, dicen que “cuadra” y que está “comprobado”. ¿No comprenden, señores, que hay muchos niños que razonan mejor? ¿Qué les parecería que alguien tomase una biografía de Hitler y encontrase dos fechas separadas por 150 días y que luego dijese que, puesto que había encontrado tales fechas, su interpretación quedaba “demostrada”? ¿No dirían ustedes que a la mente de tal individuo le falta una cocción? Pues eso.
Su último recurso, señor Joelice, es argumentar que la bondad del método se “demuestra” “empíricamente” por el cuento de la interpretación historicista de las setenta semanas. Sin embargo, ustedes no pueden refutar NADA de lo siguiente más que con sus deseos:
- Las setenta semanas, tal como reconocen los libros adventistas más solventes, no precisan del “principio” día-año para entenderlas como ciclos de años sabáticos. Aparte del propio ciclo de años sabáticos, que se remonta a la legislación mosaica, el uso de cómputos por hebdómadas (siete años) era conocido por distintos pueblos de la antigüedad (babilonios, griegos, romanos,etc.), que jamás oyeron hablar de ningún “principio” día-año.
- La explicación historicista de las setenta semanas es una grave tergiversación del texto sagrado.
- Ninguna de las fechas empleadas por los historicistas en su esquema de las setenta semanas es válida.
Dado que ustedes son incapaces de probar NADA de lo anterior, solo queda certificar que el “principio” día-año fue un aborto. Nació muerto y es más falso que un dólar de madera. Y es que no tiene vuelta de hoja.
Tan clara. Tan plena. Tan especifica es la Palabra de Dios en sus profecias con las cuales Dios iluminó siempre a su pueblo.
No solo es la relación día:año sino su cumplimiento en el tiempo de dichas profecias.
Felicito a Joelice por tan claras y serenas respuestas ante las coces.
No cabe ninguna duda para cualquier sincero lector
Pero así como en los tiempos de Jesús muchos religiosos de su tiempo menospreciaron las profecias y no conocieron el tiempo de la venida del Mesias, y rechazaron al Salvador. Así tambien en estos tiempos otros siguen el mismo camino.
Aún es tiempo de gracia. Pido al Señor que los ilumine para decidir bien
Este tema ya lo habíamos abordado en el epígrafe “Cómo funciona un profeta de Dios”.
“Al tomar un día como término profético de un año, creo, que se mantienen en el terreno de la más sana exégesis”, le decía un profesor de hebreo de la Universidad de Nueva York, en carta que dirigiera al Sr. Guillermo Miller.
Ciertos versículos bíblicos tienen doble aplicación, y éstos que son clarísimos por su índole “Cristocentrico”, (ya que se refieren a una profecía relacionada con el Mesías y al ministerio sacerdotal de nuestro Señor Jesucristo):“Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo; “Cumplidos éstos, te acostarás sobre tu lado derecho segunda vez, y llevarás la maldad de la casa de Judá cuarenta días; día por año, día por año te lo he dado.”(Números 14: 34 y Ezequiel 4: 6); por ser la llave que permitió descifrar las grandes profecías concernientes al tiempo del fin, que se encuentran preferentemente en el libro de Daniel y Apocalipsis: “Entiende pues la palabra, y entiende la visión”. Y al decirnos Gabriel ya en Daniel 8: 17, sobre el tiempo del fin: “Entiende, hijo del hombre, que para el tiempo del fin es la visión” (V. Moderna), esta voz alcanza hasta nosotros también y nos dice: “Entiende pues la palabra, y entiende la visión”, asombrosamente este conocimiento de esta revelación se desarrolló en la época predicha, el célebre Isaac Newton aplicó esta clave profética.
“Entiende, hijo del hombre”, para que podamos aprender que vivimos verdaderamente en el tiempo del fin, y que el juicio sobre la casa de Dios ha empezado y también que nuestra suerte ha de quedar sellada para siempre. Es maravillosa la armonía de los hechos con la profecía especialmente la de las “Setenta semanas”.
“Sesenta semanas están determinadas (cortadas) sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad” Vers. 24. Estas setenta semanas, dicen unánimemente todos los doctores, son semanas de años y no semanas de días. De modo que estas setenta semanas suman 490 años.
