A ver si los calvinistas entienden

Es que de afuera todo se ve mejor.
Cuando comenzamos a confesar su nombre y a ponerlo todo bajo sus pies comenzamos a ver mas claramente lo descentralizados que estábamos.
Pero es mas fácil notar que estamos mal a que estamos bien.
Por ejemplo, como decía Paul Washer, para saber que estamos en lo correcto necesitamos poner nuestra creencia bajo toda la biblia y aún con tanta claridad, él mismo no lo hace porque ya está tan auto convencido que no ve lo obvio.
Pero se vuelve más fácil determinar con firmeza y certeza que cosas no se pueden creer o confesar.
Si empezaras por ahí y con honestidad y sinceridad verías que muchas de las cosas que enseñan son mentiras y contrarias a la enseñanza de Dios.
-Nunca en toda mi vida he estado atado ni comprometido con organización alguna, sino que he sido un disidente constante de todo aquello que mi consciencia desaprobara por ser extraño a la Palabra de Dios. Por cierto que a mi alrededor estaba en comunión con otros que pensaban y actuaban igual, y aun entre nosotros mismos no era fácil ponernos de acuerdo. Me ocurre incluso aquí en el Foro con hermanos con quienes mejor coincido. Aunque concordemos en un 99% no alcanzamos al 100%. La sinceridad y honestidad son ámbitos naturales para la vida del cristiano, pues a la menor falta suena fuerte la alarma en la conciencia. No nací a la fe como calvinista sino como arminiano.
 




Debemos seguir con
la mirada puesta en Jesús,
el autor y perfeccionador
de nuestra fe en Dios.
Pues por el gozo que tenía delante,
Jesús soportó la cruz,
sin importarle su vergüenza,
y se sentó a la diestra del trono de Dios.

Hebreos 12:2 VBL


Porque por gracia sois salvos
por medio de la fe;
y esto no de vosotros,
pues es don de Dios.

Efesios 2:8 RVR1960


Porque irrevocables son los dones
y el llamamiento de Dios.

Romanos 11:29 RVR1960

 




Fijemos nuestra mirada en Jesús,
pues de él procede nuestra fe
y él es quien la perfecciona.
Jesús soportó la cruz,
sin hacer caso de lo vergonzoso
de esa muerte,
porque sabía que después
del sufrimiento tendría gozo y alegría;
y se sentó a la derecha del trono de Dios.

Hebreos 12:2 DHHS94

 


No paguen mal por mal.
No respondan con insultos
cuando la gente los insulte.
Por el contrario,
contesten con una bendición.
A esto los ha llamado Dios,
y él les concederá su bendición.
Pues las Escrituras dicen:
«Si quieres disfrutar de la vida
y ver muchos días felices,
refrena tu lengua de hablar el mal
y tus labios de decir mentiras.
Apártate del mal y haz el bien.
Busca la paz y esfuérzate por mantenerla.
Los ojos del Señor están
sobre los que hacen lo bueno,
y sus oídos están abiertos a sus oraciones.
Pero el Señor aparta su rostro
de los que hacen lo malo».

1 Pedro 3:9-12 NTV

 
Debemos entender al calvinismo como lo que es: un "accidente histórico" que se vivió en medio de gran confusión en el seno de la ICR. Entenderlo fuera de su contexto histórico (contexto religioso entre religiosos) fomenta grandes discusiones, pero poca espiritualidad. Fue una "reacción intelectual" a una podredumbre intelectual y espiritual mayúscula, la de la religión imperial.

En la época de Calvino y Lutero, la ICR vendía la salvación al mejor postor. Vendían a Dios a cambio de dinero y prebendas. Los ricos literalmente podían comprarse la salvación en el kiosko municipal de la esquina, y además la salvación se tambaleaba sobre lo que el religioso de turno juzgaba de ti. Si te confesabas, si acudías al templo, si orabas tantos 'padre nuestros', si dabas limosnas, si diezmabas, si hacías lo que aquel sistema te ordenaba (que en resumidas cuentas era vivir sometido a él), entonces podías tener la "suerte" de salvarte del "horrible infierno" (el que pintaba con los colores y formas de su conveniencia).

Vino Lutero y luego Calvino y descubrieron lo que mi abuela llama "la telegrafía sin hilos". Se dieron cuenta de que la Biblia habla de una cosita que se llama "la gracia de Dios", cosa de la que ya muchos individuos que no tragaban el sistema religioso (o habían tenido la suerte de leer la Biblia) se habían dado cuenta. Es decir, que Lutero y Calvino no descubrieron absolutamente nada nuevo. Para decirlo de una manera suave, fue una gran "revolución" para un grupo de intelectuales que vivían chapoteando en un gran charco de mierda. Muchos individuos y familias sabían que la salvación no era lo que había inventado la religión oficialista, una salvación por obras IMPUESTAS POR HOMBRES.

