Re: Aguijon de Pablo: enfermedad?
Yo me retiro nuevamente del tema... o hasta tomar nuevas fuerzas.
Es inútil hablar con esta gente.
Para "no dar gloria al diablo" le atribuyen todo lo malo a Dios.
Aparte, como si en oprimir a la gente con enfermedades hubiera alguna "gloria".
¡Gloria a Dios! ¡Qué bueno! ¡Me enfermó con una gripe!
(De todas maneras no hay que entender que por cada enfermedad, está perssonalmente el diablo involucrado, porque no es así. Él ya hizo cosas generales: manipuló bacterias, virus, etc.)
Saludos.
¿!Es que no han comprendido todavía que satanás con todos sus prinicpados y potestades, no puede hacer nada sin que se le permita, ni aquí ni en la regiones celestes!!!? Al menos a los hijos de Dios!!!
Porque como príncipe de este mundo, gobierna sobre este mundo y sobre los que están en el mundo, pero como Cristo ha vencido al mundo nosotros lo hemos vencido también en Cristo, por lo que Satanás no tiene potestad sobre nosotros, si es que somos de Cristo y más que vencedores.
Nada absolutamente nada que acontezca al cristiano, viene del diablo, pues no estamos bajo su potestad ni bajo su gobierno. Y si así fuera, tendríamos que preguntarnos, si es departe del diablo o departe de Cristo. Si así como suena, porque, tenemos que entender y aceptar, que Dios puso a Cristo sobre toda potestad y principado en las regiones celestes. Y esa potestad sobre los principados incluyen el principado de satanás en la tierra, porque satanas es el principe de este mundo pero Cristo es Rey de Reyes y Señor de Señores.
Los príncipes se sujetan a los Reyes.
No hay ninguna cosa creada y esto incluye a satanas, que nos pueda apartar del amor de Dios que es en Cristo Jesús. Ni principados, ni potestades, ni lo alto ni lo profundo, ni nada de nada.
Pero claro, para que esto se cumpla en nuestra vida, debemos creer que somos de Cristo y Cristo de Dios y que estamos escondidos en el hueco de su mano y que si estamos en Cristo, ya no vivimos nosotros sino que Cristo vive en nosotros y si Cristo venció a satanás y ya satanas nada tiene en Cristo, tampoco lo tiene en nosotros.
!Incrédulos! Que hablan y dicen muchas cosas, pero sus corazones están separados de Cristo, pues no creen lo que la palabra dice de él y de nosotros en él. Pues siguen arrastrando la maldición del pecado y con ella, la enfermedad y la muerte. Con razón el diablo gobierna en sus vidas todavía, pues la libertad con que la verdad los libertó del pecado, no la han entendido, y vuelven a caer en arrastrarse de nuevo al yugo de impiedad del diablo, al cual le siguen dando victorias y gloria por lo que les acontece en sus vidas, por lo que es evidente que no es Cristo el que gobierna en ellos, ni tiene temor de Dios sino del príncipe de este mundo El diablo, al cual achacan todos sus males.
!Incrédulos! ! Que le quitan la gloria a Dios en sus vidas, para darle gloria al enemigo de Dios, por lo que a sus vidas llega.
Solamente lo que ellos consideran bueno es de Dios, pero si algo viene a ellos que consideren malo, ni lo piensan para recibirlo como del diablo, o reprenderlo como del diablo.
!Incrédulos y malagradecidos! !Como osan vituperar el nombre de nuestro Señor y Dios Jesucristo, adjudicándole derrota donde solamente hay victoria!!!
Dios los ilumine! Y les quite la venda que no los deja ver la victoria en la que ya deberían vivir, sin temor a un príncipe de un mundo al cual ya no pertenecen.
!!!Reprendo su incredulidad, disfrazada de fe! Reprendo su temor reverente al diablo, quien es un derrotado por Cristo y al cual le dan fuerza con la gloria que le achacan.!!!
!Los reprendo en el nombre de Cristo, a quien someten a vanidad en su cruz, al seguir dándole fuerzas a quien él derrotó en la cruz del calvario, donde dejó clavada el acta que nos era contraria y en la cual se basaba el acusador para tomar ventaja de nosotros! Pareciera que no creyeran que ya no se nos puede acusar de nada como a Job, por lo que no es posible que Dios nos ponga en las manos del diablo, sino en sus propias manos, pero que son las manos fuertes de un Padre quien disciplina a los que ha tomado por hijos, porque Dios sigue siendo fuego, pero ya no consumidor para nosotros sino fuego purificador, para purificarnos como al oro y hacernos también ministros de fuego.
Dios los bendice!
Greivin.