EMPLEAR el TÉRMINO PERSONA para REFERIRSE a DIOS... ¿O ES más CORRECTO UTILIZAR... HIPÓSTASIS?

Amigos en CristoDios-Hombre y Miniyo como ya he introducido el término “principio hipostático, estoy traduciendo sobre esto, para mi muy importante, es de unas 49 unidades cortas excepto 2-3 de 2 páginas e iré poniendo y cuando termina esto pondré también sobre el término: Zeoengatálipsi Ἡ Θεοεγκατάλειψη =“sístole o ypóstole contracción o reducción de la Jaris”, “cambio, giro o alteración espiritual”, “levantamiento, reducción o pérdida de la Jaris”,
y como ha sucedido antes cualquier otro término que salga con este diá-Logo sano en Dios Logos… espero vuestra colaboración edificante sobre cualquier aclaración, duda o error…pido por favor que respeten el diá-Logo no salgan del tema…hay muchos epígrafes para poner cualquier otra cosa



VER A DIOS COMO EL ES
Sofronio Sajarof, Athonita

C.13
SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO

En Dios y en el ser humano
1.
El verdadero principio inquebrantable de la teognosía (conocimiento de Dios) nos ha sido dado por el Logos del Padre, el Jesús Cristo. Atraídos hacia Él por la agapi (amor incondicional y energía divina increada), sufrimos nuestra profunda metamorfosis, conversión o transformación de todo nuestro ser. Nos es transmitida Su vida ilimitada e increada. Nuestro espíritu se mueve entre dos polos opuestos, contradictorios: por un lado, las oscuras profundidades del hades, y por otro lado, el iluminadísimo sol sin crepúsculo de la Realeza (increada) de Dios. El contenido de nuestro ser se amplía y se dilata inefablemente. La psique-alma por su oración vertiginosa y ardiente se lanza impetuosamente hacia este Dios admirable. Nos odiamos y nos detestamos en lo que somos. Pasará mucho tiempo hasta que percibamos, asimilemos y comprendamos que Él Mismo ora en nosotros transmitiéndonos Su propia vida increada sin principio. Por esta oración divino-entregada o don de Dios nos unimos real y existencialmente con el Cristo. En principio en la inenarrable kénosis (despojo, vaciamiento) y bajada de Él hasta el mundo infernal, subterráneo, y después en Su Divina Pantodinamía-Omnipotencia. “3 Y esta es la vida eterna: que los hombres te conozcan a ti, el único Dios verdadero y al que tú has enviado, Jesús Cristo. 3 Esta es la vida eterna, que los hombres te conozcan a ti, único Dios verdadero con tres hipostasis-personas y al que tú has enviado Jesús Cristo con dos naturalezas y voluntades, física y divina. Y con esta gnosis progresan espiritualmente, disfrutando de tus infinitas perfecciones, en comunión y colaboración estrecha con la agapi-amor hacia ti, y también conozcan a Jesús Cristo al cual tú has enviado al mundo; (Jn 17,3)
La Hipóstasis-Persona en el Ser divino no puede ser ni consiste a una limitación*. Y en nuestro ser creado la hipóstasis conlleva el principio y la capacidad de acoger en sí misma el infinito. En los límites de la realidad terrestre nuestro espíritu hipostático tiene como fin la tarea de atravesar y superar la barrera del espacio y romper las cadenas del tiempo. Una analogía de este tipo de acontecimiento espiritual observamos también en nuestra vida diaria. La aeronave desarrollando velocidad supersónica provoca vibración, convulsión a la atmosfera igual que una explosión. Lo mismo así el espíritu del hombre introducido al mundo de la eternidad Divina, se conmociona por la grandeza de la zeoría-contemplación espiritual que se le es apocaliptada-revelada. La icumeni (mundo habitado) entonces vive un cambio en su destino: el que “un hombre haya nacido en el mundo” (Jn 16,21),- es un acontecimiento que anuncia y confiere a toda la nueva creación valor firme y permanente. El hombre como espíritu hipostático pertenece a la ontología eterna. Los salvados en Cristo, los santos, son los portadores de la Divina eternidad. Reciben la vida sin principio e increada como propiedad y posesión inalterable, pero según su naturaleza permanecen inalterablemente creaturas estables.
*[Prefiero el término hipostasis, como declarante del ser que es realmente, lo yaciente como cimiento de todo del ser”]- (por ejemplo, los cimientos que no se ven del edificio son la hipóstasis)

En el horizonte espiritual de la humanidad se observa un doble movimiento. Uno de estos es negativo. Su forma brutal se expresa por la dinámica de la continua caída acelerada, por el nihilismo banal y la disgregación moral; el punto culminante de esta forma es el estado eosfórico-luciférico (soberbia extrema) sobre la cual nos informa el libro del Génesis (3,5). La esencia de este fenómeno consiste en que la creatura, dotada del regalo de la libre autodeterminación, niega el mandamiento de Dios. El hombre en impulso hacia la absoluta autoconfirmación y hacia su autozéosis o autodeificación siente el mandamiento de Dios como una delimitación impuesta de afuera.

El otro movimiento es positivo y ascendente. Se manifiesta como anhelo, deseo hacia la infinita unión con el Padre “el de los cielos”.

Paralelamente con esto observamos dos tendencias opuestas en los corazones y espíritus de los hombres. Unos, por un lado, persiguen a despojarse de la forma terrestre de la existencia: En la fantasía de ellos está pintada una profunda quietud misteriosa, la super-trascendencia del no Ser. Por otro lado, los otros inspirados por el logos de Dios, “la realeza de los cielos se gana por esfuerzo y violencia y los hombres así lo arrebatan o ganan”…. se someten en lucha ascética-práctica dolorosa y violenta para vencer nuestra naturaleza creada y corruptible, “porque no es que queremos ser desvestidos, sino más bien revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida increada para que se haga incorruptible” (2 Cor 5,4).

La característica de los primeros es que toman el Primer Absoluto como suprapersonal. Para ellos el principio personal, en el mejor de los casos, es el primer grado en el descenso, en la autolimitación del Absoluto.
Para los segundos, en cambio, la Hipóstasis-Persona exactamente yace como cimiento, base de todo ser. Esta es nuestra consideración cristiana sobre Dios y el mundo. En nosotros se reveló el Dios Hipostático, el Creador “del cielo y de la tierra, de todo lo visible e invisible”. Éste es el οντως Ὤν ontos on Ser o Existencia real, el Primero y el Último. Nadie y nada existe antes que Él, ni después que Él. Es Dios de la incorruptible, imperecedera y eterna agapi (amor incondicional, increado). A los que aman a Él se les ha dado la promesa de la Divina adopción, filiación por el Hijo Unigénito del Padre, Jesús Cristo. Quien dijo: «Yo vivo y vosotros viviréis » (Jn 14,19)…CONTINUA…

JARIS!!!

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Salud y bendición en la paz de Cristo.
La Hipóstasis-Persona en el Ser divino no puede ser ni consiste a una limitación*. ...
*[Prefiero el término hipostasis, como declarante del ser que es realmente, lo yaciente como cimiento de todo del ser”]- (por ejemplo, los cimientos que no se ven del edificio son la hipóstasis)

Esto... me PARECE que no ESTÁ muy COMPRENSIBLE... si bien el SER DIVINO y su MANIFESTACIÓN... NO PUEDE TENER NINGUNA LIMITACIÓN... y la HIPÓSTASIS que SE VE o MANIFIESTA... NO PUEDE DECLARAR TODO lo ABSOLUTO del SER DIVINO que SE MANIFIESTA en un MOMENTO DADO (al SER INFINITO e INSONDABLE)... el EJEMPLO que PONE... me PARECE que NO SE CORRESPONDE... pues LO INVISIBLE e INSONDABLE del SER DIVINO ES INFINITAMENTE MAYOR y MÁS GRANDE... que SU HIPÓSTASIS DADA en un MOMENTO DADO en el TIEMPO CONCRETO de ALGUNA de sus MANIFESTACIONES... es decir... en el EJEMPLO... la HIPÓSTASIS... DEBERÍA SER el EDIFICIO que SE VE y MANIFIESTA ANTE nuestros OJOS y ENTENDIMIENTO... y el SER DIVINO TODOPODEROSO y ETERNO que LO SUSTENTA de MODO INVISIBLE... DEBERÍAN SER los CIMIENTOS... que SE ESCAPAN de la VISTA y el ENTENDIMIENTO... por NO ESTAR PLENAMENTE REVELADOS.

Que Dios les bendiga a todos
Paz a la gente de buena voluntad
 
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Salud y bendición en la paz de Cristo.

Esto... me PARECE que no ESTÁ muy COMPRENSIBLE... si bien el SER DIVINO y su MANIFESTACIÓN... NO PUEDE TENER NINGUNA LIMITACIÓN... y la HIPÓSTASIS que SE VE o MANIFIESTA... NO PUEDE DECLARAR TODO lo ABSOLUTO del SER DIVINO que SE MANIFIESTA en un MOMENTO DADO (al SER INFINITO e INSONDABLE)... el EJEMPLO que PONE... me PARECE que NO SE CORRESPONDE... pues LO INVISIBLE e INSONDABLE del SER DIVINO ES INFINITAMENTE MAYOR y MÁS GRANDE... que SU HIPÓSTASIS DADA en un MOMENTO DADO en el TIEMPO CONCRETO de ALGUNA de sus MANIFESTACIONES... es decir... en el EJEMPLO... la HIPÓSTASIS... DEBERÍA SER el EDIFICIO que SE VE y MANIFIESTA ANTE nuestros OJOS y ENTENDIMIENTO... y el SER DIVINO TODOPODEROSO y ETERNO que LO SUSTENTA de MODO INVISIBLE... DEBERÍAN SER los CIMIENTOS... que SE ESCAPAN de la VISTA y el ENTENDIMIENTO... por NO ESTAR PLENAMENTE REVELADOS.

Que Dios les bendiga a todos
Paz a la gente de buena voluntad
Amigos en CristoDios-Hombre, Miniyo gracias muy buena la observación, que esta frase la quitaré que está al pie de página y simplemente el Yérontas Sofronio dice que prefiere la palabra hipóstasis en vez de persona. El resto lo añadí para mejor pero dudando… El Yérontas Sofronio, pintor Ruso que de joven estuvo en París a causa de II guerra mundial y en varios países europeos terminó en Athos bajo dirección guía espiritual de san Siluán el Athonita. Hablaba y escribía perfectamente griego bíblico-patrístico… este libro lo escribió él en Ruso y en Griego, igual que san Mateo su Evangelio lo escribió en Arameo… la palabra hipóstasis existe también en Ruso y es litcho, en cambio en latín y en español y otras lenguas no existe y entonces, como dije varias veces, dejaron a los Padres que los Padres Latinos usaran la palabra persona que corresponde al prósopon en griego pero bajo unas condiciones,, para que se entendida la Una Trinidad divina, tres Personas-Hipostasis, Padre, Hijo y Espíritu Santo… además creo que ya hemos explicado bien el término hipóstasis y el término persona…

[Por lo demás esta mañana ha habido un corte telefónico en la zona del pueblo de Tarragona y veo que va largo…esto te lo pongo desde un centro cífico en parque que estoy con los nietos... estoy ocupando casi exclusivamente sobre el tema muy profundo y alto y también sobre mí en áskisis-práctica y oración para evitar lo que me impide tener la Jaris…

…ah en el otro epígrafe del Robot cansado, te pondré algo muy importante, y en PDF es muy corto, que es la alegría que nos ha prometido CristoDios cómo se mantiene, una vez que se haya superado el camino de Gólgota… y creo que a ti te ha sucedido algo así y que las tribulaciones exteriores son como la cáscara de la almendra que mantiene el fruto interior que está dentro de la cáscara la Jará-Alegría de CristoDios… es parte de mi experiencia también...]



Jaris!!!
 