Conforme a esto observa la Biblia Allioli aprobada por la “sede apostólica” romana: “Setenta semanas de años, es decir, setenta setenas de años, 490 años”. Esta setentas semanas de años cortadas a Israel de los 2300 días de años en Daniel 8: 14, dan exactamente 490 años naturales, lo cual confirma la regla fundada en Ezequiel 4:6, de considerar un día por un año al contar los periodos proféticos. Suministran no sólo la clave para fijar el tiempo exacto de la aparición del Mesías en carne, sino también la medida infalible para contar los períodos proféticos del fin de los tiempos. Entonces, cuando se estudió a fondo este tema, esa gran verdad del día por año, fue un eslabón que permitió descifrar la profecía bíblica que estaba reservada para el tiempo del fin, y por asombroso que parezca, una página Web de un estudioso mormón llegó a la conclusión similar a la adventista, del año 1844, lo mismo puedo decir de la fe bahai, que arribaron a la misma fecha.
EL Dr. Jorge Bush, profesor de hebreo y de literatura oriental en la universidad de Nueva York, en carta que dirigiera al Sr. Miller, y que se publicó en el Advent Herald, and Signs of the Times Reporter, de Boston, Nos. del 6 y 13 de marzo de 1844, hizo algunas importantes declaraciones respecto a sus cálculos de los tiempos proféticos. Dice el Dr. Bush:"Me parece que no hay por qué censurarle a Vd. ni a sus amigos, por haber dedicado mucho tiempo y atención al estudio de la cronología de la profecía, ni por haberse afanado tanto en determinar las fechas del principio y fin de los grandes períodos de ésta. Si el Espíritu Santo indicó períodos en los libros proféticos, fue sin duda con el fin de que fuesen estudiados y probablemente también de que concluyeran por ser del todo entendidos; y a nadie se le debe tachar de insensata presunción porque con toda reverencia trate de comprenderlos.... Al tomar un día como término profético de un año, creo, que se mantienen en el terreno de la más sana exégesis, apoyados además por los grandes nombres de Mede, Sir Isaac Newton, Kirby, Scott, Keith, y una legión más que hace mucho tiempo llegaron a conclusiones idénticas a la de Vds. en esta materia. Todos ellos concuerdan en que los períodos principales mencionados por Daniel y Juan terminan efectivamente hacia nuestra época contemporánea, y rara lógica sería la que les condenase por sostener los mismos puntos de vista que tanto resaltan en los escritos de aquellos eminentes teólogos." "Los resultados que Vds. obtuvieron en este campo de investigación no me parecen tan errados que afecten uno solo de los grandes intereses de la verdad." "Se equivocaron Vds. en lo relativo a la naturaleza de los acontecimientos que deben producirse al fin de estos períodos. Este es el defecto primordial de su exposición."
Para los estudiosos de “la Palabra” la evidencia es abrumadora, así fue en el siglo XVIII y así es ahora.
... el “principio” día-año historicista está basado en un fraude metodológico. Ese “principio”, según ustedes, requiere que “en profecía” (o, al menos, en “profecía ‘apocalíptica’), cuando se haga una predicción acerca de un día futuro, haya que interpretar que el dato no es serio, pues el historicista, pertrechado de ese “principio” “bíblico”, desecha la literalidad de los textos concretos y se imagina que debe interpretar que se habla de un año futuro...
Bien, ¿cuál es la realidad bíblica (esta vez sin entrecomillar) en cuanto a semejante teoría? Muy sencillo:
- NINGUNO de los pasajes en los que los historicistas dicen fundar su pura especulación (los consabidos pasajes de Números y Ezequiel) es una profecía apocalíptica en el sentido que el historicismo define el apocalipticismo. Habría que tener la cara de cemento para desmentir esta afirmación tan obvia.
- Ningún profeta bíblico hizo una predicción en la que consignara días y sus contemporáneos interpretaran años, o viceversa. ¿O conoce usted la profecía de los setenta “días” de Jeremías, o la de los cuarenta “años” de Jeremías? ¿Qué tal la de los tres “días” de sequía de Elías? ¿O la de los 2520 “años” de locura de Nabucodonosor?
