Agradezco tus amables palabras, es dificil encontrar con quién debatir así como contigo, asi que soy yo quien esta agradecida de permitirme compatir contigo en este debate, asi, tan amenamente.
Hice algunos señalamientos importantes que han resultado minimizados por este comentario:
Pero no estabamos hablando de ésto, en realidad yo te decía que, si Trento esta corrigiendo el hecho de que se crea que la justificación por la sola fe, se trata únicamente de una declaración y no de un proceso interno. Yo te dije, que es al revés, paradógicamente. Aqui si tenemos que hacer uso de un discernimiento un poco más liberal, toda vez que si, tendrás que ejercer un poco de presión contra Trento para entender lo que te dije:
Le dijiste a Prisdeli:
Y mi comentario fué este, y lo voy a desmenuzar, pues creo que se pasó demasiado rápido:
Si te decimos que la justificación es algo que Dios hace en nosotros por la sola fe.. no hay ausencia de transformación.
Aqui lo que te digo es que no, es un malentendido si se piensa que cuando hablamos de
sola fe, estamos hablando de algo exterior únicamente, de una simple declaración (sola declaración de la fe) en realidad, debe y de hecho se realiza/efectúa/sucede una transformación del espiritu del ahora creyente. No es un asunto de apariencias, entender ésto es fundamental para ver porque objetamos que Trento enseñe que la justificación inicial se pueda perder, despues de decir que no, que no es una declaración y bla bla bla
Te dije:
Por éso es improbable que uno que ha sido completamente justificado por la sola fe en la sangre de Cristo (no la sola declaración de fe, sino LA FE)... Y debido a que Dios ha querido hacerle justo, pues ha deseado reconciliarse con los hombres por medio de Cristo, no no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, si el lo hace... cómo podríamos deshacerlo.
Y no es una pregunta completamente retórica. Aca hablamos de un proceso completo, la transformación espiritual. ¿Tu sabes qué transformación espiritual sucede cuando una persona concientemente cree en Jesús como su Señor y Salvador?
Yo asumo que si, pero, podría haberse perdido en las muchas palabras que hemos tenido que leer para llegar a éste punto:
¿Qué de la regeneración espiritual? Hablemos de ésto un poco, antes de continuar viendo si es para toda la humanidad o únicamente para unos, o si a unos les sucede así y a otros asi pero además tienen que cuidarse de no volver a su estado anterior y los primeros si pueden pecar fuertemente

y los segundos no. Pero espero me permitas enfocarme en ésto primero para poderte explicar lo otro después. Es normal que nos pongamos a hablar de los grandes conceptos sin ver los cimientos de tales grandes definiciones doctrinales, veámoslos:
¿Qué de la regeneración espiritual?
"Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Ezequiel 36: 26.
¿Para quiénes es estra promesa? Es para toda la humanidad? es solo para los predestinados según la doctrina católica? es algo que sucede únicamente a unos y los otros a pesar de haber sido regenerados, no lo están completamente? o todos mantenemos nuestra naturaleza carnal pero al mismo tiempo poseemos una nueva naturaleza?
Pero más importante ¿Porqué era necesario no una limpieza, no una mejora, no una adecuación, sino un corazón nuevo y un espíritu nuevo? si, estamos hablando del antes de la justificación. Olvidémonos un poco de la voluntad humana, del libre albeldrío y demosle preponderancia a al voluntad de Dios, sólo por un momento, creámos que realmente todo depende del Padre, creámosle que ha querido salvarnos de nuestra pasada manera de vivir, creámosle que nos ha dado un corazón nuevo y atendamos el porqué. ¿porqué querría Dios no sólo mejorarnos sino darnos un corazón nuevo? Las muchas doctrinas nos hacen perder de vista este fundamental hecho.
El concilio de Trento dice:
Ante todas estas cosas declara el santo Concilio, que para entender bien y sinceramente la doctrina de la Justificación, es necesario conozcan todos y confiesen, que habiendo perdido todos los hombres la inocencia en la prevaricación de Adán, hechos inmundos, y como el Apóstol dice, hijos de ira por naturaleza, según se expuso en el decreto del pecado original; en tanto grado eran esclavos del pecado, y estaban bajo el imperio del demonio, y de la muerte, que no sólo los gentiles por las fuerzas de la naturaleza, pero ni aun los Judíos por la misma letra de la ley de Moisés, podrían levantarse, o lograr su libertad; no obstante que el libre albedrío no estaba extinguido en ellos, aunque sí debilitadas sus fuerzas, e inclinado al mal.
