Todo lo que aquí bien señalas como si se tratara de la verdad absoluta que pretendes conocer con bastante rigurosidad, es lo que criticas en otros porque en el fondo no toleras que seamos los TJ los que por muchas razones nos creamos el pueblo que Dios está utilizando para advertirles a ustedes la lamentable situación espiritual en la que se encuentran. Creo que hasta malentiendes el razonamiento compartido y sigues arremetiendo trancazos a diestra y siniestra, cuyo único motivo es traerte abajo nuestra perseverancia e insistente forma en que nos desenvolvemos en cualquier campo “de batalla”. No creas que el ir “de casa en casa” en medio de tanta turbulencia anímica de cuanta persona visitamos en sus propios hogares o negocios, si fuera por nosotros mismos la llevaríamos a cabo, si no contáramos con la fuerza que proviene de Dios. Ninguna otra organización, sea la que sea y de la finalidad que sea, se mantendría disponible de manera tan constante y persistente como nuestra organización aguantando por más de 100 años una constante guerra psicológica y espiritual que la propia cristiandad, con todo y su “gobernante obscuro que la guía” no ha podido apagar el fuego figurativo de nuestra inagotable fogata. ¿Y sabes por qué? Porque contamos con el único Poder sobrehumano capaz que nos da las fuerzas para que sigamos con aguante esa “carrera por la vida”.
Criticas nuestra “injusta” ventaja sobre el visitante distraído e ignorante que no le queda, en la mayoría de los casos, más que someterse a nuestro dominio y control de la situación y en la que por lo general, salimos airosos porque no encontramos “verdadera” oposición a nuestros incorrectos y penosos argumentos. ¡Enfoque equivocado mi estimado forista! En el pueblo de Dios existe todo tipo de personas, como por lógica deberías al menos de saber, a no ser que tu prejuicio llegue hasta este colmo y desestimes también que aún en nuestras filas existe mucha gente de escaso potencial académico y humildes que lo que les importa sobremanera, no es “ganar” la discusión de turno con el “pastor” letrado de la comunidad evangélica del pueblo; ni con el sacerdote recién graduado en algún seminario teológico; ni con el prospecto ateo cuyos atestados harían enmudecer al más estudiado de nuestros integrantes; sino por dar el testimonio cabal y en sus propias palabras, de un mandato milenario como obligación que se nos impuso como parte de nuestro amor al prójimo y como “tiquete” obligatorio, al menos para ser tomados en cuenta dentro la misericordia de nuestro Dios.
Comprendo muy bien tu casi desesperada súplica que haces para que sigamos contendiendo, al menos contigo, para que no se diga que salimos huyendo porque se nos hayan acabado nuestros argumentos. Tú sabes que esto no es verdad y lo hemos demostrado. Lo que pasa es que tampoco puedes ignorar que todo tiene un principio y un fin. La finalidad de nosotros como organización a nivel mundial, no está en enfrascarnos indefinidamente en debates con la única meta de ver cuándo es que podemos dar el “golpe de gracia” y convencer a un buen número de los participantes porque esto, en sí, es casi imposible de lograr y lo sabes bien. La misión es hacer el recogimiento de “ovejas”, no alborotar los rebaños de “cabras” que, desgraciadamente, abundan mucho más que cualquier otra especie en peligro de extinción.
Tampoco tenemos que aceptar con “humildad ficticia” la argumentación contraria sólo para demostrar nuestra más ferviente y sincera proclividad hacia lo que tú consideras la verdad de tus revoltosos movimientos “Cristocéntricos”, más diluidos que sal en el agua. En este foro y en los otros en donde he dado mis aportes y mis opiniones, lo que he visto y he podido comprobar es la mediocridad de mentes débiles y profanas, cuyo único propósito es la destrucción de la espiritualidad, no su edificación. Han participado verdaderos energúmenos y depredadores de cuanta dignidad humana haya en cualquiera que no congenie con su particular forma de entender los preceptos bíblicos; han demostrado la ira que proviene del inicuo en atacar personalidades y conciencias, dándose el lujo de provocarnos constantemente al máximo con tal de hacernos salir de nuestras “casillas” y obligándonos a emplear todo el control mental que requiere para no ponernos a su altura y carroñera forma de atacar.
