Hola Alex:
Los dos nos basamos en la Biblia, pero nuestro concepto de lo que es la Biblia, y lo que hay que creer o no de la ella, es diferente, por eso podemos llegar a conclusiones muy distintas.
Soy cristiano por que tengo fe en Dios, y tengo fe en que Jesús es el Hijo de Dios, el Cristo o Mesías. Los cristianos son discípulos o alumnos de Cristo, y por eso se les llamó cristianos por primera vez en Antioquia. Cuando mi Maestro me dice algo, yo lo creo, él no me engaña. Y cuando mi Maestro me dice que yo he de hacer algo, yo creo firmemente que eso es lo que hay que hacer, yo personalmente, lo puedo hacer, o puede que no sea todavía capaz de hacerlo, pero si no lo hago, entonces no puedo pasar de curso. No se puede pasar a cristianismo de segundo curso, sin haber comprendido y realizado los ejercicios y exámenes de cristianismo de primer curso.
Es Cristo quien dice:
(Mateo 19:17) RVR-95
17 Él le dijo:
--¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino uno: Dios.
Pero si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
Cristo no nos manda para nada el cumplir con la ley de Moisés, nos manda cumplir con los mandamientos. Yo no he dicho nada sobre ninguna necesidad de cumplir con la ley, sino lo que yo he dicho, es que los cristianos, y sobre todo nosotros, hemos de cumplir con los mandamientos, exactamente lo mismo que dice el Maestro.
(Mateo 22:37-40) RVR-95
37 Jesús le dijo:
--“
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: “
Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. 40 De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas.
Estas también son palabras de Cristo, y muy buenas palabras de Cristo, pero como dije el otro día, son muy generales, y poco precisas. Si una persona, solamente con estos conceptos, pudiera llegar a cumplir con toda la voluntad de Dios, esa persona sería excepcional, yo me reconozco mucho más torpe, y necesito de algunas indicaciones más precisas.
Pero también hay una cosa muy clara, cualquiera que falte a uno de los mandamientos de Dios, ya está faltando a estos mandamientos que nos nombra Cristo en Mateo 22. Pues si conociendo la voluntad de Dios, nosotros no la cumplimos, entonces no podemos decir que amamos a Dios de todo corazón.
(Juan 14:15) RVR-95
15
Si me amáis, guardad mis mandamientos.
(Juan 14:21) RVR-95
21
El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él.
Quien ama a Cristo, cumplirá con sus instrucciones, y quien ama a Dios con todo su corazón, con toda su alma, y con toda su mente, cumplirá con los mandamientos de Dios.
(Juan 15:10) RVR-95
10 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor;
así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
(Juan 12:49-50) RVR-95
49 Yo no he hablado por mi propia cuenta;
el Padre, que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir y de lo que he de hablar. 50
Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.
La propia vida eterna de Cristo, dependía de cumplir con la voluntad del Padre, y no solo con los mandamientos del Decálogo, sino también con el mandamiento recibido, en relación a su misión en la tierra.
(1 Juan 2:4-5) RVR-95
4
El que dice: “Yo lo conozco”, pero no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso y la verdad no está en él. 5 Pero el que guarda su palabra, en ese verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.
Me dices:
Y volviendo a nuestro tema, por tal razón expresar que la ley del antiguo pacto en la que se incluye el decálogo es la que hay que obedecer, es un error.
En ningún momento he dicho yo, que se haya que cumplir con la ley, pero no hay que confundir la ley, con los mandamientos, a pesar de que estos últimos estén incluidos dentro de la ley. Pues lo que si que llegaría a ser un gran error, sería decir que no hay que cumplir con los mandamientos, y ese error, no lo comete ni el mismísimo Pablo.
(1 Corintios 7:19) RVR-95
19 La circuncisión nada significa, y la incircuncisión nada significa;
lo que importa es guardar los mandamientos de Dios.
Hay personas, que creen mucho más en las palabras de Pablo, que en las del propio Cristo, cosa que yo considero que también es un gran error. Y como podemos ver en la cita anterior, las propias palabras de Pablo, nos dicen que hay que cumplir con los mandamientos.
¿Entonces de que está hablando Pablo en Gálatas? Pues de la ley, pero no de los mandamientos, está haciendo referencia a la circuncisión, las fiestas rituales, las ofrendas, los sacrificios, etc. Hay que tener mucho cuidado con las palabras de Pablo, pues se expresa de forma extraña, y se pueden interpretar muy mal sus palabras, como ya nos lo dice el propio Pedro.
