En la Biblia hay muchos lugares donde Jehová dice que Él exige adoración de manera exclusiva. Por ejemplo en Exodo 20:5 y 34:14.
En Mateo 4:10 Jesús mismo le mencionó al diablo Deuteronomio 6:5 y 10:12, cuando se negó a arrodillarse delante de él, como le estaba pidiendo. Incluso se lo repitió a los judíos, porque era algo que todos ellos conocían muy bien; por ejemplo en Lucas 10:27.
El diablo no le pediría a Dios que se arrodillara delante de él, y evidentemente, si Jesús hubiera sido el depositario legítimo de la adoración, ni siquiera habría tenido esta breve conversación donde se estaba explicando sobre lo que hacía.
Así que Jesús está hablando de lo mismo que habla el AT: que solo a Jehová se le puede dar ese tipo de adoración. Jesús sabía muy bien que a nadie más se le debe uno arrodillar de la misma manera en que Jehová Dios exige únicamente para sí mismo.
En el NT nunca se confunde a Jehová con Jesucristo. La honra y gloria que se le deben a Jesús por muchas razones, no pueden de ninguna manera ser idénticas a las que Jesús mismo le dijo a otros que solo se le podía dar a Jehová. Incluso los católicos, que son trinitarios, reconocen que el Hijo está subordinado a su Padre, que es lo mismo que decir que Jesucristo no puede ser considerado igual a Jehová en posición o autoridad.
De hecho, la única razón por la que Jesucristo tiene una posición importante en todo el Universo, es porque recibió esa autoridad de parte de Jehová cuando lo glorificó. Pablo dice en 1 a los Corintios 15:27 que aunque las cosas fueron sujetas a Jesús, eso no incluye, por esupuesto, a quien le sujetó las cosas.