Lo que dice Salmo1 es totalmente correcto. La salvación nunca fue gratis. Tiene un coste, el coste de una OBRA, la obra de Jesucristo, la cual se nos ofrece al resto de mortales POR GRACIA y en FE. El problema del calvinista es que no sabe leer su Biblia, porque la Biblia habla CLARAMENTE sobre la OBRA de Cristo muriendo en la cruz por mis horribles pecados y las OBRAS que esa GRACIA (e inseparables de la GRACIA) exige al propio cristiano.

La obra de Cristo (Su sometimiento y obediencia a la Cruz) se nos dio en GRACIA, es decir, "por puro Amor y afecto de Su Voluntad". Este sacrificio es lo único que puede salvar nuestra alma y sacarla del Seol. Pero la gracia no es esta "cosa etérea gratuita" que se vende ansiosamente desde los púlpitos luteranos (casualidad de la vida), sino que la GRACIA nos lleva a las OBRAS. La epístola de Santiago es esclarecedora para quien tenga dudas. Es decir, la gracia nos lleva a la naturaleza de Cristo para hacer lo mismo que hizo Cristo: sometimiento y obediencia a la Cruz. No alimentar a los pobres o erigir universidades y hospitales ("accidentes externos"), sino "sometimiento y obediencia a la Palabra de la Cruz" (obediencia interior, muerte y transformación interior).

La GRACIA exige del CREYENTE nada menos que "las mismas o mayores obras que Cristo" y el calvinismo se queda en el 1º paso, lo resalta y lo pone de relieve de mil maneras distintas... "oiga, que no es por nuestras obras sino por la gracia de Dios". Muy bien, ese es el principio del camino, el cimiento número 1. ¡Pero sigue adelante, porque la Palabra no se para ahí, sino que te hace seguir un caminito! El calvinismo, por ser un "accidente histórico" que brotó de la necesidad puntual histórica que tenía el propio sistema religioso de salir de su propio estercolero, se estanca y obtusa en gran manera alrededor de una gran verdad que en realidad es el cimiento mismo, y tanto quiere ponerla de relieve que se olvida del resto de verdades que vienen después, y en el fruto inevitable de su fanatismo doctrinal llegan a atacar esas otras verdades que están en su Biblia. Yo he oído a un calvinista decir que "asesinar a otros cristianos es el único 'pero' de su calvinismo, que quizás aquello no estuvo del todo bien".

¿Véis lo que decía?

Dios exige OBRAS al cristiano, y son las obras del Espíritu: obediencia, perseverancia, pureza. Estas las principales. Si quieres saber de las demás, abre tu Nuevo Testamento y lee las epístolas apostólicas. ¿Nos da la gracia para alcanzar estas obras? Obviamente. Sin Cristo nada podemos hacer. Pero es CON SU AYUDA. El auxilio divino no quiere decir un ciego manejo irremediable. Este "manejo celestial irremediable" es solamente el resultado final de la irresoluble ecuación calvinista. Si el hombre no quiere, por mucho que Dios quiera, el hombre tiene la última palabra. Que Dios siempre quiere está claro, pues está escrito "de tal manera amó Dios AL MUNDO [...] para que TODO AQUEL que en Él crea... ". Esto no me lo tienen que contar. Es el día a día de todos nosotros.

El calvinismo ofrece un extraño evangelio porque se queda estancado, no sigue el caminito de las piedrecitas.

Que algunos "deciden volverse del santo camino" y otros "deciden seguir caminando el santo camino" es tan cierto como el aire que respiramos.
El calvinismo intenta dar respuesta a esto con "es que nunca los conocí" o "es que nunca fueron salvos" y demás zarandajas cuando la realidad es mucho más simple, y es que el hombre puede apartarse de la fe voluntariamente (o decir, "hasta aquí camino contigo, Señor") porque el hombre tiene una voluntad que puede oponerse a la de Dios porque el hombre está hecho a imagen de Dios y es un dios. ¿Dios siempre trabaja para que sigamos adelante? Por supuesto, pero una cosa no quita la otra.

El calvinismo convierte al hombre en un pelele o marioneta de los dictados divinos y es un craso error, porque Dios ha decidido abandonar el camino de la "tiranía" para, mediante la locura de la predicación, llamar a los hombres (A TODOS) al arrepentimiento, pues, como está escrito "Dios no quiere que ningún hombre se pierda sino que todos procedan al arrepentimiento", y no está escrito "Dios no quiere que algunos hombres se pierdan y por eso escoge a algunos y a los demás los rechaza".

¿Conclusión? El calvinismo (y me gustaría que no fuera así, ya que enmendaron un gran error) termina enfrentado a la misma Biblia que dice defender. Ataca los postulados que, según ellos piensan, están defendiendo.