- En realidad, aun regalando el argumento de que los consabidos pasajes de Números y de Ezequiel sean proféticos en algún sentido (los dos son más castigos para el pueblo que profecías), refieren un castigo que ha de tener una cierta duración. En el caso de Números, se anuncia un castigo de cuarenta años. ¿Cómo se cumplió? ¡Pues en cuarenta años, naturalmente! En el caso de Ezequiel se le pide al profeta que escenifique el sitio de Jerusalén a lo largo de 430 días. ¿Hizo caso el profeta? Parece obvio que sí. ¿A lo largo de cuánto tiempo escenificó lo que se le pidió? ¡Pues a lo largo de 430 días, naturalmente!
- Por todo lo anterior, [los historicistas] no puede[n] mostrar ni un solo ejemplo bíblico de que algún profeta conocido dijese: “Va a producirse tal acontecimiento, que va a durar X días” y que sus contemporáneos o algún cronista dijese “Y, efectivamente, se produjo el acontecimiento anunciado, y duró X años”. Tal ejemplo, sencillamente NO EXISTE.
- [Los historicistas] pueden recurrir a versículos en los que hay distintas unidades de tiempo más o menos mezcladas. Comprendo que a ustedes les interese relacionar los días con los años. Sea. Hay una relación muy clara. El año bíblico tiene, por decir una cifra redonda, alrededor de 360 días. ¡Esa es toda la relación que hay! ¿Qué les parecería a ustedes, por ejemplo, que algún evangélico que observe el domingo tomase versículos donde se hable de un cierto día de la semana (por ejemplo, el primero, o el séptimo, da igual) y del ciclo semanal concreto que lo contiene (le aseguro que los hay) y que razonara: “En la Biblia hay una relación íntima entre la semana y los días que la componen. Por lo tanto, un día es una semana, y una semana es un día”. ¿No pensarían que a quien “razona” de tal modo le falta algún tornillo? Pues, fíjese por dónde, eso nos pasa a los demás con ustedes.
- El historicismo no utiliza ningún criterio objetivo verificable para saber cuándo “hay” que aplicar ese falso “principio” y cuándo no. Para ustedes, unos lapsos cronológicos del Apocalipsis son “literales”; otros son “proféticos”. ¿Cuál es el criterio? ¿El antojo de ustedes? ¿Cómo funciona? ¿Ustedes AFIRMAN que tal periodo es “profético” y los demás lo tenemos que aceptar porque ustedes lo dicen? ¡Porque la Biblia no lo dice! ¡Lo dicen ustedes!
- El historicismo no cuenta con más comprobación que su imaginación para “verificar” la bondad de su método. Si ustedes se encuentran, pongamos, un lapso de cinco meses y les apetece decir que son cinco meses “proféticos”, van y lo multiplican por 30 y dicen que son 150 años. Luego van a algún libro de historia y buscan un lapso de 150 años en el periodo histórico que les apetezca (los sarracenos, los turcos o lo que a algún “pionero” le haya dado por decir) y, una vez localizadas dos fechas separadas por 150 años, dicen que “cuadra” y que está “comprobado”. ¿No comprenden, señores, que hay muchos niños que razonan mejor? ¿Qué les parecería que alguien tomase una biografía de Hitler y encontrase dos fechas separadas por 150 días y que luego dijese que, puesto que había encontrado tales fechas, su interpretación quedaba “demostrada”? ¿No dirían ustedes que a la mente de tal individuo le falta una cocción? Pues eso.
[El] último recurso [de los historicistas] es argumentar que la bondad del método se “demuestra” “empíricamente” por el cuento de la interpretación historicista de las setenta semanas. Sin embargo, ustedes no pueden refutar NADA de lo siguiente más que con sus deseos:
- Las setenta semanas, tal como reconocen los libros adventistas más solventes, no precisan del “principio” día-año para entenderlas como ciclos de años sabáticos. Aparte del propio ciclo de años sabáticos, que se remonta a la legislación mosaica, el uso de cómputos por hebdómadas (siete años) era conocido por distintos pueblos de la antigüedad (babilonios, griegos, romanos,etc.), que jamás oyeron hablar de ningún “principio” día-año.
- La explicación historicista de las setenta semanas es una grave tergiversación del texto sagrado.
- Ninguna de las fechas empleadas por los historicistas en su esquema de las setenta semanas es válida.
Dado que ustedes son incapaces de probar NADA de lo anterior, solo queda certificar que el “principio” día-año fue un aborto. Nació muerto y es más falso que un dólar de madera. Y es que no tiene vuelta de hoja.
