OBJECIÓN AL DISPENSACIONALISMO
Ellos atacan al dispensacionalismo mediante la no aceptación de bendiciones distintas para el judío y el gentil, de ahí sale la idea de dos pueblos distintos.
Pero si observamos esta declaración del Señor:
Jua 10:16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.
Está hablando de otro redil y lo está uniendo al rebaño de él, es decir, a Israel.
Y esto solamente se ejecutó por medio de la Iglesia, en base a su sangre que unificó ambos pueblos, leemos:
Efe 2:13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
Efe 2:14 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,
Efe 2:15 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,
Efe 2:16 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.
Esta idea de dos pueblos es un argumento que se usa en contra del dispensacionalismo, generando rechazo por parte de la teología reformada, la cual nos acusa, que nosotros atacamos un solo rebaño y un solo Pastor (Jn.10:16).
Pero si nos fijamos bien, mediante Efesios 2:13-16, es la Iglesia la que unifica ambos pueblos en uno por la sangre de Cristo.
Porque el Israel incrédulo continúa sobre la tierra, y es el objeto del cumplimiento de las profecías antiguas, en cuanto a Jerusalén como el Trono de Jehová en el Milenio.
La Iglesia une a los judíos creyentes en Cristo, desde los apóstoles en adelante, y a nosotros los gentiles, en un solo pueblo que no pertenece a la tierra, fuimos adoptados como ciudadanos celestiales (Fil.3:20), mientras el Israel incrédulo, se quedó aquí en la tierra, esperando el cumplimiento de esta promesa:
Sal 37:29 Los justos heredarán la tierra,
Y vivirán para siempre sobre ella.
Promesa que se cumplirá en el Milenio.
Nuevamente los objetores del dispensacionalismo han fracasado.