Si escarbas bien en esa doctrina, psicológicamente es el MIEDO lo que la sustenta. Miedo a "perderse", claro está. Construyen su casa doctrinal, y así ahuyentan los "miedos". Pero Cristo advirtió contra estos "miedos" de una forma muy sencilla. Lucas 17:21 nos explica que es la GRACIA precisamente la que puede ahuyentar los miedos. ¿No es irónico? ¿Por qué el calvinismo tiene MIEDO de perderse y construye su Babel doctrinal para tapar sus vergüenzas? Porque la GRACIA no le basta. El calvinismo recurre a la gracia como elemento doctrinal mental, no como realidad espiritual.

El que entra y camina en la realidad espiritual, sabe que la gracia auxilia tanto como sabe que hay que hacer un duro trabajo de rendición personal ante esa gracia. Es en el fragor de la lucha donde uno conoce y re-conoce la gracia de Dios, no en los márgenes de los postulados calvinistas.

La GRACIA exige las lágrimas, los clamores y los sudores del creyente. Así se le pidió a Cristo, y así se nos pide a nosotros.

Si queréis los textos que sustenten estas afirmaciones, abrid vuestra Biblia y leedla.

Amor al graderío,
Ibero
 
Última edición:
-El aporte precedente de IBERO me parece muy bueno, aunque debo decir que su concepción del calvinismo es más afín al hipercalvinismo, o en todo caso, no encaja con lo que otros calvinistas entendemos. Lamentablemente, la extensión del mensaje no facilita el debate, ya que una respuesta cabal demandaría igual o mayor dimensión todavía. Básteme decir que no podríamos concebir la gracia de Dios sin la obra propiciatoria de nuestro Señor Jesucristo. La salvación solo por Cristo, solo por gracia, solo por fe, no descarta la necesidad y validez de las obras, en su justo lugar: no para conseguir la salvación sino tras haberla recibido.

Cordiales saludos
 
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Debemos entender al calvinismo como lo que es: un "accidente histórico" que se vivió en medio de gran confusión en el seno de la ICR. Entenderlo fuera de su contexto histórico (contexto religioso entre religiosos) fomenta grandes discusiones, pero poca espiritualidad. Fue una "reacción intelectual" a una podredumbre intelectual y espiritual mayúscula, la de la religión imperial.

En la época de Calvino y Lutero, la ICR vendía la salvación al mejor postor. Vendían a Dios a cambio de dinero y prebendas. Los ricos literalmente podían comprarse la salvación en el kiosko municipal de la esquina, y además la salvación se tambaleaba sobre lo que el religioso de turno juzgaba de ti. Si te confesabas, si acudías al templo, si orabas tantos 'padre nuestros', si dabas limosnas, si diezmabas, si hacías lo que aquel sistema te ordenaba (que en resumidas cuentas era vivir sometido a él), entonces podías tener la "suerte" de salvarte del "horrible infierno" (el que pintaba con los colores y formas de su conveniencia).

Vino Lutero y luego Calvino y descubrieron lo que mi abuela llama "la telegrafía sin hilos". Se dieron cuenta de que la Biblia habla de una cosita que se llama "la gracia de Dios", cosa de la que ya muchos individuos que no tragaban el sistema religioso (o habían tenido la suerte de leer la Biblia) se habían dado cuenta. Es decir, que Lutero y Calvino no descubrieron absolutamente nada nuevo. Para decirlo de una manera suave, fue una gran "revolución" para un grupo de intelectuales que vivían chapoteando en un gran charco de mierda. Muchos individuos y familias sabían que la salvación no era lo que había inventado la religión oficialista, una salvación por obras IMPUESTAS POR HOMBRES.

Lo que dice Salmo1 es totalmente correcto. La salvación nunca fue gratis. Tiene un coste, el coste de una OBRA, la obra de Jesucristo, la cual se nos ofrece al resto de mortales POR GRACIA y en FE. El problema del calvinista es que no sabe leer su Biblia, porque la Biblia habla CLARAMENTE sobre la OBRA de Cristo muriendo en la cruz por mis horribles pecados y las OBRAS que esa GRACIA (e inseparables de la GRACIA) exige al propio cristiano.

La obra de Cristo (Su sometimiento y obediencia a la Cruz) se nos dio en GRACIA, es decir, "por puro Amor y afecto de Su Voluntad". Este sacrificio es lo único que puede salvar nuestra alma y sacarla del Seol. Pero la gracia no es esta "cosa etérea gratuita" que se vende ansiosamente desde los púlpitos luteranos (casualidad de la vida), sino que la GRACIA nos lleva a las OBRAS. La epístola de Santiago es esclarecedora para quien tenga dudas. Es decir, la gracia nos lleva a la naturaleza de Cristo para hacer lo mismo que hizo Cristo: sometimiento y obediencia a la Cruz. No alimentar a los pobres o erigir universidades y hospitales ("accidentes externos"), sino "sometimiento y obediencia a la Palabra de la Cruz" (obediencia interior, muerte y transformación interior).

