Cuando Iesóus llega al templo en Jn. 2:14, el texto griego dice «ἱερῷ / iero».
En Jn. 2:15, también se usa el mismo término: «ἱεροῦ / ierou».
Pero cuando Iesóus responde a los judeanos, en Jn. 12:19, utiliza el término «ναον / naon», que se refiere al santuario (ναον) que está en el interior del complejo del templo (ἱερῷ).
Problema de interpretación
Cuando el autor del libro explica en Jn. 2:21 que se refería al «templo de su cuerpo», los cristianos interpretan tradicionalmente que se estaba refiriendo a su cuerpo.
En el texto griego dice:
τοῦ ναοῦ τοῦ σώματος αὐτοῦ
tou naou tou sōmatos autou
al santuario de su cuerpo
No dice que el santuario es su cuerpo. Sino que su cuerpo alberga el santuario. Una referencia judía al alma (vida), que en griego es «ψυχή / psuje».
Juan 2:19
Destruid este santuario (ναον), y en tres días lo levantaré.
No contradice en nada al resto del Nuevo Testamento, y tampoco significa que Iesóus es Dios hecho hombre.
Él mismo dijo, según el mismo libro, en Jn. 10:17:
Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida «ψυχή / psuje», para volverla a tomar.
… Tengo autoridad para ponerla, y tengo autoridad para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.
En tres días lo levantaré
Conforme a la doctrina del Nuevo Testamento, Iesóus fue enviado por el Padre, con autoridad para poner su vida, y volver a tomarla.
El marco legal de esta dinámica es, según la doctrina neotestamentaria, el cumplimiento del pacto y la promesa de Dios.
Por ende, nada extraño ni contradictorio hay en que los apóstoles escribiesen que Dios le levantó de los muertos (Hch. 13:30), porque la voluntad es de Dios.
En ese mismo sentido, se afirma en Hch. 2:24
… al cual, Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, porque no era posible que fuese retenido por ella.
Esta imposibilidad es, conforme a la doctrina de los apóstoles de Iesóus, porque en él no había pecado. No había causa digna para que fuese condenado a muerte (Hch. 13:28), por ende, la muerte no pudo retenerlo, y Iesóus vuelve a tomar su vida.
Es decir, volvió a levantar el santuario (ναοῦ) de su cuerpo: su alma (ψυχή / psuje)