Y es que ha habido para todos los gustos y colores. Los hay que de todo se burlan y “risas” van y “risas” vienen. A todo cuanto intentamos razonar se cataloga de “estúpidas ideas”; los hay quienes llegan hasta el colmo de la mediocridad y el “odio” religioso poniendo en su firma, fotografías de Russell con leyendas descalificadoras. Los hay que desde que entran al foro es buscando “camorra” y nos acomodan cuantos adjetivos el webmaster les permita, a cual más de todos de “cariñosos” apelativos que de seguro los deben saborear como “orgásmicas” experiencias psicológicas. Y ni qué decir de algunos de ellos que congenian en algún aspecto doctrinal las aclaraciones que tienen que estar interponiendo para que no los confundan con nosotros y les “llueva” la misma carretilla de insultos y burlas que disfrutan hasta el cansancio. ¡Y todavía vienes tú y nos criticas, también, nuestro “trauma” de “víctimas” y “peliculeras poses” de creernos los perseguidos del mundo y su lacra espiritual! ¡Y lo mejor de todo es que son “hermanos en Cristo” y seguidores de las huellas del “Mártir del Calvario”.
También he sido testigo de algunos, en realidad, pocos foristas respetuosos y dignos de reconocimiento, como Salmo 51, Julio V, Mario Vertiz, LDX, JFB, el mismo Edcentinela, así como mi muy respetuoso y estimado Armando Hoyos, a quien deseo pronta recuperación, y otros que se me escapan de momento, que aunque no compartan nuestras creencias, son accesibles y amistosos como lo debe ser todo aquél que se precie de seguir los pasos del Cristo que representan y uno, quizás el más sobresaliente de ellos por su evidente imparcialidad, mi estimado amigo y contertulio Davidben, “Wilson”, quien en más de una oportunidad ha salido hasta en nuestra defensa contra los ataques más “virulentos” y perniciosos que hemos tenido que soportar. Estoy seguro que Jehová se lo tomará en cuenta.
Al ver estas actitudes sinceras y objetivas, y aunque en muchas cosas quizás diferimos de ellos, es agradable el diálogo directo pero ameno y, aunque pretendamos estar dentro del pueblo de Dios –cosa que no veo que sea en sí mal vista por la lógica que está envuelta– siempre tratamos de razonar y, el razonar con la gente, jamás puede significar nuestra imposición o nuestra forma “enfermiza” con la que ustedes pretenden señalarnos, cuando aplicamos el “lavado de cerebro” a los más débiles de los que visitamos en nuestro ministerio de casa en casa. Como una vez te lo hice notar, con ustedes nunca se quedará bien a no ser que “ajustemos” nuestro volumen a su propio nivel de aceptación. Tú has sido un confeso y claro detractor con un galopante prejuicio que para nada has ocultado y aún así pretendes que sigamos en un diálogo en donde ningún esfuerzo, por más prolijo o conciso; sabio y razonado; con muchas pruebas o sin ellas, tendrá el resultado deseado siquiera en algún punto medular en el que lleguemos a “feliz puerto”. Tus últimos aportes todavía adolecen de una espectacular “pugna” que chorrean esas gotas amargas del malestar que manifiestas cuando te refieres a todo lo que enseñamos como “herejías” y, debo entender claramente, que al proferir nosotros tantas “herejías”, pues tú, como portador de la verdad en calidad de “lobo solitario” en “contacto directo con el Cielo”, tienes que luchar contra ellas no importando los medios que para tan “magna” obra tengas que valerte.