La GRACIA exige del CREYENTE nada menos que "las mismas o mayores obras que Cristo" y el calvinismo se queda en el 1º paso, lo resalta y lo pone de relieve de mil maneras distintas... "oiga, que no es por nuestras obras sino por la gracia de Dios". Muy bien, ese es el principio del camino, el cimiento número 1. ¡Pero sigue adelante, porque la Palabra no se para ahí, sino que te hace seguir un caminito! El calvinismo, por ser un "accidente histórico" que brotó de la necesidad puntual histórica que tenía el propio sistema religioso de salir de su propio estercolero, se estanca y obtusa en gran manera alrededor de una gran verdad que en realidad es el cimiento mismo, y tanto quiere ponerla de relieve que se olvida del resto de verdades que vienen después, y en el fruto inevitable de su fanatismo doctrinal llegan a atacar esas otras verdades que están en su Biblia. Yo he oído a un calvinista decir que "asesinar a otros cristianos es el único 'pero' de su calvinismo, que quizás aquello no estuvo del todo bien".

¿Véis lo que decía?

Dios exige OBRAS al cristiano, y son las obras del Espíritu: obediencia, perseverancia, pureza. Estas las principales. Si quieres saber de las demás, abre tu Nuevo Testamento y lee las epístolas apostólicas. ¿Nos da la gracia para alcanzar estas obras? Obviamente. Sin Cristo nada podemos hacer. Pero es CON SU AYUDA. El auxilio divino no quiere decir un ciego manejo irremediable. Este "manejo celestial irremediable" es solamente el resultado final de la irresoluble ecuación calvinista. Si el hombre no quiere, por mucho que Dios quiera, el hombre tiene la última palabra. Que Dios siempre quiere está claro, pues está escrito "de tal manera amó Dios AL MUNDO [...] para que TODO AQUEL que en Él crea... ". Esto no me lo tienen que contar. Es el día a día de todos nosotros.

El calvinismo ofrece un extraño evangelio porque se queda estancado, no sigue el caminito de las piedrecitas.

Que algunos "deciden volverse del santo camino" y otros "deciden seguir caminando el santo camino" es tan cierto como el aire que respiramos.
El calvinismo intenta dar respuesta a esto con "es que nunca los conocí" o "es que nunca fueron salvos" y demás zarandajas cuando la realidad es mucho más simple, y es que el hombre puede apartarse de la fe voluntariamente (o decir, "hasta aquí camino contigo, Señor") porque el hombre tiene una voluntad que puede oponerse a la de Dios porque el hombre está hecho a imagen de Dios y es un dios. ¿Dios siempre trabaja para que sigamos adelante? Por supuesto, pero una cosa no quita la otra.

El calvinismo convierte al hombre en un pelele o marioneta de los dictados divinos y es un craso error, porque Dios ha decidido abandonar el camino de la "tiranía" para, mediante la locura de la predicación, llamar a los hombres (A TODOS) al arrepentimiento, pues, como está escrito "Dios no quiere que ningún hombre se pierda sino que todos procedan al arrepentimiento", y no está escrito "Dios no quiere que algunos hombres se pierdan y por eso escoge a algunos y a los demás los rechaza".

¿Conclusión? El calvinismo (y me gustaría que no fuera así, ya que enmendaron un gran error) termina enfrentado a la misma Biblia que dice defender. Ataca los postulados que, según ellos piensan, están defendiendo.

Si escarbas bien en esa doctrina, psicológicamente es el MIEDO lo que la sustenta. Miedo a "perderse", claro está. Construyen su casa doctrinal, y así ahuyentan los "miedos". Pero Cristo advirtió contra estos "miedos" de una forma muy sencilla. Lucas 17:21 nos explica que es la GRACIA precisamente la que puede ahuyentar los miedos. ¿No es irónico? ¿Por qué el calvinismo tiene MIEDO de perderse y construye su Babel doctrinal para tapar sus vergüenzas? Porque la GRACIA no le basta. El calvinismo recurre a la gracia como elemento doctrinal mental, no como realidad espiritual.

El que entra y camina en la realidad espiritual, sabe que la gracia auxilia tanto como sabe que hay que hacer un duro trabajo de rendición personal ante esa gracia. Es en el fragor de la lucha donde uno conoce y re-conoce la gracia de Dios, no en los márgenes de los postulados calvinistas.

La GRACIA exige las lágrimas, los clamores y los sudores del creyente. Así se le pidió a Cristo, y así se nos pide a nosotros.

