El último de los padres de la Iglesia, considerado por los académicos "el último gran erudito del mundo antiguo", y uno nuestro, pues es hispano, de hecho, sus escritos que han sobrevivido ayudaron a estandarizar la lengua con el uso del punto, la coma y el colofón; el gran obispo de Sevilla, Isidoro. Escribe él en 612 d. C. en su tratado Sentencias:
– "Doble es la predestinación: la de los elegidos para el descanso, y la de los réprobos, para la muerte. Una y otra están dispuestas por el juicio divino de tal modo, que éste mueva siempre a los elegidos a seguir los impulsos celestes y espirituales y permita que los réprobos, abandonados a su suerte, se deleiten siempre con los goces más bajos y superficiales. Todo es manifiesto a Dios, pero oculto para el hombre. Sorprendente es la forma de la ordenación divina, por la que en esta vida el justo se santifica más y el impío, en cambio, se envilece más; unas veces, el malo se encamina al bien, y otras, el bueno se desvía hacia el mal. Quiere uno ser bueno, y no puede lograrlo; quiere otro ser malo, y no se le permite sucumbir. Y, en medio de una oscuridad tan grande, no puede el hombre sondear la disposición divina ni sopesar el misterioso orden de la predestinación. Nadie se arrepiente si Dios le abandona; pero, cuando Dios asiste, conoce cada cual sus maldades, se lamenta y reflexiona por dónde le vino la caída. Porque algunos son de tal modo desechados por Dios, que, aunque lo quieran, no pueden dolerse de sus culpas [pues el arrepentimiento, no se les ha concedido]".
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Ufff! Gloria al Dios tres veces santo, soberano del cielo y de la tierra, que como dice la Palabra, "nada sucede sin su decreto" (Mt. 10:29). Y bendita la sabiduría de los padres y maestros de la Iglesia, que conservan el depósito de la Fe para generaciones venideras. Aquí algunos pasajes bíblicos, para sustentar lo dicho:
– Proverbios 16:4: "Todas las cosas hechas por el SEÑOR tienen su propio fin, aun el impío, para el día del mal".
– Romanos 9:19-24: "Pero me dirás: «Siendo así, ¿de qué puede Dios culpar al hombre, si nadie puede oponerse a su voluntad?» Y tú, hombre, ¿quién eres para pedirle cuentas a Dios? ¿Acaso la olla de barro le dirá al que la hizo: «Por qué me hiciste así?» El alfarero tiene el derecho de hacer lo que quiera con el barro, y del mismo barro puede hacer una olla para uso especial y otra para uso común. ¿Y qué, si Dios, aunque dispuesto a demostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia a los vasos de ira preparados para destrucción? Al mismo tiempo quiso dar a conocer en nosotros la grandeza de Su gloria, pues nos tuvo compasión y nos preparó de antemano para tener parte en ella. Así que Dios nos llamó, a unos de entre los judíos y a otros de entre los no judíos".
– Apocalipsis 22:10-11: "También me dijo: «No guardes en secreto el mensaje profético que está escrito en este libro, porque ya se acerca el tiempo de su cumplimiento. Deja que el malo siga en su maldad, y que el impuro siga en su impureza; pero que el bueno siga haciendo el bien, y que el santo siga santificándose.»"
– Filipenses 2:13: "pues Dios, según Su bondadosa determinación, es quien hace nacer en ustedes los buenos deseos y quien los ayuda a llevarlos a cabo".
– 2 Timoteo 2:24-26: "El siervo del Señor no debe ser rencilloso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido, corrigiendo tiernamente a los que se oponen, por si acaso Dios les DA el arrepentimiento que conduce al pleno conocimiento de la verdad, y volviendo en sí, escapen del lazo del diablo, habiendo estado cautivos de él para hacer su voluntad".
– Romanos 9:16: "Así que no depende del que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia".
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Sin duda: la fe es de Dios, el arrepentimiento es de Dios, las buenas obras son de Dios, toda la obra de salvación es de Dios y a quien Él así lo desea, en su voluntad misteriosa pero nunca injusta, se la quiere otorgar.
