Hermano Mario.
Es lamentable que un tema tan interesante y tan actual como la del pentecostalismo no se esté tratando a su nivel correspondiente. La Iglesia del Señor es Pentecostal ya que sin el trabajo (escuchen, Julio y Mónico), SIN EL TRABAJO DE LA TERCERA PERSONA DE LA SANTISIMA TRINIDAD no hay Iglesia del Señor. En su Gracia Soberna, el Señor me permitió crecer en la denominación pentecostal. Hablé en lenguas, vi visiones, etc., de niño. Agradezco que el Señor me permitió estar en esas cosas y no en las cosas extra-cristianas. Sin embargo, llegó un momento cuando descubrí que si me quedaba dentro de una denominación pentecostal, no iba a seguir creciendo espiritualmente (es decir, en Verdad y Gracia). Estoy feliz de haberlo hecho ya que ahora puedo analizar más profundamente no sólo la Palabra de Dios sino también el desarrollo histórico de la Iglesia del Señor.
Aquí viene lo que verdaderamente quiero afirmar hoy día: Los nombres de las instituciones verdaderamente no significan mucho ya que tienen muchos significados. Comenzando por la palabra "Cristianos", hay una tremenda variedad de significados (Para unos ser cristiano es no ser animal irracional; para otros, ser un fiel seguidor de Cristo en hechos y palabras. En medio de estos dos significados hay una variedad de otros significados). Esto vale para 'pentecostales', 'bautistas', 'católicos', 'presbiterianos', etc. El campo semántico de estos nombres es muy ancho.
La misma exageración que está cometiendo el hermano Manuel Mora la cometen los pentecostales que opinan de los bautistas o de los reformados sin saber verdaderamente por dentro lo que esas palabras significan ahí (aquí) y ahora.
En cada una de las expresiones trinitarias del Cristianismo hay una riqueza inagotable que por desconocerla no nos beneficiamos de ellas. Aquí en los Estados Unidos hay un teólogo de las Asambleas de Dios cuyo libros son muy respetados en los círculos reformados; y, viceversa, los libros reformados son muy bien recibidos por las instituciones de las otrs denominaciones.
Entre cristianos, tenemos que animarnos al conocimiento los unos a los otros. Inclusive, hay (este es un comercial para Karolusin) autores católicos que todo evangélico maduro debiera leer.
Con mucho aprecio por todos ustedes que han participado de este 'epígrafe',
Ezequiel Romero
Es lamentable que un tema tan interesante y tan actual como la del pentecostalismo no se esté tratando a su nivel correspondiente. La Iglesia del Señor es Pentecostal ya que sin el trabajo (escuchen, Julio y Mónico), SIN EL TRABAJO DE LA TERCERA PERSONA DE LA SANTISIMA TRINIDAD no hay Iglesia del Señor. En su Gracia Soberna, el Señor me permitió crecer en la denominación pentecostal. Hablé en lenguas, vi visiones, etc., de niño. Agradezco que el Señor me permitió estar en esas cosas y no en las cosas extra-cristianas. Sin embargo, llegó un momento cuando descubrí que si me quedaba dentro de una denominación pentecostal, no iba a seguir creciendo espiritualmente (es decir, en Verdad y Gracia). Estoy feliz de haberlo hecho ya que ahora puedo analizar más profundamente no sólo la Palabra de Dios sino también el desarrollo histórico de la Iglesia del Señor.
Aquí viene lo que verdaderamente quiero afirmar hoy día: Los nombres de las instituciones verdaderamente no significan mucho ya que tienen muchos significados. Comenzando por la palabra "Cristianos", hay una tremenda variedad de significados (Para unos ser cristiano es no ser animal irracional; para otros, ser un fiel seguidor de Cristo en hechos y palabras. En medio de estos dos significados hay una variedad de otros significados). Esto vale para 'pentecostales', 'bautistas', 'católicos', 'presbiterianos', etc. El campo semántico de estos nombres es muy ancho.
La misma exageración que está cometiendo el hermano Manuel Mora la cometen los pentecostales que opinan de los bautistas o de los reformados sin saber verdaderamente por dentro lo que esas palabras significan ahí (aquí) y ahora.
En cada una de las expresiones trinitarias del Cristianismo hay una riqueza inagotable que por desconocerla no nos beneficiamos de ellas. Aquí en los Estados Unidos hay un teólogo de las Asambleas de Dios cuyo libros son muy respetados en los círculos reformados; y, viceversa, los libros reformados son muy bien recibidos por las instituciones de las otrs denominaciones.
Entre cristianos, tenemos que animarnos al conocimiento los unos a los otros. Inclusive, hay (este es un comercial para Karolusin) autores católicos que todo evangélico maduro debiera leer.
Con mucho aprecio por todos ustedes que han participado de este 'epígrafe',
Ezequiel Romero