Si queréis los textos que sustenten estas afirmaciones, abrid vuestra Biblia y leedla.

Amor al graderío,
Ibero
Apareciste amigo...
Aunque no comparto las malas palabras lo demás esta cheveré....
Dios te bendiga.
 
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-El aporte precedente de IBERO me parece muy bueno, aunque debo decir que su concepción del calvinismo es más afín al hipercalvinismo, o en todo caso, no encaja con lo que otros calvinistas entendemos. Lamentablemente, la extensión del mensaje no facilita el debate, ya que una respuesta cabal demandaría igual o mayor dimensión todavía. Básteme decir que no podríamos concebir la gracia de Dios sin la obra propiciatoria de nuestro Señor Jesucristo. La salvación solo por Cristo, solo por gracia, solo por fe, no descarta la necesidad y validez de las obras, en su justo lugar: no para conseguir la salvación sino tras haberla recibido.

Cordiales saludos
Ustedes no saben ni lo que creen y se inventaron un hipercalvinismo para meter ahí la basura.
Pero yo lo discierno perfectamente.
Lo veo tan claro que no se me presentan dudas de ningún tipo.
Lo irónico es que uso teología sistemática.
 
Ustedes no saben ni lo que creen y se inventaron un hipercalvinismo para meter ahí la basura.
Pero yo lo discierno perfectamente.
Lo veo tan claro que no se me presentan dudas de ningún tipo.
Lo irónico es que uso teología sistemática.
-Cierto, hay en ti mucho de paradójico. Entre lo poco de malo que escribes hay bastante de bueno.
 
Otro de los hilos de los que gusta tirar el calvinismo es la "soberanía de Dios".
Confunden la soberanía de Dios con la imposición de Dios.

¿Qué quiere decir esto?

Dios puede usar (y usa) Su magnífico poder para imponer su voluntad a la fuerza. Las Escrituras dan testimonio de ello. No podemos negar que Dios ha usado, aquí y allí, Su poder para imponer Su voluntad forzosamente. Podemos incluso decir que Dios puede imponerla hoy y lo hará mañana. ¿Pero quiere decir esto que el hombre no puede resistirse a Dios? ¿O acaso quiere esto decir que a Dios le agrada y se pone muy contento cuando tiene que actuar así, imponiendo Su voluntad mediante la fuerza bruta sobre un hombre corrompido al que ama? No parece que sea el caso, y las palabras de Dios tras el Diluvio lo atestiguan. ¿Es esta la visión que Dios ha querido dar de Sí Mismo? ¿La de un tirano que impone Su voluntad retorciendo tu brazo? ¿Alguien que usa su irresistible poder para imponer forzosamente su voluntad a los hombres? ¿Es este de verdad el Evangelio que quieres creer? ¿No es más bien el Evangelio la invitación al ser humano a unirse a Dios por Amor y para el Amor, en libertad y para libertad? ¿No es el Evangelio el propósito eterno de Dios de SACAR del mundo a ciertas personas que ACEPTAN el Evangelio y CREEN con su corazón para justicia, frente a otros que RECHAZAN el evangelio y se endurecen en sus malas obras, resistiendo a Dios?

El tirano impone su voluntad a la fuerza, te guste o no. No cuenta contigo absolutamente para nada. No estás convidado a ninguna cena, sólo a obedecer o a morir. ¿Es este el Evangelio en que habéis creído, calvinistas? El tirano en el que creéis, sencillamente te da una orden y tú la acatas o estás muerto. ¿Un tirano se presenta como Hijo que nos ama, como Padre que nos desea o como Espíritu que nos anima y da vida? El tirano (y estoy tirando de la cuerda del muñeco de la mentalidad calvinista) no se presenta como un amante que ama y que convida a los hombres a Su banquete (Mt 22:3-4). El tirano calvinista no creo que se deje vencer por un simple mortal, y además tramposo y mentiroso (Gen 32:28 - Os 12:4). ¿Un tirano habla como Dios nos ha hablado a través de Sus profetas y ministros, con esa paciencia y ternura?

El uso que Dios hace de Su poder es en Amor siempre, un proyecto inmenso de INVITACIÓN a un BANQUETE de BODAS. El Amor no puede negarse a Sí Mismo. Eso quiere decir que SIEMPRE quiere lo mejor para todos. Incluso cuando te permite hacer el mal, Dios quiere tu bien. Dios no está día y noche quebrando forzosamente la voluntad de los hombres para que perezcan... o para que se salven. Los que RESISTEN son los que PERECEN. El infierno es la prueba misma de que la voluntad del hombre puede resistirse a la voluntad de Dios. Los que ACEPTAN y RECIBEN son los que se SALVAN. El cielo es la prueba misma de que la voluntad del hombre puede doblegarse a la voluntad de Dios.