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Amigos en CristoDios-Hombre, Miniyo gracias muy buena la observación, que esta frase la quitaré que está al pie de página y simplemente el Yérontas Sofronio dice que prefiere la palabra hipóstasis en vez de persona. El resto lo añadí para mejor pero dudando… El Yérontas Sofronio, pintor Ruso que de joven estuvo en París a causa de II guerra mundial y en varios países europeos terminó en Athos bajo dirección guía espiritual de san Siluán el Athonita. Hablaba y escribía perfectamente griego bíblico-patrístico… este libro lo escribió él en Ruso y en Griego, igual que san Mateo su Evangelio lo escribió en Arameo… la palabra hipóstasis existe también en Ruso y es litcho, en cambio en latín y en español y otras lenguas no existe y entonces, como dije varias veces, dejaron a los Padres que los Padres Latinos usaran la palabra persona que corresponde al prósopon en griego pero bajo unas condiciones,, para que se entendida la Una Trinidad divina, tres Personas-Hipostasis, Padre, Hijo y Espíritu Santo… además creo que ya hemos explicado bien el término hipóstasis y el término persona…

[Por lo demás esta mañana ha habido un corte telefónico en la zona del pueblo de Tarragona y veo que va largo…esto te lo pongo desde un centro cífico en parque que estoy con los nietos... estoy ocupando casi exclusivamente sobre el tema muy profundo y alto y también sobre mí en áskisis-práctica y oración para evitar lo que me impide tener la Jaris…

…ah en el otro epígrafe del Robot cansado, te pondré algo muy importante, y en PDF es muy corto, que es la alegría que nos ha prometido CristoDios cómo se mantiene, una vez que se haya superado el camino de Gólgota… y creo que a ti te ha sucedido algo así y que las tribulaciones exteriores son como la cáscara de la almendra que mantiene el fruto interior que está dentro de la cáscara la Jará-Alegría de CristoDios… es parte de mi experiencia también...]




Jaris!!!

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Salud y bendición en la paz de Cristo.

El CONCEPTO HIPÓSTASIS e HIPOSTÁTICO... en ESPAÑOL... SE DEFINE de la SIGUIENTE MANERA en el DICCIONARIO de la REAL ACADEMIA ESPAÑOLA.

hipóstasis
Del lat. tardío hypostăsis, y este del gr. ὑπόστασις hypóstasis.
1. f. Consideración de lo abstracto o irreal como algo real. Los bancos son la hipóstasis del capitalismo.
2. f. Rel. En la religión cristiana, supuesto o persona, especialmente de la Santísima Trinidad.
hipostático, ca
Del gr. ὑποστατικός hypostatikós.
1. adj. Rel. Perteneciente o relativo a la hipóstasis. U. comúnmente referido a la unión de la naturaleza humana con el Verbo Divino en una sola persona.
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

El CONCEPTO GRIEGO de HIPÓSTASIS SE CORRESPONDE MÁS con el TÉRMINO o CONCEPTO ESPAÑOL de PERSONALIDAD.

personalidad
Del lat. tardío personalĭtas, -ātis.
1. f. Diferencia individual que constituye a cada persona y la distingue de otra.
2. f. Conjunto de características o cualidades originales que destacan en algunas personas. Andrés es un escritor con personalidad.
...
6. f. Der. Aptitud legal para intervenir en un negocio o para comparecer en juicio.
7. f. Der. Representación legal y bastante con que alguien interviene en un negocio o en un juicio.
8. f. Fil. Conjunto de cualidades que constituyen a la persona o sujeto inteligente.
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

Que Dios les bendiga a todos
Paz a la gente de buena voluntad
 
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Un tremendo apologeta puso una analogía que me parece apropiada en este tema...

Si tú te haces un muñeco de plastilina y palitos, ¿te puedes aplicar la psicología del muñeco de plastilina y palitos para definir tu persona?

Cuando el que Es nos hizo jcon algo de Él en nosotros, no se proyectó directamente en nuestra condición limitada; sería una autohumillación innecesaria.
 
Un tremendo apologeta puso una analogía que me parece apropiada en este tema...

Si tú te haces un muñeco de plastilina y palitos, ¿te puedes aplicar la psicología del muñeco de plastilina y palitos para definir tu persona?

Cuando el que Es nos hizo jcon algo de Él en nosotros, no se proyectó directamente en nuestra condición limitada; sería una autohumillación innecesaria.

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Salud y bendición en la paz de Cristo.

PIENSA que NUNCA un PADRE SE HUMILLA por ENGENDRAR HIJOS... y DIOS ES el PADRE de los ESPÍRITUS (Hebreos 12:9).

Y un MUÑECO de PLASTILINA NO TIENE ESPÍRITU que MANIFESTAR... aunque CREO que ENTIENDO lo que QUIERES DECIR... que lo que PUEDEN APRECIAR de ti... los que TE VEN y TE TRATAN... NO ES NI por ASOMO lo que REALMENTE ERES... o PUEDES LLEGAR a SER.


Que Dios les bendiga a todos
Paz a la gente de buena voluntad
 
Amigos en CristoDios-Hombre y Miniyo como ya he introducido el término “principio hipostático, estoy traduciendo sobre esto, para mi muy importante, es de unas 49 unidades cortas excepto 2-3 de 2 páginas e iré poniendo y cuando termina esto pondré también sobre el término: Zeoengatálipsi Ἡ Θεοεγκατάλειψη =“sístole o ypóstole contracción o reducción de la Jaris”, “cambio, giro o alteración espiritual”, “levantamiento, reducción o pérdida de la Jaris”,
y como ha sucedido antes cualquier otro término que salga con este diá-Logo sano en Dios Logos… espero vuestra colaboración edificante sobre cualquier aclaración, duda o error…pido por favor que respeten el diá-Logo no salgan del tema…hay muchos epígrafes para poner cualquier otra cosa



VER A DIOS COMO EL ES
Sofronio Sajarof, Athonita

C.13
SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO

En Dios y en el ser humano
1.
El verdadero principio inquebrantable de la teognosía (conocimiento de Dios) nos ha sido dado por el Logos del Padre, el Jesús Cristo. Atraídos hacia Él por la agapi (amor incondicional y energía divina increada), sufrimos nuestra profunda metamorfosis, conversión o transformación de todo nuestro ser. Nos es transmitida Su vida ilimitada e increada. Nuestro espíritu se mueve entre dos polos opuestos, contradictorios: por un lado, las oscuras profundidades del hades, y por otro lado, el iluminadísimo sol sin crepúsculo de la Realeza (increada) de Dios. El contenido de nuestro ser se amplía y se dilata inefablemente. La psique-alma por su oración vertiginosa y ardiente se lanza impetuosamente hacia este Dios admirable. Nos odiamos y nos detestamos en lo que somos. Pasará mucho tiempo hasta que percibamos, asimilemos y comprendamos que Él Mismo ora en nosotros transmitiéndonos Su propia vida increada sin principio. Por esta oración divino-entregada o don de Dios nos unimos real y existencialmente con el Cristo. En principio en la inenarrable kénosis (despojo, vaciamiento) y bajada de Él hasta el mundo infernal, subterráneo, y después en Su Divina Pantodinamía-Omnipotencia. “3 Y esta es la vida eterna: que los hombres te conozcan a ti, el único Dios verdadero y al que tú has enviado, Jesús Cristo. 3 Esta es la vida eterna, que los hombres te conozcan a ti, único Dios verdadero con tres hipostasis-personas y al que tú has enviado Jesús Cristo con dos naturalezas y voluntades, física y divina. Y con esta gnosis progresan espiritualmente, disfrutando de tus infinitas perfecciones, en comunión y colaboración estrecha con la agapi-amor hacia ti, y también conozcan a Jesús Cristo al cual tú has enviado al mundo; (Jn 17,3)
La Hipóstasis-Persona en el Ser divino no puede ser ni consiste a una limitación. Y en nuestro ser creado la hipóstasis conlleva el principio y la capacidad de acoger en sí misma el infinito. En los límites de la realidad terrestre nuestro espíritu hipostático tiene como fin la tarea de atravesar y superar la barrera del espacio y romper las cadenas del tiempo. Una analogía de este tipo de acontecimiento espiritual observamos también en nuestra vida diaria. La aeronave desarrollando velocidad supersónica provoca vibración, convulsión a la atmosfera igual que una explosión. Lo mismo así el espíritu del hombre introducido al mundo de la eternidad Divina, se conmociona por la grandeza de la zeoría-contemplación espiritual que se le es apocaliptada-revelada. La icumeni (mundo habitado) entonces vive un cambio en su destino: el que “un hombre haya nacido en el mundo” (Jn 16,21),- es un acontecimiento que anuncia y confiere a toda la nueva creación valor firme y permanente. El hombre como espíritu hipostático pertenece a la ontología eterna. Los salvados en Cristo, los santos, son los portadores de la Divina eternidad. Reciben la vida sin principio e increada como propiedad y posesión inalterable, pero según su naturaleza permanecen inalterablemente creaturas estables.

En el horizonte espiritual de la humanidad se observa un doble movimiento. Uno de estos es negativo. Su forma brutal se expresa por la dinámica de la continua caída acelerada, por el nihilismo banal y la disgregación moral; el punto culminante de esta forma es el estado eosfórico-luciférico (soberbia extrema) sobre la cual nos informa el libro del Génesis (3,5). La esencia de este fenómeno consiste en que la creatura, dotada del regalo de la libre autodeterminación, niega el mandamiento de Dios. El hombre en impulso hacia la absoluta autoconfirmación y hacia su autozéosis o autodeificación siente el mandamiento de Dios como una delimitación impuesta de afuera.

El otro movimiento es positivo y ascendente. Se manifiesta como anhelo, deseo hacia la infinita unión con el Padre “el de los cielos”.

Paralelamente con esto observamos dos tendencias opuestas en los corazones y espíritus de los hombres. Unos, por un lado, persiguen a despojarse de la forma terrestre de la existencia: En la fantasía de ellos está pintada una profunda quietud misteriosa, la super-trascendencia del no Ser. Por otro lado, los otros inspirados por el logos de Dios, “la realeza de los cielos se gana por esfuerzo y violencia y los hombres así lo arrebatan o ganan”…. se someten en lucha ascética-práctica dolorosa y violenta para vencer nuestra naturaleza creada y corruptible, “porque no es que queremos ser desvestidos, sino más bien revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida increada para que se haga incorruptible” (2 Cor 5,4).

La característica de los primeros es que toman el Primer Absoluto como suprapersonal. Para ellos el principio personal, en el mejor de los casos, es el primer grado en el descenso, en la autolimitación del Absoluto.
Para los segundos, en cambio, la Hipóstasis-Persona exactamente yace como cimiento, base de todo ser. Esta es nuestra consideración cristiana sobre Dios y el mundo. En nosotros se reveló el Dios Hipostático, el Creador “del cielo y de la tierra, de todo lo visible e invisible”. Éste es el οντως Ὤν ontos on Ser o Existencia real, el Primero y el Último. Nadie y nada existe antes que Él, ni después que Él. Es Dios de la incorruptible, imperecedera y eterna agapi (amor incondicional, increado). A los que aman a Él se les ha dado la promesa de la Divina adopción, filiación por el Hijo Unigénito del Padre, Jesús Cristo. Quien dijo: «Yo vivo y vosotros viviréis » (Jn 14,19)…CONTINUA…

JARIS!!!
C. 13
SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO
En Dios y en el ser humano
2.
La Hipóstasis es el principio más íntimo del Ser absoluto, su dimensión inicial y final «YoSoY el Alfa y el Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y el que era y el que siempre viene o ha de venir, el Todopoderoso» (Ap 1,8; 22,23).

La hipóstasis escapa a cualquier definición, pues está más allá de todo aquello que puede llevar la marca de lo determinado. Incognoscible por la razón o lógica de la mente, es conocida existencialmente, pero sólo en la medida en que Dios se revele a sí mismo al hombre (cf Mt 27; Lc 10,22; Jn 17,26).

En el hombre, a imagen del Dios personal, el principio de la hipóstasis es este «hombre escondido en el fondo del corazón con la belleza incorruptible en un espíritu apacible y sereno; esto es precioso ante Dios» (1Pe 3,4). La hipóstasis-persona creada se aleja de cualquier definición. El conocimiento científico y filosófico se expresa en conceptos y definiciones, pero la hipóstasis-persona en cambio, es una realidad inasible para la forma de conocimiento científico o filosófico; la persona humana, como Dios, es radicalmente incognoscible desde fuera, a menos que ella se descubra a otra hipóstasis.

