La eternidad tiene dos sentidos: uno en el pasado, y en ese sentido solo el Altísimo es eterno, y el segundo sentido es en futuro.
Jesús, el Hijo de Dios, es eterno en futuro, evidentemente. Pero no se puede creer que exista alguien a quien Dios llama "Hijo" que no haya tenido un principio. La idea de que el Hijo de Dios haya existido siempre es una aberración trinitaria.
Isa 9:6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
La expresión bíblica "DIOS FUERTE" seguida de "PADRE ETERNO" asociada al Hijo de Dios, como Dios (Jn.1:1; 10:30) no admite cuestionamientos perversos de religiosos inconversos, cuyo único propósito es atacar la Eternidad del Hijo de Dios.
Nótese dos cosas importantes:
1. No dice Hijo nos es nacido, sino "Hijo nos es dado" (Jn.3:16), en referencia al Cordero de Dios destinado desde antes de la fundación del mundo (1P.1:18-20)
2. En relación con Jesús, como el Verbo hecho carne, se nos dice que "Un niño nos es nacido", para que separemos su encarnación de su Eternidad sin principio ni fin.
DIOS FUERTE
La fuerza de Cristo para crear el sol, la luna, las estrellas y todo cuanto existe, sean tronos, sean principados, lo identifica como "DIOS FUERTE".
PADRE ETERNO
Este estado, nada tiene que ver con Jesús, y ya el Hijo era ETERNO.
CONCLUSIÓN
Jesús está asociado a los propósitos redentores.
No podemos sacar del escenario ETERNO AL HIJO, POR CUANTO LA EXPRESIÓN "PADRE ETERNO" no existiría, y ha sido dada para mostrar la Gracia de Dios en Cristo Jesús, antes del comienzo de los siglos (2Tim.1:9).