Dice Spurgeon:
Dar al hombre un corazón nuevo y un nuevo espíritu es obra de Dios, y únicamente de Dios. ...Nada funciona aquí, excepto la vieja verdad que los hombres llaman calvinismo. "La salvación es sólo de Jehová;" esta verdad soporta la prueba de las edades y no podrá ser conmovida nunca, porque es la verdad inmutable del Dios vivo. Y a lo largo de todo el camino de la salvación tenemos que aprender esta verdad, pero especialmente cuando nos encontramos aquí, en este punto particular e indispensable de la salvación: la implantación de un nuevo corazón en nosotros. Esa debe ser la obra de Dios; el hombre tal vez pueda reformarse a sí mismo, pero ¿cómo se puede dar a sí mismo un nuevo corazón?
Oh, amados, todavía no ha existido el hombre que haya avanzado ni un ápice en el camino de producir un nuevo corazón. El hombre debe permanecer pasivo en este proceso (posteriormente se volverá activo), pero en el momento en que Dios pone una nueva vida en el alma, el hombre es un sujeto pasivo: y si acaso hay alguna actividad, es una resistencia activa en Su contra, hasta que Dios, por medio de una gracia victoriosa e irresistible, ejerce el señorío sobre la voluntad del hombre.
...Además, este es un cambio inmerecido. Cuando Dios pone un nuevo corazón en el hombre, no es porque el hombre merezca un nuevo corazón. No es porque haya algo bueno en su naturaleza por lo que Dios le da un nuevo espíritu. El Señor simplemente le da al hombre un corazón nuevo porque así le agrada; esa es Su única razón. "Pero," podrías comentar, "supón que un hombre clame por un corazón nuevo." Yo respondo, nadie clamó alguna vez por un corazón nuevo antes de recibirlo, pues el clamor por un corazón nuevo demuestra que ya hay un nuevo corazón. Pero, dirá alguien, "¿no debemos buscar un espíritu recto?" Sí, yo sé que es tu deber buscarlo, pero igualmente sé que es un deber que no cumplirás nunca. Se les ordena que tengan nuevos corazones, pero yo sé que no los tendrán nunca, a menos que Dios se los dé. Tan pronto como empiezan a buscar un nuevo corazón, hay una evidencia presuntiva que el nuevo corazón ya está allí, en germen, pues no habría podido germinar esta oración, a menos que las semillas no estuvieran antes allí.
"Pero," dirá uno, "supón que el hombre no tiene un nuevo corazón, pero que sinceramente lo buscara, ¿lo recibiría?" No debes hacer suposiciones imposibles; en tanto que el corazón del hombre sea depravado y vil, no hará nunca tal cosa. Por tanto, no puedo decirte qué pasaría si hiciera lo que no hará nunca. No puedo responder a tus suposiciones; y si tú supones una dificultad, debes suponer también su solución. Pero el hecho es que nadie buscó jamás un corazón nuevo, ni lo buscará jamás, o un espíritu recto, hasta que, en primer lugar, la gracia de Dios comience a obrar en él.
Hasta aquí, mi estimado, tienes que estar de acuerdo. Es exactamente lo que leemos que dice Trento. Y el que predica sigue diciendo tres cosas fundamentales:
...
Es un cambio por gracia, gratuitamente dado sin ningún mérito por parte de la criatura, sin ningún deseo anticipado, ni buena voluntad precedente. Dios lo hace porque así le agrada, y no de conformidad a la voluntad del hombre.
Además,
es un esfuerzo victorioso de la gracia divina. Cuando Dios comienza la obra de cambiar el corazón, encuentra al hombre totalmente en contra de esa obra.
Y, además,
este cambio es instantáneo. La santificación de un hombre es obra de toda la vida, pero dar al hombre un corazón nuevo es obra de un instante. En un solitario segundo, más ligero que un relámpago, Dios pone un corazón nuevo en un hombre, y lo convierte en una nueva criatura en Cristo Jesús.
...Otras partes de la salvación son completadas gradualmente; pero la regeneración es una obra instantánea de la gracia soberana, eficaz e irresistible de Dios.
Extractos de:
http://www.spurgeon.com.mx/sermon212.html
Ahora si, respondamos, ¿cómo podemos deshacer esto? Podríamos tomar éste nuevo corazón y sacarlo de nosotros? ¿Podemos decirle a nuestro Espiritu regenerado, MUERE?