Dios es un Dios escondido; el hombre interior posee también profundidades escondidas a los ojos extraños. Dios es el Principio-Αρχή arjí del Ser (Jn 1,2-3) , y no lo es el Hombre**, pero este último ha sido creado con la posibilidad de recibir y de llevar eternamente consigo la energía increada de la Vida divina.
**(Hombre con la H mayúscula significa el de hipostasis miríadas Pananzropos Todo-hombre. Igual que al Dios Uno pero Tresihipóstatos: Padre, Hijo y Espíritu Santo.)

«Cristo siendo de condición o forma divina» (Flp 2, 6-7), es decir, siendo Dios sin Principio-Αρχή arjí (comienzo), en el acto de la encarnación asumió en Su hipóstasis la forma de nuestra condición de siervos (dulos), la hipóstasis humana recibe, en cambio, por la jaris increada la zéosis o divinización; por ella realiza la plenitud de la «imagen de Dios». En la persona, en el principio hipostático del hombre, se encuentra ante todo, la semejanza de aquel que se reveló a nosotros con el Nombre «YoSoY». En el acto de divinización o zéosis, la hipóstasis (persona) humana es arrebatada desde la dimensión y forma terrenas hasta las dimensiones y formas de la Vida divina. En otras palabras, el hombre asume en su hipóstasis los divinos predicados o atributos, como es la eternidad, la agapi, la sabiduría-sofía, la verdad. Convirtiéndose en dios por el contenido de su ser, la hipóstasis creada, sin embargo, no se convierte en Dios para las otras creaturas lógicas, racionales.

Padres y Maestros de la Iglesia de todos los siglos exponían y exponen proclamando la revelación-apocálipsis de nuestra semejanza con Dios. Pero no todos y no siempre con la misma fuerza. Esto proviene, en parte, de que no todos ellos poseían el nivel requerido de conocimiento de Dios y del Hombre. Los logos y las afirmaciones sobre la semejanza plena, les conmovía, los cuales entendían esto como fusión con Dios llevándolos hasta la indistinción.

Entre Dios y Hombre subsiste eternamente una distancia ontológica insuperable: Dios es el Ser primero, no condicionado ni dependido por nada ni por nadie, mientras que el hombre es Su creatura. Pero en el acto de la creación «a imagen y semejanza», nuestro Creador, en realidad, se repite a Sí Mismo y en este sentido aparece como Padre nuestro. ¿No tendría presente el Señor este hecho al darnos la oración del «Padre nuestro»? Por Su encarnación el Logos eterno del Padre nos permite participar en su Sangre y en su Carne para derramar por este camino en nuestras vidas su Vida sin principio e increada, para que nos convirtamos en hijos suyos, carne de Su Carne y huesos de Sus Huesos, (Jn 6, 53-57, Ef 5,30).

El Cristo nos mostró la perfección de la imagen de Dios en el hombre y la posibilidad de nuestra naturaleza a tomar y poseer la plenitud de la Zéosis o Divinización, hasta tal punto que, después Su ascensión, Él mismo entronizó a nuestra naturaleza a la «derecha del Padre». Pero ni siquiera en Cristo nuestra naturaleza se identifica con la Esencia-Usía del increado Dios. En Cristo, el Hijo encarnado del Padre, contemplamos el designio o la idea eterna de Dios sobre el Hombre.

La revelación-apocálipsis «YoSoY el Ser o Existente ΕΓΩ ΕΙΜΙ Ο ΩΝ egó imí ó on» muestra que la dimensión hipostática en la Deidad tiene una importancia fundamental. El principio de la Hipóstasis en Dios no es un concepto abstracto, sino una realidad esencial que posee una naturaleza-fisis y una energía de vida (Jn 1,4).

La esencia-usía no es lo principal o lo destacado en Dios, lo que determina las hipostasis en sus relaciones recíprocas. En el Ser Divino no hay nada fuera del Principio-Αρχή arjí Hipostático. ¡La profundidad del misterio de las Hipostasis Divinas es inescrutable! La autodeterminación de Estas (hipostasis) en la eternidad constituye un Hecho sin principio. Jamás existió este momento en el que el Padre no tenía el Hijo y no procedía el Espíritu Santo del Padre. El Principio-Αρχή arjí de todo es el Padre, el Cual en el acto de eterno o perpetuo nacimiento del Hijo, Le transmite toda la plenitud de Su Naturaleza, de Su Esencia. Y lo mismo acontece con el acto de proceder o procesión del Espíritu Santo. La consecuencia de esto es la afirmación perfecta de que el Hijo y el Espíritu Santo son enteramente iguales que el Padre.

El Logos encarnado del Padre, Cristo-Hombre, es para nosotros ya más conocido y entendido por los logos, dichos «que ha dado el Padre a Él» y Él los «ha entregado a nosotros» (Jn 17,8). Nosotros conocemos Su vida en la tierra por las narraciones evangélicas y la parádosi-transmisión, entrega y tradición espiritual sobre Él. Reveló en Sí Mismo «a Su Padre y Padre nuestro» (Jn 20,17). La gnosis (conocimiento) del Espíritu Santo como Persona-Hipóstasis, viene paulatinamente más tarde. Él vivifica incesantemente no sólo la Iglesia y a sus hijos, sino todo el mundo, toda la creación. Nos sana, nos “psicoterapia” de las consecuencias de la caída, nos regenera y nos santifica. Pero todo lo realiza invisiblemente, como si se tratara de un Amigo milagroso escondido que no quiere abrumarnos con la gratitud hacia Él, porque sabe que en nuestro estado actual, el generoso sentimiento de gratitud se hace pesado y se madura con el tiempo. La gran bienaventuranza, dicha y felicidad del conocimiento-gnosis a Él llega gradualmente, en la medida que, con su asistencia emerge en nuestro interior el principio hipostático por la sinergia con Él, en virtud del cual empezamos a comprenderlo casi todo. Por la potencia de este empezamos a asumir el todo, y a Dios como Divino Ser Primero y el ser cósmico, y de un modo la propia hipóstasis-hombre, imagen realizada de Aquel, el Cual se reveló a Moisés y a nosotros por el nombre YoSoY. Por lo tanto, el Mismo Dios es Hipostático y nosotros creación “a imagen y a semejanza” de Él, y a raíz de esto nuestra llamada definitiva es hacia la forma hipostática del ser. …CONTINUA…


JARIS!!!
 
C. 13
SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO
En Dios y en el ser humano
2.
La Hipóstasis es el principio más íntimo del Ser absoluto, su dimensión inicial y final «YoSoY el Alfa y el Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y el que era y el que siempre viene o ha de venir, el Todopoderoso» (Ap 1,8; 22,23).

La hipóstasis escapa a cualquier definición, pues está más allá de todo aquello que puede llevar la marca de lo determinado. Incognoscible por la razón o lógica de la mente, es conocida existencialmente, pero sólo en la medida en que Dios se revele a sí mismo al hombre (cf Mt 27; Lc 10,22; Jn 17,26).

En el hombre, a imagen del Dios personal, el principio de la hipóstasis es este «hombre escondido en el fondo del corazón con la belleza incorruptible en un espíritu apacible y sereno; esto es precioso ante Dios» (1Pe 3,4). La hipóstasis-persona creada se aleja de cualquier definición. El conocimiento científico y filosófico se expresa en conceptos y definiciones, pero la hipóstasis-persona en cambio, es una realidad inasible para la forma de conocimiento científico o filosófico; la persona humana, como Dios, es radicalmente incognoscible desde fuera, a menos que ella se descubra a otra hipóstasis.

Dios es un Dios escondido; el hombre interior posee también profundidades escondidas a los ojos extraños. Dios es el Principio-Αρχή arjí del Ser (Jn 1,2-3) , y no lo es el Hombre**, pero este último ha sido creado con la posibilidad de recibir y de llevar eternamente consigo la energía increada de la Vida divina.
**(Hombre con la H mayúscula significa el de hipostasis miríadas Pananzropos Todo-hombre. Igual que al Dios Uno pero Tresihipóstatos: Padre, Hijo y Espíritu Santo.)

«Cristo siendo de condición o forma divina» (Flp 2, 6-7), es decir, siendo Dios sin Principio-Αρχή arjí (comienzo), en el acto de la encarnación asumió en Su hipóstasis la forma de nuestra condición de siervos (dulos), la hipóstasis humana recibe, en cambio, por la jaris increada la zéosis o divinización; por ella realiza la plenitud de la «imagen de Dios». En la persona, en el principio hipostático del hombre, se encuentra ante todo, la semejanza de aquel que se reveló a nosotros con el Nombre «YoSoY». En el acto de divinización o zéosis, la hipóstasis (persona) humana es arrebatada desde la dimensión y forma terrenas hasta las dimensiones y formas de la Vida divina. En otras palabras, el hombre asume en su hipóstasis los divinos predicados o atributos, como es la eternidad, la agapi, la sabiduría-sofía, la verdad. Convirtiéndose en dios por el contenido de su ser, la hipóstasis creada, sin embargo, no se convierte en Dios para las otras creaturas lógicas, racionales.

Padres y Maestros de la Iglesia de todos los siglos exponían y exponen proclamando la revelación-apocálipsis de nuestra semejanza con Dios. Pero no todos y no siempre con la misma fuerza. Esto proviene, en parte, de que no todos ellos poseían el nivel requerido de conocimiento de Dios y del Hombre. Los logos y las afirmaciones sobre la semejanza plena, les conmovía, los cuales entendían esto como fusión con Dios llevándolos hasta la indistinción.

Entre Dios y Hombre subsiste eternamente una distancia ontológica insuperable: Dios es el Ser primero, no condicionado ni dependido por nada ni por nadie, mientras que el hombre es Su creatura. Pero en el acto de la creación «a imagen y semejanza», nuestro Creador, en realidad, se repite a Sí Mismo y en este sentido aparece como Padre nuestro. ¿No tendría presente el Señor este hecho al darnos la oración del «Padre nuestro»? Por Su encarnación el Logos eterno del Padre nos permite participar en su Sangre y en su Carne para derramar por este camino en nuestras vidas su Vida sin principio e increada, para que nos convirtamos en hijos suyos, carne de Su Carne y huesos de Sus Huesos, (Jn 6, 53-57, Ef 5,30).

El Cristo nos mostró la perfección de la imagen de Dios en el hombre y la posibilidad de nuestra naturaleza a tomar y poseer la plenitud de la Zéosis o Divinización, hasta tal punto que, después Su ascensión, Él mismo entronizó a nuestra naturaleza a la «derecha del Padre». Pero ni siquiera en Cristo nuestra naturaleza se identifica con la Esencia-Usía del increado Dios. En Cristo, el Hijo encarnado del Padre, contemplamos el designio o la idea eterna de Dios sobre el Hombre.

La revelación-apocálipsis «YoSoY el Ser o Existente ΕΓΩ ΕΙΜΙ Ο ΩΝ egó imí ó on» muestra que la dimensión hipostática en la Deidad tiene una importancia fundamental. El principio de la Hipóstasis en Dios no es un concepto abstracto, sino una realidad esencial que posee una naturaleza-fisis y una energía de vida (Jn 1,4).

La esencia-usía no es lo principal o lo destacado en Dios, lo que determina las hipostasis en sus relaciones recíprocas. En el Ser Divino no hay nada fuera del Principio-Αρχή arjí Hipostático. ¡La profundidad del misterio de las Hipostasis Divinas es inescrutable! La autodeterminación de Estas (hipostasis) en la eternidad constituye un Hecho sin principio. Jamás existió este momento en el que el Padre no tenía el Hijo y no procedía el Espíritu Santo del Padre. El Principio-Αρχή arjí de todo es el Padre, el Cual en el acto de eterno o perpetuo nacimiento del Hijo, Le transmite toda la plenitud de Su Naturaleza, de Su Esencia. Y lo mismo acontece con el acto de proceder o procesión del Espíritu Santo. La consecuencia de esto es la afirmación perfecta de que el Hijo y el Espíritu Santo son enteramente iguales que el Padre.

