¿Por qué creo Dios al Universo y al ser humano? La respuesta a tu pregunta encierra, a mi entender, una enorme carga filosófica, aunque igual la forma más fácil de salir al paso sería decir que “el Espíritu es quien puede darle la respuesta”, “sólo leyendo la Biblia imbuido con el Espíritu encontrará la solución a sus dudas” o alguna otra similar. Personalmente creo que eso es lo mismo que afirmar que es un misterio Divino y que por lo tanto no merece la pena responderse: será válido para quienes crean en una religión determinada (catolicismo, cristianismo evangélico, o cualquier otra dependiendo de la respuesta en particular) pero no explica nada a quienes creemos en otro tipo de deidades, o simplemente piensan que ninguna de todas las deidades existe. Para ello quizás debamos centrarnos en comprender un poco más cómo entendemos a Dios.
Sabemos que Dios, el Dios cristiano (al cual hacemos referencia generalmente en este foro) tiene una serie de cualidades o atributos que están en grado sumo:
**Espiritualidad.
**Infinitud. Tanto espacial (muy relacionado y que podríamos equiparar con la omnipresencia) como temporal.
**Unicidad.
**Omnipotencia.
**Omnisciencia.
**Sabiduría.
**Omnibenevolencia.
Es interesante distinguir entre dos tipos de omnisciencia: total e inherente. La diferencia entre ambas consiste en que la primera hace referencia a un conocimiento completo, se sabe todo lo que se puede saber. Por otro lado la segunda incluye un condicionante, es la capacidad de saber todo lo que se desea saber y que se puede saber. En principio Dios, al tener todos sus atributos en grado sumo, dispondría de la primera acepción, su conocimiento es perfecto, por lo que no desconoce nada y lo sabe todo.
El hecho es que la existencia de una serie de atributos de Dios: omnisciente, omnipresente, omnipotente y omnibenevolente, generan lo que se conoce como el problema del mal (o paradoja de Epicuro). Este mismo filósofo de la antigüedad escribió:
“¿Es que Dios quiere prevenir la maldad, pero no es capaz? Entonces sería impotente. ¿Es capaz, pero no desea hacerlo? Entonces sería malévolo. ¿Es capaz y desea hacerlo? ¿De dónde surge entonces la maldad? ¿Es que no es capaz ni desea hacerlo? ¿Entonces por qué llamarlo Dios?” (Diálogos sobre la religión natural (1779), David Hume, quien cita a Tertuliano, el cual cita a Epicuro)
Dentro de la teología la rama que estudia este tipo de problemas es la teodicea (literalmente justificación de Dios), cuyo objetivo es conciliar la existencia de Dios con la presencia de mal en el mundo. Para ello suele recurrir a numerosos conceptos filosóficos y teológicos, obteniendo resultados de variable eficacia.
La cuestión a que se enfrenta la teodicea es la siguiente:
1.- Dios existe (premisa)
2.- Dios es omnipotente y omnisciente (premisa)
3.- Dios es todo-benevolente (premisa)
4.- Los seres todo-benevolentes se oponen a todo mal (premisa)
5.- Los seres todo-benevolentes que pueden eliminar al mal lo harán inmediatamente en cuanto se den cuenta de la existencia de este (premisa)
6.- Dios se opone a todo mal (conclusión del 3 y 4)
7.- Dios puede eliminar el mal completa e inmediatamente (conclusión del 2)
7.1.- Sin importar cual sea el resultado del sufrimiento, Dios puede lograrlo de maneras que no incluyan sufrimiento (conclusión del 2)
7.2.- Dios no tiene razón para no eliminar el mal (conclusión del 7.1)
7.3.- Dios no tiene razón para no actuar inmediatamente (conclusión del 5)
7.4.- Dios eliminaría el mal completa e inmediatamente (conclusión del 6, 7.2 y 7.3)
8.- El mal existe, ha existido y probablemente siempre existirá.(premisa)
9.- Los párrafos 7 y 8 son contradictorios; De manera que una o más premisas son falsas: o Dios no existe, o Dios no es simultáneamente omnipotente, omnisciente y todo-benevolente, o los seres todo-benevolentes que pueden eliminar el mal no lo harán necesariamente en el momento en el que se den cuenta del mismo, o el mal no existe.
Esto es lo que se conoce como el
problema del mal lógico, el cual ha sido, y continua siendo, uno de los principales quebraderos de cabeza filosóficos para los filósofos-teólogos cristianos de cualquier denominación y de todas las religiones en general.
El conflicto radica en el hecho de que suponiendo un Dios omnipotente, omnipresente y omnisciente (es decir, con todos estos atributos en grado sumo) sería capaz de llevar a término una obra perfecta, desde el punto de vista que tendría la absoluta certeza de que iba a funcionar tal y cual Él la había diseñado, sin separarse un ápice de los designios que para ella tuviese. Es evidente, bajo estas premisas, que, de un Dios con tales cualidades, el obtener en un punto determinado del tiempo un universo o estado en particular sólo es posible si tal era su deseo desde el principio.
Son muchos los que han observado que la omnibenevolencia de Dios es incompatible con el estado del mundo actual por lo expuesto anteriormente. Resulta obvio que es imprescindible encontrar alguna respuesta que satisfaga estas teóricas contradicciones.
Personalmente considero que para entender la pregunta es de vital importancia primero dar respuesta a esta cuestión, ya que sin ello no podemos entender ni encontrar una contestación satisfactoria.
Un cordial saludo.
Atentamente, Cthulhu.