Entiendo que yo no puedo con mis propias fuerzas servir o hacer la voluntad de Dios. Pero no hablamos de fuerzas sino de voluntades. SÍ PUEDO RENDIRME A AQUEL QUE PUEDE VENCERME. O al menos desear rendirme, o al menos desear el Cielo agónicamente (como hizo Jacob). Puedo desear rendirme... o no desearlo. El hombre, cuando descubre el Evangelio (o cuando el Evangelio amanece dentro de él), se entrega voluntariamente a esa obra. Es decir, el hombre iluminado ora así: "Señor, hazme tuyo, dame un corazón nuevo porque sólo Tú puedes hacerlo". La Palabra dice que Dios apoya con Su poder la maldad de los malos (literalmente, les ayuda para que su maldad sea más mala para que se muestre su verdadera maldad) y también dice que con Su poder sustenta a los justos, los del camino de la fe (hace que la justicia de los justos realmente resplandezca como el alba, que la justicia de los justos brille como el sol).

El calvinismo toma las hojas impares de su Biblia y deja los pares, no vaya a ser que "se contamine" con ellas.
Esto no es sabio.

Os dejo con estas meditaciones hasta que Dios disponga.

Sin duda, amor a todos vosotros.
Ibero
 

NEGAR QUE EL PADRE ESCUCHE LA ORACIÓN DEL HIJO
ES UNA BLASFEMIA.
EL ARMINIANISMO NIEGA LA SOBERANÍA DE DIOS.
CREEN EN OTRO dios, QUE HAN CREADO ELLOS,
NO CREEN EN EL DIOS SOBERANO DE LA BIBLIA.


La soberanía absoluta De Dios

Ninguna doctrina es más despreciada por la mente natural que la verdad de que Dios es absolutamente soberano. El orgullo humano aborrece la idea de que Dios ordena todo, lo controla todo, gobierna sobre todo. La mente carnal, ardiendo de enemistad contra Dios, aborrece la enseñanza bíblica de que nada sucede excepto de acuerdo a Su eterno decreto. Por encima de todo, la carne aborrece la idea de que la salvación es totalmente obra de Dios. Si Dios escogió quién sería salvo y si Su elección fue hecha antes de la fundación del mundo, entonces los creyentes no merecen crédito por su salvación.


Pero eso es, después de todo, precisamente lo que enseña la Escritura. Incluso la fe es un don gratuito de Dios a Sus elegidos. Jesús dijo: "Ninguno puede venir a Mí, si no le fuere dado del Padre" (Juan 6:65). “Ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar" (Mateo 11:27). Por lo tanto, no hay nadie que sea salvo que tenga algo de que jactarse (cf. Ef. 2:8, 9). "La salvación es de Jehová" (Jonás 2:9).

La doctrina de la elección divina se enseña explícitamente en las Escrituras. Por ejemplo, en las epístolas del Nuevo Testamento, nos enteramos de que todos los creyentes son "elegidos de Dios" (Tito 1:1). Fuimos "predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de Su voluntad" (Efesios 1:11, énfasis añadido). "Según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo… Habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de Su voluntad"(vv. 4, 5). Nosotros "somos llamados conforme a Su propósito. Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de Su Hijo… y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó" (Rom. 8:28-30).

Cuando Pedro escribió que somos "elegidos según la presciencia de Dios Padre" (1 Pedro 1:1, 2), no estaba usando la palabra "presciencia" en el sentido de que Dios sabía de antemano quién iba a creer, por lo que los eligió debido a su fe prevista. En cambio, Pedro quiso decir que Dios determinó antes de los siglos conocer y amar y salvarlos; y Él los escogió sin tener en cuenta ni el bien ni el mal que podrían hacer. Volveremos a este punto; pero por ahora, observen que esos versículos declaran explícitamente que la elección soberana de Dios es hecha "según el puro afecto de Su voluntad" y "conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de Su voluntad ", es decir, no por ninguna razón externa a Sí mismo. Ciertamente, Él no escogió a ciertos pecadores para ser salvos porque hubiera algo digno de alabanza en ellos o porque El previó que iban a elegirlo. Él los escogió únicamente porque le agradó hacerlo. Dios declara: "anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero" (Isaías 46:10). No depende de las decisiones de los demás. Sus propósitos para elegir a algunos y rechazar a otros están ocultos en el secreto consejo de Su propia voluntad.
Por otra parte, todo lo que existe en el universo, existe porque Dios lo permitió, lo decretó y lo llamó a existencia. "Nuestro Dios está en los cielos, Él hace lo que le place" (Salmo 115:3). "Todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos" (Salmo 135:6). Él "hace todas las cosas según el designio de Su voluntad" (Efesios 1:11). "De Él, por Él y para Él son todas las cosas" (Rom. 11:36). "Para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para Él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de Él" (1 Cor. 8:6).

