Dios si puede si quiere , el hombre no.
Como dice Buxtorf:
observó que algunos argumentaban que era original la pronunciación samaritana "Yahve", otros la greca "Iao", otros la latina "Iova", y otros la muy reciente "Jehová". Por su parte sostuvo que, como reconocían los judíos y como indicaban las variaciones de la puntuación del Tetragrámaton en los textos bíblicos (algunas veces con las vocales ə, ō, ā, יְהוָה otras veces con ĕ, ō, i, יֱהֹוִה), la pronunciación original quedaba irremediablemente perdida, y que el nombre tenía que leerse no como "Jehová" sino como "Adonai".