Re: ¿Cuando fue el ladron al Paraiso?
Gracia es la que me hace cuando leo comentarios como los anteriores, tan vacíos y tan característicos de los que no dejan de lado las burlas propias de los que con su acostumbrada ponzoña torturan de manera elegante la paciencia de quienes hacen blanco de sus irónicas e insulsas manifestaciones. Ningún forista detractor a ciertas creencias y ningún TJ aquí ha rehuido jamás un debate respetuoso, menos este servidor. Quizás sea el sueño más acariciado de muchos pero no corresponde a la realidad de las evidencias.
Lo verdad es que no toleran ni una cosa ni la otra. Como lo manifesté una vez; si uno es ligero y corto en sus respuestas, que no tiene argumentos; si se extiende mucho, que es una “perorata” sin sentido. Si vamos al “punto” responden con incoherentes afirmaciones y nunca “aterrizan” con tal de rehuir ese “punto” en discusión que tanto critican en nosotros, pero le dan la más calurosa bienvenida si son ellos quienes lo evitan (el punto) para no tener que verse ante la incomodidad que produce el no saber qué responder de manera coherente, convirtiendo lo que debió ser una simple respuesta lógica, en una retahíla de indescriptibles afirmaciones con tal de no reconocer la falta de un verdadero razonamiento hermenéutico que los contextos bíblicos establecen para mejor aprender.
Saber cuándo callar y cuándo responder es un derecho que nos asiste a los TJ o a quien sea. Nadie está obligado a seguir una infructífera discusión en donde los insultos e ironías, así como las ya toleradas maldiciones en este foro, “vuelan” por los “aires como morteros teledirigidos”, procedentes de los más ruidosos personajes que se esconden en el anonimato de una misteriosa secta que al parecer les avergüenza exponer o bien, se escudan en sus propias madrigueras denominacionales, alborotando desde allí los ya de por sí caldeados ánimos de los más histriónicos y fanáticos cristianitos del presente foro que, al menor indicio del llamado “a las armas”, se abalanzan como lobos hambrientos a saborear las partes más objetivas de una respetuosa, firme y sostenida argumentación en base a criterios bien fundamentados, no así compartidos, que es otra cosa.
Gracia me hace que se manifieste tan incongruente forma de analizar lo que bien se sabe, lo hacemos “cara a cara” con cuantos visitamos, literalmente y en el mundo entero, sin distingos de religión ni posición social o académica.
Gracia me da que se critique nuestra “corta” visita a quienes visitamos como argumento a su favor relacionándolo con la “falta de preparación” de nuestros hermanos y hermanas. Si somos breves en nuestras visitas, está mal; si por el contrario nos extendemos mucho, estamos quitando el tiempo a nuestros visitados. Si nos enfrascamos en alguna discusión “estéril” y absurda en donde no se llegará a ningún lado, pues también lo critican porque no podemos “convencer” a nuestros más enconados enemigos ideológicos. Esto cuando no es que “huimos aterrorizados”. Esto me hace gracia.
Y, para terminar con las “gracias”, me hace “mucha gracia” el hecho de que quienes critican nuestra predicación de “casa en casa” (que al parecer es criterio compartido por unanimidad) ni siquiera tienen noción de lo que hablan; de la labor inmensa y titánica que significa obedecer a Jesús en cumplimiento de la profecía de Mateo 24:14 (que dicho sea de paso nunca entenderán); de estar visitando los hogares para tratar de dar el “testimonio” a todo tipo de personas de variadas ideologías de las que, estoy seguro, ninguno de ustedes (bueno, con las excepciones a toda regla) sabría siquiera ni cómo hacer una breve presentación adecuada, antes de que los echen de la manera más elegantemente posible, porque de seguro, lo de “horrorizarse”, estaría de ese lado y no del nuestro.
Por lo tanto, creo que lo de “nos aterroriza” no está de nuestro lado, sino de quienes con constancia lo reiteran y quienes de seguro son los que se sueñan todas las noches con una “victoria sobre la razón” que jamás ganarán, no al menos empleando tan débiles observaciones descalificadoras como su salida de ocasión a lo que llaman “argumentar con la Biblia”, cuando es evidente la patética forma en que la han tergiversado a su gusto y, encima, la niegan de tapa a tapa.
Saludos cordiales.
Estimado Edgar:
Por gracia de Dios soy también de los que responde a un mensaje punto por punto, pero cuando ya la cosa se expande descomensuradamente, es cuando me suena la alarma y despierto a la conveniencia de parar el "punto por punto" para "ir al punto", que es lo que los TJ rehúyen pues eso los aterroriza.
Presiento que de noche ni duermen espantados ante el compromiso de tener que responder a una sola cuestión sin lograr una distracción con otras varias.
Les encanta que les escribas largo, pues podrán luego duplicarse o triplicarse en la extensión de sus respuestas, pero pierden interés en proseguir un debate si se sienten metidos en el brete de contraerse a un solo punto de la discusión.
