QUÉ PASA EN ISAÍAS 48
En Isaías 48 el profeta se dirige a Israel y les entrega un mensaje de parte del Eterno.
Este capítulo no fue escrito para «revelar a la trinidad». Israel estaba andando mal, precisamente por la idolatría, por rendir culto a las trinidades, fueron deportados a Babilonia.
Isaías 48:16
Acérquense a mí y escuchen esto: “desde el inicio, no he hablado en secreto, desde que sucedieron he estado allí”, y ahora el Soberano, Eterno, me ha enviado con su espíritu.
El profeta Isaías habla a los hijos de Israel: Acérquense a mí y escuchen esto.
El profeta quieren que escuchen algo. A ese algo se refiere como «esto». Ese «esto» es un mensaje de Dios, y se trata de lo que enuncia a continuación.
Desde el inicio
No está hablando del Génesis, como malentienden los rebuscadores de tres dioses en la Biblia. En hebreo dice «merosh», que se refiere al comienzo de algo. ¿Qué algo? En este caso, el comienzo del exilio a Babilonia. Por eso, cuando retoma el mensaje de Dios, en el versículo 18, dice:
“¡Solo si hicieras caso de mis órdenes!
Entonces tu prosperidad sería como un río,
tu triunfo como las olas del mar.
Tu descendencia sería tan numerosa como la arena,
Su descendencia sería tan numerosa como sus granos.
Su nombre nunca sería cortado
Ni borrado de delante de Mí.
Salid de Babilonia,
¡huid de Caldea!
Anunciad esto a grandes gritos,
Anunciad esto,
¡Llevad la palabra hasta los confines de la tierra!
Decid: «¡El Eterno ha redimido
a su siervo Jacob!»”.
Desde que sucedieron
Desde que comenzó el exilio, el Eterno ha estado con su pueblo. No los ha desamparado. Aún hay comunicación de Dios. Hay reprimenda, pero también corrección y esperanza.
Y ahora el Soberano, Eterno, me ha enviado
Estas no son palabras dichas por Dios a Israel, sino comunicadas por el profeta a los hijos de Israel. La mejor manera de corroborarlo es leyendo el versículo que sigue Isaías 48:17:
Así ha dicho el Eterno, tu Redentor, el Santo de Israel: “Yo el Eterno soy tu Dios, instruyéndote por tu propio bien. Guiándote por el camino que debes seguir”.
Me ha enviado con su espíritu
No dice que Dios y su espíritu me han enviado. Dice que Dios «me ha enviado y su espíritu». Es decir, que al enviarlo, Dios le ha dado su espíritu. Esta es la forma hebrea de decir que se te envía con algo. Por eso es que la interpretación correcta del hebreo al español es «me ha enviado con su espíritu».
Pero ¿qué espíritu? El espíritu de profecía. En el Nuevo Testamento se hace una referencia a eso, en Apocalipsis 19:10, donde dice pneumátes profetéias (πνεῦμα τῆς προφητείας); es decir, «espíritu de profecía».
El uso en Apocalipsis es absolutamente natural, se trata de literatura judía. Esa expresión es recurrente en la transmisión judía de la Torá.
Por ejemplo, en los comentarios sobre la Mishná Sanhedrin 10, se lee:
Y el cuarto asunto es que el espíritu de profecía no se posó sobre los otros profetas según su voluntad, sino solo según la voluntad de Dios, bendito sea.