Señor Joelice. La totalidad de su argumentación es nula de pleno derecho por los siguientes motivos:
Esto lo decías a lo de los tomates y los melones. El "pero" está de más. No son lo mismo y punto, igual que tampoco son lo mismo 50 estafadores y 10 coleccionistas de sellos que 50 coleccionistas de sellos y 10 estafadores, por mucho que todos sean seres humanos. Así que la respuesta sencilla y verdadera es "NO", sin peros, y, por lo tanto, tampoco es lo mismo "un día por un año" que "un año por un día". Ló uno es lo opuesto de lo otro. Tu respuesta es NO.
Perdona, pero creo que es más probable que te expresaras mal. Aquilata más tus palabras.
No puedes argumentar así, pues no está acreditado que el "principio" día-año sea una "verdad bíblica". Sé que los historicistas quieren imponerla COMO SI LO FUERA, pero, puesto que los no historicistas creemos que la afirmación que hacen los historicistas es falsa, los historicistas no pueden recurrir a jueguecitos en los que por el solo hecho de adjudicarle a su pretensión la etiqueta de "verdad bíblica" se convierta en tal por arte de birlibirloque. El "principio" día-año, "descubierto" en la Edad Media, no es ninguna "verdad bíblica". Y es una pura insensatez citar 1 Cor 1:18 como si condenase a los que no crean en tal "principio" como si este formase parte de la "palabra de la cruz". El apóstol Pablo no habla del "principio" día-año en ningún lugar (y los demás apóstoles tampoco, claro). Usar sus palabras para apuntal algo de lo que él habla es no solo un error metodológico, sino una tergiversación descarada de la Biblia.
Yo había afirmado lo siguiente:
"Ese “principio”, según ustedes, requiere que “en profecía” (o, al menos, en “profecía ‘apocalíptica’), cuando se haga una predicción acerca de un día futuro, haya que interpretar que el dato no es serio, pues el historicista, pertrechado de ese “principio” “bíblico”, desecha la literalidad de los textos concretos y se imagina que debe interpretar que se habla de un año futuro. Es así, ¿verdad?"
A esto usted se aventura a responder de esta manera:
Por "relación íntima e intercambiable" debe de referirse usted a los pasajes citados más abajo que hablan de días y años. Es un viejo cuento de William Shea. Un fraude, pues NINGUNO de los pasajes tiene NADA que ver con profecía. Como ya dije, si alguien dice "Mis días han sido cortos y malos, pues ya estoy muy enfermo del corazón y solo tengo cincuenta años", no quiere decir que esa persona piense que exista “una relación íntima e intercambiable” entre años y días (más allá de saber que los años tienen días), que se imagine que, en ocasiones, un año pueda ser un día o al revés, que crea en el supuesto “principio” día-año, o que sus oyentes hagan alguna de esas cosas. Así que no, de “relación íntima e intercambiable” nada. Volveremos a tus citas más tarde.
Quiero abordar aquí el viejo cuento adventista, citado por usted de que, dado que “los libros profeticos o apocalipticos […] contienen variedad de simbolos, no es de extrañar que los dias simbolizen años”. ¡Señor Joelice! Sí es muy de extrañar si su imaginación de extender los símbolos no se aplica de modo homogéneo. Pongamos un ejemplo concreto. En Daniel 7 hay una visión que, según ustedes, es “apocalíptica”, porque en ella hay “símbolos”. Muy bien, sea. ¿Qué simboliza el “Anciano de días”? Aceptemos que representa a Dios (yo así lo creo). Hay un cierto simbolismo en ello. ¿Qué representa el trono en el que se sienta el “Anciano de días”? ¿Representa algo distinto de un trono? ¿No? ¿Qué le parecería a usted que alguien dijera, por ejemplo, “Dado que este capítulo contiene variedad de símbolos, no es de extrañar que el trono en el que se sienta el ‘anciano de días’ sea el asiento de un helicóptero, que portaba lanzallamas para destruir a sus enemigos”? ¿No diría usted, acertadamente, que tales elucubraciones hay que probarlas con el propio texto, y que la mera presencia de simbología no implica que se puedan buscar símbolos donde no los hay? Pues eso, aplíquese usted el cuento.