(2 Pedro 3:15-16) RVR-95
15 Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano
Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito 16 en casi todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas;
entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen (como también las otras Escrituras) para su propia perdición.
Los judíos, tienen que cumplir con los mandamientos, los cristianos, también. ¿Entonces que diferencia hay entre los dos? La diferencia, no está en las obras, sino en el sentimiento con el cual se hacen o se deben de hacer esas obras.
(Santiago 2:14-24) RVR-95
14 Hermanos míos,
¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarlo? 15 Y si un hermano o una hermana están desnudos y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 16 y alguno de vosotros les dice: “Id en paz, calentaos y saciaos”, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? 17
Así también la fe, si no tiene obras, está completamente muerta.
18 Pero alguno dirá: “Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras y yo te mostraré mi fe por mis obras”. 19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen y tiemblan. 20 ¿Pero quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras está muerta? 21
¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? 22 ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras y que la fe se perfeccionó por las obras? 23 Y se cumplió la Escritura que dice: “Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia”, y fue llamado amigo de Dios.
24
Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras y no solamente por la fe.
Nosotros también tenemos leyes, leyes civiles, pero leyes al fin y al cabo. Entre ellas, tenemos por ejemplo el código de circulación. Nadie ama al código de circulación, nadie tiene fe en el código de circulación, pero mejor o peor, la mayoría de personas cumplen con él. Pues los que no lo cumplen, se ven en el peligro de correr graves accidentes, o en todo caso, recibir alguna multa de tráfico.
Los judíos tienen la “obligación” de cumplir con los mandamientos de Dios, por ley, como si del código de circulación se tratara. Eso es lo que Dios no desea.
(Isaías 29:13) RVR-95
13 Dice, pues, el Señor: “Porque este pueblo se acerca a mí con su boca y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí
y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado;
Mientras que lo que Dios desea de los hombres es algo bien distinto, pero no es distinto en las obras, sino en el sentimiento con que se realizan esas obras.
(Juan 4:23-24) RVR-95
23 Pero la hora viene, y ahora es, cuando
los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también
el Padre tales adoradores busca que lo adoren. 24 Dios es Espíritu, y los que lo adoran, en espíritu y en verdad es necesario que lo adoren.
(Jeremías 31:33) RVR-95
33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová:
Pondré mí ley en su mente y la escribiré en su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
(Hebreos 8:10) RVR-95
10 Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días –dice el Señor--:
Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios y ellos me serán a mí por pueblo.
Los cristianos, no estamos bajo ley, el cumplir con los mandamientos, no ha de ser algo forzado, de obligado cumplimiento, sino que los hemos de entender, y comprender que son buenos para el ser humano, haciéndolos nuestros, y cumpliéndolos como si realmente se tratara de nuestra propia voluntad, y así, cumpliendo con los mandamientos de Dios, nosotros somos realmente
LIBRES, pues estamos realizando nuestro propio deseo, y de esa forma, ni los mandamientos de Dios, ni el Sermón de la Montaña, son gravosos de cumplir.
Ahora bien, si alguien no puede llegar a sentir la necesidad de cumplir con los mandamientos de Dios, pues los sentimientos no los podemos forzar, entonces, ya que no los puede cumplir por amor, que los cumpla al menos como por ley. Pues nadie que cumpla con los mandamientos de Dios, ha de temer, pero ¡Ay de los que no los cumplan!
(Jeremías 7:8-11) RVR-95
8 Vosotros confiáis en palabras de mentira, que no aprovechan. 9 Hurtáis, matáis, adulteráis, juráis en falso, quemáis incienso a Baal y vais tras dioses extraños que no habíais conocido, 10 ¿y ahora venís y os presentáis delante de mí en esta Casa sobre la cual es invocado mi nombre, y decís:
‘Somos libres’, para seguir haciendo todas estas abominaciones? 11
¿Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta Casa, sobre la cual es invocado mi nombre? Esto también yo lo veo, dice Jehová.
No, no basta con confesiones de boca para ser salvo, y el propio Cristo nos lo dice de varias formas distintas, pues por no cumplir con los mandamientos, puede llegar a pasar lo que Cristo nos dice en varias ocasiones.
