¿POR QUÉ NO TE RINDES ANTE CRISTO COMO DIOS?
Porque no le puedo hacer caso al diablo.
Ni le escucho.
Jua 8:24 Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que
YO SOY, en vuestros pecados moriréis.
Imposible tu salvación, por cuanto el único que perdona pecados es Cristo como Dios manifestado en carne.
Su sangre preciosa derramada en el Altar de la Cruz, al no ser rociada sobre tus pecados, te condena.
Es allí en la Cruz donde Cristo ha logrado que nosotros seamos justificados, por medio de su vida sin pecado y en su condición de Cordero de Dios (Jn.1:29) que quitó el pecado del mundo en un día (Zac.3:9)
Esta justificación no significa que tengamos libertad para pecar, porque la vida moral de Cristo, exige obediencia.
No pretendemos ser justificados en ningún momento por la ley, pues ésta en todo momento nos condena por el pecado presente en cada uno de nosotros, como está escrito:
Rom_7:18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.
Y aunque la gracia nos presente justos delante del Tribunal de Dios, al rechazar a Cristo como Dios, en su condición de Sumo Sacerdote, nos quedamos sin abogado, por cuanto su oficio sacerdotal es Eterno, perpetuo, esto solo lo puede hacer Dios Hijo, aquí está el texto:
Heb 7:24 mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un
sacerdocio inmutable;
Heb 7:25 por lo cual puede también
salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Heb 7:26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos;
SACERDOCIO INMUTABLE Y SALVACIÓN PERPETUA, SON EN CRISTO.
El carácter Eterno de su oficio sacerdotal, no pertenece a la Creación, es algo planeado desde antes de la fundación del mundo (1P.1:18-20).
Que el Señor te dé el mismo entendimiento del incrédulo Tomás, en su experiencia personal con Jesucristo luego de su resurrección:
Jua 20:27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
Jua 20:28 Entonces Tomás respondió y le dijo:
¡Señor mío, y Dios mío!
Jua 8:24 Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que
YO SOY, en vuestros pecados moriréis.