El Logos encarnado del Padre, Cristo-Hombre, es para nosotros ya más conocido y entendido por los logos, dichos «que ha dado el Padre a Él» y Él los «ha entregado a nosotros» (Jn 17,8). Nosotros conocemos Su vida en la tierra por las narraciones evangélicas y la parádosi-transmisión, entrega y tradición espiritual sobre Él. Reveló en Sí Mismo «a Su Padre y Padre nuestro» (Jn 20,17). La gnosis (conocimiento) del Espíritu Santo como Persona-Hipóstasis, viene paulatinamente más tarde. Él vivifica incesantemente no sólo la Iglesia y a sus hijos, sino todo el mundo, toda la creación. Nos sana, nos “psicoterapia” de las consecuencias de la caída, nos regenera y nos santifica. Pero todo lo realiza invisiblemente, como si se tratara de un Amigo milagroso escondido que no quiere abrumarnos con la gratitud hacia Él, porque sabe que en nuestro estado actual, el generoso sentimiento de gratitud se hace pesado y se madura con el tiempo. La gran bienaventuranza, dicha y felicidad del conocimiento-gnosis a Él llega gradualmente, en la medida que, con su asistencia emerge en nuestro interior el principio hipostático por la sinergia con Él, en virtud del cual empezamos a comprenderlo casi todo. Por la potencia de este empezamos a asumir el todo, y a Dios como Divino Ser Primero y el ser cósmico, y de un modo la propia hipóstasis-hombre, imagen realizada de Aquel, el Cual se reveló a Moisés y a nosotros por el nombre YoSoY. Por lo tanto, el Mismo Dios es Hipostático y nosotros creación “a imagen y a semejanza” de Él, y a raíz de esto nuestra llamada definitiva es hacia la forma hipostátiCA-personalizada del ser. …CONTINUA…


JARIS!!!
C. 13
SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO
En Dios y en el ser humano
3
La Hipóstasis es Aquel que única y realmente vive. Fuera de este Principio-Αρχή arjí vivo nada puede existir: «4 En Él existe y está la vida y la vida era y es la luz de los hombres». [4. En Él existe y está la vida (increada), y como fuente (increada) de la vida creó y mantiene toda vida (creada). Para los hombres lógicos es también la luz ética y espiritual que ilumina el nus de ellos, es decir, el espíritu de los corazones de sus psiques, y sus mentes, conduciéndoles a la verdad] (Jn 1,4). El contenido esencial de esta vida es la Agapi: “Dios agapi es” (1Jn 4,8). La existencia hipostática-personal en el encuentro con una o más hipostasis-personas, viene en autoconocimiento, que se realiza por la agapi. Partiendo como base a esta maravillosa Apocálipsis-Revelación “«YoSoY el Ser o Existente Εγώ ειμι ο Ών», vivimos también al Hombre creado «a imagen y semejanza» principalmente como existencia hipostática. Precisamente a este principio hipostático en nosotros el Señor anunció y ofreció la eternidad. Este Principio Αρχή y sólo éste contiene la capacidad de conocer su prototipo o arquetipo, el Dios Viviente. El hombre es algo más que un microcosmos, él es un “microdios” (pequeño dios). Siendo creatura, se le ha dado el mandamiento de convertirse en dios, dice san Basilio el Grande. Si el Creador se asemeja en todo al hombre, (cf Heb 2,17), esto significa que el hombre ha sido creado con la posibilidad de hacerse en todo semejante a Dios: «2…seremos semejantes a Él, porque lo veremos, contemplaremos tal y como Él es. [2. …Pero conocemos que cuando Cristo se manifieste con toda su doxa-gloria y jaris-gracia, nosotros también nos convertiremos y seremos semejantes a él en doxa y jaris. Entonces lo veremos y contemplaremos tal y como es con su doxa y jaris (energía y luz increada) que también será nuestra doxa y jaris.» (1Jn 3,2).

En la más alta tensión de oración que nuestra naturaleza puede alcanzar, cuando el mismo Dios ora en nosotros, se da en el hombre el modo más excelso de visión divina. Entonces el hombre, la hipóstasis-persona humana, ora realmente cara a Cara, al Sin Principio Eterno. En este encuentro con el Dios Hipostático (Personal), se energiza, se activa en nosotros aquello que al principio existía sólo en potencia, la hipóstasis.

Llevados por el Espíritu de Dios en la oración por el mundo entero, partícipes de la oración del Señor en Getsemaní, vemos súbitamente en nosotros el milagro Divino: en nuestro interior sale el sol espiritual, cuyo nombre es hipóstasis (persona). Esto es en nosotros el Principio de nueva forma de ser, ya inmortal. Entonces recibimos la Apocálipsis-Revelación del Principio Αρχή Hipostático en la Santa Trinidad, no superficialmente, ni intelectualmente o racionalmente, sino en las profundidades de nuestro ser. Vemos en la Luz increada el misterio sublime del Ser Sin Principio Αρχή: el Dios Hipostático, el Viviente; el Uno en Trinidad de Hipostasis; el Dios de la agapi increada, el Único verdadero. …CONTINUA…

JARIS!!!
 
C. 13
SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO
En Dios y en el ser humano
3
La Hipóstasis es Aquel que única y realmente vive. Fuera de este Principio-Αρχή arjí vivo nada puede existir: «4 En Él existe y está la vida y la vida era y es la luz de los hombres». [4. En Él existe y está la vida (increada), y como fuente (increada) de la vida creó y mantiene toda vida (creada). Para los hombres lógicos es también la luz ética y espiritual que ilumina el nus de ellos, es decir, el espíritu de los corazones de sus psiques, y sus mentes, conduciéndoles a la verdad] (Jn 1,4). El contenido esencial de esta vida es la Agapi: “Dios agapi es” (1Jn 4,8). La existencia hipostática-personal en el encuentro con una o más hipostasis-personas, viene en autoconocimiento, que se realiza por la agapi. Partiendo como base a esta maravillosa Apocálipsis-Revelación “«YoSoY el Ser o Existente Εγώ ειμι ο Ών», vivimos también al Hombre creado «a imagen y semejanza» principalmente como existencia hipostática. Precisamente a este principio hipostático en nosotros el Señor anunció y ofreció la eternidad. Este Principio Αρχή y sólo éste contiene la capacidad de conocer su prototipo o arquetipo, el Dios Viviente. El hombre es algo más que un microcosmos, él es un “microdios” (pequeño dios). Siendo creatura, se le ha dado el mandamiento de convertirse en dios, dice san Basilio el Grande. Si el Creador se asemeja en todo al hombre, (cf Heb 2,17), esto significa que el hombre ha sido creado con la posibilidad de hacerse en todo semejante a Dios: «2…seremos semejantes a Él, porque lo veremos, contemplaremos tal y como Él es. [2. …Pero conocemos que cuando Cristo se manifieste con toda su doxa-gloria y jaris-gracia, nosotros también nos convertiremos y seremos semejantes a él en doxa y jaris. Entonces lo veremos y contemplaremos tal y como es con su doxa y jaris (energía y luz increada) que también será nuestra doxa y jaris.» (1Jn 3,2).

En la más alta tensión de oración que nuestra naturaleza puede alcanzar, cuando el mismo Dios ora en nosotros, se da en el hombre el modo más excelso de visión divina. Entonces el hombre, la hipóstasis-persona humana, ora realmente cara a Cara, al Sin Principio Eterno. En este encuentro con el Dios Hipostático (Personal), se energiza, se activa en nosotros aquello que al principio existía sólo en potencia, la hipóstasis.

Llevados por el Espíritu de Dios en la oración por el mundo entero, partícipes de la oración del Señor en Getsemaní, vemos súbitamente en nosotros el milagro Divino: en nuestro interior sale el sol espiritual, cuyo nombre es hipóstasis (persona). Esto es en nosotros el Principio de nueva forma de ser, ya inmortal. Entonces recibimos la Apocálipsis-Revelación del Principio Αρχή Hipostático en la Santa Trinidad, no superficialmente, ni intelectualmente o racionalmente, sino en las profundidades de nuestro ser. Vemos en la Luz increada el misterio sublime del Ser Sin Principio Αρχή: el Dios Hipostático, el Viviente; el Uno en Trinidad de Hipostasis; el Dios de la agapi increada, el Único verdadero. …CONTINUA…


JARIS!!!
C. 13
SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO
En Dios y en el ser humano
4
Escribo la historia de mi psique-alma. Pagué muy caro los errores en los que me extravié durante siete u ocho años. Humanamente razonando y hablando, no hubiera podido por mis propias fuerzas salir del trascendentalismo sin fondo de la mística oriental, del abismo de un Absoluto Suprapersonal. En mi juventud física e intelectual esta filosofía se presentaba ante mi espíritu como algo perfecto, pleno de grandeza, superior a la emocional sensiblería del cristianismo, con su “ama a Dios y a su prójimo”. Durante aquella época la misma palabra de “persona-hipóstasis” la concebía yo por entonces en mi conciencia como sinónimo de la noción de “individuo”. ¿No es absurdo e insensato, pensaba yo, proyectar ese predicado o atributo en el Ser Absoluto?

Pero cuando me fue concedido, por una donación de lo Alto, comprender el lugar ontológico del principio de la Hipóstasis en el Divino Ser, entonces de forma natural todo cambió y apareció en perspectiva contraria: somos creaturas, y como tales llevamos en nuestro interior el principio hipostático en potencia, no en energía. No soy el Ser primero, sino la imagen creada Suya. A través de los logos-mandamientos evangélicos, he sido llamado a energizar y realizar en mí la hipostática-personal semejanza a Dios, rebasando la limitación individual o de individuo que nunca puede heredar la forma o imagen divina del ser o de existencia.

Nuestro Dios es el Espíritu omnisciente, en todas partes presente: «no hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse y conocerse… ¿No se venden dos pajaritos por un as? Pues, ni uno de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de vuestro Padre. En cuando a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados». «No hay criatura invisible, todo está visible y patente a los ojos de aquel a quien hemos de dar cuentas» (Heb 4,13). No está en nuestro alcance este tipo de gnosis-conocimiento increado: inmediato, sin proceso, total; pero creemos en la buena predisposición y providencia de Dios hacia nosotros. A lo largo de años de diligente esfuerzo ascético-práctica espiritual por vivir según la voluntad de Él, nos admiraremos y nos asombraremos más de una vez la exactitud casi matemática de la Providencia de Dios sobre nosotros.

Si Dios no fuera Ser Hipostático (personal), tampoco nosotros, imagen Suya, podríamos entrar en la forma hipostática del ser; nuestra personalidad misma no sería más que aparente. Pero por el hecho mismo de que la hipóstasis-persona surge en nosotros en la oración sobrenatural cara a Cara delante de Dios Viviente, dicha personalidad no está sometida a elementos naturales; trasciende los límites terrenos y se mueve en esfera de otras dimensiones. Mónada única, irrepetible e irreducible a todo lo que no es de ella, no entra en ninguna planificación matemática.

El Absoluto Ser Primero es Hipostático, y el hombre, semejante al Absoluto, es también hipóstasis. El Dios es Espíritu y el hombre hipóstasis-persona es también espíritu. Y este espíritu no es algo abstracto, separado o negativo porque posee su propia naturaleza. En el plano terreno toma una forma concreta gracias al cuerpo carnal, en el que pasa su primera experiencia real de ser. El Dios-Logos tomó el cuerpo carnal humano (Jn 1,14) y con esto mostró que él no es un invento de nuestra mente racional, ni un producto de nuestra imaginación excitada por un temor místico ante fuerzas desconocidas, enemigas y hostiles. Dios es la primera Realidad esencial y la hipóstasis humana es también vida esencial. …CONTINUA…

JARIS!!!
 
C. 13
SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO
En Dios y en el ser humano
4
Escribo la historia de mi psique-alma. Pagué muy caro los errores en los que me extravié durante siete u ocho años. Humanamente razonando y hablando, no hubiera podido por mis propias fuerzas salir del trascendentalismo sin fondo de la mística oriental, del abismo de un Absoluto Suprapersonal. En mi juventud física e intelectual esta filosofía se presentaba ante mi espíritu como algo perfecto, pleno de grandeza, superior a la emocional sensiblería del cristianismo, con su “ama a Dios y a su prójimo”. Durante aquella época la misma palabra de “persona-hipóstasis” la concebía yo por entonces en mi conciencia como sinónimo de la noción de “individuo”. ¿No es absurdo e insensato, pensaba yo, proyectar ese predicado o atributo en el Ser Absoluto?