(Mateo 7:21-23) RVR-95
21
No todo el que me dice: “¡Señor, Señor!”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?”. 23
Entonces les declararé: “Nunca os conocí. ¡Apartaos de mí, hacedores de maldad!”.
(Mateo 21:28-32) RVR-95
28 Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero le dijo: “Hijo, vete hoy a trabajar en mi viña”. 29 Respondiendo él, dijo:
“¡No quiero!”. Pero después, arrepentido, fue. 30 Y acercándose al otro le dijo lo mismo; y respondiendo él, dijo:
“Si, señor, voy”. Pero no fue. 31
¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre?
Dijeron ellos:
--El primero.
Jesús les dijo:
--
De cierto os digo que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios, 32 porque vino a vosotros Juan en camino de justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y las rameras le creyeron. Pero vosotros, aunque visteis esto, no os arrepentisteis después para creerle.
Sería paradójico, que llegado el momento, incluso los incrédulos que con su boca dicen “¡No quiero!”, demuestren con sus actos, ser más dignos de ser llamados hijos de Dios, que los propios creyentes. Pues ha quien más sabe, más se le exigirá. Y como muy bien dijiste tú el otro día,
al cristiano se le ha de reconocer por su comportamiento, a lo que yo añado, que ese comportamiento, es mucho más importante que las palabras que salen de su boca.
Puede ser, que por mi opinión sobre los mandamientos, alguien quiera colgarme la etiqueta de “judaizante”, en ese caso, me encogeré de hombros, pues en el caso de que yo fuera “judaizante”, sería por que mi Maestro ya sería “judaizante”.
(Mateo 19:17) RVR-95
17 Él le dijo:
--¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino uno: Dios.
Pero si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
¿Qué pasa pues, con el Sábado o el Domingo? Si creemos que este mandamiento, es de Dios, y voluntad de Dios. Lo lógico y natural, sería que hiciéramos fiesta precisamente ese día, y no ningún otro. Por amor a nuestro Padre, que nos lo ha pedido.
Los católicos, en su odio y desprecio al pueblo judío, decidieron cambiar el día de Dios, solo con el propósito de diferenciarse de este pueblo, y no contentos con eso, también cambiaron la manera de contar los días de la semana, que pasaron a contarse de Lunes a Domingo, al menos aquí en España, y posiblemente también será así en Francia e Italia, con la intención de que si alguien descubría que el día de Dios era el séptimo día de la semana, al empezar a contar desde el Lunes, ese día séptimo, coincidiera con el Domingo. Para ellos era más importante diferenciarse del pueblo judío, que cumplir con la voluntad de Dios, como también se ha visto, cuando han hecho desaparecer el segundo mandamiento, por intereses de marketing y económicos.
No creo que nadie se pueda perder por hacer fiesta en un día u otro. Pero si a nosotros nos es indiferente el día de descanso, ya sea Sábado, Domingo, Lunes, o cualquier otro, ¿Si a nosotros nos es igual un día que otro, y Dios nos ha indicado el Sábado, qué podemos alegar nosotros para no cumplir con la voluntad de Dios? ¿Porqué NO en Sábado?
¡Que los concilios de los hombres, estén por encima de la voluntad de Dios, me parece totalmente inaceptable, desde cualquier punto de vista! Ahora bien, toda persona ha de actuar, según su propia conciencia. Yo pretendo difundir mi opinión, y que se medite sobre ella, pero no pretendo imponerla.
Cristo nos dice en una ocasión:
(Mateo 7:9) RVR-95
9
¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra?
¿Acaso el amor solo ha de funcionar de padre a hijo? ¿Si nuestro Padre, nos pide pan, le podemos dar una piedra? ¿Si nuestro Padre nos pide que descansemos en Sábado, nosotros podemos decir: “¡No, nosotros hacemos fiesta en Domingo!”? Como “poder”, evidentemente se puede, pues muchos lo hacen. ¿Pero eso es amar a Dios, con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con toda nuestra mente? Perdonad en todo caso mi ceguera, pero yo no lo puedo ver así.
Pasemos ahora al otro tema, entre la diferencia que propones, entre pecar y practicar el pecado, con respecto a ser hijo de Dios o no.