Dado que este capítulo contiene “variedad de símbolos”,
Nunca había encontrado con tanto descaro la equiparación historicista=biblista. Según el DRAE un biblista es una “persona experta en los diversos estudios relativos a la Biblia”. La equiparación, entonces, es irrisoria, porque es obvio que existe una proporción abrumadora de expertos “en los diversos estudios relativos a la Biblia” que no es historicista. No te cuelgues medallas antes de tiempo. Hay muy pocos historicistas que puedan merecer con justicia el calificativo de “biblista” (aunque los hay, igual que hay muchísimos expertos católicos y evangélicos que son biblistas sin ser historicistas).
Dices, además que “la unica [sic] manera que usa la biblia [sic]”, y que es en lo que “se basan” los historicistas es “profecia [sic]=prediccion [sic] anticipada de la historia”. Vamos a ver, Joelice, gracias por “aclararme” ese concepto, pero, de verdad, ¿crees que no lo sabía? ¿Crees tú que hay algún creyente que no entienda que, a menudo (no siempre), una profecía es una predicción de la historia? (Suprimo lo de “anticipada”, pues no conozco las predicciones NO anticipadas). O sea, ¿estás diciendo que el historicista cree en el “principio” día-año porque la profecía es una predicción? Hay millones de personas que creen que las profecías son predicciones y no creen en el “principio” día-año. Te pierdes por las ramas.
Admites que mi afirmación
“1.NINGUNO de los pasajes en los que los historicistas dicen fundar su pura especulación (los consabidos pasajes de Números y Ezequiel) es una profecía apocalíptica en el sentido que el historicismo define el apocalipticismo. Habría que tener la cara de cemento para desmentir esta afirmación tan obvia”
es cierta, pero te aventuras a añadir que ello “no prueba que el ‘principio sea falso’”. Vamos a ver, Joelice. La base tradicional de los historicistas para ese “principio” espurio, que aplican antojadizamente a los pasajes “apocalípticos” que desean son dos pasajes que no tienen nada de “apocalípticos”. A no ser que el historicismo contase con algún as en la manga, tan gravísimo error metodológico es una estocada mortal para el “principio”. Sigamos.
A mi acertada observación
“2. Ningún profeta bíblico hizo una predicción en la que consignara días y sus contemporáneos interpretaran años, o viceversa. ¿O conoce usted la profecía de los setenta “días” de Jeremías, o la de los cuarenta “años” de Jeremías? ¿Qué tal la de los tres “días” de sequía de Elías? ¿O la de los 2520 “años” de locura de Nabucodonosor?”
responde usted así:
Para empezar, Daniel no dice nada de “2,300 dias [sic]”. Habla de “2300 tardes y mañanas” (ya tendremos tiempo de hablar de esta interesante expresión), y no, no es lo mismo en absoluto. Lo del desmayo es un viejo cuento adventista, que se usa para afianzar las siguientes dos especulaciones:
Pero el cuento no sale. Daniel 10:9 afirma: “Quedé, pues, yo solo ante esta gran visión, pero no quedaron fuerzas en mí, antes bien, mis fuerzas se cambiaron en desfallecimiento, pues me abandonaron totalmente” (el énfasis no está en el original). Y esto en el contexto de una visión en la que no se ha predicho aún nada específico en cuanto a días, años o cosas por el estilo. Esto nos demuestra que no hay motivo alguno para imaginar que la causa del desmayo del profeta tenga que estar relacionada con la duración de los fenómenos que haya contemplado. Si el profeta vio una matanza de miles de personas inocentes e indefensas, ¿no sería ello causa más que suficiente para sentirse mal? Ya ve lo fácil que es dar una explicación muchísimo más verosímil de la condición de Daniel que imaginar que el profeta insinúe que lo que lo preocupó fue la duración de un sacrilegio y de la matanza de miles de compatriotas. Lo que lo preocupó no fue la duración de tales actos, sino los actos en sí. No era difícil de deducir, ¿verdad? Entonces, ¿por qué cree que los “pioneros” inventaron (porque es un puro invento) semejante paparruchada?
- Que no puede ser tiempo “literal”, pues, si fuese tiempo literal, no habría tenido razón de desmayarse.
- Que existe algún tipo de relación entre las setenta semanas del capítulo 9 y las 2300 tardes y mañanas del capítulo 8.