Otro asunto digno de mencionar es el caso específico en que a veces, hasta los que no profesan la fe cristiana tal cual lo intentamos tú y yo, aplican mejor el razonamiento lógico para poder externar criterios totalmente independientes del PRE que se antepone siempre al JUICIO, cuando la estimable forista Martamaría te ha hecho observaciones dignas de una mente que razona; ella, que no cree siquiera en la existencia del Dios de la Biblia, a veces, razona mejor que tú y puede “observar” cosas que tú no ves por el prejuicio que alimenta tu alma. Me llamó poderosamente la atención su participación y lo que te indicó en la página 19 del tema “Abstenerse…” aporte # 271, en donde claramente hizo una notable, no hay duda, observación llena de lógica, dijo: “Cuando los TT.JJ. dejan morir a sus hijos por no ponerles una transfusión de sangre, es porque creen firmemente que es un mandato de Dios. No creo que nadie se atreva a decir que lo hacen porque les conviene.” Creo que mi estimable damita no tuvo la oportunidad de leer los aportes cuando, precisamente, se nos decía que dicha actitud de nuestra parte era “conveniente” a nuestros particulares “intereses”.
Sigues hablando de “manidos argumentos” como si los susodichos fueran una característica exclusiva de nuestras lógicas tácticas proselitistas. Al parecer te recreas e inviertes tu tiempo (por no decir perderlo) en nimiedades y banalidades que al tratar de explicarlas estaríamos en peor posición perdiendo el tiempo en dar réplica sobre lo que por unanimidad sería aceptado como algo lógico y atribuible al entrenamiento que cualquier iglesia tendría por costumbre. El que nos preparemos con la Palabra de Dios y escojamos algunos textos dignos de ser presentados a nuestros visitados no es motivo para que también se nos critique a no ser que el despliegue que ostentas del Amor de Dios en tu vida, sea una careta no más para cubrir lo que realmente está detrás de ella cuando te la quitas. Y es en esto que he notado toda esa falsa religiosidad que se esconde en una dura concha que no les permite aceptar ni siquiera lo obvio de una elemental preparación bíblica adecuada, criticando TODO lo que en el momento se les ocurra, con tal de no dar ninguna concesión a nuestra forma de predicar las Buenas Noticias a la humanidad sin esperanza; desesperada y dolida, por la falta de ese pastoreo que ustedes han abandonado y dejado a su suerte, hasta el colmo de llegar a justificar el no salir a las calles a buscar a las ovejitas “perdidas” aduciendo una retahíla de vergonzosas justificaciones para no tener que “lidiar” con el toro en su redondel.
Todos los foristas que han participado, los menos y los más, incluso hasta los más educados y cultos, defienden como es lógico también, una “ideología”, la que en el momento profesan, pero ninguno ofrece una esperanza segura en donde “anclar el alma”; un “puerto” donde arribar o un “pasto” donde descansar. Todos tienen en mente, más bien, el mismo “manido argumento” del “Cristo de sus Amores”; el Jesús de Nazareth que se sacrificó y enseñó todo lo referente a la salvación humana y de quien se ha hecho una “caricatura” monstruosa de la realidad que nos dejó como herencia para disfrutar de ella. ¡Todos hablan de él y todos, dicen que Él es el Señor! Pero lo más irónico es que entre más lo enaltecen y lo elevan como su “estandarte” preferido, al mismo tiempo, cada cual, desde su propia ideología o iglesia, a pesar de tantos enfoques doctrinales y administrativos, se encuentran más divididos que unificados en el mismo “espíritu” que supuestamente dicen estar unidos. Y esto, mi querido amigo, no puede ser. El “espíritu de Dios” no puede ser el guía entre tantas diferencias doctrinales y nada tiene que estar recreándose en donde la verdadera unidad brilla por su ausencia. En esto también congenio con la perspectiva de Martamaría cuando a las iglesias se refiere. Observa esa desunión que es harto evidente entre toda esa cristiandad de 2000 mil millones de miembros y dividida en más de 6000 denominaciones y sectas tan dispares y con criterios tan encontrados. ¿Fue ese el propósito por el que el Señor Jesús murió? ¡No lo creo!