Pero cuando me fue concedido, por una donación de lo Alto, comprender el lugar ontológico del principio de la Hipóstasis en el Divino Ser, entonces de forma natural todo cambió y apareció en perspectiva contraria: somos creaturas, y como tales llevamos en nuestro interior el principio hipostático en potencia, no en energía. No soy el Ser primero, sino la imagen creada Suya. A través de los logos-mandamientos evangélicos, he sido llamado a energizar y realizar en mí la hipostática-personal semejanza a Dios, rebasando la limitación individual o de individuo que nunca puede heredar la forma o imagen divina del ser o de existencia.

Nuestro Dios es el Espíritu omnisciente, en todas partes presente: «no hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse y conocerse… ¿No se venden dos pajaritos por un as? Pues, ni uno de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de vuestro Padre. En cuando a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados». «No hay criatura invisible, todo está visible y patente a los ojos de aquel a quien hemos de dar cuentas» (Heb 4,13). No está en nuestro alcance este tipo de gnosis-conocimiento increado: inmediato, sin proceso, total; pero creemos en la buena predisposición y providencia de Dios hacia nosotros. A lo largo de años de diligente esfuerzo ascético-práctica espiritual por vivir según la voluntad de Él, nos admiraremos y nos asombraremos más de una vez la exactitud casi matemática de la Providencia de Dios sobre nosotros.

Si Dios no fuera Ser Hipostático (personal), tampoco nosotros, imagen Suya, podríamos entrar en la forma hipostática del ser; nuestra personalidad misma no sería más que aparente. Pero por el hecho mismo de que la hipóstasis-persona surge en nosotros en la oración sobrenatural cara a Cara delante de Dios Viviente, dicha personalidad no está sometida a elementos naturales; trasciende los límites terrenos y se mueve en esfera de otras dimensiones. Mónada única, irrepetible e irreducible a todo lo que no es de ella, no entra en ninguna planificación matemática.

El Absoluto Ser Primero es Hipostático, y el hombre, semejante al Absoluto, es también hipóstasis. El Dios es Espíritu y el hombre hipóstasis-persona es también espíritu. Y este espíritu no es algo abstracto, separado o negativo porque posee su propia naturaleza. En el plano terreno toma una forma concreta gracias al cuerpo carnal, en el que pasa su primera experiencia real de ser. El Dios-Logos tomó el cuerpo carnal humano (Jn 1,14) y con esto mostró que él no es un invento de nuestra mente racional, ni un producto de nuestra imaginación excitada por un temor místico ante fuerzas desconocidas, enemigas y hostiles. Dios es la primera Realidad esencial y la hipóstasis humana es también vida esencial. …CONTINUA…


JARIS!!!
C. 13
SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO
En Dios y en el ser humano
5.
Es propio de la Hipóstasis-Persona, de la imagen del Dios de la Agapi, el estar en relación de agapi (amor incondicional). La Hipóstasis no se define opuestamente, por la yuxtaposición hacia aquel que “no es yo”. La agapi es el contenido más íntimo y la mejor expresión de esta esencia. La Hipóstasis abrazando o conteniendo por la oración al mundo entero en la agapi, constituye la unidad hacia el interior and intra de todo. En el acto creador de esta energía para desarrollarse, ella aspira también hacia unidad universal (católica) también hacia fuera ad extra. En esta agapi se encuentra y se muestra la semejanza con Dios, “el Cual es agapi-amor (1Jn 4,16).

El Creador del mundo, el Señor, sostiene en su mano todos los seres, todo lo que existe; y el ser humano-hipóstasis es un centro capaz de contener en sí mismo no sólo la multiplicidad de la entidad cósmica o universal, sino mucho más: toda la plenitud de la existencia-ser divinohumano. La hipóstasis en sí misma posee un valor imperecedero, más precioso que el del resto del mundo. En su alegría por descubrir la libertad de la inmortalidad, contempla una nueva forma de ser.

El hombre, renacido por Dios en la oración, nunca está solo. La hipóstasis desconoce la soledad: está siempre en el omnipresente Dios. Antes de alcanzar esta plenitud, a veces soporta la presencia de Dios con gran dificultad, como Moisés que «se mantuvo firme como si viera al invisible» (Heb 11,27). Pero otras veces está llena de alegría dulce y serena, concienciada de que se encuentra en las manos del Santo Protector.

El ser humano- hipóstasis no conoce soledad, por una sola razón: en cualquier sitio que se encuentre en el desierto u otra parte ora por el mundo entero, sea en el sufrimiento, sea en la prosperidad. …CONTINUA…

JARIS!!!
 
C. 13
SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO
En Dios y en el ser humano
5.
Es propio de la Hipóstasis-Persona, de la imagen del Dios de la Agapi, el estar en relación de agapi (amor incondicional). La Hipóstasis no se define opuestamente, por la yuxtaposición hacia aquel que “no es yo”. La agapi es el contenido más íntimo y la mejor expresión de esta esencia. La Hipóstasis abrazando o conteniendo por la oración al mundo entero en la agapi, constituye la unidad hacia el interior and intra de todo. En el acto creador de esta energía para desarrollarse, ella aspira también hacia unidad universal (católica) también hacia fuera ad extra. En esta agapi se encuentra y se muestra la semejanza con Dios, “el Cual es agapi-amor (1Jn 4,16).


El Creador del mundo, el Señor, sostiene en su mano todos los seres, todo lo que existe; y el ser humano-hipóstasis es un centro capaz de contener en sí mismo no sólo la multiplicidad de la entidad cósmica o universal, sino mucho más: toda la plenitud de la existencia-ser divinohumano. La hipóstasis en sí misma posee un valor imperecedero, más precioso que el del resto del mundo. En su alegría por descubrir la libertad de la inmortalidad, contempla una nueva forma de ser.

El hombre, renacido por Dios en la oración, nunca está solo. La hipóstasis desconoce la soledad: está siempre en el omnipresente Dios. Antes de alcanzar esta plenitud, a veces soporta la presencia de Dios con gran dificultad, como Moisés que «se mantuvo firme como si viera al invisible» (Heb 11,27). Pero otras veces está llena de alegría dulce y serena, concienciada de que se encuentra en las manos del Santo Protector.

El ser humano- hipóstasis no conoce soledad, por una sola razón: en cualquier sitio que se encuentre en el desierto u otra parte ora por el mundo entero, sea en el sufrimiento, sea en la prosperidad. …CONTINUA…


JARIS!!!
C. 13
SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO
En Dios y en el ser humano
6.
Gracias a las oraciones de mi Padre espiritual san Siluán el Athonita, el Cristo también a mí me reveló, aunque sea «sólo en parte» (1Cor 13,9), el misterio de la hipóstasis-persona. Atravesé un largo período de años de oración a la desesperada. Pero el Señor no me rechazó, y misericordiosamente descendió hasta mí. Para empezar, operaba por la jaris en mí Su logos evangélico. Este logos, el que proviene del Padre (Jn 7, 17; 17,14.17), introdujo sus raíces en mi corazón, dilatando y abriendo su endurecimiento y sus duros tejidos nerviosos. En dolores nacía y creció mi nueva vida. A los primeros tiempos estaba solo, aún fuera de la Iglesia. Por entonces no conocía nada pero un fuego invisible me quemaba y mi psique en gran aflicción y sufrimiento tendía hacia a “Aquel que puede salvarme”. En alguna parte de mi interior brillaba una vaga esperanza que vencía el miedo a entrar en el camino doloroso. Aquel dolor del que pretendo hablar, es santo para mí. ¡Milagro paradójico! Este dolor y sufrimiento de mi corazón transmitía momentáneamente un entusiasmo a mi espíritu. Me admiraba de que Dios hubiera creado mi naturaleza capaz de sufrir unos padecimientos que me descubrían profundidades insospechadas hasta entonces. Hubo momentos en los que, crispado por fuerte dolor, con voz dulce pero con un grito de admiración, exclamaba: «Doxa-Gloria y Gracias a Ti, sapientísimo Creador!...» La oración me conducía fuera del mundo, estrecho como prisión, y mi espíritu vivía la libertad infinita de mi Dios. Sin tales sufrimientos nunca habría conocido de qué agapi hablaba el Señor, cuando decía: «30 Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe o Soberano de este mundo pecador. En mí no tiene ningún poder; [30. No hablaré ya muchas cosas con vosotros, porque viene el príncipe, el satanás, que gobierna el mundo que está alejado de Dios. Viene para ejecutar el último ataque violento contra mí. Pero en mí no encontrará nada suyo que le dé poder sobre mí, no tiene poder en mí. 31 Pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado» (Jn 14,30-31).

Si la agapi que el Evangelio nos manda, nos fuera natural en nuestro estado de caída, sería superflua la llamada: «Amarás al Señor, tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu psique-alma, y con toda tu diania-mente, intelecto y con todas tus fuerzas o la potencia de la energía de tu voluntad… Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Mt 22 37-39). Pero cuando aquella agapi toca al corazón, entonces nuestro espíritu contempla, ve a Dios en la Luz increada y vive por Él y en Él. Dios trasciende todo pensamiento y mente lógica humana. Ningún de nuestros conceptos abstractos se puede aplicar a Él. Él es Viviente. Su omnipotencia no se puede medir; Su agapi es inenarrable. Vivir con Él es de una riqueza inefable. En una época de mi vida, cuando yo era pintor, no encontraba satisfacción verdadera, porque los medios de que disponía eran incapaces de reproducir la belleza que reina en la creación. Ahora todos mis logos y palabras son totalmente inadecuados para expresar mi asombro delante de Dios.

Ser ciego es ciertamente una gran privación. Pero no hay dolor más grande, desgracia más terrible que la ignorancia, no conocer a Dios. …CONTINUA…

Del Libro: VER A DIOS COMO ÉL ES, Sofronio Sajarof, Athonita, (El teólogo de la Luz increada)


JARIS!!!
 
A ver, a ver como es esto, porque el tema es un tema para personas inteligentes y con mucha sabiduria, y yo ando metida aqui de atrevida y nada mas...pero soy un ser muy pensante.
Si yo le digo a mi Padre Celestial asi........."Padre mio adorado, Señor que estas en el cielo como en la tierra" ...acaso no estoy usando la palabra SEÑOR.?...entonces estoy usando practicamente la palabra HOMBRE, porque un Señor es un hombre, y yo no le puedo decir SEÑOR a una lagartija, ni a un leon, ni a una pantera, eso es asi...y por ser asi es que yo pienso que a DIOS también podemos llamarlo hombre...esto claro está sin tener que entrar en que Cristo lo fué.
Yo soy una persona sencilla, y yo recuerdo que cuando Jesus estuvo aqui no se andaba con tantos problemas porque El sabia que nos podiamos confundir con tanto que hasta tuvimos el bendito privilegio de decirnos que hasta" amigo" era de nosotros y que asi le podiamos llamar...¿Ustedes se imaginan.?

Solo esto, hermanos, los tiempos son terribles, tratemos de vivirlos lo mejor que se puede sin tantas interferencias porque asi es como Dios nos quiere...tranquilitos y con su Paz Divina.

BENDICIONES.
 