A mi observación
3.En realidad, aun regalando el argumento de que los consabidos pasajes de Números y de Ezequiel sean proféticos en algún sentido (los dos son más castigos para el pueblo que profecías), refieren un castigo que ha de tener una cierta duración. En el caso de Números, se anuncia un castigo de cuarenta años. ¿Cómo se cumplió? ¡Pues en cuarenta años, naturalmente! En el caso de Ezequiel se le pide al profeta que escenifique el sitio de Jerusalén a lo largo de 430 días. ¿Hizo caso el profeta? Parece obvio que sí. ¿A lo largo de cuánto tiempo escenificó lo que se le pidió? ¡Pues a lo largo de 430 días, naturalmente!”
usted se conforma con responder
El “¿Y?”, señor Joelice, es este. En el supuesto caso de que los textos clave del historicismo para “probar” el “principio” día-año se interpreten como profecías, son profecías en las que, como en los demás sitios de la Biblia, NO se usa ese supuesto principio. Ambas representan tiempo perfectamente literal. O sea, ustedes no pueden mostrar ni una sola profecía en la Biblia donde la propia Biblia certifique que se esté usando tiempo NO literal.
A esta observación mía
“4.Por todo lo anterior, no puede usted mostrar ni un solo ejemplo bíblico de que algún profeta conocido dijese: “Va a producirse tal acontecimiento, que va a durar X días” y que sus contemporáneos o algún cronista dijese “Y, efectivamente, se produjo el acontecimiento anunciado, y duró X años”. Tal ejemplo, sencillamente NO EXISTE.”
responde usted
O sea, lo que he dicho es cierto. No se conoce ni un solo caso en que algún hebreo haya consignado el cumplimiento del supuesto “principio” día-año. Ni profeta, ni cronista dijo vez alguna tal cosa. Entonces, ¿dónde está el principio?
A mi observación
“5.Ustedes pueden recurrir a versículos en los que hay distintas unidades de tiempo más o menos mezcladas. Comprendo que a ustedes les interese relacionar los días con los años. Sea. Hay una relación muy clara. El año bíblico tiene, por decir una cifra redonda, alrededor de 360 días. ¡Esa es toda la relación que hay! ¿Qué les parecería a ustedes, por ejemplo, que algún evangélico que observe el domingo tomase versículos donde se hable de un cierto día de la semana (por ejemplo, el primero, o el séptimo, da igual) y del ciclo semanal concreto que lo contiene (le aseguro que los hay) y que razonara: “En la Biblia hay una relación íntima entre la semana y los días que la componen. Por lo tanto, un día es una semana, y una semana es un día”. ¿No pensarían que a quien “razona” de tal modo le falta algún tornillo? Pues, fíjese por dónde, eso nos pasa a los demás con ustedes”
usted me responde así
y me cita usted los típicos versículos presentados por Shea en los que aparecen, con el tipo paralelismo hebreo, días y años. Señor Joelice, lo único que muestran esos versículos, NINGUNO DE LOS CUALES ES UNA PROFECÍA, es que los años tienen días. Nada más que eso. ¿Cómo va usted a presentar esos versículos como si Moisés, David u otros pensasen que un año es un día?
Si yo aplicase su necio razonamiento basado en el paralelismo hebreo, podría “probar” casi lo que me diera la gana. Por ejemplo, usted dice que, dado que Génesis 9:29 pone que “[t]odos los días de Noé fueron novecientos cincuenta años, y murió”, entonces hay que deducir que, en algún sitio, un día es un año.
Muy bien, entonces si ese razonamiento de usted es válido, también lo será este otro: “Proverbios 4:3 pone ‘Yo también fui un hijo para mi padre, delicado y único a los ojos de mi madre’. Dado que también podría decir ‘Yo también fui un hijo para mi madre, delicado y único a los ojos de mi padre’, queda demostrada la intercambiabilidad entre ‘padre’ y ‘madre’. Un padre es una madre, y una madre es un padre, y, por ello, las parejas homosexuales son perfectamente legítimas”. ¡A que le parece una perfecta idiotez! Pues, entonces, deduzca lo que nos parece a los demás su uso de esa colección de versículos para intentar apuntalar el falso “principio” día-año.