¿Qué pasa con el pecado? Dios no es el autor del pecado, pero sin duda lo permitió, es parte integral de Su decreto eterno. Dios tiene un propósito para permitirlo. Él no puede ser culpado por el mal o manchado por su existencia (1 Sam. 2:2: "No hay santo como el Señor"). No fue sorprendido con la guardia baja o en posición impotente para detenerlo cuando el pecado entró en el universo. No conocemos Sus propósitos para permitir el pecado. Por lo menos, Él lo permitió con el fin de destruir el mal para siempre. Y a veces Dios usa el mal para hacer el bien (Génesis 45:7, 8; 50:20; Rom 8:28). ¿Cómo puede ser esto? La Escritura no responde a todas nuestras preguntas. Pero sabemos por Su Palabra que Dios es absolutamente soberano, Él es perfectamente santo y Él es definitivamente justo.
Es cierto que estas verdades son difíciles de aceptar para la mente humana, pero la Escritura es irrefutable. Dios controla todas las cosas, hasta la elección de los que serán salvos. Pablo afirma la doctrina en términos ineludibles en el capítulo noveno de Romanos, al mostrar que Dios escogió a Jacobo y rechazó a su hermano gemelo Esaú: "pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama"(v. 11). Unos pocos versículos después, Pablo añade esto: "Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca.
Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia"(vv. 15, 16).

Pablo anticipa el argumento en contra de la soberanía divina: "Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a Su voluntad?"(V. 19). En otras palabras, ¿la soberanía de Dios no anula la responsabilidad humana? Pero en lugar de ofrecer una respuesta filosófica o un argumento metafísico profundo, Pablo simplemente reprendió a los escépticos: "Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?" (Vv. 20, 21).

La Escritura afirma tanto la soberanía divina como la responsabilidad humana. Debemos aceptar ambos lados de la verdad, aunque no entendamos cómo se corresponden entre sí. Las personas son responsables de lo que hacen con el Evangelio, o con cualquier luz que tengan (Rom. 2:19, 20), por lo que el castigo es justo si rechazan la luz. Y los que rechazan lo hacen voluntariamente. Jesús se lamentó: "y no queréis venir a Mí para que tengáis vida" (Juan 5:40). Le dijo a los incrédulos: "Si no creéis que Yo soy [Dios], en vuestros pecados moriréis" (Juan 8:24). En Juan capítulo 6, nuestro Señor combina tanto la soberanía divina y la responsabilidad humana cuando dijo: "Todo lo que el Padre me da, vendrá a Mí, y el que a Mí viene, no le echo fuera" (v. 37); "Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en Él, tenga vida eterna " (v. 40),"Ninguno puede venir a Mí, si el Padre que me envió no le trajere"(v. 44), "De cierto, de cierto os digo: El que cree en Mí, tiene vida eterna "(v. 47); y "Ninguno puede venir a Mí, si no le fuere dado del Padre "(v. 65). Cómo pueden ser verdaderas estas dos realidades al mismo tiempo es algo que no puede ser comprendido por la mente humana -sólo por Dios.
Por sobre todo, no debemos concluir que Dios es injusto porque decide conceder gracia a algunos pero no a todos. Dios no se mide por lo que parece justo según el juicio humano. ¿Somos tan tontos como para asumir que nosotros, que somos criaturas caídas, pecaminosas, tenemos un mayor estándar de lo que es correcto que un Dios infinito y eternamente santo? ¿Qué tipo de orgullo es ese? En el Salmo 50:21, Dios dice: "Pensabas que de cierto sería Yo como tú". Pero Dios no es como nosotros, ni tampoco puede ser considerado según las pautas humanas. "Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son Mis caminos más altos que vuestros caminos, y Mis pensamientos más que vuestros pensamientos"
(Isaías 55:8, 9).

Cuando llegamos a la conclusión de que algo que Dios hace no es justo, entramos en una zona prohibida. En Romanos 11:33, el apóstol escribe: "¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son Sus juicios e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue Su consejero? "(Rom. 11:33, 34).

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Otro de los hilos de los que gusta tirar el calvinismo es la "soberanía de Dios".
Confunden la soberanía de Dios con la imposición de Dios.
...
-Intuyo que este otro aporte debe ser también muy bueno, pero al ser tan extenso y con la letra tan pequeña, me disuade leerlo enteramente, por más que lo quiera.
-Así que me remito a contestar tu premisa inicial: no confundimos soberanía con imposición, ya que el mejor y más claro ejemplo lo tenemos en Faraón -de quien Dios dijo a Moisés que endurecería su corazón (Éxodo 4:21, etc.)-, cuando también leemos que su corazón se endureció (7:13, 22. etc.). O sea, no forzó Dios a Faraón a que hiciera lo que no quería, sino que le permitió salirse con la suya, probando de este modo que Dios es Soberano pero no tirano.
 