En cuanto a tu “guerra encarnizada” permíteme manifestar lo siguiente: existen muchas formas de guerrear contra una idea o doctrina; de hecho, durante el primer siglo de nuestra era, Roma tiñó de sangre la tierra y la arena de su “circo” en donde se entretenían y se recreaban, con todo tipo de sacrificios vivos, derramando sangre inocente de todos los que en ese entonces consideraban, al cristianismo, como una “secta destructiva”. Dicha persecución continuó por algunos siglos y luego, aquello que era perseguido, claudicó y los papeles se invirtieron y llegaron a estar del lado más fuerte de la contienda y así continuaron pervirtiendo la sana enseñanza del Maestro al que con sus “labios” honraban. Y todavía, hundiendo aún más la espada de la intolerancia que ya dominaba medio mundo, aquellos otrora descendientes de los perseguidos eran ahora los perseguidores y derramadores de sangre inocente tratando de “corregir” las “herejías” de aquellos valientes que se atrevieran a desafiar a la religión oficial del “Cristo” que servían. No por nada la “Cyclopædia de M’Clintock y Strong relata: “La simplicidad del Evangelio fue corrompida; se introdujeron ostentosos ritos y ceremonias; se confirieron honores y emolumentos mundanos a los maestros del cristianismo, y el reino de Cristo en gran medida fue convertido en un reino de este mundo… La mano que plantó la Cruz… en este continente no fue la del sacerdote o apóstol. Fue la mano manchada de sangre del soldado. . . Hasta este siglo la Iglesia en este continente, a pesar de protestas en sentido contrario, no ha podido soltarse de las cuerdas del ropaje de César.” Esto es historia y no puedes decir que son “manidos argumentos” sacados de los sótanos de la “torre” de Brooklin como autodefensa estratégica. Es la realidad de lo que hoy tenemos a nuestro alrededor.
En cuanto a ti, claro que has dado una lucha “escarnizada”, bajo tu estilo y formación, educada y bien contada, con evidente soltura dialéctica de la que bien adoleces y de una fluida y bien preparada sintaxis propia de quienes saben escoger muy bien las palabras elegantes cuya lectura se hace entretenida y de fácil comprensión para todos aquellos que te siguen y ven en ti, ese hábil armamento capaz de destruir, dialécticamente hablando, las heréticas enseñanzas de los defensores de la “torre”. Pero, al igual que tus contertulios, a tu manera, también dejas claro tu repudio por lo que consideras “herejía”; pero la diferencia entre lo que defiendes y el “cómo lo defiendes” se hace evidente cuando ya no razonas por ti mismo, echando garra de cuanto ariete ideológico te sea propicio con tal de contradecir hasta lo que no merece discusión alguna y en lo que debería ser común denominador aún entre contendientes religiosos.
De manera que lo que se evidencia de todos los textos que sobre la sangre se habla en la Biblia, debería ser el tema que por excelencia arrojara al menos un “común denominador” para que a él nos dirigiéramos para analizar sin fanatismos ni radicales interpretaciones lo que no tienen ningún tipo de relación racional. Lo que has dejado claro es que el “abstenerse” de Hechos 15 significa, más que una clara indicación de no “comer” como única opción entendida, a una todavía más radical interpretación que haces de lo que debería enseñar el mensaje apostólico. A ello se agrega tu también radical e impositiva deducción que extraes aseverando, como única explicación posible, que el término “porneia” es tan limitado y sin importancia, que hace del Decreto Apostólico de Jerusalén, un acuerdo de duración temporal.
Aquí Martamaría creo que tiene razón en indicar que si algo que es tan “claro” en la Biblia ¿Por qué entonces no existe consenso general sobre la claridad que se defiende? Lo que ella no sabe –y no tiene por qué saberlo– es que lo que se defiende no es el nivel de opacidad del texto en cuestión, sino la interpretación que sobre él se establece, que es muy diferente. Interpretación que tú la inclinas hacia tu lado como es obvio, y nosotros hacia el nuestro, como también obvio es. De manera que lo que estamos discutiendo y tratando de aclarar es la interpretación que cada cual le dé al texto de marras, tratando de sacar el mejor provecho y alcance para analizarlo de la manera más objetiva posible.
Luego continuaré y que me disculpe Martamaría por la prolija exposición. Larga pero necesaria.
Con toda mi consideración de siempre.