No, no podemos. En esto se sustenta la “no pérdida” de la justificación. Y podemos ampliar mucho sobre esto, pero estamos sumergiéndonos en aguas profundas, vamos a ver si Dios es soberano y qué tan soberano es, como para que la voluntad humana pueda, pudiera llegar a deshacer lo que El hace en los hombres que decide salvar. Las almas que ha regenerado.
Creámos lo que creámos sobre la predestinación, me parece demasiado pronto para ir a ése lugar sin antes poder resonder: NO, NO PODEMOS DESHACER la regeneración.
Dime Gabaón ¿pudes deshacer tal regeneración que Dios ha hecho en ti? ¿tu? ¿puedes? Como si Jesús supiera que habría el día que nos lo preguntáramos, que tentaríamos a Dios diciendo, bien ¿y si ya no quiero ser tu hijo más? Si quiero dedicarme a vivir la vida loca y malgastar mi herencia ¿qué? El responde, cuando estes cansado, malherido, completamente destruido y hayas tocado fondo... podrás volver. Este es el Dios que nos ama, así de tanto nos ama, siempre nos verá como hijos aunque nosotros no nos lo creámos por completo, aún cuando creámos haberlo perdido... no será asi, y todavía nos dice:
si no vuelves, yo iré por ti.
Hago referencia a dos parábolas de Jesús. Enseñanzas dadas para quienes viendo no podemos ver, y oyendo no oimos, diseñadas para abrir los ojos y los oidos a verdades que teniendo frente a nuestra nariz, no vemos.
Retomando. Yo te dije:
Fijate bien: La única forma de deshacerte justo... es que no lo fueras de verdad, es decir, que sólo fuera una declaración, entonces podrías ser o no ser, de acuerdo a lo que hagas exteriormente, pero si la transformación fué real... es imposible lo deshagas. Podrás andar como si fueras injusto, como el resto de los mortales... pero no lo eres y no debes hacerlo y Dios se encargara que no lo hagas más, si es necesario te llamará a su presencia con tal no sigas tan mal y siendo piedra de tropiezo a los demás. Morirás antes de poder ser contado entre los injustos.
Supongo que ahora comprendes mejor éste párrafo, respecto a los comentarios finales, quizas los más Calvinistas que has leído en mucho tiempo, tenemos que confiar a tal grado en la obra de Dios a través de Cristo que sabemos que éste no nos va a perder, que es capaz de retirarnos con tal de que su voluntad no se vea quebrantada y esto si sucede, muchas veces no entendemos porque un justo es llamado a la presencia de Dios y nos lamentamos, y lloramos y nos entristecemos, pero es que nos falta VER claramente qué esta pasando. La vida de éste justo termina en el momento que su vida ha cumplido su propósito, ahí, cuando Dios dice, - ok, hasta ahí llegaste con tu vida – entonces, nos llama. Y si estas completamente dispuesto a ser un hijo desobediente toda tu vida sin lugar a corrección ¿creeremos que Dios en su presciencia no lo sabria adelantadamente? Lo sabe pero nos ama, entonces su gracia nos cubre hasta sobreabundar (supongo que esto es algo asi como “sin medida”, si abunda y luego sobreabunda) Pero bueno, éste es otro tema más largo todavía. No quiero abusar de tu paciencia, solo quería ahondar sobre algunos puntos que claramente no tuviste oportunidad de entenderme a cabalidad, cuando te dije:
Pero volvamos a la contradicción que me llama la atención en éste punto, afirmas que, la justificación no es una declaración y que por éso se puede perder, bien, es completamente opuesto lo que realmente sucede, es porque la justificación no es únicamente una declaración, por éso es que no la puedes perder.
El punto exacto es que, Trento enseña que, puedes crecer en la justificación inicial, luego tu explicas y solamente al final recibiras el "don de la perseverancia" y sabras si eres o no hijo de Dios. Algo asi, no? Bien, yo te he explicado que no, que no es posible crecer en tal justificación con la que somos declarados justos delante del Padre por medio de Cristo... no hay nada que puedas hacer para ser más justo de lo que Cristo ya te ha hecho. No ésta justificación por la cual somos llamados hijos de Dios.
Ahora me encuentro revisando la dualidad que presentas sobre la predestinación, tengo que encontrar el problema de origen, antes de poder decir –bueno si, o bueno, no –
Mientras tanto, pues te dejó ahí algunas cosas que si están para pensarse en serio.
Un abrazo,