A mi afirmación
“6. El historicismo no utiliza ningún criterio objetivo verificable para saber cuándo “hay” que aplicar ese falso “principio” y cuándo no. Para ustedes, unos lapsos cronológicos del Apocalipsis son “literales”; otros son “proféticos”. ¿Cuál es el criterio? ¿El antojo de ustedes? ¿Cómo funciona? ¿Ustedes AFIRMAN que tal periodo es “profético” y los demás lo tenemos que aceptar porque ustedes lo dicen? ¡Porque la Biblia no lo dice! ¡Lo dicen ustedes!”
usted se conforma con responder
No pone usted ningún ejemplo de ningún contexto en el que sea objetivamente verificable que un pasaje diga “día” pero HAYA que interpretar “año”. A falta de ejemplos, me veo forzado a concluir que NO EXISTE ningún contexto en ningún pasaje de la Biblia en el que esta diga “días” y haya que interpretar algo distinto de “días”.
A mi observación
“7.El historicismo no cuenta con más comprobación que su imaginación para “verificar” la bondad de su método. Si ustedes se encuentran, pongamos, un lapso de cinco meses y les apetece decir que son cinco meses “proféticos”, van y lo multiplican por 30 y dicen que son 150 años. Luego van a algún libro de historia y buscan un lapso de 150 años en el periodo histórico que les apetezca (los sarracenos, los turcos o lo que a algún “pionero” le haya dado por decir) y, una vez localizadas dos fechas separadas por 150 años, dicen que “cuadra” y que está “comprobado”. ¿No comprenden, señores, que hay muchos niños que razonan mejor? ¿Qué les parecería que alguien tomase una biografía de Hitler y encontrase dos fechas separadas por 150 días y que luego dijese que, puesto que había encontrado tales fechas, su interpretación quedaba “demostrada”? ¿No dirían ustedes que a la mente de tal individuo le falta una cocción? Pues eso.”
usted responde equivocadamente:
Se equivoca porque mi misión no es convencerlo a usted. Mi misión (y lo hago tremendamente bien) es desacreditar el “principio” día-año desenmascarando las falacias historicistas. Yo no necesito escribir un comentario sobre el Apocalipsis para señalar que ver en el a los sarracenos es una estupidez de proporciones inconmensurables. ¿Qué base exegética tienen ustedes, señor mío, para decir que aparecen los sarracenos en el Apocalipsis? ¿Que tenían barba o el pelo largo? Si ese es el criterio, a lo mejor se equivocan ustedes y de quien habla realmente el Apocalipsis es de los hippies de los años sesenta. ¿Qué más? ¿Que tenían muchos caballos? También los tenían los mongoles, y el séptimo de caballería. ¿Que los cascos de sus caballos levantaban mucho polvo? También lo levantan los helicópteros de los marines. ¿Qué forma de leer la Biblia es la suya? ¿Mirar un recorte de periódico y leer en él atolondradamente lo que no pone? Ni una sola de las interpretaciones historicistas se ha cumplido JAMÁS. El cuento de la “caída” del imperio otomano el 11 de agosto de 1840 es una perfecta majadería. No encontrarán ustedes ningún libro de historia ni enciclopedia que hable de semejante embuste. Con las “pruebas” que ustedes presentan para eso, se puede probar cualquier cosa. Por ejemplo, algún majadero podría decir que el poderío de los Estados Unidos se ha hundido irremisiblemente, puesto que Ronald Reagan, antes de morir, padeció Alzheimer.
La famosa “persecución papal de 1260 años” del adventismo es un puro infundio. Es cierto que la Inquisición mató a muchas personas, pero un poco de reflexión dice a cualquiera que la Inquisición no se constituyó el año 538 d.C. La falacia de la presunta relevancia de esa fecha la inventaron sujetos como William Miller. Este lo hizo sumando el número de la bestia (666) a la fecha en la que él creía que los Macabeos firmaron un tratado de cooperación con la República de Roma y añadiendo al “cóctel” la cifra de 30 años. Ese es el origen del 538 en el adventismo. Después, los arrianos como James White y Uriah Smith salieron con la memez de que los tres cuernos que arranca el cuerno pequeño tenían que ser los “tres poderes arrianos” (muy buenos ellos) arrancados por el primado católico (malo, malísimo, pues creía en la Trinidad). En el siglo XXI, ¿adónde quieren ir ustedes con tal cúmulo de despropósitos? ¿Qué tienen que ver tan retorcidas y descerebradas explicaciones con un análisis metódico de lo que Daniel dice de verdad?