C. 13
SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO
En Dios y en el ser humano
6.
Gracias a las oraciones de mi Padre espiritual san Siluán el Athonita, el Cristo también a mí me reveló, aunque sea «sólo en parte» (1Cor 13,9), el misterio de la hipóstasis-persona. Atravesé un largo período de años de oración a la desesperada. Pero el Señor no me rechazó, y misericordiosamente descendió hasta mí. Para empezar, operaba por la jaris en mí Su logos evangélico. Este logos, el que proviene del Padre (Jn 7, 17; 17,14.17), introdujo sus raíces en mi corazón, dilatando y abriendo su endurecimiento y sus duros tejidos nerviosos. En dolores nacía y creció mi nueva vida. A los primeros tiempos estaba solo, aún fuera de la Iglesia. Por entonces no conocía nada pero un fuego invisible me quemaba y mi psique en gran aflicción y sufrimiento tendía hacia a “Aquel que puede salvarme”. En alguna parte de mi interior brillaba una vaga esperanza que vencía el miedo a entrar en el camino doloroso. Aquel dolor del que pretendo hablar, es santo para mí. ¡Milagro paradójico! Este dolor y sufrimiento de mi corazón transmitía momentáneamente un entusiasmo a mi espíritu. Me admiraba de que Dios hubiera creado mi naturaleza capaz de sufrir unos padecimientos que me descubrían profundidades insospechadas hasta entonces. Hubo momentos en los que, crispado por fuerte dolor, con voz dulce pero con un grito de admiración, exclamaba: «Doxa-Gloria y Gracias a Ti, sapientísimo Creador!...» La oración me conducía fuera del mundo, estrecho como prisión, y mi espíritu vivía la libertad infinita de mi Dios. Sin tales sufrimientos nunca habría conocido de qué agapi hablaba el Señor, cuando decía: «30 Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe o Soberano de este mundo pecador. En mí no tiene ningún poder; [30. No hablaré ya muchas cosas con vosotros, porque viene el príncipe, el satanás, que gobierna el mundo que está alejado de Dios. Viene para ejecutar el último ataque violento contra mí. Pero en mí no encontrará nada suyo que le dé poder sobre mí, no tiene poder en mí. 31 Pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado» (Jn 14,30-31).

Si la agapi que el Evangelio nos manda, nos fuera natural en nuestro estado de caída, sería superflua la llamada: «Amarás al Señor, tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu psique-alma, y con toda tu diania-mente, intelecto y con todas tus fuerzas o la potencia de la energía de tu voluntad… Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Mt 22 37-39). Pero cuando aquella agapi toca al corazón, entonces nuestro espíritu contempla, ve a Dios en la Luz increada y vive por Él y en Él. Dios trasciende todo pensamiento y mente lógica humana. Ningún de nuestros conceptos abstractos se puede aplicar a Él. Él es Viviente. Su omnipotencia no se puede medir; Su agapi es inenarrable. Vivir con Él es de una riqueza inefable. En una época de mi vida, cuando yo era pintor, no encontraba satisfacción verdadera, porque los medios de que disponía eran incapaces de reproducir la belleza que reina en la creación. Ahora todos mis logos y palabras son totalmente inadecuados para expresar mi asombro delante de Dios.

Ser ciego es ciertamente una gran privación. Pero no hay dolor más grande, desgracia más terrible que la ignorancia, no conocer a Dios. …CONTINUA…

Del Libro: VER A DIOS COMO ÉL ES, Sofronio Sajarof, Athonita, (El teólogo de la Luz increada)


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C. 13
SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO
En Dios y en el ser humano
7
Si «el hombre Cristo Jesús» (1Tim 2,5) entregándose voluntariamente por la redención de todos, oraba hacia el Padre: «Padre mío, si esta copa no puede pasar sin que yo la beba, hágase tu voluntad» (Mt 26,42), ¿entonces qué podemos decir nosotros pusilánimes? «Esta copa» ¿Qué copa? ¿Qué veía Él en Su oración para expresarse así? «No podemos nosotros alcanzar la amplitud o la profundidad de esta contemplación espiritual del Señor. El misterio de la conciencia de Él, solo parcialmente se revela a los creyentes cuando les es concedido aproximarse a estas fronteras que superan a cualquier descripción. Nuestros Padres, hombres de valor excepcional alejados en los desiertos, en la extrema soledad, lloraban, no por estar privados de algo terreno, sino porque ante si se abrían y descubrían impresionantes abismos de los que no es posible hablar en el lenguaje de todos los días. El que ha atravesado por estos estados sabe que ha sido conducido hasta los límites extremos-ésjatos que el hombre puede soportar. Y a pesar de todo, esto aún no es el fin: «Aún una vez más yo conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo. Y esta frase: “Aún una vez más”, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles» (Heb 12,26), como deificadas. Cuando pensamos en esta nueva prueba de todo lo que es creado y perecedero, de ningún modo podemos estar enteramente seguros de nosotros mismos hasta el final. La conciencia de nuestra fragilidad de creaturas naturales nos acompaña siempre, a excepción de los raros momentos en que la Luz increada desciende a nosotros, cuando por anticipo pre-saboreamos la Realeza (estado en energía increada) de nuestro Padre Celeste (Mt 16,28).…CONTINUA…

Del Libro: VER A DIOS COMO ÉL ES, Sofronio Sajarof, Athonita, (El teólogo de la Luz increada)


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SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO
En Dios y en el ser humano
7
Si «el hombre Cristo Jesús» (1Tim 2,5) entregándose voluntariamente por la redención de todos, oraba hacia el Padre: «Padre mío, si esta copa no puede pasar sin que yo la beba, hágase tu voluntad» (Mt 26,42), ¿entonces qué podemos decir nosotros pusilánimes? «Esta copa» ¿Qué copa? ¿Qué veía Él en Su oración para expresarse así? «No podemos nosotros alcanzar la amplitud o la profundidad de esta contemplación espiritual del Señor. El misterio de la conciencia de Él, solo parcialmente se revela a los creyentes cuando les es concedido aproximarse a estas fronteras que superan a cualquier descripción. Nuestros Padres, hombres de valor excepcional alejados en los desiertos, en la extrema soledad, lloraban, no por estar privados de algo terreno, sino porque ante si se abrían y descubrían impresionantes abismos de los que no es posible hablar en el lenguaje de todos los días. El que ha atravesado por estos estados sabe que ha sido conducido hasta los límites extremos-ésjatos que el hombre puede soportar. Y a pesar de todo, esto aún no es el fin: «Aún una vez más yo conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo. Y esta frase: “Aún una vez más”, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles» (Heb 12,26), como deificadas. Cuando pensamos en esta nueva prueba de todo lo que es creado y perecedero, de ningún modo podemos estar enteramente seguros de nosotros mismos hasta el final. La conciencia de nuestra fragilidad de creaturas naturales nos acompaña siempre, a excepción de los raros momentos en que la Luz increada desciende a nosotros, cuando por anticipo pre-saboreamos la Realeza (estado en energía increada) de nuestro Padre Celeste (Mt 16,28).…CONTINUA…

Del Libro: VER A DIOS COMO ÉL ES, Sofronio Sajarof, Athonita, (El teólogo de la Luz increada)


JARIS!!!
C. 13
SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO
En Dios y en el ser humano
8
En la base de nuestra áskisis-práctica espiritual está el anhelo a adquirir la agapi prometida y mandada de Cristo. Cuando este Espíritu de la agapi de Cristo entra en nosotros, nuestra psique-alma tiene sed de que todos los seres humanos se salven. Pero ella consta con espanto cuán lejos están y no desean la salvación aquellos por los que suplicamos en nuestras oraciones. Más aún, encontramos en ellos rechazo, negación e incluso hostilidad y enemistad. ¿Y cómo es posible que se salve un hombre que se encuentra en tal perversión? Vivimos en una época en la que, a juzgar por los acontecimientos de nuestro siglo, la tragedia de nuestra caída se hace evidente. He aquí, mi pensamiento vuelve hacia mí mismo, tomemos mi vida y qué veo: durante más de medio siglo he orado –a veces hasta las lágrimas, en ocasiones hasta volverme loco de desesperación- por la paz del mundo entero y por la salvación si es posible de todos. Y ¿qué ha sucedido? Hasta hoy en día veo que el mal no ha cesado de crecer en su dinámica. El fin terrestre de la historia de la humanidad se ha convertido en “científicamente” pensable; puede suceder mañana, dadas las posibilidades técnicas. El carácter profundamente irracional de los acontecimientos de nuestros días nos sume en total perplejidad. Buscamos una razón al logos de Dios y encontramos, entre otros pasajes, el siguiente: «Y cuando oigáis de guerras y de revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que estas cosas acontezcan primero…; y en la tierra angustias de las gentes…, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas del cielo serán sacudidas… Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación (Lc 21, 9-28). Y en otra parte: «Haré que se conmueva sólo la tierra, sino también el cielo» (Heb 12,26). Así, el Señor nos llama en todo a un combate grandioso para apoderarnos de la “inconmovible” Realeza increada de Dios. Es evidente que semejante Evangelio no nos ha llegado “según un hombre”, y, en cuanto a sus dimensiones, “no está a la medida del hombre” (Gal 1, 11-12).

¿Qué haremos entonces si las cosas son así? ¿Desesperaremos y renegaremos del “Evangelio eterno” (Apo 14,6)? Y si renegamos y caemos, ¿qué otra cosa satisfará nuestra ansiedad y sed en todo el universo? De verdad, no hay absolutamente nada que pueda separarnos de Él, por más penosa que sea nuestra lucha y práctica espiritual o ascética (Rom 8, 35-39). Él nos ha abierto los ojos al infinito, y después de ello no nos es posible cerrarlos y preferir la ceguera de los recién nacidos: «Pero ¡tened ánimo!, yo he vencido al mundo» (Jn 16,31), ha dicho el Señor.

He aquí que estamos firmes ante el Viviente Absoluto. A Él y sólo a Él buscamos. …CONTINUA…

Del Libro: VER A DIOS COMO ÉL ES, Sofronio Sajarof, Athonita, (El teólogo de la Luz increada)


 
C. 13
SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO
En Dios y en el ser humano
8
En la base de nuestra áskisis-práctica espiritual está el anhelo a adquirir la agapi prometida y mandada de Cristo. Cuando este Espíritu de la agapi de Cristo entra en nosotros, nuestra psique-alma tiene sed de que todos los seres humanos se salven. Pero ella consta con espanto cuán lejos están y no desean la salvación aquellos por los que suplicamos en nuestras oraciones. Más aún, encontramos en ellos rechazo, negación e incluso hostilidad y enemistad. ¿Y cómo es posible que se salve un hombre que se encuentra en tal perversión? Vivimos en una época en la que, a juzgar por los acontecimientos de nuestro siglo, la tragedia de nuestra caída se hace evidente. He aquí, mi pensamiento vuelve hacia mí mismo, tomemos mi vida y qué veo: durante más de medio siglo he orado –a veces hasta las lágrimas, en ocasiones hasta volverme loco de desesperación- por la paz del mundo entero y por la salvación si es posible de todos. Y ¿qué ha sucedido? Hasta hoy en día veo que el mal no ha cesado de crecer en su dinámica. El fin terrestre de la historia de la humanidad se ha convertido en “científicamente” pensable; puede suceder mañana, dadas las posibilidades técnicas. El carácter profundamente irracional de los acontecimientos de nuestros días nos sume en total perplejidad. Buscamos una razón al logos de Dios y encontramos, entre otros pasajes, el siguiente: «Y cuando oigáis de guerras y de revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que estas cosas acontezcan primero…; y en la tierra angustias de las gentes…, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas del cielo serán sacudidas… Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación (Lc 21, 9-28). Y en otra parte: «Haré que se conmueva sólo la tierra, sino también el cielo» (Heb 12,26). Así, el Señor nos llama en todo a un combate grandioso para apoderarnos de la “inconmovible” Realeza increada de Dios. Es evidente que semejante Evangelio no nos ha llegado “según un hombre”, y, en cuanto a sus dimensiones, “no está a la medida del hombre” (Gal 1, 11-12).

¿Qué haremos entonces si las cosas son así? ¿Desesperaremos y renegaremos del “Evangelio eterno” (Apo 14,6)? Y si renegamos y caemos, ¿qué otra cosa satisfará nuestra ansiedad y sed en todo el universo? De verdad, no hay absolutamente nada que pueda separarnos de Él, por más penosa que sea nuestra lucha y práctica espiritual o ascética (Rom 8, 35-39). Él nos ha abierto los ojos al infinito, y después de ello no nos es posible cerrarlos y preferir la ceguera de los recién nacidos: «Pero ¡tened ánimo!, yo he vencido al mundo» (Jn 16,31), ha dicho el Señor.