Hay una gran diferencia entre pecar de tarde en tarde, o pecar continuamente. Gran diferencia hay entre fumar cinco cigarrillos, o menos, al día, y fumar más de un paquete diario, yo todavía soy fumador de más de un paquete. Gran diferencia hay entre beber un vaso de vino en las comidas, o emborracharse de continuo.
(1 de Juan 1:8-9) RVR-95
8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
A bien seguro, me creeréis si digo que: “Durante mi vida, he acumulado una larga lista de pecados”. Esto con seguridad, nadie lo dudará. Todos pecamos, y todos lo sabemos. ¿Esos pecados nos impiden ser hijos de Dios? No necesariamente. ¿Pero es suficiente con confesar nuestros pecados, para que nos sean perdonados? En ese caso, no habría diferencia entre pecar de tarde en tarde, o “practicar” el pecado continuamente, pues con confesarlos, ya serían perdonados.
(Lucas 24:47) RVR-95
47 y que se predicara en su nombre
el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones.
(Mateo 3:7-8) RVR-95
7 Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: “¡Generación de víboras!, ¿quién os enseñó a huir de la ira venidera? 8
Producid, pues, frutos dignos de arrepentimiento,
Para que los pecados sean perdonados, es imprescindible que nos arrepintamos de nuestros pecados. Y quiero matizar, que no es lo mismo arrepentirse que tener sentimientos de culpa, son dos cosas bien distintas.
Cuando yo intento dejar de fumar, y no lo consigo, me embargan los sentimientos de culpa y el auto desprecio, igual que quien está realizando un régimen alimentario, y al pasar por una pastelería, se deja vencer por la tentación de comerse un pastel, o el alcohólico después de cada borrachera. Ese sentimiento de culpa, no sirve para nada, todo lo más, nos recuerda constantemente lo débiles que somos.
El arrepentimiento verdadero, es mucho más que eso, cuando te arrepientes verdaderamente, no solo vences la tentación de volver a caer, sino que además, ya no vuelves a sentir ni la tentación, a pesar de que puedas encontrarte ante la oportunidad de volver a pecar. Esa persona que ha vencido ese pecado, puede pecar en otras cosas, pero en ese pecado en concreto, ya no puede volver a caer. Más tarde, podrá identificar y arrepentirse de otro pecado, y con el tiempo, y con sinceridad, se podrá llegar a arrepentirse de todos sus pecados. Y es entonces, cuando al no sentir ninguna tentación, esa persona
ya no puede volver a pecar en absoluto.
Solo las personas que en alguna ocasión, hayan experimentado algún verdadero arrepentimiento, podrán entender lo que yo estoy diciendo. El resto, seguirán creyendo que el sentido de culpa, es el arrepentimiento, y lo que hablo sobre el arrepentimiento, solo son fantasías y ganas de hablar por hablar.
La personalidad pecadora de esa persona que ha renacido de nuevo, ha muerto, ha sido enterrada en el agua, y sus pecados anteriores, han sido limpiados con el agua, para volver a surgir un hombre nuevo, renacido del agua y del espíritu. Este es el verdadero bautismo.
(Juan 3:5) RVR-95
5 Respondiendo Jesús:
--De cierto, de cierto te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios
(Juan 3:5) San Pablo
5 Jesús respondió: “
Te aseguro que el que no nace del agua y del espíritu no puede entrar en el reino de Dios.
Esa persona que ha nacido de nuevo, es ya hijo de Dios,
y no puede ya pecar.
(1 de Juan 3:5-10) RVR-95
5 Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados,
y no hay pecado en él. 6 Todo aquel que permanece en él,
no peca. Todo aquel que peca, no lo ha visto ni lo ha conocido. 7 Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. 8 El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
9
Todo aquel que es nacido de Dios no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él;
y no puede pecar, porque es nacido de Dios. 10 En esto se manifiestan los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia y no ama a su hermano, no es de Dios.
Amigo Alex, quien es hijo de Dios,
NO PUEDE PECAR, ni poco, ni mucho, sencillamente no puede pecar. Cristo es Hijo de Dios. ¿Qué diremos, que Cristo solo pecaba de tarde en tarde, pero que no “practicaba” el pecado? Ningún hijo de Dios, ya sea en mayúsculas o en minúsculas, puede pecar.