O tome el asuntito de la segunda bestia de Apocalipsis 13, que sale de la tierra. Como, gracias al “principio” día-año ustedes ya han “establecido” que el “tiempo del fin” “empezó” en 1798 (!). Fantástico. Entonces van y dicen Apocalipsis 13 ocurre en ese tiempo del fin de ustedes. Estupendo (porque produce estupor). Luego salen con aquello de que “en profecía” el mar significa muchos pueblos y entonces dicen que eso se refiere a Europa (aunque Asia siempre ha estado mucho más poblada que Europa), por lo que “tierra” tiene que representar un territorio poco poblado (aunque ustedes no dicen tal estupidez cuando “explican” las bestias que se alzan sobre la tierra en el libro de Daniel; ¿se alzaron sobre un continente poco poblado? ¿Sobre América quizá? ¡Eso sería fantástico para la teología mormona!). Y, para rematar la jugada, preguntan ustedes “ingenuamente”: “¿Qué nación crecía lentamente en 1798, que, según la profecía bíblica había de convertirse en la superpotencia del tiempo del fin?” Pero resulta que la pregunta es una trampa para incautos, porque no es más que un conglomerado de premisas no probadas que solo están en la mente de ustedes. Si a la pregunta anterior alguien contesta “¿Uruguay?” o “¿Namibia?”, ustedes dirán que la respuesta es inadmisible, pues TIENE QUE SER Estados Unidos (!!!). De nuevo, ¿qué base exegética tienen ustedes para proponer nociones tan delirantes?
Agradezco que, por fin, un adventista de estos foros reconozca que lo que digo en mi afirmación
“Las setenta semanas, tal como reconocen los libros adventistas más solventes, no precisan del “principio” día-año para entenderlas como ciclos de años sabáticos. Aparte del propio ciclo de años sabáticos, que se remonta a la legislación mosaica, el uso de cómputos por hebdómadas (siete años) era conocido por distintos pueblos de la antigüedad (babilonios, griegos, romanos,etc.), que jamás oyeron hablar de ningún “principio” día-año”
pero luego añades, indebidamente, que, aunque sea correcto,
Eso que añades no tiene ningún sentido, porque la acepción más normal de “hebdómada” lleva implícita la noción de año. No tiene sentido decir que, aunque está claro que las 70 hebdómadas se refieren a años (como suele pasar cuando se habla de hebdómadas), tienen que ser “simbólicas” porque tienen “años envueltos”. Entonces todas las hebdómadas serán igual de simbólicas. Si yo digo que el gobierno de tal o cual país estableció un plan hebdomadario para mejorar los cultivos y que, en la primera hebdómada construyeron varios embalses, es obvio que estoy diciendo que esas obras públicas llevaron siete años. Entonces, como son años, ¿dice usted que ese plan hebdomadario es simbólico? ¿Simbólico de qué? Y esa primera hebdómada, como consta de siete años, es también simbólica. ¿De qué es simbólica?
Tiene usted la indecencia de decirme lo siguiente:
Semejante invitación es una infamia, señor. Yo no patrocino obvias perversiones de textos bíblicos, como la representada por la tergiversación del adventista Jack Blanco, que ha publicado una falsa biblia en editoriales adventistas y que es distribuida por librerías adventistas. Le exijo disculpas, señor.
Por último, a mi observación
“Ninguna de las fechas empleadas por los historicistas en su esquema de las setenta semanas es válida.”
usted se contesta con responder, sabiendo que será incapaz de probar una sola,
Como yo siglo afirmando que ninguna de las fechas empleadas por los historicistas en su esquema de las setenta semanas es válida, la forma más sencilla que tiene usted para taparme la boca es empezar por el principio.
Preséntenos un decreto real persa (el que usted quiera, me resulta indiferente) que entrase en vigor el otoño de 457 a.C. (fecha base de su invento de las setenta hedómadas). Yo afirmo que el tal decreto no existe. Usted dice que sí. Pues ilústrenos. Presente el decreto y subraye el versículo en el que se pueda comprobar objetivamente que se promulgó o entró en vigor en el otoño de 457 a.C. y NO en otro momento.
Como queda demostrado desde cualquier frente, y desde todos ellos a la vez, el “principio” día-año es falso.