He aquí que estamos firmes ante el Viviente Absoluto. A Él y sólo a Él buscamos. …CONTINUA…

Del Libro: VER A DIOS COMO ÉL ES, Sofronio Sajarof, Athonita, (El teólogo de la Luz increada)
C. 13
SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO
En Dios y en el ser humano
9
La experiencia viva de la hipóstasis se da raras veces a los hombres en este mundo: llega, por la imitación a la semejanza de la de Cristo, en nuestra oración por el mundo entero “como por sí mismo”, conforme al mandamiento: «amarás al prójimo como a ti mismo» (Mt 22,39). Conducido por la energía increada del Espíritu Santo, en tal oración, el hombre vive real y existencialmente el misterio de la Mónada Trinitaria. En esta oración se vive lo omoúsios-consustancial del género humano o esencia humana. Por esta oración se nos revela el sentido ontológico del «segundo mandamiento». Todo Adán se convierte en un Hombre-Humanidad.

Todo lo que está por debajo de esto, está por debajo del mandamiento evangélico. Bien podríamos afirmar y decir que la realidad que se encierra en los mandamientos de Cristo está aún lejos de haberse realizado plenamente en sus verdaderas dimensiones en el cristianismo histórico. En su esencia o valor ontológico el Cristianismo sobrepasa inmensamente el entendimiento de aquellos que, por indolencia o pereza espiritual, no han querido adquirir el santo conocimiento de Dios, que es la vida eterna (Jn 17,3). …CONTINUA…

Del Libro: VER A DIOS COMO ÉL ES, Sofronio Sajarof, Athonita, (El teólogo de la Luz increada)


JARIS!!!
 
C. 13
SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO
En Dios y en el ser humano
9
La experiencia viva de la hipóstasis se da raras veces a los hombres en este mundo: llega, por la imitación a la semejanza de la de Cristo, en nuestra oración por el mundo entero “como por sí mismo”, conforme al mandamiento: «amarás al prójimo como a ti mismo» (Mt 22,39). Conducido por la energía increada del Espíritu Santo, en tal oración, el hombre vive real y existencialmente el misterio de la Mónada Trinitaria. En esta oración se vive lo omoúsios-consustancial del género humano o esencia humana. Por esta oración se nos revela el sentido ontológico del «segundo mandamiento». Todo Adán se convierte en un Hombre-Humanidad.

Todo lo que está por debajo de esto, está por debajo del mandamiento evangélico. Bien podríamos afirmar y decir que la realidad que se encierra en los mandamientos de Cristo está aún lejos de haberse realizado plenamente en sus verdaderas dimensiones en el cristianismo histórico. En su esencia o valor ontológico el Cristianismo sobrepasa inmensamente el entendimiento de aquellos que, por indolencia o pereza espiritual, no han querido adquirir el santo conocimiento de Dios, que es la vida eterna (Jn 17,3). …CONTINUA…

Del Libro: VER A DIOS COMO ÉL ES, Sofronio Sajarof, Athonita, (El teólogo de la Luz increada)


JARIS!!!
C. 13

SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO
En Dios y en el ser humano
10
Los hombres buscan la Verdad; un gran número de entre ellos ama a Cristo, pero con demasiada frecuencia se esfuerzan por rebajar el Evangelio al nivel de una doctrina moral. Estos olvidan la enseñanza de Cristo, según la cual sólo los que aplican y cumplen sus logos-mandamientos conocen que la misma no proviene del hombre, sino del Padre de los Cielos (Jn 7,17). Para colmarse y estar pleno de la fuerza y energía deificadora o divinizadora del logos Evangélico, se requieren esfuerzos considerablemente más grandes que para adquisiciones prácticas intelectuales o para los conocimientos científicos. Ni la lectura de una gran cantidad de libros, ni la familiaridad con la historia del Cristianismo o con otras religiones, ni el estudio profundo de distintos sistemas teológicos o cosas semejantes, nos conducirán a alcanzar el objetivo o propósito buscado: la sotiría redención, sanación y salvación por la gnosis y el reconocimiento «del único verdadero Dios, y de su enviado Jesús Cristo» (Jn 17,3). La larga experiencia de siglos de teología académica ha demostrado que es posible la eventualidad de que una amplia erudición a nivel de la teología científica coincida con la ausencia de fe viva: es decir, con una ignorancia total de Dios. En tales casos la teología se convierte en una profesión intelectual, a semejanza del derecho, distinto en cada país, como lo es la teología en las múltiples confesiones cristianas divididas entre sí. …CONTINUA…

Del Libro: VER A DIOS COMO ÉL ES, Sofronio Sajarof, Athonita, (El teólogo de la Luz increada)


JARIS!!!
 
Última edición:
Amigos en CristoDios-Hombre y Miniyo como ya he introducido el término “principio hipostático, estoy traduciendo sobre esto, para mi muy importante, es de unas 49 unidades cortas excepto 2-3 de 2 páginas e iré poniendo y cuando termina esto pondré también sobre el término: Zeoengatálipsi Ἡ Θεοεγκατάλειψη =“sístole o ypóstole contracción o reducción de la Jaris”, “cambio, giro o alteración espiritual”, “levantamiento, reducción o pérdida de la Jaris”,
y como ha sucedido antes cualquier otro término que salga con este diá-Logo sano en Dios Logos… espero vuestra colaboración edificante sobre cualquier aclaración, duda o error…pido por favor que respeten el diá-Logo no salgan del tema…hay muchos epígrafes para poner cualquier otra cosa



VER A DIOS COMO EL ES
Sofronio Sajarof, Athonita

C.13
SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO

En Dios y en el ser humano
1.
El verdadero principio inquebrantable de la teognosía (conocimiento de Dios) nos ha sido dado por el Logos del Padre, el Jesús Cristo. Atraídos hacia Él por la agapi (amor incondicional y energía divina increada), sufrimos nuestra profunda metamorfosis, conversión o transformación de todo nuestro ser. Nos es transmitida Su vida ilimitada e increada. Nuestro espíritu se mueve entre dos polos opuestos, contradictorios: por un lado, las oscuras profundidades del hades, y por otro lado, el iluminadísimo sol sin crepúsculo de la Realeza (increada) de Dios. El contenido de nuestro ser se amplía y se dilata inefablemente. La psique-alma por su oración vertiginosa y ardiente se lanza impetuosamente hacia este Dios admirable. Nos odiamos y nos detestamos en lo que somos. Pasará mucho tiempo hasta que percibamos, asimilemos y comprendamos que Él Mismo ora en nosotros transmitiéndonos Su propia vida increada sin principio. Por esta oración divino-entregada o don de Dios nos unimos real y existencialmente con el Cristo. En principio en la inenarrable kénosis (despojo, vaciamiento) y bajada de Él hasta el mundo infernal, subterráneo, y después en Su Divina Pantodinamía-Omnipotencia. “3 Y esta es la vida eterna: que los hombres te conozcan a ti, el único Dios verdadero y al que tú has enviado, Jesús Cristo. 3 Esta es la vida eterna, que los hombres te conozcan a ti, único Dios verdadero con tres hipostasis-personas y al que tú has enviado Jesús Cristo con dos naturalezas y voluntades, física y divina. Y con esta gnosis progresan espiritualmente, disfrutando de tus infinitas perfecciones, en comunión y colaboración estrecha con la agapi-amor hacia ti, y también conozcan a Jesús Cristo al cual tú has enviado al mundo; (Jn 17,3)
La Hipóstasis-Persona en el Ser divino no puede ser ni consiste a una limitación*. Y en nuestro ser creado la hipóstasis conlleva el principio y la capacidad de acoger en sí misma el infinito. En los límites de la realidad terrestre nuestro espíritu hipostático tiene como fin la tarea de atravesar y superar la barrera del espacio y romper las cadenas del tiempo. Una analogía de este tipo de acontecimiento espiritual observamos también en nuestra vida diaria. La aeronave desarrollando velocidad supersónica provoca vibración, convulsión a la atmosfera igual que una explosión. Lo mismo así el espíritu del hombre introducido al mundo de la eternidad Divina, se conmociona por la grandeza de la zeoría-contemplación espiritual que se le es apocaliptada-revelada. La icumeni (mundo habitado) entonces vive un cambio en su destino: el que “un hombre haya nacido en el mundo” (Jn 16,21),- es un acontecimiento que anuncia y confiere a toda la nueva creación valor firme y permanente. El hombre como espíritu hipostático pertenece a la ontología eterna. Los salvados en Cristo, los santos, son los portadores de la Divina eternidad. Reciben la vida sin principio e increada como propiedad y posesión inalterable, pero según su naturaleza permanecen inalterablemente creaturas estables.
*[Prefiero el término hipostasis, como declarante del ser que es realmente, lo yaciente como cimiento de todo del ser”]- (por ejemplo, los cimientos que no se ven del edificio son la hipóstasis)

En el horizonte espiritual de la humanidad se observa un doble movimiento. Uno de estos es negativo. Su forma brutal se expresa por la dinámica de la continua caída acelerada, por el nihilismo banal y la disgregación moral; el punto culminante de esta forma es el estado eosfórico-luciférico (soberbia extrema) sobre la cual nos informa el libro del Génesis (3,5). La esencia de este fenómeno consiste en que la creatura, dotada del regalo de la libre autodeterminación, niega el mandamiento de Dios. El hombre en impulso hacia la absoluta autoconfirmación y hacia su autozéosis o autodeificación siente el mandamiento de Dios como una delimitación impuesta de afuera.

El otro movimiento es positivo y ascendente. Se manifiesta como anhelo, deseo hacia la infinita unión con el Padre “el de los cielos”.

Paralelamente con esto observamos dos tendencias opuestas en los corazones y espíritus de los hombres. Unos, por un lado, persiguen a despojarse de la forma terrestre de la existencia: En la fantasía de ellos está pintada una profunda quietud misteriosa, la super-trascendencia del no Ser. Por otro lado, los otros inspirados por el logos de Dios, “la realeza de los cielos se gana por esfuerzo y violencia y los hombres así lo arrebatan o ganan”…. se someten en lucha ascética-práctica dolorosa y violenta para vencer nuestra naturaleza creada y corruptible, “porque no es que queremos ser desvestidos, sino más bien revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida increada para que se haga incorruptible” (2 Cor 5,4).

La característica de los primeros es que toman el Primer Absoluto como suprapersonal. Para ellos el principio personal, en el mejor de los casos, es el primer grado en el descenso, en la autolimitación del Absoluto.
Para los segundos, en cambio, la Hipóstasis-Persona exactamente yace como cimiento, base de todo ser. Esta es nuestra consideración cristiana sobre Dios y el mundo. En nosotros se reveló el Dios Hipostático, el Creador “del cielo y de la tierra, de todo lo visible e invisible”. Éste es el οντως Ὤν ontos on Ser o Existencia real, el Primero y el Último. Nadie y nada existe antes que Él, ni después que Él. Es Dios de la incorruptible, imperecedera y eterna agapi (amor incondicional, increado). A los que aman a Él se les ha dado la promesa de la Divina adopción, filiación por el Hijo Unigénito del Padre, Jesús Cristo. Quien dijo: «Yo vivo y vosotros viviréis » (Jn 14,19)…CONTINUA…

JARIS!!!
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Salud y bendición en la paz de Cristo.
... Por otro lado, los otros inspirados por el logos de Dios, “la realeza de los cielos se gana por esfuerzo y violencia y los hombres así lo arrebatan o ganan”…. se someten en lucha ascética-práctica dolorosa y violenta para vencer nuestra naturaleza creada y corruptible, “porque no es que queremos ser desvestidos, sino más bien revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida increada para que se haga incorruptible” (2 Cor 5,4).
QUERÍA COMENTARTE sobre el TÉRMINO VIOLENCIA... ¿NO CREES que ES MÁS CORRECTO... ""ESFORZARSE con VALENTÍA""... que NO... "ESFORZARSE con VIOLENCIA"? ¿La PALABRA en GRIEGO que TRADUCIMOS "VIOLENTO"... SE PUEDE TRADUCIR "VALIENTE" u "HOMBRE ESFORZADO... o DECIDIDO... SIN TEMOR"?

Que Dios les bendiga a todos
Paz a la gente de buena voluntad
 
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Salud y bendición en la paz de Cristo.

QUERÍA COMENTARTE sobre el TÉRMINO VIOLENCIA... ¿NO CREES que ES MÁS CORRECTO... ""ESFORZARSE con VALENTÍA""... que NO... "ESFORZARSE con VIOLENCIA"? ¿La PALABRA en GRIEGO que TRADUCIMOS "VIOLENTO"... SE PUEDE TRADUCIR "VALIENTE" u "HOMBRE ESFORZADO... o DECIDIDO... SIN TEMOR"?