Si llegan a perder un solo punto, saben que se les desmorona la torre entera con todos sus atalayas colgados de ella.
Saludos cordiales
Pensándolo bien, creo que te asiste toda la razón y que ya nadie más se atreverá a contradecir la incuestionable realidad que ese mismo día, antes que asomase la primera estrella en el firmamento jerusalemitano el Señor Jesús se reencontró con el malhechor arrepentido en el mismísimo Paraíso o seno de Abraham en el Hades.
Quien te contradiga, por lo menos para merecernos alguna confianza, deberá doblarte en su exposición, y si lo lograra, a su turno ya tendrás tu oportunidad de triplicarla para que ya no se atreva a alegar nada más.
Muchas gracias por el encomiable esfuerzo desplegado.
Saludos cordiales
Gracia es la que me hace cuando leo comentarios como los anteriores, tan vacíos y tan característicos de los que no dejan de lado las burlas propias de los que con su acostumbrada ponzoña torturan de manera elegante la paciencia de quienes hacen blanco de sus irónicas e insulsas manifestaciones. Ningún forista detractor a ciertas creencias y ningún TJ aquí ha rehuido jamás un debate respetuoso, menos este servidor. Quizás sea el sueño más acariciado de muchos pero no corresponde a la realidad de las evidencias.
Lo verdad es que no toleran ni una cosa ni la otra. Como lo manifesté una vez; si uno es ligero y corto en sus respuestas, que no tiene argumentos; si se extiende mucho, que es una “perorata” sin sentido. Si vamos al “punto” responden con incoherentes afirmaciones y nunca “aterrizan” con tal de rehuir ese “punto” en discusión que tanto critican en nosotros, pero le dan la más calurosa bienvenida si son ellos quienes lo evitan (el punto) para no tener que verse ante la incomodidad que produce el no saber qué responder de manera coherente, convirtiendo lo que debió ser una simple respuesta lógica, en una retahíla de indescriptibles afirmaciones con tal de no reconocer la falta de un verdadero razonamiento hermenéutico que los contextos bíblicos establecen para mejor aprender.
Saber cuándo callar y cuándo responder es un derecho que nos asiste a los TJ o a quien sea. Nadie está obligado a seguir una infructífera discusión en donde los insultos e ironías, así como las ya toleradas maldiciones en este foro, “vuelan” por los “aires como morteros teledirigidos”, procedentes de los más ruidosos personajes que se esconden en el anonimato de una misteriosa secta que al parecer les avergüenza exponer o bien, se escudan en sus propias madrigueras denominacionales, alborotando desde allí los ya de por sí caldeados ánimos de los más histriónicos y fanáticos cristianitos del presente foro que, al menor indicio del llamado “a las armas”, se abalanzan como lobos hambrientos a saborear las partes más objetivas de una respetuosa, firme y sostenida argumentación en base a criterios bien fundamentados, no así compartidos, que es otra cosa.
Gracia me hace que se manifieste tan incongruente forma de analizar lo que bien se sabe, lo hacemos “cara a cara” con cuantos visitamos, literalmente y en el mundo entero, sin distingos de religión ni posición social o académica.
Gracia me da que se critique nuestra “corta” visita a quienes visitamos como argumento a su favor relacionándolo con la “falta de preparación” de nuestros hermanos y hermanas. Si somos breves en nuestras visitas, está mal; si por el contrario nos extendemos mucho, estamos quitando el tiempo a nuestros visitados. Si nos enfrascamos en alguna discusión “estéril” y absurda en donde no se llegará a ningún lado, pues también lo critican porque no podemos “convencer” a nuestros más enconados enemigos ideológicos. Esto cuando no es que “huimos aterrorizados”. Esto me hace gracia.
Y, para terminar con las “gracias”, me hace “mucha gracia” el hecho de que quienes critican nuestra predicación de “casa en casa” (que al parecer es criterio compartido por unanimidad) ni siquiera tienen noción de lo que hablan; de la labor inmensa y titánica que significa obedecer a Jesús en cumplimiento de la profecía de Mateo 24:14 (que dicho sea de paso nunca entenderán); de estar visitando los hogares para tratar de dar el “testimonio” a todo tipo de personas de variadas ideologías de las que, estoy seguro, ninguno de ustedes (bueno, con las excepciones a toda regla) sabría siquiera ni cómo hacer una breve presentación adecuada, antes de que los echen de la manera más elegantemente posible, porque de seguro, lo de “horrorizarse”, estaría de ese lado y no del nuestro.
Por lo tanto, creo que lo de “nos aterroriza” no está de nuestro lado, sino de quienes con constancia lo reiteran y quienes de seguro son los que se sueñan todas las noches con una “victoria sobre la razón” que jamás ganarán, no al menos empleando tan débiles observaciones descalificadoras como su salida de ocasión a lo que llaman “argumentar con la Biblia”, cuando es evidente la patética forma en que la han tergiversado a su gusto y, encima, la niegan de tapa a tapa.
Saludos cordiales.