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Si Dios escogió quién sería salvo y si Su elección fue hecha antes de la fundación del mundo, entonces los creyentes no merecen crédito por su salvación.

Dios no escogió quién sería salvo "de antemano" (y por tanto condenó a los que no serían salvos de antemano). Eso es completamente falso. Dios no está sujeto al tiempo, es soberano del tiempo, y esto no es lo mismo que decir que tu vecino está perdido e irá al infierno porque Dios antes de que naciera ya lo estableció así forzosamente.

Los creyentes quizás no merezcan ningún crédito según la mente calvinista, pero la Biblia dice cosas muy distintas.
El creyente puede o no puede hacer ciertas cosas, y tendrá recompensa y alabanza de parte de Dios según las haga o no las haga. Eso está en la Biblia calvinista escrito. Aunque habría que saber lo que el autor entiende por "crédito"...

Por sobre todo, no debemos concluir que Dios es injusto porque decide conceder gracia a algunos pero no a todos.

Es que Dios no hace eso (ni lo que la Biblia dice que Dios hace). Quizás será lo que la mente calvinista cree que Dios hace... :)

Amor,
Ibero
 
Última edición:
-Intuyo que este otro aporte debe ser también muy bueno, pero al ser tan extenso y con la letra tan pequeña, me disuade leerlo enteramente, por más que lo quiera.
-Así que me remito a contestar tu premisa inicial: no confundimos soberanía con imposición, ya que el mejor y más claro ejemplo lo tenemos en Faraón -de quien Dios dijo a Moisés que endurecería su corazón (Éxodo 4:21, etc.)-, cuando también leemos que su corazón se endureció (7:13, 22. etc.). O sea, no forzó Dios a Faraón a que hiciera lo que no quería, sino que le permitió salirse con la suya, probando de este modo que Dios es Soberano pero no tirano.
No se porque Ibero le pone like a tu respuesta tan mediocre y cobarde.
La rechazo totalmente.
 
Ninguna doctrina es más despreciada por la mente natural que la verdad de que Dios es absolutamente soberano. El orgullo humano aborrece la idea de que Dios ordena todo, lo controla todo, gobierna sobre todo. La mente carnal, ardiendo de enemistad contra Dios, aborrece la enseñanza bíblica de que nada sucede excepto de acuerdo a Su eterno decreto. Por encima de todo, la carne aborrece la idea de que la salvación es totalmente obra de Dios. Si Dios escogió quién sería salvo y si Su elección fue hecha antes de la fundación del mundo, entonces los creyentes no merecen crédito por su salvación.
Que manera de mentir...
 
No se porque Ibero le pone like a tu respuesta tan mediocre y cobarde.
La rechazo totalmente.
-¿No se te ocurrió pensar que fue por la frase inicial del primer párrafo? Es como si vos me hubieras dado el "like" por mis últimas palabras que te dediqué en mi Mensaje # 2.070.
-Además, ¿qué podría tener de "mediocre y cobarde" el comentario que hice? ¿Te contagió Vino Tinto?
 
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El señor Sproul yerra, y mucho, ya que la propia Escritura no habla de la Salvación como de un objeto que pueda tenerse o no tenerse, sino como de "un camino que se recorre en el tiempo de vida de una persona", como "de algo ya manifestado y al mismo tiempo preparado para ser manifestado y que aún no se ha manifestado del todo"; como "de algo que ya se ha traído y al mismo tiempo una herencia que se recibirá", como "agua viva que emana de una fuente de aguas vivas", como "de algo de lo que ocuparse con temor y temblor", y por último, como "de una gracia que viene a los que la reciben y no la resisten, y que puede resistirse y rechazarse".

Me ahorro los textos para no aburrir al personal.

Es decir, las Escrituras dan testimonio de la Salvación de un talante del todo contrario a lo que tenía Sproul en su cabecita, que supongo que serían las "doctrinas calvinistas". Es posible que para Sproul la salvación fuera algo así como un objeto coleccionable, un cromo o un sello de correos.

Y dijo a los que estaban presentes: «Quitadle la mina y dádsela al que tiene las diez minas».

:)

Amor,
Ibero
 
No se porque Ibero le pone like a tu respuesta tan mediocre y cobarde.
La rechazo totalmente.
A ver, yo entiendo que D.Ricardo ya tiene su edad y no está para demasiados trotes doctrinales. Si le aprieto demasiado las tuercas puede que reviente y se le salgan las tripas por las costuras... así que le perdono su "pasar el cepillo sin meter el diezmo dentro".

:)

Amor,
Ibero