Que Dios les bendiga a todos
Paz a la gente de buena voluntad
Hermano en CristoDios-Hombre, Miniyo, muy acertada tu observación; éste pasaje siempre me ha tenido en duda cómo ponerlo en español y también los traductores varían; por un lado pienso que la palabra violencia no es muy correcta en español y por otro lado pienso que es para dar énfasis sobre la lucha dura que tendremos y tenemos contra el pecado, el mundo pecaminoso y el diablo (claro por concesión y permiso de Dios para que nos convirtamos en buenos soldados de Cristo)… me inclino por la frase tuya “esforzarse con valentía”… abajo te lo pongo en griego original y en griego desarrollado un poco por nuestra Iglesia, y te pido por favor a ti y otro compañero que me ayuden si es correcta la segunda traducción la desarrollada, yo me inclino por la b) desarrollada un poco que es más clara…

a) Forma más literal: "Mateo 11,12 Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reinado de la realeza o Realeza (increada) de los cielos se adquiere con esforzarse con valentía (violencia), y los hombres así la arrebatan y la sujetan (o retienen)."

Ματθ. 11,12 ἀπὸ δὲ τῶν ἡμερῶν Ἰωάννου τοῦ βαπτιστοῦ ἕως ἄρτι ἡ βασιλεία τῶν οὐρανῶν βιάζεται, καὶ βιασταὶ ἁρπάζουσιν αὐτήν.

b) forma poco desarrollada: Mateo 11,12 Ahora comienza nueva época, muy distinta que la época del Antiguo Testamento, que llega hasta Juan el Bautista. Desde el momento que apareció Juan hasta hoy, el reinado de la realeza increada o la realeza increada se instala en la tierra, y se adquiere con lucha dura y los que se esfuerzan con valentía contra el pecado, que está en sus interiores y en el mundo, la arrebatan y la sujetan (retienen) fuertemente.

Ματθ. 11,12 Αλλη εποχή αρχίζει τώρα, πολύ διαφορετική από την εποχήν της Παλαιάς Διαθήκης, που φθάνει μέχρι Ιωάννου του Βαπτιστού. Από την στιγμήν που έκαμε την εμφάνισίν του ο Ιωάννης έως τώρα, η βασιλεία των ουρανών εγκαθιδρύεται εις την γην, αποκτάται με αγώνα και όσοι αγωνίζονται εναντίον της αμαρτίας, που υπάρχει μέσα των και μέσα στον κόσμον, την αρπάζουν και την κρατούν σφικτά.

Espero vuestras sugerencias y aclaraciones…

Jaris!!!
 
C. 13

SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO
En Dios y en el ser humano
10
Los hombres buscan la Verdad; un gran número de entre ellos ama a Cristo, pero con demasiada frecuencia se esfuerzan por rebajar el Evangelio al nivel de una doctrina moral. Estos olvidan la enseñanza de Cristo, según la cual sólo los que aplican y cumplen sus logos-mandamientos conocen que la misma no proviene del hombre, sino del Padre de los Cielos (Jn 7,17). Para colmarse y estar pleno de la fuerza y energía deificadora o divinizadora del logos Evangélico, se requieren esfuerzos considerablemente más grandes que para adquisiciones prácticas intelectuales o para los conocimientos científicos. Ni la lectura de una gran cantidad de libros, ni la familiaridad con la historia del Cristianismo o con otras religiones, ni el estudio profundo de distintos sistemas teológicos o cosas semejantes, nos conducirán a alcanzar el objetivo o propósito buscado: la sotiría redención, sanación y salvación por la gnosis y el reconocimiento «del único verdadero Dios, y de su enviado Jesús Cristo» (Jn 17,3). La larga experiencia de siglos de teología académica ha demostrado que es posible la eventualidad de que una amplia erudición a nivel de la teología científica coincida con la ausencia de fe viva: es decir, con una ignorancia total de Dios. En tales casos la teología se convierte en una profesión intelectual, a semejanza del derecho, distinto en cada país, como lo es la teología en las múltiples confesiones cristianas divididas entre sí. …CONTINUA…

Del Libro: VER A DIOS COMO ÉL ES, Sofronio Sajarof, Athonita, (El teólogo de la Luz increada)


JARIS!!!
C. 13
SOBRE EL PRINCIPIO HIPOSTÁTICO
En Dios y en el ser humano
11
Nuestra gnosis (cocimiento increado) es resultado de la Apocálipsis-Revelación de los Alto: «1 Ἐν ἀρχῇ ἦν ὁ Λόγος... (en arjí in o logos) 1 En el principio el Logos era, es y será eterna e infinitamente; y el Logos existía con Dios y está en Dios; y el Dios era y es el Logos. [1. En el principio, en el espíritu infinito e increado de la creación espiritual y material existía siempre el Logos, como Hijo de Dios que nace siempre de-el Padre, como infinito y vivo Logos de Nus infinito, perfecto y sabio. El Logos como segunda hipóstasis o persona de la Santa Trinidad existía y está siempre inseparable de Dios, y el Logos es Dios, increado, perfecto e infinito, tal y como el Padre y el Espíritu Santo» (Jn 1,1). Para muchos representantes de la ciencia contemporánea “en el principio” existía el hidrógeno, y de él, por evolución natural a lo largo de millones de años, ha surgido todo lo que existe en el universo. La ciencia todavía no llega a plantarse la pregunta: ¿Quién había antes del nacimiento de este mundo? ¿Quién preparó admirable sabiduría el tan sorprendente “bing bang”, esa energía cósmica que escapa al conocimiento? ¿Qué son en realidad el tiempo y el espacio, con sus galaxias, y el resto de sistemas celestes? Se nos ofrece la idea absurda de que de las “casuales” combinaciones, interpretadas pera el mismo átomo original, pudo surgir el pensamiento humano con su búsqueda del “Principio primero”. Es inadmisible la idea de que el hidrógeno constituya el ser primordial. En circunstancias de receptividad suprema recibimos noticia de un Ser de índole especial, el cual por Sí Mismo no tiene un principio o causa que le sea exterior, un comienzo o un fin. Descubrir con credibilidad el profundo carácter de este Ser, no está en nuestra mano. Pero tenemos el impulso congénito y nos es connatural aspirar hacia él. A nuestra pregunta: “Qué es el Ser?” recibimos la respuesta: «YoSoY el Ser o Existente…Εγώ ειμι ο Ων.» No debemos preguntar “Qué”, sino “¿QUIÉN?”. Y este quién establece con nosotros una comunicación viva, de la que somos conscientes.

Este Ser Hipostático que se encuentra más allá de toda limitación y nada ni nadie condiciona y que por Sí Mismo regula todo, es la Causa de nuestra venida al mundo. La Apocálipsis-Revelación es que este Ser es hipostático, testimonia y evidencia que la gnosis (conocimiento) sobre Él, más exactamente, de Él , sólo se puede dar mediante su κοινωνία kinonía comunión, conexión y unión personal de Él como persona con nosotros, en cuanto personas. En los momentos de comunicación viva, real con Él, Él Mismo transmite, comunica en nosotros la gnosis (increada) sobre Sí Mismo, revelándose a nosotros mediante Sus energías increadas. …CONTINUA…

Del Libro: VER A DIOS COMO ÉL ES, Sofronio Sajarof, Athonita, (El teólogo de la Luz increada)


JARIS!!!
 
Hermano en CristoDios-Hombre, Miniyo, muy acertada tu observación; éste pasaje siempre me ha tenido en duda cómo ponerlo en español y también los traductores varían; por un lado pienso que la palabra violencia no es muy correcta en español y por otro lado pienso que es para dar énfasis sobre la lucha dura que tendremos y tenemos contra el pecado, el mundo pecaminoso y el diablo (claro por concesión y permiso de Dios para que nos convirtamos en buenos soldados de Cristo)… me inclino por la frase tuya “esforzarse con valentía”… abajo te lo pongo en griego original y en griego desarrollado un poco por nuestra Iglesia, y te pido por favor a ti y otro compañero que me ayuden si es correcta la segunda traducción la desarrollada, yo me inclino por la b) desarrollada un poco que es más clara…

a) Forma más literal: "Mateo 11,12 Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reinado de la realeza o Realeza (increada) de los cielos se adquiere con esforzarse con valentía (violencia), y los hombres así la arrebatan y la sujetan (o retienen)."

Ματθ. 11,12 ἀπὸ δὲ τῶν ἡμερῶν Ἰωάννου τοῦ βαπτιστοῦ ἕως ἄρτι ἡ βασιλεία τῶν οὐρανῶν βιάζεται, καὶ βιασταὶ ἁρπάζουσιν αὐτήν.

b) forma poco desarrollada: Mateo 11,12 Ahora comienza nueva época, muy distinta que la época del Antiguo Testamento, que llega hasta Juan el Bautista. Desde el momento que apareció Juan hasta hoy, el reinado de la realeza increada o la realeza increada se instala en la tierra, y se adquiere con lucha dura y los que se esfuerzan con valentía contra el pecado, que está en sus interiores y en el mundo, la arrebatan y la sujetan (retienen) fuertemente.

Ματθ. 11,12 Αλλη εποχή αρχίζει τώρα, πολύ διαφορετική από την εποχήν της Παλαιάς Διαθήκης, που φθάνει μέχρι Ιωάννου του Βαπτιστού. Από την στιγμήν που έκαμε την εμφάνισίν του ο Ιωάννης έως τώρα, η βασιλεία των ουρανών εγκαθιδρύεται εις την γην, αποκτάται με αγώνα και όσοι αγωνίζονται εναντίον της αμαρτίας, που υπάρχει μέσα των και μέσα στον κόσμον, την αρπάζουν και την κρατούν σφικτά.

Espero vuestras sugerencias y aclaraciones…

Jaris!!!
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Salud y bendición en la paz de Cristo.

¡SE TE OLVIDÓ CONTESTAR la SIGUIENTE PREGUNTA!

¿La PALABRA en GRIEGO que TRADUCIMOS en Mateo 11:12 como
"VIOLENTOS"... SE PUEDE TRADUCIR "VALIENTES" u "HOMBRES ESFORZADOS... o DECIDIDOS... que NO TIENEN TEMOR"?

Y la FRASE
“esforzarse con valentía” que UTILICÉ ANTES se refería al TEXTO que TE CITÉ... y que TÚ HABÍAS TRADUCIDO de Sofronio Sajarof, Athonita .

Yo TRADUCIRÍA Mateo 11:12 al ESPAÑOL así: "Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos es asediado, y los valientes lo conquistan." ... DANDO la IDEA de que HAY que LUCHAR como SOLDADOS que SE ESFUERZAN con VALENTÍA para CONSEGUIR la VICTORIA y TOMAR la CIUDAD o REINO ASEDIADO (1 Corintios 9:25-27).

Que Dios les bendiga a todos
Paz a la gente de buena voluntad
 
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Salud y bendición en la paz de Cristo.

¡SE TE OLVIDÓ CONTESTAR la SIGUIENTE PREGUNTA!


¿La PALABRA en GRIEGO que TRADUCIMOS en Mateo 11:12 como "VIOLENTOS"... SE PUEDE TRADUCIR "VALIENTES" u "HOMBRES ESFORZADOS... o DECIDIDOS... que NO TIENEN TEMOR"?

Y la FRASE “esforzarse con valentía” que UTILICÉ ANTES se refería al TEXTO que TE CITÉ... y que TÚ HABÍAS TRADUCIDO de Sofronio Sajarof, Athonita .

Yo TRADUCIRÍA Mateo 11:12 al ESPAÑOL así: "Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos es asediado, y los valientes lo conquistan." ... DANDO la IDEA de que HAY que LUCHAR como SOLDADOS que SE ESFUERZAN con VALENTÍA para CONSEGUIR la VICTORIA y TOMAR la CIUDAD o REINO ASEDIADO (1 Corintios 9:25-27).

Que Dios les bendiga a todos
Paz a la gente de buena voluntad
Sí, me pondré primero a traducir el verbo Βιάζω viasllso, βία Vía etc… los paragogos y después respondo algo más…Jaris!!!
 
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