Los cristianos, somos llamados a ser hijos de Dios, pero como Cristo dijo: “Muchos son los llamados y pocos los escogidos”. Esa es nuestra ilusión, nuestro deseo, pero no hemos de consentir que ilusiones, deseos o intereses personales, nos nublen la vista, y nos aparten de la realidad, y de la verdad. Pues en caso contrario, caeremos en las propias garras de Satanás, o sea, de la mentira.
Yo mismo, por estos foros, alguna vez me declare hijo de Dios, y hermano de Cristo, cuando reflexioné y me di cuenta de mi error, ya pedí excusas por mis palabras. Pues alguien que no se reconoce a si mismo como salvo y es conciente de que sigue siendo pecador, que diga ser hijo de Dios, es solo una incoherencia, palabras cargadas de vanidad, mentiras, y hoy diría de mis propias palabras, que no eran más que blasfemias.
Incluso en el caso de que una persona llegara a dejar de pecar, tampoco podría auto proclamarse “salvo” o “hijo de Dios”, pues nadie sabe, que pasará mañana, pues podemos caer en algún pecado desconocido para nosotros anteriormente. Solo el día de la muerte, una persona puede tener la seguridad, que desde que se arrepintió del último pecado, ya no ha vuelto a pecar más. Pero una vez muerto, ya no puede declarar nada, como es de suponer.
¿Podría una persona viva, tener la seguridad de ser hijo de Dios? Si, cabría esa posibilidad, en caso que se cumpliera lo siguiente.
(Juan 14:21) RVR-95
21 El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré
y me manifestaré a él.
Esperemos que mañana, no tengamos una retahíla de mensajes donde nos digan que ellos son verdaderamente hijos de Dios, porque Cristo se les ha manifestado.
Los que guardan los mandamientos de Dios, serán salvos y serán “pueblo de Dios”, pero solo los “perfectos”, serán hijos de Dios, y entrarán en el reino de Dios. Solo estos perfectos, no tendrán necesidad de pasar por juicio, son los que en Apocalipsis se les conoce por los ciento cuarenta y cuatro mil. Los que no lleguemos a ese nivel, entonces si que tendremos que someternos al juicio, y de ese juicio, unos saldrán declarados salvos, y otros condenados. En otra conversación decía.
Clases, hay incluso entre los salvos, no es lo mismo ser un ángel, que un arcángel, y en la cita de Mateo, (Mateo 19:16-24), hay dos clases distintas, con condiciones distintas, unos, son los salvos, que para poder llegar a serlo, solo han de cumplir con los mandamientos. Para ser salvo, que era lo que el rico le estaba preguntando a Cristo, no es necesario, el desprenderse de los bienes materiales. Y los otros, son los “perfectos”, que para formar parte de estos últimos, es imprescindible el no tener bienes materiales. Pues es una condición que Cristo no le da al rico, hasta que este no insiste, y es entonces, cuando Jesús le dice: “Si quieres más, si quieres formar parte de los que han de gobernar a los salvos, entonces, has de deshacerte de todos tus bienes materiales, y seguir el ejemplo de la vida de Jesús, hasta su muerte incluida”.
Y entonces es cuando se es hijo de Dios, cuando se es perfecto, y por supuesto, no puede ya pecar, ni poco ni mucho.
Mientras nosotros no lleguemos a ese nivel de perfección, mientras sigamos pecando, no podremos decir que somos hijos de Dios, ni que hemos renacido de nuevo. En todo caso, mientras no lleguemos a ello, solo podemos decir que estamos en periodo de gestación, pero si finalmente llegaremos a renacer de nuevo, o por el contrario, nos quedaremos por el camino, como si de un aborto se tratara, solo el tiempo nos lo puede decir.
Por nuestras obras, (por nuestros pecados) todos estamos condenados, si no fuera por la gracia del perdón de los pecados, nadie sería salvo, ni nadie podría ser hijo de Dios. Pero la gracia, es justamente eso, una gracia, un regalo que se nos hace, sin que nosotros tengamos ningún derecho a reclamarlo, ni por obras, ni por declaraciones de boca, ni por ninguna otra causa, nadie puede exigir, ni reclamar a Dios, que le sea concedida la gracia. Seamos pues más humildes, no sea que por nuestra soberbia y vanidad de declararnos salvos, o hijos de Dios, entonces Dios opte, por no concedernos la gracia, y acabemos finalmente en el gehena, con el resto de los hijos de la mentira.
(Mateo 23:12) RVR-95
12
porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.