La ley del Sinaí fue abolida mediante el sacrificio de Cristo (Ef.2:5), es decir, el aspecto legal de esa ley. Lo que quedó de ella es su aspecto ético, que fue escrito en nuestros corazones mediante el Espíritu santo que nos fue dado.
3 Es evidente que ustedes son una carta de Cristo, expedida por nosotros, escrita no con tinta sino con el Espíritu del Dios viviente; no en tablas de piedra sino en tablas de carne, en los corazones.
4 Ésta es la confianza que delante de Dios tenemos por medio de Cristo. 5 No es que nos consideremos competentes en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios. 6 Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida. (2Cor.2:3)
6 Pero ahora, al morir a lo que nos tenía subyugados, hemos quedado libres de la ley, a fin de servir a Dios con el nuevo poder que nos da el Espíritu, y no por medio del antiguo mandamiento escrito. (Ro.7:6)
Nosotros nunca estuvimos y ahora menos estamos bajo la ley
14 Así el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, porque ya no están bajo la ley sino bajo la gracia. (Ro.6:14)
Los que están bajo la ley están bajo el dominio del pecado y mucho más propensos a hacer lo malo porque la ley estimula las malas pasiones.
4 Así mismo, hermanos míos, ustedes murieron a la ley mediante el cuerpo crucificado de Cristo, a fin de pertenecer al que fue levantado de entre los muertos. De este modo daremos fruto para Dios. 5 Porque cuando nuestra naturaleza pecaminosa aún nos dominaba, las malas pasiones que la ley nos despertaba actuaban en los miembros de nuestro cuerpo, y dábamos fruto para muerte. 6 Pero ahora, al morir a lo que nos tenía subyugados, hemos quedado libres de la ley, a fin de servir a Dios con el nuevo poder que nos da el Espíritu, y no por medio del antiguo mandamiento escrito. (Ro.7:4-6)
En el Nuevo Pacto la obediencia es al Espíritu no a la ley del Sinaí, la ley sirvió solo para traer muerte y condenación. El Espíritu trae vida y nos da a conocer la perfecta voluntad de Dios.
La lucha de los sabatistas es precisamente defender el rito obsoleto de guardar el sábado, por esto es su insistencia en darle vigencia a la ley del Sinaí, no por otra cosa. El guardar el rito sabático semanal, no proviene del Espíritu, pues él fue quien nos hizo entrar en su reposo, nosotros al creer en Cristo, entramos en el reposo de Dios, y no saldremos nunca de este reposo perpetuo. Pobres religiosos que están esclavizados a un rito obsoleto.
Saludos,
Leal
