Es probable que me haya confundido y esa respuesta que publiqué, corresponda haber sido enviada a @Natanael1 , pero él no se ha dado por aludido.
Sigo insistiendo que no es la composición física o espiritual la que nos da la certeza de la expresión "Persona", sino su capacidad de expresarse para comunicarse de manera inteligente y con poder.
Un extraterrestre, por ejemplo, la forma de su cuerpo, sea luminosa, o sin forma, de modo que solo se escuche su voz, no deja de ser persona.
Un ángel es una persona.
Entonces ¿Por qué tanto rechazo a considerar al Padre y al Espíritu Santo como Personas de la Deidad?
Los ángeles son seres espirituales pero son personas con capacidad de obedecer la orden de adorar a Jesús, como está escrito aquí:
Heb 1:6 Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice:
Adórenle todos los ángeles de Dios.
Y en el cielo veo a millones de millones adorando a Jesús bajo la expresión "un cordero como inmolado", esta cifra no solo involucra los santos, los ángeles, sino todos los habitantes del Cosmos, que según los ojos del telescopio James Webb, es un Cosmos sin límites.
Porque la expresión "millones de millones" escapa a nuestro entendimiento, porque sencillamente no tiene límites, no hay fronteras, y abarca todo el Cosmos, adorando a uno que conserva en sus manos costado y pies, las huellas de su paso por la tierra.
El Padre es una Persona.
El Espíritu Santo es otra Persona.
Y el Hijo es otra Persona.
TODOS TRES FUSIONADOS EN UN MISMO DIOS CON OFICIOS DISTINTOS
1Co 12:4 Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo.
1Co 12:5 Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.
1Co 12:6 Y hay diversidad de operaciones, pero Dios (Padre), que hace todas las cosas en todos, es el mismo.
RECHAZAR LA TRINIDAD CON EL INGENUO ARGUMENTO DE QUE NO ESTÁ ESCRITA LA EXPRESIÓN, ES NEGAR LA BIBLIA PORQUE TAMPOCO SE ENCUENTRA ESCRITA.
Y esta convicción nada tiene que ver con el catolicismo romano, por cuanto es una enseñanza de la misma Palabra de Dios, y no que la inventaron en Nicea, pues ya existía de manera implícita.